Capitulo #3 "Nuevos Integrantes"
>Departamento de Ran Haitani <
Haitani despertó, abrió sus ojos por los rayos del sol que entraban por su ventana.
— ¡Maldición! — Exclamó en molestia y tallando de sus ojos. Luego toma de su celular para ver la hora.
09:20 am.
— Excesivamente temprano — Se dice para si mismo y vuelve a tallar sus ojos. Luego ve un mensaje qué tenía por parte de Brahms.
Brahms Palladino .
“Tenemos reunión en la mansión , ya llegaron los que hacían falta, “
Después un mensaje también llegó a su teléfono.
Rin estúpido.
“No mames, Ely ayer se largó con un estúpido ¿Porqué chingados no me pela? “
Carcajada más fuerte salió de él.
— No mames Rin ¿Hasta cuando vas a entender que Elizabeth no está interesada en ti?
Llega el momento en dónde el de cabello morado se retira las sábanas de encima, y camina directo al enorme balcón de su apartamento para encender un cigarrillo mañanero, Ran tenía un problema de tabaco demasiado fuerte, al despertar se fumaba de entre dos o tres cigarrillos, durante el día sin darse cuenta acababa con media cajetilla, y antes de dormir otros cuatro.
Aspira fuerte y placenteramente del humo, y exhala de él, pero la tos le interrumpe. Es cuando el Haitani se queda extrañado, pues jamás había tosido a causa del cigarro.
Talla su rostro, y es cuando se siente nuevamente débil y cansado.
— Necesito encontrar un buen médico, y me diga el porqué de mi cansancio.
Arrojó la colilla. Dio un baño y se preparó para retirarse e ir a la mansión Bonten.
***
>Departamento de Abraham Palladino <
Aunque un día anterior se dio un baño después de tener relaciones con su puta, Brahms volvía a darse un baño por la mañana, era su manera para no sentirse mal o sucio de cierta manera, aunque ya su esposa no estaba en vida, y él debía continuar con su vida, no podía evitar sentirse mal, y sentir que le fallaba cada qué se acostaba con alguien.
Con sentimiento menea su cabeza, no era momento de ponerse mal.
— A veces siento que debo ir con un psicólogo.
Palladino salió de la regadera, y caminó justo para comenzar a cambiarse de ropa y arreglarse. Después un llamado a la puerta de su departamento es lo que suena, el azabache se extraña, y camina directo para dicha puerta.
— ¿Quien es?
— La vieja Inés ¿Quién más estúpido?
Abraham rio, giro de la perilla y se encuentra a Koko detrás de la puerta.
— ¿No deberías tú ya estar con el jefe y los demás?
— ¿Y tú no deberás tener una camisa puesta? — Koko arqueo su ceja divertido.
Brahms solo niega con la cabeza.
— Estás en mi departamento, obviamente puedo andar hasta desnudo si quiero.
Koko esboza una risa.
— Pero man, si escuchas que alguien llama a tu puerta, es claro que debes ponerte aunque sea una camisa.
— Bueno ¿Me vas a responder o no lo del jefe y los demás ?
— Quise primero ir a desayunar algo, Mikey y Abel pueden esperar.
— Bueno, poniéndolo así, tienes razón, está primero el estómago que el trabajo.
— Obviamente, necesito nutrientes para comenzar el día, si no, no rindo y no hay dinero.
Abraham comienza a vestirse, sin importar la presencia de Hajime.
— ¿Sabes? Necesito una secretaria, una chica que esté siempre a mi lado, y me ayude a agendar citas, Takeomi es un bueno para nada, y a veces me hace citas y no vale verga porque se le olvidan.
Palladino soltó una carcajada fuerte.
— Ese cabron sólo piensa en negocios y el dinero, pero no piensa en cómo hacerlo.
— No olvides también que sólo piensa en su novia falsa.
— ¿Tampoco crees que enserio tenga vieja?
— Bueno, más bien, no es que no le crea ¿sabes? Más bien pienso que es estúpido le está mandando dinero a ella, y ella se está follando a un español.
Abraham no puede evitar reír.
—Pobre Takeomi.
— A mi me parece una estupidez lo que hace — Agrega Koko— Osea, entiendo la parte de mandarle dinero a su hermana, pero ¿A su novia española que ni está aquí? No jodas.
— Bueno, cada quién es libre de su dinero.
Hajime ladeo su sonrisa divertida.
— Bueno ¿Te vas a cambiar o no? Quiero ir a desayunar antes de recibir a aquellos.
— Claro, claro estaba esperando a que te salieras de mi habitación, pero sin problema alguno yo me cambié delante de ti.
Koko mojo sus labios meneando su cabeza divertido.
— Apúrate no más.
— ¿No que se fueran a la verga Mikey y Abel pues?
— Jajaja, eres un estúpido Abraham.
***
Katra le lanzó un beso a Abel e ingresó a su oficina. Hace un par de años, junto a unos colegas habían alquilado aquel local y convertido en su trabajo.
Cuando iba a tomar unos papeles, tocan a la puerta y abre, parpadea al encontrarse con su colega más cercano.
—Buenos días, Katra. Traje café, para compartir ambos.
—Souya, buenos días. Vamos, pasa.
El chico de cabello azul y ojos color azul, ingresó a la oficina y ambos tomaron asiento.
—¿Qué tal tus días libres? — pregunta el chico, dándole un sorbo a su café.
Katra sonríe inconscientemente al recordar los momentos compartidos con Abel.
—Muy bien, la pasé con mi novio. Hicimos cosas divertidas — Katra guiño un ojo cómplice y Souya rio al entender.
Souya tomó un sorbo de su café.
—¿Ya cuántos años tienes con él?
La rubia llevó un dedo a su barbilla.
—Seis años.
—Wow, es bastante tiempo.
—Si. Aunque lo curioso es que íbamos a la misma universidad, y nos echamos miradas desde lejos, pero ninguno daba el paso. Luego, recuerdo, que en medio de la residencia, él dejó de asistir y me pregunté si no lo volvería a ver. Pero ya luego nos encontramos, no lo podía creer.
—Muchas veces pensamos que no pasará nada con ese crush, y te resignas y sigues con tu vida. Pero mira, estaban destinados a encontrarse y tener algo.
—Si, fue un día que no olvidaré — sonrió.
Katra suspiró y luego su mente la traicionó de pronto, así sin más, por alguna razón, pensando por un momento en que ella y Abel terminarán.
Si algo le enseño la relación fallida de sus padres, es que las cosas pueden acabar tan rápido como empezaron.
—No me gustaría terminar como mi madre — murmuró.
—¿Dijiste algo?
—No, nada ¿Quieres galletas? Recuerdo que dejé unas aquí en mi gaveta de escritorio.
***
Después de dejar Abel a Katra en su consultorio , dirigió su auto hacía una preparatoria.
Se estaciona, y este baja tan atractivo, y elegante como siempre. Observando a una pequeña adolescente de 16 años recostada bajo un árbol. Ella con sus bellos ojos cafés sonríe y sale corriendo.
— ¡Tioooo! — Grita felizmente la rubia.
Abel extendió sus brazos para recibir a la pequeña jovencita.
— ¿Cómo estás Alexa?
— Yo muy bien ¿Y tú tío?
Abel entregó una paca de dinero para la chica.
— Recuerda compartirlo con tus pequeñas hermanas.
— ¿Algún día me dirás porque no puedes verlas?
— Bueno..
— ¿Oh porque no puedes ir a la casa? Mi papá te extraña mucho, a ti y a la tía Rebeca.
Abel mira a los ojos cafés de su bella sobrina, la mirada de los Imaushi estaba en ella claramente, y por supuesto que Abel quería conocer y abrazar a sus otras sobrinas, pero era lo mejor no acercarse a ellas, con Alexa era rara la vez que dejaba que ser vieran, pero en ese pequeño momento, Abel era completamente feliz.
— Te prometo que algún día, te contaré el porqué de todo ¿si? Con lujo de detalle.
La bonita chica sonrió y asiente al mismo tiempo.
— ¿Y la tía Katra?
— Ya fui a dejarla a su trabajo.
— Tío, eres muy mandilón — Le dice entre risas.
Abel suelta una risa.
— Pero ¿Sabes? — Los ojos carmesí del mayor voltean en dirección a Alexa — Si algún día, yo me caso o me enamoro, desearía mucho que él fuera como tú, tío Abel.
Abel la mira extrañado.
— ¿Por qué dices eso, Ale?
— Tío, lo poco que te e visto con la tía Katra, me hace llegar a la conclusión de que eres el mejor hombre de todos, la llevas y traes todos los días al trabajo excepto cuando tu trabajo te hace viajar, pero fuera de eso siempre la estas llevando y trayendo, eres super atento a ella, la sorprendes con regalos o pequeños detalles, la manera en que la ves, como si no existiera ninguna otra mujer, o también la manera en que la cuidas.
El segundo de los Imaushi está impresionado, Alexa los ha visto muy poco, pero con esos pequeños momentos, no pierde el tiempo en observarlos.
— Se ve que matarías hasta por ella.
Él esbozó una sonrisa y besa la frente de su sobrina.
— Sin mencionar que eres una muy buena persona.
Pero esas palabras le dan directamente en el pecho del Imaushi, el solo hecho de recordar lo mierda qué ha sido, y las vidas que a quitado, le hacen sentir la peor persona del mundo.
— Quiero mucho a Katra, demasiado, y si, daría mucho por ella.
— ¿Hasta tu vida?
Abel se queda un poco en silencio, sabía que Katra era de lo mejor que le había pasado, pero siempre tuvo en claro que jamás perdería la cabeza por una mujer.
— No tanto, pero si daría mucho y tú también, nunca des todo por alguien, recuerda que primero eres, tú, luego tú y al último tú ¿si?
— Por supuesto tío. Así será.
—Si, porque te diré algo, el amor es muy bonito, es demasiado bonito compartir momentos únicos con alguien a quien quieres mucho, pero, el amor propio es mejor.
Alexa sonríe y se abraza más a Abel.
También no creas que soy tan buena persona, e tenido muchos intentos de suicidio, e matado a mucha gente sin piedad, incluyendo niños y embarazadas, soy una persona despreciable Alexa — Pensó Abel.
— Bueno, ahora ya debo irme Ale.
— ¿Tan rápido?
— Si, tú debes ir a clases, no dejes los estudios jamás porfavor. Los necesitas mucho.
— Claro que no, jamás los dejaré tío.
Abel ladea su sonrisa y abraza por última vez a su sobrina.
— Te llamaré en el siguiente mes y por favor, no le digas a tus papás que me viste, ni a tus hermanas.
— Claro que no, y tío cuide mucho a Katra.
El de cabello negro sonríe y asiente retirándose, arrancando del auto.
Alexa lo mira retirarse y ahí es cuando entra un pequeño vacío interior.
***
Sanzu conducía directo a la mansión Bonten, curiosamente ese día, era día en el que había bajado al centro de la ciudad a comprar unas pequeñas necesidades.
En el estéreo de su auto sonaba a todo volumen un poco de Suicide Boys, música que a Haruchiyo le encanta.
Pero en el trayecto, este se detiene por semáforo rojo, su vista se desvía hacia una colina, le resultaba familiar ¿Que era lo que había ahí que le traía un cierto sentimiento extraño en su pecho?
Justo al momento en el que el color del semáforo cambia, Sanzu gira el volante, claramente no yendo hacia la dirección de la mansión Bonten, si no siguiendo ese camino que le resultaba un sentimiento extraño, mientras más y más subía, el camino daba una extraña sensación.
El camino lo llevó directamente al lugar en dónde él vivió su niñez, su niñez turbia y horrible, qué cuando suele recordar, Sanzu entra en un estado de ansiedad masivo. Y pequeñas escenas maníacas llegaban a su cabeza.
— ¡Maldición! ¡Maldición! — Su pecho se acelera, siente que no puede, esa mujer, esa mujer qué se hacía llamar madre, que estaba mal de sus facultades mentales, y que hizo muchas cosas atroces con sus tres hijos.
El Akashi se baja del auto.
— ¡Puta zorra de mierdaaaaaaaa! — Grita con todo el coraje del mundo en dirección a la puerta de la casa — ¡Te odio, vieja puta de mierdaaaaaaa! — Golpeaba y golpeaba de esa casa abandonada, que incluso hasta cintillas de no pasar, adornaban esa casa — ¡Que bueno que te moriste pendeja, y que fue a mis manos! ¡Hija de tu puta madre, pendeja!
Su ira y dolor lo comenzaban a cegar, lo hacían sentir mal, y cada que él entraba en ese estado, prefería drogarse y salir de su realidad. Su pecho estaba agitado, corre a su auto y prepara una aguja listo para pincharse.
Al sentir en sus venas esa dulce y asquerosa sensación de droga, lo hacen sentir relajado y expulsarse de su cruda realidad. También estuvo a nada de no ir a su reunión con Bonten, pero teóricamente, casi era imperdonable faltar a una reunión.
***
Savannah salió del ginecólogo, esperaba por su hermano para ambos ir a la reunión.
Desmond bebé<3
“Ya casi llego, vete bajando “
Savannah sonrió, y justo antes de retirarse, el ginecólogo salió del consultorio.
— Señorita Cumberdale, pensé que ya se había ido.
— No, bueno justo ya me iba a bajar, ya llegó mi hermano por mí.
— Bueno, que le vaya muy bien, y le recomiendo cuidarse mucho, hemos avanzado mucho con su enfermedad, la hemos podido controlar muy bien.
La de cabello azul verdeado sonríe y asiente. Pero tras esa sonrisa hay un fuerte dolor de sentimiento al recordar como es que llegó a tener el vih 0 positivo. Y como casi pierde su vida.
El médico la mira y le sonríe.
— No tienes de que avergonzarte, son cosas que nos puede pasar a cualquiera, y más a causa de que lo tuyo abusaron de tu inocencia y desespero.
Apenas levanta la cabeza, la pena se la carcomen con todo su interior, pero ese ginecólogo le a ayudado mucho para poco a poco poder superarse.
— Gracias doctor Wilson
El teléfono de la guapa chica suena, tratándose de su hermano menor.
Desmond bebé<3
Ya había llegado.
— Bueno, yo me despido doctor, tenga un buen día y muchas gracias.
— A usted joven Cumberdale.
Savannah bajó en el ascensor, dirigiéndose al auto de su hermano.
— Ya vamos tarde, Vannah.
— Perdón, es solo que cuando ya iba a bajar el doctor me detuvo un momento.
— Ya dile que te deje de tirar el sablazo, dile que tienes novio o algo así.
— Ay si, ay si el hermano celoso.
Savannah sonrió mostrando lo blanco de sus dientes y corrió a la mejilla de Desmond para depositarle un besito.
— No lo llamaría celos, lo llamaría una manera de cuidarte, te descuide mucho tiempo, y pasaron muchas pendejadas, y hasta ahí incluyo entrar a Bonten, tú ahorita deberías ser una diseñadora de modas exitosa, y no una delincuente buscada por todo el mundo.
Savannah mira hacia afuera del vehículo, es cierto, ella muchas veces soñó con ser una diseñadora de modas, crear una línea de ropa, si había algo que a ella le gustaba más que otra cosa, era absolutamente la moda y la ropa.
— Tú deberías estar en algo tan grande como la empresa Kawaragi, no aquí.
— Daría lo que fuese por ir a un desfile de modas
— Tienes el dinero para comprar una entrada.
— Desmond, a esos eventos Senju Kawaragi sólo deja entrar a quién ella le entrega invitación, jamás una de esas invitaciones llegaría a mi ¿como?
— Ya deberías de salirte de Bonten, mejor, no soporto la idea de tenerte aquí y saber que en cualquier momento puedes morir.
— ¿Y crees que para mi es grato saber que te puedes morir en cualquier momento? No Desmond, te pasa algo a ti y yo me muero también.
El de ojos grisaceos toma la palanca de cambios, no queriendo reconocer que le dolía, pero debía admitir que gracias a que ella entró a Bonten, se salvó de muchas cosas y pudo tener venganza con aquel asqueroso hombre.
***
Takeomi se encontraba con los brazos cruzados, esperando por aquella persona a la que tenía ya mucho tiempo sin ver.
En su rostro se pinta una sonrisa.
— Senju.
La chica no puede evitar querer sonreír también y se abraza muy fuertemente de Takeomi su hermano mayor. Cabe mencionar de las pequeñas lágrimas que le botaron de sus ojos.
— Cuánto sin verte, Takeomi.
— Lo mismo digo, sinceramente no quería exponerte pero necesitaba verte, y vaya que me estoy llevando una enorme sorpresa hermana.
— ¿A sí? ¿Por qué?
— Ya eres toda una mujer de negocios, muy guapa por cierto, creo que viene de familia. No es lo mismo verte por revistas, redes sociales y televisión a verte en persona.
La bonita albina lo mira con ternura. Y mucha, pero mucha nostalgia.
— ¿Cómo está Haruchiyo?
El mayor de los Akashi deja escapar un suspiro alto
— Él está bien.
— ¿Ya fue a terapia?
— Se rehúsa a ir.
— Haruchiyo, siempre el más terco de nosotros.
Takeomi ríe, al mismo tiempo en el que saca un cigarrillo y lo lleva a sus labios.
— ¿Vas a fumar?
— Me mantiene relajado.
Senju bufo
— ¿Y cuando se dejara ver?
— Senju, olvídate que puedas ver a Sanzu, él no quiere absolutamente tener algo cerca de su pasado, él está traumadisimo, y verte a ti lo pondría muy mal. Demasiado diría yo.
— ¿Cómo tú no lo haces sentir mal?
— Senju, yo me salí antes que él, mucho antes, y siempre lo he estado ayudando con todos esos traumas y cargos que trae encima.
— No veo que lo estés ayudando mucho Takeomi.
— ¿Por qué lo dices?
La chica no dice nada, observar a su hermano a los ojos, sin decir algo, fue su única respuesta.
— Take, me da mucho gusto enserio verte de nuevo, pero ya me debo ir, tengo mucho tiempo fuera de la empresa y ya debería estar volviendo.
— Está bien, te veo luego, y Senju acabo de depositarte.
Le es difícil despedirse de él, pero por fin termina haciéndolo, se abrazan, se miran por última vez y Senju se retira. Takeomi la ve, pero luego su atención es llamada por otro lado.
Su celular.
Siente algo de decepción, llegaba a creer que sería Danielle, pero últimamente cada que le mandaba dinero, Danielle no le hablaba por días.
Rebeca I.
“Dice Mikey que te apures cara de culo “
— Esa niña.
***
~Empresas de moda; Kawaragi ~
Allison bajaba las escaleras de la enorme empresa que era Kawaragi, por un lado de ella Alice le hacía compañía, mientras la azabache le explicaba unos nuevos proyectos que se aproximaban y viajes a los que próximamente Alice iría con respecto al modelaje en otros lados del mundo.
—Me da un poco de nervios, Allie, ya este fin de semana un desfile de modas, me da hasta cierto punto ansiedad.
— Alice, tranquila, estoy completamente segura de que lo harás bien como siempre lo haces,tú y Emma son el mejor debut que tenemos, y ten por seguro que se la rifan como siempre.
— Que linda eres en serio.
Justo antes de bajar el último escalón, Allie siente un mareo, y se agarra fuertemente de Alice.
— Allie ¿Estás bien?
— S-si, creo que e tenido mucho trabajo últimamente y sentí como me marie.
— ¿Segura?
— ¿Están bien chicas?
Alice se congela al escuchar aquella voz ronca detrás de ellas, rápido siente sus piernas temblar.
Despacio y con miedo, la rubia de cabello corto, se da media vuelta, y es dónde se encuentra al chico de tatuaje de espinas en la frente, y ojos color café.
— ¿Gerard? — Allie apenas responde.
— Dame chance, Alice yo puedo cargar más a Allie. No queremos que una de nuestras modelos estrellas se facture.
Lillard siente como su corazón corre a mil por hora de la emoción, Gerard, su crush de hace mucho tiempo, se preocupaba por ella.
Sus ojos verdes solo ven como Gerard lleva a Allie hacía al final de pasillo y Alice se siente soñada.
— ¿Por qué esa carita y ese sonrojo en tus mejillas?
Alice se sobre salta.
— ¡Demonios, Emma! Me asustaste.
— ¿Todavía te gusta mucho Gerard verdad?
— Siempre será mi crush, de toda la vida, eso tenlo por seguro.
— ¿Aunque sea un amor imposible? A Gerard no le veo ganas de dejar a Yuzuha.
— Ni Yuzuha a él.
— Alice, hay muchos pero muchos hombres que matarían por estar contigo. Y tú solo esperas por Gerard.
— No espero por él, para nada yo se que él jamás dejaría a Yuzuha, y es válido, sólo me gusta mucho verlo es todo.
Emma negó con la cabeza y palmeó levemente la espalda de la rubia.
— Bueno ¿Te parece si ya vamos con Seishu? Debemos prepararnos para el desfile del fin de semana, Alice.
— Me da un poco de nervios el desfile ¿sabes?
— Pero ¿Porqué?
— No lo sé… Tengo como un, no sé presentimiento de que algo ocurrirá ese día.
— ¿Algo bueno o algo malo?
— No lo sé, Emma, no lo sé, sólo un presentimiento.
La rubia de ojos dorados no entendía, pero últimamente había notado a Alice un poco extraña, como ella misma lo había dicho como algún presentimiento.
Más tarde en la misma empresa.
Senju entregó un papeleo a la la gótica que trabajaba con ella.
— Mira estos son los papeles que te dije que hay que entregar a Seishu, viene con los costos de las telas que él pidió.
— Entendido, entonces yo paso y se lo dejo.
— Si, y Vicky también te pido las facturas pendientes de la tienda de lencería.
— A sí, de hecho estaba pensando en mañana quizás pasar casi todo el día allá, sólo para ver como están las cosas, y ver el desempeño de las chicas.
— Me parece perfecto, Victoria — La linda albina sonríe.
— Oye Senju otra pregunta.
— Si dime — Se cruza de brazos sin dejar de ver a la de cabello blanco.
— ¿Has considerado lo que te e dicho..con respecto a hacer las tiendas de lencería sex shop?
— Mmmmm — Akashi lleva su indice a su mentón, en un modo pensativo — Lo e pensado más, no lo e considerado para hacerlo real, pero ya veremos Victoria Novikov.
La Rusa sonríe triunfante.
— Se que terminaras accediendo, chica.
La guapa gótica se acerca a la puerta, momento justo cuando le llega un mensaje a su celular.
Niko🖤
“¿Vamos por una hamburguesa en la noche? “
Vicky sonríe, su hermanito a sido su adoración oír mucho tiempo.
Antes de Novikov salir de la oficina de Senju, en la entrada se encontró con Gerard. Ambos se saludan y despiden, ella se fue y él se adentra.
— ¿Cómo sigue Allie?
— Ya la llevé a la enfermería, le dijeron que se hiciera estudios, yo le recomendé más que se hiciera una prueba de embarazo.
Senju alza la ceja.
— ¿Prueba de embarazo?
— Imaginate, sería la primera embarazada de aquí de la empresa de modas Kawaragi ¿no sería genial?
— Mientras no afecte en lo laboral, está bien.
—Sen, no seas tan cruel, sería genial ¿no crees?
— Piensas eso porque tienes la esperanza de tener un hijo.
— A estas alturas, desde cuando habría sido padre, pero ella me quitó todas esas esperanzas… — Al Gerard recordar aquella chica siente un vacío interior, incluso su rostro cambió por completo, algo demasiado extraño para Senju, hacia ya años que no veía al chico con la cabeza abajo o un semblante triste.
— Gerard, no la recuerdes, no la pienses, gracias a la vida y a Dios, ella ya no está contigo, se fue.
— Desearía que estuviera muerta así como mató a mi bebé.
— ¡Gerard! Nunca hay que desearle el mal a nadie, ni por más culeros o culeras que hayan sido.
— Me arrebato a mi hijo, y no sólo eso…— Sus ojos cafés se querían nublar, pero eso no era una opción para él, hacía mucho tiempo que se había prometido que no recordaría a aquella chica ni mucho menos el aborto de su pequeño. —¿Sabes que? Olvidemos esto, mejor dime ¿Viste a tu hermano?
— Si, si vi a Takeomi, hacía mucho tiempo que no lo veía, pero lo vi esta mañana.
— ¿Y que tal? ¿Lo invitaste?
— No tuve el valor ¿Que tal si va con Haruchiyo? No sé como reaccionaria.
— Ay, vamos estoy seguro de que estarías taaan feliz de verlo de nuevo.
— No lo sé ¿Crees que si debería invitarlos?
—No, veo el porqué no.
— Pero no sé, ellos no están en cosas buenas.
— Pero no lo tienes cien por ciento certero ¿no?
— Pues no.
— ¿Entonces? Animate
Senju observa su teléfono, recuerda que Takeomi le había dado un número de teléfono para cuando ella necesitara algo, entra en una crisis o algo podía buscarlo.
***
~Estación de policía Stonegreen~
Sayuri se masajeaba sus hombros y en eso, entró Irene a su despacho.
—¿Cansada?
—No he ido a mi casa desde ayer, Rene.
La castaña de mechas tomó asiento frente a su superior.
—Entonces el caso de balacera de la Av. Central no tiene que ver con Bonten. Pensé por un momento, que tendríamos alguna ventaja tras que tú y los chicos, los atraparan.
—No, al parecer eran fanáticos de estos y solo querían hacerse notar para que Bonten los reclutara — rodó sus ojos.
Irene chisto sus dientes.
—Estarán bajo rejas por desorden público y algunos civiles resultaron heridos, por suerte, ningún muerto. Aún no han decidido el tiempo estimado.
Irene noto las ojeras en Sayuri.
—Tranquila, se acabó con la banda Escorpión. Bonten no será diferente.
Sayuri miró a Irene. Su mirada decidida.
Recordó cuando la conoció, a pesar de su determinación, cuando le tocó ir al campo por primera vez, se notaba los nervios de quitar una vida por primera vez, a costa de ver la suya en peligro. Poco a poco, la experiencia la estaba haciendo una oficial digna de su puesto. Incluso había ascendido a oficial líder. Así como demostrarle a todos que su apariencia no la limitaba a ser toda una mujer de carácter.
Y ella entendía de eso, cuando ingresó, tampoco le fue mejor.
Y eso que ambas venían de familia con legado en la fuerzas policiacas.
Aunque a diferencia de Irene, ella no entró por amor al trabajo.
—¿Siempre quisiste ser policía Irene?
Irene se mostró un poco confundida por la pregunta. Pero rápido asintió y tocó su placa. No lo pensó ni dos segundos.
—Por supuesto. Y mi padre fue mi mayor inspiración.
Un segundo de nostalgia se planteó entre ambas.
Fue cuando Sayuri se levantó y palmeó la cabeza de Irene.
—Sabes, me gustaría darte consejos de que la venganza no es buena. Pero sería hipócrita de mi parte.
Irene mojo sus labios.
—¿Cómo sabe que…?
—Tengo mucho tiempo en este trabajo, cariño. Lo sé — suspiró — Pero si te puedo aconsejar sobre algo. No dejes que la misma nuble tu juicio y quién eres.
Irene trago grueso.
No podría contradecir a su superior, porque era sí tal cual. A veces sentía como esta misma, quería oscurecer todo a su alrededor.
Perder el control.
—Es un sentimiento horrible…
—Si.
Irene pestañeo, no quería volver a llorar. No lograría nada con eso. Solo debía mantenerse enfocada en su objetivo. Encontrar quien fue que mató a su padre.
***
Afuera del despacho de Sayuri, Mitsuya miraba la pantalla de su computadora, leía una vieja noticia. En realidad, era la cuarta vez que la leía en un año.
Por alguna razón que no el mismo entendía.
“Tras la muerte del líder Steven. Los Montesis ¿Han desaparecido realmente?”
La reportera narraba al principio el éxito de la policía de Stonegreen en acabar con otra banda criminal, pero luego planteaba la duda sobre si en verdad habían acabado con la organización entera.
—¿Eh? ¿Qué haces leyendo sobre eso? Han pasado dos años ¿No?
Niko sorprendió a Mitsuya, quién lo miró y suspiró.
—Es que, cuando Edmond aún estaba con nosotros. Este fue mi primer caso importante, con Keisuke, Wakasa y…— Mitsuya se obstuvo de mencionar a Abraham, quién también estuvo en el caso, no por negación hacia el ex policía, sino que era un tema incómodo para Keisuke.
—Aja, acorralaron a Steven, y cuando pensaron escaparía. Edmond lo interceptó, lastimosamente el bastardo no logró pagar en la cárcel, porque tras el disparo, se cayó desde el balcón.
—Esa gente no paga realmente en la cárcel — Keisuke se unió a la conversación — Esos mal nacidos hijos de puta están mejor muertos Pero entonces ¿Estaba recordando viejos tiempos Mitsuya? Recuerdo que por tu gran desempeño en ese caso, te ascendieron a oficial líder.
Mitsuya quitó el artículo.
—No es eso. Es que, a diferencia de la banda Escorpión, que fue realmente un enredado. Siempre me quedó una espina con Los Montesis.
—¿Una espina… como? — Keisuke lo miró con interés.
Cuando Mitsuya iba a responder, Sareth hizo acto de presencia. Seguido de Wakasa, Sayuri e Irene.
Todos se pusieron firme y esperando a que el comandante hablara.
—Escuchen, este fin de semana harán de seguridad y protección del desfile de moda de la empresa Kawaragi.
Los ojos de Niko se iluminaron e Irene lo miró divertida desde su posición.
—Como se trata de un desfile de moda, estará la crema de la crema, así que me solicitaron a mis oficiales líderes y plantear el plan inicial. Wakasa, estarás a cargo de la seguridad desde el cuarto de cámaras, con el jefe del mismo.
Wakasa asintió.
—Sayuri, estarás merodeando detrás del backstage. Cuidando de las modelos y staff, con Irene y un par de cadetes.
La mujer azabache y la castaña asintieron.
—Les dejo el resto de la organización a ustedes — les hablo de nuevo a sus detectives.
—¡Entendido!
Sareth asintió y regresó a su oficina. Los ojos azabache de Sayuri le siguieron inconsciente con la mirada.
—¿Qué pasa? — le susurra Irene, que se había dado cuenta.
Sayuri pestañeo y meneó su cabeza. Se había puesto nerviosa pero siempre era buena controlandolo.
—Nada, solo que parece de mal humor hoy.
—Ah. ¿Sabes? Seguro es porque peleó con su esposa.
—¿Si? ¿Por qué lo dices?
—Porque ayer, que no estabas, fui a darle unos documentos y terminaba de discutir con Sakura por teléfono.
—Ah.
Irene se encogió de hombros.
—Pero seguro ya se contenta, el jefe Sareth es buena persona, un hombre paciente y por demás decir, atractivo.
—¿Te gusta?
Irene se rió enseguida.
—No, nada que ver — meneo su cabeza. Luego sus mejillas adquirieron un lindo rubor, pero su mirada era divertida— Es otro, quién me gusta.
Sayuri alzó una ceja.
—¿Se puede saber quién es? — la pico.
—Bueno… Es el dueño de la cafetería, a la que siempre vamos a comprar Niko y yo.
—¿Sochi?
—¿Es lindo no? Y hemos compartido mensajes estos días.
—Si, es muy guapo.
Irene luego miró a Sayuri con interés.
—¿Y a ti quien te gusta Sayu?
La mujer azabache se quedó de piedra y carraspeó. Pero cuando iba a responder algo, Niko llamó a Irene quien asintió.
—Luego me dices Sayu.
Sayuri masajeo su frente y luego acomodo sus anteojos.
No presté atención… a tus propios pensamientos — pensó.
***
—Pensaba que se quedaría todo el día con la niña, Sr. Caín.
El guapo chico se terminaba de tomar el café y unas tostadas que se había hecho para desayunar.
—Lo siento Portia, tengo que atender algo en el trabajo — la miró con pena. — Pero pedí libre la próxima semana, así que de lunes a miércoles, seré yo quien busque a Celestine en la escuela, y pase el resto del día con ella.
—¿Seguro? — lo miró severamente.
Caín asintió y alzó una mano.
—Es una pinkipromese, Sra. Portia.
La mujer mayor negó con la cabeza.
Caín terminó de desayunar y tomó sus cosas para irse, no sin antes pasar por el cierto de la niña y sonreír, al verla dormir tranquila.
***
~Mansión Bonten ~
Ely llegó bajando de su elegante auto, casi por un lado de la motocicleta de Kakucho. El mencionado se retira su casco, y tienen un encuentro de miradas, la mirada verde de Elizabeth, es tan deseable, esos ojos de vieja mamona y sexy a la vez. A veces resultaban irresistibles para Hitto.
La rubia ceniza no agrega nada, y para su mayor sorpresa se encuentra a Daisuke llegando también.
— Al fin. Justo a quién mis ojos querían ver — Ely sonríe, la chica es de pocas palabras y poca expresión, o al menos así lo conocían la mayoría del grupo, con excepción de su compañero Daisuke, que era con quién le tocaba trabajar casi todo el tiempo juntos.
Kakucho los observa, y por alguna razón, siente algo por dentro que le hace hervir la sangre.
— Llegas tarde Ely quesito.
— Tuve que ir a visitar a mi padre, cada que te va la oportunidad, iré con él, más aparte, tengo unas sospechas con esa niñera.
— ¿Sospechas de qué?
Elizabeth miró que Hitto aún posaba su ojo carmesí sobre ellos.
— Te platico más tarde, ahorita hay muchos monos en la costa.
Por el rabillo de su ojo, Daisuke logra ver y sentir la mirada fuerte de Kakucho.
— Entiendo, esta bien Ely.
Ambos se adentran.
—¿Y esa cara larga?
Kakucho voltea para mirar a Selena, quién lo esperaba en la entrada.
—Nada, solo pensaba — le da un beso en la frente como saludo.
—Vamos pues — lo toma del brazo y se adentran a la sala de reuniones.
Mikey ocupaba la cabecilla de todo. Por un lado de él se ubicaba Abel y por el otro Takeomi.
Alrededor de ellos, el resto de Bonten.
Ran, Rindo, Rebeca, Brahms, Ely, Daisuke, Sanzu, Savannah, Hajime, Kakucho, Selena, Desmond y Caín.
— La reunión a sido por el siguiente motivo — Akashi toma la palabra — Cómo sabrán hace un mes habían entrado dos integrantes a Bonten, pero no tuvimos la oportunidad de presentarlos debido a que ellos fueron reclutados para una misión fuera de Stonegreen.
— ¡Adelante, nuevos integrantes de Bonten! — Exclama Mikey.
Ambos se adentraron.
— Denle una bienvenida a Raissa y Artom.
Al escuchar ese nombre, uno de los integrantes de Bonten alzó más la cabeza y la ceja, completamente sorprendido, y justo al ver a la chica de cabello castaño cobrizo caminar en el medio de todos.
— Raissa y Artom ya cumplieron con su parte para ser un integrante digno de Bonten. — Agrega Manjiro — Y cómo saben, tenemos lio con Montesí, ocupamos al equipo completo, así que se les solicitó a Raissa y Artom que de inmediato vinieran de a dónde habían sido enviados. Así que en el transcurso del día tendremos una reunión con ellos, Montesí, se aclararan varios puntos pero eso no quiere decir que estén perdonados, veremos que es de lo que quieren hablar y se les hará saber….Hajime, Takeomi, yo y Abel iremos primero, luego depende de a la conclusión que lleguemos, se pondrán las manos en la marcha.
Mikey hablaba tan decidido y tan firme, todos ponían su mirada sobre él, excepto uno de ojos carmesí, quién no dejaba de ver a Raissa.
Raissa al igual quedó levemente paralizada al ver a los miembros totales de Bonten y verlo a él ahí entre todos, mirándola de una manera que le decía que quería gritarle y luego ahorcarla.
Artom lo notó y le dedicó una mirada de soslayo, dónde ella solo en encogió de hombros y le sonrió levemente, mientras el susodicho al otro lado de la habitación la estaba fulminando con la mirada al tiempo que Takeomi los presentaba a ella y Artom cómo la última dupla del grupo.
— De momento es todo, ya se pueden retirar con excepción de Kakucho y Selena, tienen una pequeña tarea pendiente.
Raissa toma a Artom del brazo.
—¿Me esperas en el auto antes de ir a lo último que tenemos que hacer hoy, Artie?— le dijo la ruso, que la miró con una ceja alzada—. Tengo que resolver algo, pero ya voy.
Él no pidió más explicaciones y se alejó, dejándola casi sola en el pasillo. Antes de a quien esperaba salieron dos hombres de traje, uno de mechas moradas y negras y otro de cabello más más largo con corte un poco anticuado que se le veía bien, ambos de ojos morados que la recorrieron de arriba a abajo. Uno de ellos, el más alto, le sonrió y le guiñó el ojo al pasar. Ella se hubiera quejado en otro momento, pero estaba tan nerviosa que solo le dió el mismo guiño y la misma sonrisa y se quedó esperando hasta que el que le interesaba salió.
Sintió un peso en el estómago cuando vió su cara, el enojo contenido en ella, y suspiró. Pocas personas la hacían sentir tan nerviosa y estresada y él era una de ellas.
Abel Imaushi, su mejor amigo de toda la vida... y ahora compañero de crimen al parecer.
—Abelito, está si que es una verdadera sorpresa— dijo ella, intentando sonreírle... solo para sentir más la pesadez al ver que frunció el ceño—. Bueno, es evidente que no es un placer verme, ¿verdad?
—¿Qué mierda haces aquí, Raissa?— bramó él, sin molestarse en saludar —. En serio, ¿qué mierda? ¿Por qué putas estás tú aquí?
Raissa suspiró, elevando los hombros y dejándolos caer para calmarse.
—Me alegra que también te alegre verme, Abel, después de tanto.
—No me salgas con esa mierda, te pregunté algo. Primero Rebeca ¿Y ahora tú? Bueno ¿ustedes tienen mierda en la cabeza o qué?
Y fue cuando ella también frunció el ceño, encontrando la diatraba molesta.
—Y no tengo porqué contestarte— se defendió, alzando la nariz al cielo en un gesto altivo— ¿Por qué te respondería? No es como si tú lo hicieras antes, cuando desapareciste y te comunicabas conmigo y te preguntaba.
—Eso no tiene nada que ver y lo sabes— gruñó Abel con los dientes juntos.
Raissa rodó los ojos.
—Claro que tiene que ver, aquí estás pidiendo explicaciones de las cosas que hago y tú nunca me dijiste una mierda aunque me moría de preocupación por ti— espetó, con el escozor en los ojos al recordar esos tiempos— ¿Sabes lo mucho que me preocupé? ¿Lo que tuve que evitar hacer, como decirle a tu mamá que aún hablabas conmigo? Así que no salgas con esta mierda ahora, así como tú fuiste lo suficiente maduro para tomar este camino yo lo soy también.
—Madura una mierda, que estés aquí demuestra que no lo eres— replicó él, pasando de tener las manos en las caderas a apretarse el puente de la nariz en completa exasperación. Raissa lo vió tomar aire y sabía que eso significaba que el problema no crecería—. Pero tienes razón en que yo no soy nadie para exigirte nada.
Y justo cuando le daba la razón… Raissa sintió la familiar sensación de que había decepcionado a alguien que le importaba con sus decisiones, de nuevo.
Esta vez al menos tendría comprensión.
—Ya estamos aquí de todos modos— le dijo a Abel, encogiéndose de hombros —. Al menos ahora sé dónde estás y tú puedes tener un ojo sobre mí… aunque lo lamento. Sé que tener a Rebeca aquí también era más que suficiente como para que yo me añadiera.
Abel no dijo nada más. La miró por un rato largo antes de tomarla de la mano y abrazarla con fuerza para luego soltarla y sonreír de lado.
—De lo malo lo bueno, Raí. Te cuidaré como a Rebeca mientras estés aquí.
— De todas las personas que esperaba ver aquí — Rebeca hace acto de presencia — Jamás imaginé que tú serias alguien Raissa.
— Bueno, después de ti, tenía que venir alguien más a darle el infarto a tu hermano ¿no crees?
El comentario no pareció gustarle o causarle risa al Imaushi, así como a las chicas presentes pasó.
***
Mikey se acostó en su enorme cama, y muy elegante. Mientras el albino tomó una revista que Rebeca había dejado el otro día en el comedor.
Sano hojea la revista, y le pasa muchas hojas, hasta llegar a una en particular.
Alice Lillard
“Una de las modelos que debutó joven y hasta la fecha a sus veintinueve años de edad, sigue siendo un fenómeno en el mundo del modejale, se habla de su supuesta relación con un director de cine muy famoso Kazutora Hanemiya ¿verdad o mentira? “
Manjiro leyó, pero de inmediato vuelve a la foto de la chica rubia y cabello corto, su mirada, su rostro bonito y fino, estaba cautivando al líder de todo Bonten.
— ¿Porqué nunca la había visto antes?
Su mente incluso le estaba trayendo ideas locas, al él quedar impactado por lo hermosa de Lillard.
— Alice….Lillard… ¿Huh?
***
Takeomi estaba listo para subir a su auto cuando en esos momentos, llega un mensaje para él.
Número desconocido
“Me diste este número para cualquier cosa ¿no? Bueno, Takeomi estás invitado, tú y toda tu organización a mi desfile de modas, no me interesa saber que organización eres, o que delitos estés cometiendo, yo sólo quiero que que vengas, es lo único y si es posible ver a Sanzu, no me importa que no me hable, sólo quiero verlo aunque sea de lejos…los espero, es este fin de semana “
En el mensaje se encontraba un enlace, era la invitación para entrar al lugar, un pase para 20 personas máximo.
Continuará
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