04
JiMin se miró en el espejo y sonrió en grande, le gustaba como se miraba su cuerpo, ya solo pesaba 80 kilos y aunque no era su peso ideal para las estadísticas coreanas, se sentía muy conforme. Tenía ya alrededor de un año haciendo dieta con su nutriólogo y este era su progreso, hasta ahora, porque pensaba bajar mucho más, quizás a 50 kilos, para entrar en los estándares coreanos.
No obstante, YoonGi no estaba de acuerdo, no por su preferencia a losgorditos, sino por su salud y lo había hecho entender que estaba bien tal como está, siempre que se sintiera seguro consigo mismo. Claro que convencerlo no le fue tan difícil, pues se había encargado de adorar cada milímetro de JiMin durante este tiempo y con eso había sido suficiente para hacerlo ver cuán perfecto era.
JiMin se sintió tan amado y deseado que no encontró motivos para seguir cambiando su cuerpo, estaba bien con un poco de sobrepeso y al diablo los estereotipos, gordofobia y discriminación. Al fin y al cabo, YoonGi estaba para él, cuidándolo de las malas miradas cuando tenían citas como pareja o defendiéndolo de las personas que lo molestaban con comentarios burlones.
Desde el comienzo las cosas iban excelente entre ellos y eso era lo esencial, que su relación no se basaba en lo que los demás opinaran, sino en lo que ellos sentían. Quizás su noviazgo fuese de una manera muy distinta a la normal, pero era real y ninguno de los dos estaba incómodo con cómo se dieron las cosas, mucho menos lo que hicieron en su primera vez juntos.
Oh, sí, esa deliciosa ensalada "especial" de YoonGi había convencido a JiMin de una forma tan única, que incluso lo han estado repitiendo otras veces con diversos alimentos. Más que nada solían hacerlo con frutas y verduras, esto debido a que había mucha variedad en el vivero que el nutriólogo cuidaba.
JiMin disfrutó cada invitación a la casa de YoonGi, pues siempre había algo de cosecha nueva esperándolo sobre la barra de la cocina y un buen vino con afrodisíacos, que no siempre bebían.
Para alguien como JiMin, experimentar tanto placer con YoonGi fue como encontrar el mismísimo cielo y luego caer al infierno cada vez que le provocaba un fuerte orgasmo. Era tan contradictorio y adictivo que no pudo detenerse en cuanto inicio, lo volvió algo rutinario, como si fuese una de sus cinco comidas diarias, ya que servía de la misma manera.
Ya no había vacío en su interior, se sentía lleno y todo gracias a su nutriólogo.
Sin embargo, JiMin algunas veces seguía dudando de que alguien como YoonGi estuviera a su lado y lo quisiera, por eso decidió que lo mejor era preguntarlo directamente. Esta tarde tenía acordada una cita casual para las cinco de la tarde, en esta ocasión se verían en su casa, la cual en todo este tiempo su nutriólogo no había visitado.
JiMin era muy reservado en ese aspecto, pues su hogar era su zona de confort y su escondite cada que alguien lo lastimaba. Pese a eso, ya confiaba lo suficiente en su novio para dejarlo entrar, que viera esta parte de él, la cual no era la gran cosa, pero en lo personal tenía un gran valor emocional.
YoonGi estaba muy emocionado y cautivado porque sabía de antemano que este era un paso importante en su relación, tanto así que se encargó de llevar un arreglo floral y una canasta de alimentos como presentación. Por el entusiasmo quiso hacer algo distinto y se vistió de manera informal, utilizando unos pantalones negros, entubados y rotos de las rodillas, junto a una camisa de satín morada que resaltaba con su cabello negro y piel blanquecina. Normalmente, siempre iba con traje de vestir a trabajar en la clínica y para su propia casa andaba por comodidad con overol o sencillamente una pijama fresca, haciendo que JiMin nunca lo viera con prendas sexys como estas.
Cuando aparco su elegante camioneta SUV premium palisade, se aseguró de verse en el retrovisor, ponerse un poco de loción y tomar los presentes para su paciente. Observó el edificio de departamentos unos instantes y distinguió que debía ser caro, llamó a la puerta y por el micrófono JiMin le dijo que podía subir, la puerta realizó un sonido que le hizo saber podía pasar. Rememorando, se dio cuenta de que nunca le había preguntado a qué se dedicaba su lindo novio y se dijo que le preguntaría al llegar a su piso.
JiMin lo recibió, sonriente y arreglado, llevaba un conjunto blanco semitransparente con su cabello castaño peinado a un lado y se embobó un poco con esa preciosa imagen. Cosa que también le ocurrió al contrario, JiMin quedó impactado y capturado al verlo vestido de esa manera tan juvenil y seductora, todo le quedaba bien.
No es que se llevaran muchos años de diferencia, pero YoonGi siempre daba esa aura de una persona madura y profesional. Mientras que JiMin constantemente parecía alguien menor por su costumbre de usar cosas holgadas y lindas.
—P-pasa.— pidió JiMin un poco tímido.
YoonGi salió de su trance y asintió, se acercó para abrazarlo y le dio un casto beso en los gruesos labios que tanto adora. Detalló el lugar y se percató de que todo gritaba su nombre, el ambiente era reconfortante y de tonos pasteles.
—Traje esto, espero te guste.— comentó YoonGi sonriendo a medias, extendiendo la canasta y el arreglo.
—Gracias, no debiste molestarte.— correspondió JiMin, tomando ambas cosas y llevándolas hacia la mesa central.
YoonGi pudo ver sus acciones sin problema porque el departamento, aunque era amplio, tenía todo dividido con paredes delgadas y secciones. JiMin podía sentir como lo miraba y enrojeció, un poco avergonzado de mostrar su casa.
—Uh, YoonGi, puedes sentarte.— ofreció JiMin, señalando su sillón de dos plazas en color salmón y ambos lo hicieron juntos —Quería preguntarte algo... Sé que ha de ser un poco gorroso que me la pase vacilando en nuestra relación durante estos meses, pese a que no me has dado razones, pero me siento inseguro.
YoonGi asintió comprensivo —Puedes hacerlo y te lo he dicho muchas veces, por favor hazme saber si en algún momento hago algo que no te agrade.
—¿Realmente le gusto?— interrogó JiMin, sus ojos grisáceos están fijos en los oscuros de su nutriólogo y tiene mucha ansiedad, por lo que sus manitas juegan entre sí —La última vez que fui a la clínica, escuché a las enfermeras hablando de nosotros y al igual que ellas, me es difícil creer que le atraigo.
YoonGi generalmente no es alguien problemático, pero desde que conoce a JiMin ha tenido que enfrentarse a muchas personas que lo señalan por su aspecto físico. Lo ha presenciado y escuchado, el cómo dicen que son desiguales porque él es delgado y guapo, mientras que JiMin es gordo y feo, pero eso no tiene ni una pizca de verdad.
JiMin es hermoso, lo más tierno y dulce que ha conocido en su vida, perfecto ante sus ojos.
Está molesto y no por el hecho de cuidar a su novio, sino porque la gentese cree con el derecho de entrometerse en su relación solo porque sí. Nadie debería opinar al respecto, pues es él quien tiene la fortuna de estar con JiMin y no ellos. YoonGi no le iba a mentir, lo quería y ya lo empezaba a amar, e incluso había pensado en pedirle que vivieran juntos. Con JiMin todo era distinto, nunca se había sentido tan enamorado y anhelaba que en un futuro pudieran casarse. Estaba yendo en serio y era algo que nunca antes había hecho porque sus anteriores novios y novias solamente lo querían para presumirlo en redes, con sus amistades o familia, nada real. Que YoonGi fuera "ideal" con su cuerpo delgado, piel blanca y de buen estatus económico, no quería decir que tuviera la suerte de encontrar a alguien que lo amara realmente. En cambio, JiMin le daba todo de él sin esperar nada, era tan puro y cálido que se volvió alguien muy importante en pocos días.
—Al inicio, cuando te vi entrar por la puerta de mi consultorio... pensé en usarte, como muchas personas habían hecho conmigo, quería tenerte para mis fantasías sexuales.— confesó YoonGi, manteniéndose firme a pesar del miedo que tenía de perderlo por lo que estaba diciendo —Desde niño tuve una fijación con las personas obesas y por eso me convertí en nutriólogo, pensé que el aspecto físico era lo principal para tener una relación y cometí muchos errores.
JiMin escuchó atento, aunque estaba dolido y algo decepcionado, esperaba que no se arrepintiera de haber preguntado. Tal vez debió guardárselo, mentirse a sí mismo y seguir con esta relación, ya que prefería eso a retroceder lo que avanzó.
YoonGi noto su pesar y lo tomó de las manos —Tuve un novio y dos novias, dos de ellos con gordura y otra delgada, pero los tres solamente me utilizaron y estaba herido.— aclaró, recordando claramente —Quería ser yo esta vez quien usará y deshechará, pero no pude, no a ti JiMin porque eres mi Cerecita y lograste reparar el daño que había en mi interior con tu ternura.
—Pero...— dudo JiMin con incredulidad, pero YoonGi lo callo colocando el dedo índice sobre sus belfos.
—Puedo ser guapo por fuera, pero por dentro estaba podrido, como a la cosecha que se le meten plagas y las comen desde el interior.— interrumpió y rápidamente agregó —Tú eres muy distinto, aunque tu físico no sea "ideal" para los demás, lo eres para mí, tan perfecto como un ángel que no puedo aceptar que siquiera seas real.
—Ah, realmente tenías que emplear referencias con verduras y frutas ¿No?— preguntó JiMin con alegría, sus pequeños ojitos grisáceos estaban acuosos.
YoonGi asintió —Ves, soy bastante extraño y tengo gustos que muchas otras personas no aceptarían, pero tú me quieres a pesar de todo y yo también a ti.
—Bueno, usar afrodisíacos y tener sexo con alimentos... No me parece tan raro, solamente es algo distinto.— aclaró JiMin, conmovido por su sinceridad.
—Utilice mi posición como nutriólogo para tenerte a mi merced, JiMin, no soy alguien bueno.
—Lo sé, siempre lo supe.— soltó JiMin sin más y YoonGi arqueo una ceja sin entender —Pensaste que era alguien iluso, pero amor, Suga~— ronroneo, subiéndose a su regazo para juguetear con su cuello—Soy escritor de historias eróticas y no me sorprendió, solamente te seguí el juego porque me gustaste.
—¿Historias eróticas?— preguntó YoonGi, dejando que mordiera el lóbulo de su oído y lamiera traviesamente hasta sus clavículas.
Mierda, eso explicaba por qué aceptó tan fácilmente sus fetiches y parafilias, JiMin no era quien creía, pero no estaba disgustado por eso. No es como que le hubiera mentido, quizás se lo hubiese dicho antes si le preguntaba y él no lo hizo, hasta hoy que lo planeó.
—Sí, me gusta escribir fantasías sexuales y que mi nutriólogo, específicamente tú, hiciera movimientos conmigo... alimentó mi imaginación.— confesó JiMin, alejándose para mirarlo con puro deseo — Si hubiese sido alguien más, habría salido corriendo de la clínica y lo pensé en la primera consulta, pero no de ti.
YoonGi de verdad estaba impactado, resultaba que su lindo JiMin si es la cereza de su pastel y ahora, más que nunca, quiere tenerlo bajo su tacto.
—Vivamos juntos, Cerecita.— pidió YoonGi, su voz ronca y llena de ilusión.
JiMin sabía que estarían bien juntos porque podía verlo, los fanales oscuros y dilatados de su novio lograban transmitirle todo, ellos se deseaban y amaban.
—¿En tu casa o la mía?— curioseó con fingida inocencia y un puchero tierno.
Eso desencadenó el lado más primitivo de YoonGi, no podía soportar tantas emociones en su interior, tanta felicidad y amor. Envolvió a JiMin en sus brazos, lo acomodó mejor sobre su entrepierna y se frotó contra su respingón trasero.
—Por el momento, será tu sillón y en el día todo tu departamento, luego de eso, puedes elegir, Cerecita.
Oh, JiMin está arqueado de placer, se sentía bien y ese grosor caliente jugando con su entrada por sobre las prendas lo tenía a nada de enloquecer. Se mordió los labios para silenciar sus jadeos, pero aun así movió sus caderas al compás, definitivamente haber ido al nutriólogo fue su mejor decisión.
—Es hora de comer, Suga.— gimió JiMin, tomándolo por el cuello de su camisa morada y lo besa apasionadamente, moviendo sus labios con suavidad, mientras su lengüita juega con la suya.
YoonGi lo tomó por la cintura con sus grandes manos y las deslizó hacia abajo, introduciéndolas en su pantalón para tantear su entrada con una y apretarle el una mejilla con la otra. Esa noche prepararían un ramen especial como cena, pero con un aderezo extra, ese exquisito y natural que JiMin proporcionaba con sus gloriosos orgasmos.
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Está historia ha llegado a su final, les recuerdo que por el momento no estoy escribiendo debido a mis problemas de salud, pero espero volver pronto con nuevos proyectos, cuidense mis galletitas ♡
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