𝟎𝟓 ☘

Esta muy oscuro...

El susurró de la joven de cabellos naranjas se escuchó en medio de aquel pasadizo estrecho, mientras el grupo de la Orden del Amanecer Dorado avanzaba con cuidado por la entrada de aquella mazmorra.

¿Qué sucede Mimosa-San? —preguntó la de cabello oscuro mientras observaba cómo la nombrada se pegaba a la pared y avanzaba con cuidado.

No puedo ver nada —murmuró haciendo suspirar a su compañera, quien disminuyó el paso hasta llegar a ella y extenderle la mano.

Déjame ayudarte —se ofreció Kuro con una pequeña sonrisa cubierta por la oscuridad del lugar, mientras guiaba a Mimosa con facilidad—. Por suerte el camino está libre de obstáculos.

Su compañera se sorprendió por como podía avanzar sin preocupación como si la oscuridad no fuera problema para ella.

¿Puedes ver bien Kuro-san? —preguntó sorprendida, mientras notaba cómo los ojos carmesínes de la nombrada volteaban a verla y se achicaban como si estuviera sonriendo.

Un poco —fue lo único que contestó y rápidamente cambió de tema, esta vez dirigiéndose a su líder de grupo—. Si quiere también puedo ayudarlo Klaus-sempai .

El nombrado dió un sobresalto al ser descubierto también recostado sobre la pared para poder avanzar con seguridad.

No es necesario, puedo ver sin problemas el camino —dijo seguro luego de toser disimulando su verguenza.

La joven de Nairn rió con disimulo y se dispuso a seguir caminando, posando su mirada en el chico de Hage quien se encontraba avanzando frente a ellos tres.

Quién diría que el mana tan potente y centrado llegaría hasta este lugar —murmuró Kuro mientras sentía la mirada de sus compañeros en ella.

Mientras más nos acercamos, el energía aumenta aún más —habló esta vez Klaus mientras acomodaba sus gafas, y recordaba en cómo una ráfaga de mana había causado que se quedarán en medio de la oscuridad tras apagar su fuego.

Hay que seguir —fue lo único que dijo Yuno para seguir con su camino.

Hacia el centro de aquella mazmorra subterránea.

Las corrientes de viento iban en todas las direcciones y hacían elevar los cabellos de los dos caballeros mágicos de los Toros Negros. Quienes después de haber quedado libres de los látigos de aquellas plantas asesinas levantaron la mirada hacia su salvador.

O mejor dicho el grupo en el que se encontraba.

Te he devuelto el favor —habló el del grimorio del trebol de cuatro hojas, mientras una sonrisa de lado pintaba sus labios tras ver a su viejo amigo—. Asta...

Después de un tiempo.

Yuno —mientras era correspondido por el joven del grimorio del trebol de cinco hojas..

Volvian a encontrarse.

Kuro se acercó a su compañero, saliendo de la oscuridad y también observó a ambos chicos con curiosidad mientras reconocía al de baja estatura.

¡Ohhh! También han venido, ¿eh? —habló con una pequeña sonrisa mientras de un salto descendía siendo seguida por su grupo para quedar frente a ellos dos.

Noelle observó a los nuevos caballeros que los habían ayudado con curiosidad, repitiendo los nombres de los que conocía.

Con qué ese es Yuno —observó por un momento al del ojos dorados para después pasar a su prima y tragar saliva, pero la muchacha que se encontraba junto a ella también llamó su atención, además por la forma en la que les había hablado antes.

Yuno.

Lunettes habló con seriedad, haciendo voltear al nombrado y a los demás presentes.

¿Por qué tenías que salvarlos? —preguntó con poco intereses hacia los miembros de los Toros Negros, mientras ocomodaba sus gafas de nuevo— Nuestras misión es únicamente investigar la mazmorra.

Y así el de cabellos grises siguió hablando, pero la estranjera decidió ignorarlo para pasarse observando el lugar.

El mana es aún mayor que afuera —pensó mientras sentía el mana estar en cada rincón del lugar.

Estuvo inspeccionando el lugar hasta que sintió una mayor cantidad de mana en otra dirección de quella mazmorra.

Que es.. —antes de ni siquiera forma aquella pregunta en su mente la voz gritona de aquel chico de Hage taladro sus oídos.

Yuno, ¿quién es este cuatro ojos maleducado? —se quejó Asta luego de oír las palabras de Klaus, mientras lo apuntaba con seguridad.

Kuro curiosa volteó a ver al nombrado para saber su respuesta, entretenida por la situación que se estaba formando entre ambas ordenes.

Mi sempai —fue lo único que dijo el de ojos dorados sin mucha importancia, observando como su superior reaccionaba de forma enojada hacia su amigo y lo elevaba de la ropa.

Aquello causó que la pelinegra se cubriera los labios para no soltar una carcajada por la actitud relaja que tenía su compañero en aquella situación.

¿Cuatro ojos? ¡El maleducado eres tú? —comenzó a gritar Kalus mientras sacudía a Asta quien lo observaba de forma tonta-. ¿Cómo te atreves a dirigirte a mis lentes....a un noble así? —cambió rápidamente sus palabras.

Mientras Yuno pensaba que como se habían conectado ellos dos en un instante.

Ppfff... —el sonido de una risa contenida llamó su atención haciéndolo voltear hacia su costado, encontrándose con la pelinegra temblando por aguantar la risa.

La joven de Nairn elevó la mirada al sentirse observada y entrelazo su mirada rubí con la dorada del muchacho.

¿Q..qué? —preguntó nerviosa por la intensa mirada de su compañero y desviando la mirada ocultó la temperatura cálida que se había empezado a acumular en sus mejillas.

¿La conoces? —la voz de Asta hizo que ambos de nuevo observarán la situación entre sus órdenes.

Ahora Mimosa se encontraba presentándose frente a joven de los Toros Negros con una delicada sonrisa.

Todos me tratan bien, he podido utilizar mi magia sin miedo y conocer a buenas personas —habló la de cabello naranja a su prima quien fruncia el ceño sin querer— ¿No es así Kuro-san? —volteó a verla con una sonrisa suave esperando su participación en aquella charla.

Tanto Asta como Noelle observaron esta vez a la pelinegra quien suspiraba renegada por ser ahora el centro de atención.

¡Ahhh, Kuro-chan! —exclamó el de cabellos grises y baja estatura con alegría por volver a verla, se acercó con rapidez y la saludó con estusiasmo, bajo la atenta mirada de dos personas de diferentes órdenes.

La nombrada sonrió contagiada por la actitud positiva del muchacho y decidió devolverle el saludo.

Nos vemos de nuevo Asta-kun —saludo con una mano logrando agrandar la sonrisa del joven sin magia.

Bajo la atenta mirada del miembro de la familia Silva, quien tosiendo falsamente se acercó a ellos y llevando una de sus coletas hacia atrás decidió entrometerse en su conversación.

¿Tu quién eres? —preguntó con la mirada elevada y los ojos fijos en los de la muchacha del Amanecer Dorado quien alzó una ceja demostrando curiosidad por aquel acto.

Mimosa sonrió al ver a su amiga y a su prima interactuar, sin darse cuenta de la mirada que su familiar le lanzaba a su compañera.

Ohh, ella es Kuro hizo el examen de caballero mágico con nosotros —la presentó Asta aún con una sonrisa, para luego levantar sus brazos al aire—. ¡Su batalla fue sorprendente, su magia es increíble!.

La de cabello plateado descompuso aún más rostro al oír los elogios que su compañero le daba a aquella desconocida.

Hmp, no creo que sea para tanto, no se compara con los de la realeza —se quejó volteando la mirada mientras que en su mente regañaba a Asta.

Kuro en cambio sólo observaba incomoda a ambos de los Toros Negros para luego observar a Mimosa por algo de ayuda.

Ella es mi prima Noelle de la familia Silva —la presentó con una sonrisa mientras la nombrada volvía a llevar su coleta hacia atrás y sonreír como miembro de la realeza.

Comprendo —fue lo único que dijo la joven de Nairn para luego alejarse y volver a su ligar junto a Yuno, escuchando como aquella extraña muchacha comenzaba a quejarse por su acción y de paso regañada sin saber porque a Asta.

Y así volvían a discutir esta vez por la obtención de una estrella dorada de cada grupo. Y muchas otras cosas más.

Ahora a la derecha.

Habló Mimosa indicando el camino hacia donde se encontraba el centro de la mazmorra. Mientras que Yuno asentia y giraba como ella lo había dicho.

El grupo del Amanecer Dorado se encontraba ahora, viajando por los pasillos similares a un laberinto de la mazmorra, siendo llevados por el aire que el joven de Hage controlaba con su magia.

¿Ese estúpido se llama Asta? —habló de repente el líder del grupo—. Es imposible que nos supere.

Yuno tan solo guardo silencio y siguió llevándolos hacia el centro de la mazmorra, mientras que la joven de Nairn sonreía de lado al oír las palabras de su superior, reconociendo el toque de curiosidad que tenía hacía el enano de los Toros Negros.

¿Quién es ese chico?. No sentí ninguna pizca de poder mágico en él —volvió a decir mientras Mimosa le daba la razón—. No se que estaban pensando los de los Toros Negros al reclutarlo.

Yuno estaba a punto de hablar pero sintió en como su compañera que estaba sentada cerca suyo volteaba igual que el a ver a su sempai y hablar primero.

Klaus-sempai —murmuró utilizando un tono diferente al despreocupado que solía usar todo el tiempo, aquello sorprendió al nombrado quien sólo pudo observarla—. Eso no lo hace menos que nadie —dijo totalmente seria causando cierto escalofrío en el mayor al sentir su mirada rubí en centrado en él.

Lunettes frunció el sueño dispuesto a hablar pero Kuro relajo en un segundo su rostro y volvió a sonreír.

Es mejor que no lo subestime tanto Klaus-senpai —dijo esta vez Yuno volviendo a mirar al frente mientras que por un breve momento posaba su mirada dorada en la joven de cabellos negros como la noche.

Nuestro único objetivo es inspeccionar la mazmorra de nuestro reino —contestó solamente el de gafas dando por terminada aquella conversación.

Así ambas ordenes siguieron caminos separados en busca de cumplir con la misión que el Rey Mago les había dado.

Sin saber que nuevos visitantes de la mazmorra se encontraban muy cerca de ellos.

¡El Reino del Diamante!.

En el salón de reuniones del palacio del Rey Mago podían escucharse los murmullos de los aristócratas al enterarse que el reino vecino también se encontraba inspeccionando la mazmorra que se encontraba en el límite de ambas naciones.

¿Quién es el líder? —habló el Rey Mago sin preocupación en su rostro.

El grupo enemigo está liderado por Lotus del Abismo —respondió rápidamente el caballero que había notificado la situación.

Lucius exclamó que lo había visto una vez en una batalla y como siempre habló sobre el tipo de magia que tenía este hombre, demostrando una vez más su afición por los distintos tipos de magia.

¡No sea tan despreocupado, es un asunto serio! —lo reprendió Marx preocupado por la nueva situación de la mazmorra.

Pero el Rey Mago seguía sonriendo natural.

Tranquilo, tranquilo —habló nuevamente despreocupado—. Tanto Yami como Vangeance enviaron unos chicos muy interesantes —luego sonrió de forma cariñosa al recordar que su hija también había ido-. Ella tambien fue asignada para esta misión.

El consejero del Rey Mago sólo suspiró rendido y esperando que todo saliera bien para los dos grupos mandados por las dos órdenes.

Lotus es fuerte, pero nuestros chicos también —dijo por último ampliando la sonrisa que había pintado sus labios.

Sin duda alguna para el grupo de caballeros, se acerca a una nueva etapa por descubrir.

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