𝐏𝐫𝐨́𝐥𝐨𝐠𝐨 ☘

Camina tan rápido como sus pequeñas piernas le permitían, sus mejillas sonrojadas por el frío.

De vez en cuando era empujada por las personas que transitaban por las calles sin importarles que una niña ande a tal horas de la noche.

Se recostó en una de las paredes de las enormes y elegantes casas de la realeza, ya no podía seguir huyendo de aquellos hombres, pero si se dejaba agarra estaba segura de que sería su fin o más bien su pesadilla.

¡Oye tú, maldita plaga no huyas!.

Aquello fue lo necesario para seguir con su corrida, intentó no dejar caer los pedazos de pan que llevaba utilizando su remera como bolsa.

Observó un callejón y corrió hacia allí, rogaba que pudiera confundirlos y así perderlos.

Demonios, donde ha ido, maldita ladrona —gruñó un hombre llegando al callejon junto a los demas—. Es como si se le hubiera tragado la oscuridad.

—Ojalá así fuera, de esa forma aquella pesadilla desapareciera —dijo el otro de forma burlona.

La tachaban de pesadilla, aberración, rareza. Solo por ser extrajera...

Luego de que esos hombres se fueran, en la parte más oscura del callejon, dicha oscuridad empezó a moverse, consumiendo toda luz que llegara al lugar gracias a los candelabros de las calles.

Una pequeña mano salió de aquella masa oscura y luego un pequeño cuerpo.

La niña suspiró y sonrió a lado oscuro del callejon.

A pesar de que todos odiaban la oscuridad ella pensaban que era un lugar de suma tranquilidad.

Ella creía que..

La oscuridad no era tan mala. Solo los Monstruos que se escondían en ella.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top