Sanha no supo en qué instante fue arrastrado hasta la salida por el príncipe Moon, para luego regresar al palacio.

Llegando, parecía que el mayor quería decir algo, pero estaba limitándose en hacerlo. Caminaba de un lado a otro dentro de la habitación y Sanha lo miraba sentado.

- ¿Qué hacías en ese lugar con mi hermano?

Si, Sanha había logrado conocer un poco al heredero, podría decir que estaba bastante enojado, pero no entendía qué había hecho mal.

- Él dijo que yo necesitaba salir de este palacio un rato, pensó que estaba demasiado aburrido aquí.

- ¿Y lo estás? ¿es eso verdad?

- N-no...

- ¿Entonces? ¿Qué te motivó a salir? - se giró a mirarlo ceñudo - Además, ¿Qué ibas a hacer dentro de esa habitación con esa mujer?

- Yo nada...

- Claro, ahora vas a decirme que no querías hacer nada con esa bonita plebeya.

- No, no quería - contestó sin titubeos.

- Claro. Haré como que te creo, príncipe Yoon.

- ¡Hablo en serio! ¿¡Por qué no me cree!? ¿¡Por qué no confía en mi palabra!? - estalló el menor bastante frustrado.

- ¿Acabas de gritarme? - lo miró incrédulo.

- ¡Sí! Y no me diga que estoy siendo maleducado, porque aquí el maleducado es usted.

- ¿Disculpa?

- Pues sí, no me cree nada de lo que le digo, se enoja conmigo sin razón válida, me regaña... Y... Y yo... Solo quería distraerme.

Moon Bin se quedó callado observando las expresiones del menor, lucía molesto y triste, también tenía razón, él no había reaccionado de la mejor manera, era obvio que Yoon se apagara e irritara.

Desde que había llegado al palacio con la única persona con la que pasaba tiempo era con él, de seguro era aburrido para el menor estar encerrado día a día, aprendiendo sobre la nobleza y todo lo demás.

- Sanha - pronunció cálidamente su nombre.

- Tienes... Tienes razón, no debí comportarme así contigo, es solo que, no me gusta que estés con Hyungwon ¿De acuerdo? No vuelvas a salir con él, es más, hagamos esto, cada fin de semana al caer la noche iremos a divertirnos, incluso podemos llevar a Cha y Rocky.

- ¿En serio? ¿No es molestia para usted?

- Claro que no es molestia, tú nunca lo
eres.

El ánimo entre ambos príncipes cambió a un más ligero, poco a poco el menor se puso de pie y se acercó al azabache, quitó con delicadeza el sombrero que llevaba y le dedicó una sonrisa.

Sin decirle una sola palabra, pegó ligeramente sus labios, del mismo modo que había hecho el mayor el día del festival de las lámparas de loto y en las aguas termales.

Luego de unos segundo se separó.

- ¿Qué... Qué acabas de hacer?

- ¿Ahora me va a decir que el único con derecho de darle besos al otro es usted? - lo miró ceñudo.

- No... No iba a decir eso.

Se giró al instante en el que empezó a sentir cómo se le formaba una tonta sonrisa luego de ver y escuchar al menor decirle aquello.

- ¡Oh! ¡Acaba de sonreír! - Sanha empezó a buscar el rostro del príncipe heredero, pero éste solamente se giraba cada que estaba a punto de verle la sonrisa.

En ese emotivo momento tocaron la puerta. Moon Bin caminó y abrió, encontrándose a Eunwoo.

- ¿Qué haces aquí? ¿Y los demás? - preguntó el príncipe heredero.

- Yo solamente quería saber si estaba todo bien, me quedé intranquilo luego de verte salir de esa manera con Sanha. Los otros siguen allá.

- Todo está bien, no tenías que venir hasta aquí. Pero gracias por preocuparte Eunwoo.

- Claro... Nada que agradecer príncipe. Entonces, me retiro - mostró una media sonrisa y empezó a caminar a otro lugar.

Moon Bin se giró y ahí encontró la sonrisa más hermosa jamás vista por su mirada. Sanha lucía resplandeciente y eso lo dejaba con una sensación electrizante en el estómago. ¿Qué estaba haciéndole ese joven travieso?

Se acercó a él y acarició con ternura su cabello castaño. Sanha se dejó hacer, sin poder borrar esa linda sonrisa.