𝐀𝐔 𝐌𝐎𝐃𝐄𝐑𝐍𝐎┆Inseguridad.

༻ ☁️ ༺ Una notita, quiero que este one shot a pesar de tener un título diferente sea en el mismo contexto que el anterior aunque obviamente se trate otro tema. Así me ahorro el tener que volver a narrarlo y aprovecho de cerrar algunas cositas que no explique para evitar alargarme demasiado.

Si no lo recuerdan: La rayis es pareja de Yui desde hace meses y viven juntos :'''

Tienen aproximadamente entre 18 y 20 años.

Advertencias: Contenido explícito, celebremos, es el primero JASDJAS. 

༻ ☁️ ༺Todo super cursi, osiosi.

༻ ☁️ ༺ Como siempre, algo de humor pero muy leve.

༻ ☁️ ༺ 3000 palabras, así que si aman a Yui disfrutaran este escrito un poquito largo. Espero no aburrirles ;;


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Ross llevaba horas sola en el salón en una posición incómoda donde era poner su espalda en la parte del asiento con la cabeza casi rozando el suelo. Si Yuuichirou estuviera seguramente la hubiera regañado de manera épica, pero el aburrimiento era bastante grande.

La verdad es que si tenía planeado que hacer, solo tenía que esperar. Estuvo despierta la mayor parte de la madrugada y ahora como si fuera un milagro divino, tenía gran parte de la tarde libre. Se sentía responsable, ya como toda una mujer hecha y derecha.

Más cuando sonó el timbre pegó un chillido de emoción, dejando el aparato sobre la mesita. Dio brinquitos hasta llegar rápidamente a la puerta y abrirla, apenas apareció un chico joven idéntico físicamente a su pareja. Ni pudo reaccionar porque la castaña literalmente se le abalanzó encima para abrazarlo.

—¡Mi bebéee! —decía mientras frotaba su mejilla contra la del chico, quien estaba enrojecido. Lo dejó respirar luego de jalarle las mejillas.

—¡A-au, au! —sus mofletes se enrojecieron más al ser estirados, Ross le soltó para sonreírle. —Qué bueno verte, siempre me recibes con tanto entusiasmo.

—¡Claro que sí, ya no nos podemos ver como antes! Tengo que aprovechar de molestarte todo lo que pueda. —pasaron adentro y cerró la puerta tras de sí. Muichirou se sentó en el sofá donde anteriormente ella estaba. Rosslenne le sirvió un poco de té y se sentó a su lado con claro entusiasmo. Al gemelo menor no le incomodaba su cercanía, siempre había sido una persona sumamente cariñosa. Más le ponía algo nervioso su cercanía.

—Primero me gustaría saber cómo les ha ido. —tomó un sorbo de la taza.

—Ay, empezamos fuerte.

—¡¿T-tan mal les va?!

—No, la verdad no. Hay pocas cosas realmente así... cómo que aún no podemos dormir en la misma habitación, siempre terminamos discutiendo y lo tiró de la cama porque me roba la sábana en medio de la noche. —Muichirou aguantó una carcajada imaginándose tal escena. —Vamos, te puedes reír. Es gracioso.

—No creo que eso sea algo grave. Me ha ido bien en la universidad, aunque quede algo lejos de donde vivo. —Ross emitió un sollozo.

—Crecen tan rápido. —hizo que lloraba. —Y pensar que cuando te conocí eras todo un bebé, aunque lo sigues siendo. Mira no más esa carita.

—Ross, ¿realmente paso algo? —su gesto de preocupación la hizo hacer una expresión neutra. Miró hacia el suelo. —Has estado algo diferente estos días, siento que es por eso querías hablar conmigo.

—Me has atrapado, no puedo ocultarlo. Pero tampoco quería que fuese el tema central de la conversación, también quería saber sobre ti y compartir un poco.

—Está bien, aún tenemos tiempo para hablar de todo. —le sonrío.

—B-bueno, sobre eso... —hizo un gesto nervioso. —Para contarte me tendrías que responder una pregunta. —Muichirou ahora hizo un gesto serio.

—Ah no, no otra vez. Me niego.

—¡Pero ni te he dicho que te iba a preguntar! —puso las manos en los hombros de Mui en una acción dramática. Él tomó sus manos y las alejó con cuidado tras suspirar.

—La última vez por andarte cuidando me metiste en un problema con Yuuichiro, sus diferencias no me competen y solo me hacen quedarme en el medio de la situación. No hay otra cosa más incómoda. Sabes que no puedo elegir entre ambos.

—Solamente es una pregunta, bueno dos, creo... ¡Te juro que no te meteré en nuestros problemas, solo necesito despejar mis dudas! ¡Sabes que Yuichiro es demasiado difícil en sacarle información, si no fuera importante no te pediría ayuda! ¡Porfa, porfa, porfis, porfavorsito! —junto sus manos rogando con ojitos de perrito mojado.

Los ojos mentosos la observaron, Ross sabía que iba a ceder. Era muy difícil que no ayudara a alguien y más siendo una de sus amigas más cercanas.

—De acuerdo, eres muy convincente. —se cruzó de brazos y la castaña lo abrazó dándole un beso en el cachete. —Bien, dime.

Aclaró su garganta.

—¿Yuuichirou tiene algún tipo de enfermedad en la piel, heredada o lo que sea? —Mui parpadeo varias veces, asimilando la pregunta.

—No, nunca tuvo ningún problema así.

—¿Fobia al sol?

—Tampoco. —Ross puso un dedo sobre su mentón. —¿Por qué me preguntas eso?

—Es que... últimamente he notado que siempre que se da una oportunidad de ir a algún lugar al aire libre donde podamos ya sabes, estar en traje de baño ¡O incluso, cuando nos cambiamos! Nunca ha mostrado su cuerpo, como si ocultara algo. En ocasiones aquí siempre se va al baño o lo hace antes que yo, y en el caso de estar afuera siempre lleva una camisa cubriéndolo como si estuviera haciendo frío ¡Pero hace un sol que te quemas apenas te roza, no tiene sentido! Por eso pensé que tal vez tiene alguna enfermedad que le avergonzara y por eso no se siente cómodo, no lo sé. Se puede esperar cualquier cosa.

— ...Creo que deberías preguntárselo directamente. —Ross hizo puchero. —Lo siento, pero no pasaré la línea otra vez. Esas cosas tienes que resolverlas con él.

—¡Aghh! ¡Se va a poner insoportable... aunque él está 24/7 así! —se llevó las manos a la cabeza. Muichirou le dio palmaditas en la espalda.

—Vamos, no va a ser tan difícil. Ya llevan tiempo y se tienen confianza. —la de ojos mieles recostó su cabeza sobre su hombro mientras le acariciaba la cabeza.

—¿No me da tiempo de cambiar de novio? —le miró de reojo, el mentoso entendió a qué se refería. Su rostro enrojeció.

—Si te escuchara, con razón te encerrará por los celos que le ocasiona.

—Lo sé, no pude evitarlo.

(...)

Su misión: hacer que Yuuichirou le hablara sobre el tema. Un simple paso pero muy difícil de lograr. Además de encontrar el momento indicado. Algo a su favor era que pasaban gran parte del día juntos y si no podía tendría entonces que tomar el plan b que era hablarle en la noche. Sus sospechas eran justificadas, pensándolo detenidamente las ocasiones que él no mostraba su cuerpo eran muy obvias. En ninguna situación no le vio más allá de que esas veces se ponía unos pantalones algo cortos, pero solo eso. La parte del torso siempre la ocultaba, y eso estaba tan claro que alguien tan distraída como Rosslenne lo notó.

Aunque algo tarde, pero lo hizo.

Su cabeza giró a verle, había llegado desde hace unos minutos y subieron a la habitación para comer. Cuando terminó la película el mentoso bajó para lavar los platos, aún no se había cambiado.

Quería asegurarse una última vez, así que se quedó en la cama con la excusa de que estaba usando el celular. De manera disimulada solo bajaba y subía el chat con Muichirou para avisar cualquier cosa. Escuchó el closet abrirse, miró un segundo para ver que estaba buscando ropa.

Mantuvo apretada la letra 'A' por un rato y lo mandó. Seguramente el pobre Mui iba a preocuparse.

Pero Yuuichirou entró al baño tras tomar las prendas.

Rosslenne arrugó el rostro sin poder creerlo, era claramente a propósito. No había otra explicación. Apagó el aparato y la televisión, esperando sentada con cierta impaciencia.

Aún un poquito de esperanza estaba dentro de su ser, pero se rompió por completo al ver como salía cambiado con su pijama. No tardaron en hacer contacto visual donde parecía ser que se cambiaron los papeles por el claro ceño fruncido de la castaña.

—¿Qué pasa, te aburriste de ver televisión? —en cambio, él parecía estar tranquilo. Aunque algo extrañado por su actitud.

—Tenemos que hablar. —le había dado la espalda al dejar la ropa que tenía sobre la mesa, volteo a verla.

—¿Vas a terminar conmigo?

—¿Q-qué?

—Pensé que dirías eso, no me habías dicho antes ''tenemos que hablar'' —hizo comillas con sus dedos para cruzarse de brazos.

—Pues sí, pero no es por eso. —aun asimilaba que considerara por un momento esa idea, Yuuichirou se veía en el exterior tan seguro que cuando mostraba un poco su inseguridad le impactaba. —Iré al grano, siento que me estás ocultando algo.

—No te estoy siendo infiel.

—¡No, no me refiero a eso! ¡Ay, qué difícil es esto y tan fácil de decir en mi cabeza! —paso sus manos por su cara. —Me parece raro que en cada oportunidad que pude haber visto tu cuerpo no haya pasado, sé que estoy sonando como una depravada ahora mismo pero... Es que no veo cómo decirlo con otras palabras. Es raro, y acaba de volver a ocurrir. Dime que no me estoy volviendo loca y solo me estoy haciendo una idea innecesaria para poder dormir. —le miró con preocupación, más él no le miraba.

Se quedó viendo un punto de la habitación. Sus labios estaban fruncidos.

Aquello la puso alerta, nunca vio a Yuuichirou con esa reacción antes. Su postura estaba completamente cerrada, parecía que no iba a estar dispuesto a hablar de eso.

—Por favor, no me evadas y dime que sucede. —sabía que seguramente iba a crear una excusa o cambiar de tema para no enfrentarlo. Se levantó para acercarse a su posición, intentó tomar su mano pero se arrepintió. Cada vez que le tocaba fuera de los abrazos de manera natural él parecía repelerla, como si no quisiera que estuviera cerca. —¿Soy yo? ¿No te sientes cómodo conmigo?

Preguntar eso le dolió, pero podría ser una posibilidad. Los ojos de Yuuichirou la miraron sorprendido, esta vez ella era quien no le miraba fijamente.

Relajó sus brazos para acariciarle el rostro y juntar sus frentes por un momento.

—No, no tiene nada que ver contigo. No vuelvas a repetir eso. —rozó sus dedos con los suyos hasta que tomó su mano. —No me gusto, eso es lo que pasa y siento que no te va a gustar lo que vas a ver.

—Yui, creo que estás siendo algo radical. No puedes estar tan seguro si es algo que ni siquiera ha pasado. Además, me gustas así de amargado. No me importa como seas físicamente y ya me has visto.

—¿Cómo no verte si te la pasas casi a diario en ropa interior? —desvió la mirada con la cara roja.

—Ah pero no te veo quejarte de eso. —subió y bajó las cejas acercándose a él que se alejó poniendo la cara en el rostro de Ross para alejar. Rió.

— ...Está bien.

—¿Me harás mi striptease?

—No, no haré eso.

—Por ahora.

—Tonta.

—¿Ves? ¡Otra vez no lo estás negando!

—¡Ya cállate o no haré nada! —aguantó las ganas de decir otra cosa mordiéndose el labio con una mueca, Yuuichirou la guió a la cama haciendo que su corazón casi saliera de su boca. Los nervios estaban siendo reflejados en su rostro. El azabache frunció el ceño. —Con esa cara me da miedo.

—Perdón, es la emoción. —se cubrió al ver como su gesto empeoraba. —¡No cuenta, no cuenta, es la verdad!

Suspiró y Ross bajó los brazos. Se mantuvieron en silencio con tensión en la habitación, lo que estaba a punto de hacer era un paso clave para su relación. Comparaba al Yuuichirou que conoció, tan seguro de sí mismo y directo con lo que pensaba. Le costaba imaginar que ese mismo chico se abriría con ella a tal manera de confesarle una de sus mayores inseguridades. Era como tratar a otra persona completamente diferente, una que le estaba mostrando su parte más vulnerable.

Porque Rosslenne siempre le hablaba sobre sus cosas más íntimas y personales, era más comunicativa. Además de que cuando ya tenía confianza no había quien la detuviera porque no paraba de hablar.

En su mente ya reprodujo internamente una canción sensual para la ocasión, tan solo pensarlo le hacía querer reír a carcajadas en una situación tan seria. Seguramente la hubiera golpeado con la chancleta si pudiera leerle la mente.

Ojalá tuviera memoria fotográfica, porque lo que estaba pasando era digno de sacar fotografía cada micro segundo. No todos los días veías a Yuuichirou quitarse la camiseta en vivo y en directo.

Cuando la tela ya no estaba cubriendo su torso, la dejó sobre su regazo quedándose quieto. Como si estuviera esperando.

Ross entonces le observó con suma calma y detenimiento, como si se tratase de prepararse para una operación. Esperaba encontrar algo temible, digno para que cualquier humano con cuatro dedos de frente no quisiera jamás de los jamases mostrarse.

Pero no encontró nada.

Su cuerpo era delgado, en sí esa siempre fue su contextura. Sus hombros eran anchos y estaban levemente bronceados como parte de sus brazos. Fue entonces que notó como había pequeñas pecas adornando su piel pálida.

Su mano inconscientemente buscó apartar un mechón de su cabello para observarlas mejor, Yuuichirou tensó la espalda pero después se relajó al sentir como empezaba a acariciar las puntas de su cabello.

—No veo cual es el problema. —se miraron. —Tu cuerpo es muy hermoso.

Buscó acobijarle entre sus brazos, como si quisiera protegerlo. Yui recostó su mentón sobre su hombro.

—Eres hermosa. —le ardía la cara, no se esperaba ese comentario. Se aferró a su cuerpo por completo haciendo que se quedará estática.

—C-creí que era yo la que se estaba aprovechando de la situación, no al revés. —comentó de manera nerviosa, siguió con la tarea de acariciarle el cabello. Cerró los ojos por un momento. —¿Qué es lo que no te gusta?

Se separaron aun estando cerca del otro, sus ojos se dirigieron a su abdomen.

—Tengo un rollito. —la manera en la cual lo dijo y sostuvo la masita fue inevitable no reírse.

—¿En serio, es eso? ¡Apenas se nota! —alzó los brazos sin poder creerlo, tanto drama para que terminara siendo eso.

—Eso lo dices para no hacerme sentir mal. —le miró con el ceño fruncido.

—Claro que no, deja de ser tan terco.

—Oblígame. —Rosslenne apretó su estómago y Yuuichirou empezó a quejarse. —¡¿Q-qué haces?!

—Obligarte ¿No es lo que querías? —intentaba alejarse pero se las ingenió para pellizcarle dejando la piel rosada. Le empezó a hacer cosquillas, haciendo que quedará acostado riendo sin parar.

—¡Y-ya, Ross, me duele el e-estómago! —su risa era contagiosa, no la escuchaba a menudo. Finalmente lo dejó respirar.

Su respiración estaba agitada, y sus orejas estaban tan rojas como su rostro. No la miraba, era una clara señal de que se sentía avergonzado.

Observó su cuerpo de nuevo, siempre considero que las piernas de Yuuichirou eran muy bonitas. Estaban bien formadas porque a él le gustaba hacer ejercicio desde temprana edad. Sus muslos eran anchos, era la parte que más le gustaba.

Apenas se percató de que su cuerpo se movía solo mientras pensaba en su mundo interno de fantasía, justamente tocó esa parte ejerciendo un poco de presión. Los ojos mentosos la observaron sin llegar a mover la cabeza que estaba de lado. Pensó por un momento que le rechazaría, pero solamente se mantuvo quieto.

Tragó saliva sintiendo un escalofrío. ¿Le estaba dando permiso?

Le imitó y se mantuvo quieta, esperando que dijera algo. No hubo ninguna otra palabra por unos largos segundos, parecía que aquello le irritaba.

—¿Qué esperas? Ya hazlo de una vez.

Rosslenne se acomodó para estar más cerca, apoyando sus manos sobre sus rodillas. Yuuichirou se removió un poco en su lugar.

Empezó a besarle parte del pecho de manera sumamente lenta, parecía que lo estuviera haciendo a propósito pero esa no era su intención. Siendo la primera vez que se dejaba ser tocado quería tomarse su tiempo para hacerle sentir bien. Pronto su respiración se volvió agitada de nuevo. Cerraba los ojos mientras la castaña hacía un recorrido por su abdomen acompañado de leves caricias. Comenzaron a salir de su boca bajos jadeos y gemidos intentando reprimirlos.

El ceño de Yui estaba presente, solo que ahora en una expresión denotaba excitación.

La incomodidad en su entrepierna se hacía cada vez más presente, cosa que Ross notó al instante. El mentoso subió un poco las caderas para ayudarle a bajar el pantalón. Acarició solo por diversión parte de sus muslos solo para tener como respuesta como volvía a moverse impaciente, sonrío por un segundo decidiendo no torturarle más para retirar la última prenda que le faltaba.

El azabache emitió un gemido al liberarse finalmente de la tela sobre su cuerpo, las manos de Ross acariciaron su miembro de manera superficial. El ceño de Yui se frunció más.

Le sonrío para después dedicarse a lamer, la espalda de Yuuichirou se arqueó por completo acompañado con un gemido. Dejó una de sus manos enredadas en los cabellos de la castaña, empezando a tener espasmos más constantes. Sus ojos se cerraron al momento que sintió el orgasmo dominar su cuerpo.

Notó como la castaña se alejó, escuchando el sonido de la gaveta siendo abierta. Rosslenne se acercó de nuevo para limpiar el sudor que estaba en su frente.

Se recostó a su lado y esta vez ella dejó un beso sobre su frente.

༻ ☁️ ༺ Es muy difícil aceptarse a uno mismo, es un tema muy delicado. Pero siempre que uno sienta alguna inquietud es mejor hablarlo con alguien de confianza así sea más fácil decirlo que hacerlo. No se cierren por completo. Siempre habrá alguien que verá nuestras virtudes si realmente nos quiere, mientras en nuestro punto de vista solamente nos enfocamos en los defectos.

Hasta la persona que aparenta ser más segura, tiene sus inseguridades.

Espero que les haya gustado ^^, quiéranse y lo más importante: Acepten tal y como son. ¡DISCULPEN SI HAY ALGÚN ERROR QUE SE ME PASO, ME DA PENA VOLVER A LEER LO QUE ESCRIBÍ ASJDASJDJ!

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