𝐏𝐫𝐨́𝐥𝐨𝐠𝐨
La noche estaba sin luna, mientras las luces artificiales eran las encargadas de brindar un poco de claridad en aquella oscura noche.
—De nuevo...
Una fémina voz se escuchó en un lugar rodeado de árboles, en un viejo templo abandonado hacia los barrios bajos del Distrino Minato.
Un golpe tras otro se escuchó luego de aquella voz, siendo seguidas por lloriqueos y quejas de parte de la persona que se encontraba siendo maltratada.
—¡Les dije que no se nada! —murmuró en quejidos el joven pandillero que se encontraba siendo sometido por una nueva pandilla formada.
Black Wolf, una pequeña pandilla de quizás 25 o 30 miembros se encontraba invadiendo el distrito Minato.
Una pandilla de miembros mixtos, que en ese momento había sufrido un ataque a uno de los suyos, una chica.
La joven se levantó de las viejas escaleras de aquel templo y con pasos calmados se acercó hasta quedar de cuchillas frente al lastimado rostro del chico. Quien estaba siendo sostenido por los cabellos por el sub-lider de la pandilla.
—No me gusta repetir las cosas —habló con calma la pelinegra, mientras sus orbes como dos zafiros filosos, perforaban hasta los huesos del chico—. Una de mis chicas fue atacada y violada por esas basuras de Moebius.
Con una de sus manos lo sostuvo del cuello con fuerza, mientras su semblante sereno no dejaba su rostro.
—Así que vuelvo a preguntar —dijo para luego agarrar la cabeza del hombre con fuerza y estrellaron contra el suelo para dejarlo allí—. ¿Dónde se esconde esas malditas basuras de Moebius?.
El silencio fue lo único que quedó luego de aquellas palabras.
—Tsk...
Levantándose observó como los demás miembros estaban igual de insatisfechos tras no haber conseguido respuestas nuevamente.
—Te pasaste de nuevo —habló esta vez el sub-lider, Kisato Ryusuke, un chico de cabellos oscuros con mechones verdes y de ojos mieles tirando a dorados—. Así no conseguiremos nada Natsuki —regañó a su líder, mientras la veía suspirar aceptando su culpa.
La pelinegra tan solo se dio la vuelta para observar a todos bajo su mandato.
—Sigan buscando, cualquier miembro o conocido, haremos que todos los de Moebius paguen por sus actos —ordenó con firmeza.
Mientras tanto hombre como mujeres que conformaban la pandilla afirmaban con entusiasmo, también buscando venganza por su compañera.
Así se dispersó el pequeño grupo, para solo quedar ambos lideres de los Black Wolf.
—¿Has ido a Shibuya en estos días?.
Natsuki habló ya desde su motocicleta, una Honda Rebel 250 de color verde mate. Mientras lo veía también montarse en la suya una del mismo modelo pero completamente negra.
Ryusuke volteó a verla por un momento antes de entender su motocicleta.
—Tokyo Manji controla el distrito de Shibuya, no es un lugar al que se pueda ir con mucha frecuencia —murmuró el de ojos claros, hasta que algo se le vino a la mente—. Pero escuche que también se encuentran metidos en una disputa con Moebius, el novio de Shiro al parecer es amigo de uno de los capitanes.
Sasuki se encontraba escuchando con atención mientras una sonrisa se formaba en sus delgados labios y sus cabellos oscuros se movían con el viento que había caído al ya ser altas horas de la noche.
—Entonces no somos los únicos cazando a esa presa —sonrió divertida mientras encendía su motocicleta—. Veamos, ¿quién será primero en atraparla?.
Así ambos jóvenes emprendieron su viaje a sus hogares.
Mientras la ojiazul no podía sacar de su mente a aquella banda que también se encontraba buscado a Moebius.
Aquella banda que años atrás.
Había sido ella uno de sus fundadores.
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