"Muchos dicen que en el bosque de las luciérnagas existe un hermoso chico que cuida de los habitantes de ese lugar.

Algunos insinúan que lo han visto bailar con las mariposas o jugando a las orillas del hermoso río cristalino de ese precioso bosque.

Según los que aseguran haberlo visto dicen que su cabello es de un precioso color castaño que a la luz del sol cambia su tonalidad a un dorado brillante.

De sus sedosos cabellos caen unos hermosos rulitos y sobre su cabeza descansa una hermosa corona de las flores más hermosas que te podrías imaginar.

Su piel es de un precioso color canela, sus ojos son verdes como una bonita esmeralda y sus labios son tan rojos como una rosa."

—Mamá ¿es cierto todo esto? —preguntó el azabache quien anteriormente estaba leyendo el libro de su madre

—Claro cariño —dijo su madre sonriéndole

—¿Tú lo has visto? —volvió a preguntar su hijo

—No cielo, el chico es muy tímido cuando la gente entra al bosque solo para verlo —mencionó desanimada

—Bueno me voy a trabajar mamá —dijo mientras se levantaba y le daba un beso en su frente

—Adiós Jungkook, cuídate por favor —pidió su madre acompañándolo hasta la puerta para despedirlo

Regalándole una sonrisa a su madre, el chico caminó hacia el pequeño pueblo donde trabaja como mesero.

Si bien no ganaba mucho en su trabajo al menos podía ayudarle a su madre con los pagos de la casa.

Al llegar a la cafetería donde trabaja saludó a todos cortésmente regalándoles una sonrisa.

Se puso su uniforme que constaba de una camisa blanca formal, un pantalón de vestir y su mandil color café.

Al estar listo comenzó a pedir las órdenes de los clientes que llegaban a la cafetería.

—Buenos días ¿qué desea ordenar? —saludó Jungkook educadamente a una pareja de abuelos mientras sacaba su libreta y una pluma

—Dos café y un pastel de zarzamora por favor —pidió el hombre

—Enseguida se los traigo, con permiso

Alejándose fue detrás de la barra de la cafetería y empezó a hacer los café y a colocar el pedazo de pastel en un pequeño plato.

—Aquí está su orden, gracias por la espera —habló amablemente Jungkook mientras colocaba el pastel y los café delante de la pareja

—Muchas gracias cielo —contestó la mujer con una sonrisa en sus labios

Jungkook por su parte le devolvió la sonrisa y siguió trabajando, ese día la cafetería tenía muchos clientes, por lo cual había demasiado trabajo.

☾❁☽

A eso de las 10 Jungkook ya estaba cerrando la cafetería y se disponía a emprender camino a su casa, pues su madre estaba esperándolo.

Mientras caminaba por las calles del pequeño pueblo se topó con la entrada al Bosque de luciérnagas, una enorme curiosidad lo atrapó, así que siguiendo su curiosidad se adentró a ese precioso bosque.

Caminó por un pequeño sendero de roca mientras veía las preciosas flores bien cuidadas y los frondosos árboles, todo era precioso a la vista de cualquier persona que entrara ahí.

Siguió y siguió caminando hasta que llegó a un precioso río cristalino, donde la luz de la luna era más brillante y preciosa.

Sin poder evitarlo se sentó en una roca a la orilla de aquel río y sacó una pequeña libreta de dibujos donde empezó a dibujar el paisaje que tenía frente a él.

Si bien su madre se enojaría con él al llegar a casa tan tarde no le importó y siguió garabateando todo lo que tenía a la vista.

Estaba tan ensimismado haciendo aquel boceto del precioso bosque que no se dio cuenta de la persona que estaba mirándolo a lo lejos oculto entre los árboles.

Taehyung quien lo había visto llegar desde un principio se asustó al verlo merodear por el bosque, pues ya había visto que las personas entraban y cortaban de las preciosas rosas y flores que él con tanto empeño cuidó y aquel chico no sería la excepción.

Pero grata fue su sorpresa al verlo sentarse a la orilla del río y sacar dos objetos de los cuales no sabía que era y mucho menos para que se utilizaban.

Siendo precavido el precioso chico de hebras castañas se acercó lo más que pudo al azabache quedando justamente detrás de él.

Al estar lo suficientemente cerca logró ver que el chico dibujaba el bosque y todo lo que lo rodeaba.

Taehyung quedó tan sorprendido por la belleza de aquel dibujo que no se dio cuenta que su reflejo se hizo notar en el agua cristalina del río hasta que el pobre chico se asustó cayendo aun lado con terror en sus ojos.

—Lo siento, lo siento no quería asustarte —disculpándose Taehyung se acercó al chico para ver si estaba lastimado

—N-No te acer-acerques —dijo Jungkook alejándose de él

—No te haré daño, solo quiero ver si estás lastimando —volvió a acercarse a él y al verificar que no estaba lastimado le tendió una mano para ponerlo de pie

—¿Quién eres tú? —preguntó Jungkook al chico frente a él

—Me llamo Taehyung y soy o bueno muchos me dicen el hada del bosque —contestó con una tímida sonrisa

—Oh, discúlpame si te moleste al estar aquí, puedo irme ahora para no molestarte —respondió Jungkook tomando sus cosas dispuesto a irse

—La verdad no me molestabas, solo quería ver el dibujo que hacías en esa cosa —apuntó apenado el pequeño objeto donde antes dibujaba

—¿En mi libreta? —preguntó Jungkook

—Si —asintió Taehyung

—Bueno toma —arrancando el dibujo se lo tendió a Taehyung

—Gracias —agradeció Taehyung fascinado viendo el precioso dibujo

—Bueno yo me voy ahora, mi madre debe estar preocupada, fue un placer conocerte Taehyung —con una sonrisa en sus labios se despidió

—Espera tú no me has dicho tú nombre —lo llamó Taehyung al verlo alejarse

—Es cierto, mi nombre es Jungkook —contestó girándose hacia él

—Jungkook —volvió a llamarlo el pequeño chico

—¿Si? —contestó animándolo a proseguir

—¿Podrías enseñarme a dibujar? —preguntó apenado el castaño

—Por supuesto, mañana vendré y te veré ahí —mencionó apuntando el precioso río

Ese día al llegar a casa Jungkook recibió una gran reprimenda por parte de su progenitora, pero aún con el regaño que se había llevado él no se arrepentía de nada pues había conocido al hermoso chico del bosque de las luciérnagas.

Pd:¿Quieren un extra?

Sé que no es lo mejor que van a leer pero espero les guste tanto como a mi.