Capitulo #2 "Objetivos"
Kakucho miraba hacia el techo de la sala de juntas mientras escuchaba a Takeomi y Kokonoi hablar al inicio de la cabecera. Sobre cifras, resultados, negocios y nuevas asociaciones.
Bajo un poco su mirada y la paso discreto por cada integrante. Más su mirada se quedó por más tiempo del debido sobre la bonita rubia de ojos verdes, con piercing y tatuajes en todo su delicioso cuerpo.
La chica tomó un poco de vino y cruzó sus piernas, mirando detenidamente a Takeomi hablar.
Kakucho mojó sus labios y se enderezó un poco más en la mesa. Selena a su lado le lanzó una mirada burlona sin que se diera cuenta.
—Ya no somos más una organización que actúa bajo las sombras, mi fuentes…
—Eso nos quedó claro cuando le especificaste a Selena dejar escrito con sangre falsa nuestro nombre en una escena del crimen — soltó cortante y burlón Desmond — Más bien, los periodistas tardaron en relucir nuestro nombre en los artículos.
—Como decía, antes de que este insolente me interrumpiera — carraspeó Takeomi y Desmond le saco el dedo medio —. Trabajamos por muchos meses en el anonimato debido a que éramos lo suficientemente débiles como para enfrentarnos contra otras organizaciones criminales.
—Los Trolls aún nos consideran débiles — soltó la rubia de tatuajes. Elizabeth.
—Sumando que Chris prefirió traicionarnos a nosotros, eso seguro aumentó más su ego — compartió su opinión Selena.
Elizabeth solo la miró de reojo, y siguió tomando vino.
—Los Trolls solo tienen miedo que lo superemos — sonrió burlona Rebeca — Una vez acabemos con esas pulgas, Bonten será la organización más poderosa de Stonegreen.
—Pero no del país — habló Mikey por primera en toda la reunión — Recuerden. Bonten no solo está destinada a ser la más poderosa de la ciudad, sino también del país.
Se quedaron unos segundos en silencio.
—Igual, hemos escalado bastante en poco tiempo — opinó Ran sacando el cigarro de su boca — Acabamos con Las Focas, gente importante se ha asociado con nosotros viendo nuestro desempeño. Debo admitir que pensé que nos costaría mucho cuando me invitaron a mi y a mi hermano a unirnos, pero me alegra haberme equivocado.
Mikey rio sarcástico.
—Es bueno saber tú más humilde opinión, Ran.
El mencionado solo se encogió de hombros sin borrar la sonrisa.
—Como decía sobre nuestro ya no anonimato, y así terminar de una vez con está maldita reunión — siguió Takeomi, irritado por ser interrumpido. Los demás rieron en su cara — Si bien es ya nuestro nombre que es reconocido por todo la ciudad y país, lo cual puntualizó era lo único importante que nos faltaba por cumplir, aún nosotros como integrantes estamos bajo las sombras y es algo que es primordial que se quede así. Sigan teniendo el cuidado en sus misiones de dejar algún rastro que pueda delatarlos. Si bien nuestros infiltrados en la policía ayudan a destruir pruebas, siempre están los justicieros para joder las pelotas ¿Entendido?
Todos asintieron.
—La reunión ha concluido — sentenció Mikey.
Todos salieron de la sala y se dispararon por los pasillos.
—¿Te quedarás está noche en bonten Kakucho?
Selena se acercó al azabache y lo tomó del brazo, juntando su pecho con su bíceps. Él le sonrió y alzó una mano para acomodar un mechón rebelde en la oreja de la albina.
—Si, ya es muy tarde para manejar de regreso.
—Creo soy la única que no se ha comprado algo propio — Selena se estrujo su barbilla.
—Y no entiendo por qué.
—Eh, creo que soy un poco… ¿Ahorradora?
Kakucho río.
—Yo diría pichirre y floja.
Selena lo miró fingiendo que se había ofendido e hizo un puchero. Llegó al recibidor y se separó de su amigo.
—Bueno, quizás mañana me disponga a comprar algo. No sé, creo que últimamente me provocó comprar un departamento, con vista al río Russell. Vi un vídeo que todos los fines de semanas lanzan fuegos artificiales.
—Cuando lo compres, te creeré.
Selena rio y siguió su camino, rumbo a su habitación.
Kakucho se giró para seguir el suyo, y se encontró de frente con Elizabeth y Daisuke, quienes lo miraron un momento, pero igual siguieron su camino. Daisuke le lanzó una amistosa sonrisa, la rubia apenas si lo miro.
Kakucho entonces la siguió a Elizabeth con la mirada, mirando además el rebote de sus glúteos. Carraspeó y continuó entonces su camino.
***
Por otra parte, Desmond alcanzó a Rebeca tomándola del brazo.
— Rebe.
— ¡Desmond!
—Sólo quería saber… ¿Qué harás lo que resta de la noche?
— Pues…nada en especial sólo planeaba ver películas y así… — Rebeca le mira entonces fijamente y luego sonríe divertida. —Puedes hacerme compañía si quieres.
Desmond ladeo su sonrisa.
—Hoy tenemos noche de apuesta, Desmond — La mano de Takeomi llega al hombro del chico.
Con amargura, Cumberdale suspira y aprieta sus dientes.
Rebeca entonces se cruza de brazos.
— Que cagazon eres, Takeomi.
— Para eso estamos, Rebeca.
El azabache se retira soltando una risa.
—Bien, nos vemos luego. — Imaushi se dio media vuelta y estuvo casi a punto de retirarse pero es detenida por Desmond.
— ¿Y tú a dónde crees que vas, mami?
— Ay vamos, lárgate a apostar.
— No iré, los mandaré a la verga, para irme contigo.
— ¿Lo dices enserio?
— ¿Crees que prefiero estar rodeado de chiles, en lugar de estar rodeado de ti?
Rebeca da un salto de emoción, enroscando sus piernas en la cintura de Desmond.
— Prepara tu mejor vino.
— ¿Vas a querer tomar? Te dije que vería películas y así
— Rebeca, tú y yo no hacemos esas cosas, sólo cogemos, bebemos, escuchamos música y es todo, recuerda que somos un jale solamente.
Entonces la chica suspira y asiente, recordando que sólo eran eso y nada más.
Desmond mete sus manos dentro del pantalón y continúa su trayecto. Dejando a Rebeca un poco desilusionada.
***
— ¿Vas a ir a apostar, Imaushi?
Ran pregunta pasándole por un lado, Abel alza su ceja y prosigue a lo suyo con su teléfono.
Katra A ❤️
“Ven, te tengo una sorpresita”
— No.
— ¿No irás? Es noche de apuesta.
— ¿Eres sordo? ¡No! ¡No iré, Ran!
— De seguro no va a ir porque va a ir a visitar a su querida novia. — Sanzu comienza a burlarse.
— ¿Y si así fuera…a ti que chingados te importa, pendejo?
— No lo culpo, Katra es todo un bombón. — Rin agrega en la conversación. Provocando a Abel.
— Que te valga mierda si Katra es un bombón, ni siquiera se te ocurra pensar lo más mínimo de ella, es mi novia y no tuya, fin de la conversación.
Ran por su lado rió, un poco divertido.
— Pareces, realmente quererla como para defenderla así.
— Es mi novia, imbécil, claro que la quiero.
— Pero no la amas. — Sanzu agrega sonriendo mostrando las cicatrices alrededor de su boca.
— Ese es asunto mío y de Katra. Pero algo si les digo…no me gusta que siquiera la mencionan con sus sucias bocas, ella es mía.
— Tranquilo Abelito, nadie te bajará a Katra. Al menos de mis gustos no es.
— Pero aparentemente los de Rin si son ¿no? — Fijamente Imaushi volteó a ver al de cabello morado.
Rindo soltó una carcajada
— Nadie despierte mi interés, al menos que sea para follarla, el día que me interese alguien de verdad, ese día sorprendanse porque ese día perderán a Rindo Haitani
— Por favor.
Rindo sonríe, Abel le dedica una mirada y luego se retira del lugar.
— Es un pendejo.
Luego un mensaje llegó de pronto a su teléfono.
Katra A ❤️
“Te extraño “
Imaushi sonrió de lado.
Abel I.
“Yo también, y mucho “
***
~Burdel Punto Rojo~
La música sensual se escuchaba en todo el salón principal del local. Mientras bailarinas exóticas danzaban en los tubos, y demás personas disfrutaban de drogas y alcohol, así como la atención personal de cariñosas en los sofás.
De pronto, las luces se apagaron y cuando volvieron a encenderse, una hermosa morena apareció en el escenario, con un hermoso y sexy traje de lentejuelas. Además de su reglamentario antifaz.
La música empezó a sonar y la morena empezó a hipnotizar a los presentes con un sensual movimiento de caderas. Terminando el baile en el tubo en medio del escenario.
Las luces se apagaron y no más se escucharon silbidos y aplausos.
La morena se metió detrás del escenario, metiéndose por una puerta e ingresó a los camerinos, donde las demás chicas se preparaban para salir y bailar.
Se quitó el antifaz y se sentó frente a un espejo, sus ojos azules brillaron bajos los focos del espejo.
—¿Hoy nada más te tocó dar el show principal, Destiny?
Le pregunta la chica a su izquierda.
—No, solo que hoy nadie ha preguntado por mis otros…servicios — dijo sin más mientras se retocaba su maquillaje.
—Hoy vino un importante político. Uno joven al menos, no como el viejo que le tocó a Mérida hace dos noches— habló otra chica a su derecha — Está en el palco vip.
—Quizás pida por ti está noche, Destiny.
La morena rodó sus ojos discretamente.
—También puede pedir por ti, eres igual de hermosa Cheese.
La chica de peluca azul eléctrica solo rio fingiendo entusiasmo y siguió retocando su delineado de ojos.
—Tarde chicas, el joven político pidió por Rose — informó una mujer mayor ingresando al camerino.
Destiny miró de soslayo a la madame. Era la segunda al mando cuando el propietario no estaba.
—Y Destiny, prepárate que los caballeros de la mesa vip número 12, quieren un baile de tu parte.
La morena solo asintió y se levantó, colocándose de nuevo su antifaz.
***
Los gemidos se escuchaban en la elegante habitación a casi oscuras, mientras el hombre penetraba en posición de perrito a la joven que había escogido esa noche.
Estoco dos veces más y se vino en el condón, cayó aún lado de la joven con la respiración errática, ella se encontraba del mismo modo.
—Estuviste espectacular, hermosa.
El hombre pasa un dedo por la curvatura de su espalda.
—Para eso estamos, mi señor — respondió de forma sensual la joven mientras se incorporaba un poco.
—Vamos, creo yo que somos de la misma edad, trátame de tú hermosa— se acercó al oído de la joven — Igual, creo yo que el respeto en la cama se ha acabado ¿No crees?
Ella sonríe, un poco forzada, pero finge que le ha gustado. Y pasa un dedo por el pecho del hombre, sonriéndole coqueta.
—Tiene razón. No todos los días un joven prometedor político me hace llegar al orgasmo. Usted sabe lo que hace… — se inclina hacia la boca del joven hombre como si lo fuera a besar, pero se aleja al final.
Rose se levanta sin sentir pudor de caminar desnuda por la habitación, y va por otro poco de vino.
El hombre la sigue con la mirada sin dejar de sonreír.
Esa chica sin duda lo ha cautivado.
***
Más tarde, Rose sale de la habitación solo con una bata de terciopelo y lanza un suspiro. Se dirige a un salón en particular; con un par de sofás, nevera y un balcón, por si alguna quería consumir nicotina. O en realidad, alejarse un poco de la perversión. Destiny se encontraba ahí, tomando algo.
Rose se acercó enseguida y la tomó en un abrazo por la cintura.
—¡Destiny!
La morena volteo, sin su antifaz y sonrió. El balcón estaba en un punto estratégico de la estructuración para que no sean vistas por la gente de afuera.
—Rose ¿Te escapaste?
La chica de peluca negra y rosa se recostó del barandal y sacó del bolsillo de su bata un cigarro.
—Si, el tipo ronca como un tren — soltó entre divertida y seria— No podía dormir.
Destiny negó divertida y miró hacia las plantas que rodeaban el balcón.
—Pero he de admitir que es guapo el político. Y hace un oral estupendo — bromea y lleva el cigarro a su boca.
Destiny la miró. En un principio Rose no podía bromear sobre tener sexo con los hombres. Pero ahora, podía usarlo como humor negro.
No quedaba de otra, cuando tenías ese tipo de vida. Ayudaba a hacerlo más llevadero.
—Sef — pronunció su verdadero nombre, o al menos un diminutivo de él. Era de las pocas que sabía su verdadero nombre — ¿Que harás en tu día libre?
—Quizás me compré otro bolso, Rose.
—Estás obsesionada con las compras.
—Lo dice la que está obsesionada con comprar tazas y cortinas ¿Cuántos años tienes? Tienes gustos de señora.
Rose río y siguieron conversando, hasta que Destiny fue solicitada y Rose sabía que tenía que volver a la habitación de su “comprador” de esa noche. Antes que despertara y no la viera.
***
~Empresas ; Kawaragi~
S
enju se había quedado dormida en el escritorio de su oficina, trabajo demasiado ajetreado y estresante.
Gerard Havok entró a la oficina de Kawaragi, la chica toda dormida provocó en él reír un poco.
El rubio teñido se acercó a ella, parecía un verdadero ángel en su estado adormilado. Toma un acercamiento a ella sacudiendo su hombro, y provoca en Senju saltarse un poco.
— ¡¿Qué?! ¡Takeomi, Sanzu!
— Tranquila, tranquila, soy yo.
Senju apretó sus ojos, y luego tallo de ellos.
— Gerard, no esperaba verte aquí.
— Senju, ya son casi las diez de la noche, y aquí sigues.
— Tú también, aquí sigues.
— Ya había, bueno ya me iba, pero vi tu coche estacionado abajo, y se me hizo extraño.
— Me quedé muy dormida, no sé porqué, creo que estoy muy cansada.
— Necesitas ir a descansar.
Senju se pone de pie, acomodando los papeles que estaban en su escritorio. Gerard la observó un poco, y luego cayó en cuenta en algo, pero antes de decir algo, este se acerca al enorme ventanal de la oficina.
— Cuando te despertaste, lo hiciste algo asustada y mencionaste a Sanzu y Takeomi…¿Todo está bien, Senju?
La albina se queda un pequeño momento inmóvil, no supo ni en qué momento, pero Gerard le afirma haber mencionado a sus hermanos. Casi al mismo tiempo, los dos toman sus teléfonos viendo la fecha.
— Ahora lo entiendo — Suelta él de la nada.
La Akashi lo mira extrañada.
— ¿Qué entiendes?
— Senju — Havok sonríe tan dulcemente como sólo con Senju puede hacerlo — no hay absolutamente nadie en este mundo como yo que te conozca…Senju en estas fechas, fue cuando Sanzu se fue de tu casa, junto con Takeomi y te abandonaron los dos. ¿O no?
Los ojos de ella comienzan a humedecerse. El tema de sus hermanos, es el tema más sensible para ella, y no lo toca con cualquiera. Pero ¿Gerard? Era la única persona en el mundo entero que conoció su situación.
La chica no puede más y se suelta llorando.
— Perdón, Senju no fue mi intención. — El rubio teñido abre sus abrazos para meter a la albina en ellos, ese tema no era fácil de hablar para ella.
— No, no te apures Gerard…es algo que en algún momento debo de superar.
— Ve a terapia.
— No la necesito.
— Todos la necesitamos, incluido estoy.
Senju mira al Rubio teñido y sonríe para él.
— Gracias.
— ¿De qué?
— Por ser mi amigo, no sé que haría sin ti.
Gerard sonrió abrazando a la albina y depositando un beso en su frente.
— No deberías darme besitos en la frente, no quiero problemas con Yuzuha.
— Senju, entiende Yuzuha no te odia.
— Claro que sí, el que no lo quiere ver, eres tú, y mira yo puedo entenderla un poco, eres guapo, simpático, tienes una muy buena carrera, te superaste siendo huérfano, tienes un cuerpazo — Lo último Senju lo mencionó soltando una pequeña risa, pues el chico si contaba con un cuerpo demasiado trabajado — , la sonrisa y el buen humor, eres la alegría de este lugar, Gerard enserio no sé que hubiera hecho si no te hubiera conocido.
— Ya, ya no es momento de ponernos nostálgicos ¿vale?
Por un momento, Havok quiso preguntarle por su ex novio Chifuyu, sabe lo feliz que Senju llegó a ser con el, pero decidió no tocar el tema, no quería poner más sensible a la Akashi.
***
~Hogar de Irene Reech ~
— ¿Hasta cuándo dejarás de fumar, Nik? — Pregunta la linda castaña de mechas rubias, dónde al mismo tiempo llevaba su copa de vino directo a sus labios para darle un sorbo.
Niko le dedicó una mirada a la chica y después esbozó su bonita sonrisa de lado.
— ¿Sabes hasta cuándo lo haré, Irene?
— ¿Hasta que los cerdos vuelen? — Responde ella bajando sus piernas de la silla.
— Tú sí que sabes — El castaño tomó su cerveza, al igual que Irene lleva a sus labios y da un sorbo.
— Me preocupas, fumas mucho y podría ser muy dañino Niko.
— Lo bueno es que hago mucho, pero mucho ejercicio Rene, así que me la pelan las enfermedades causadas por el cigarro.
— Vieras como me dan ganas de a veces ahorcarte del cuello, eh — Reech río un poco luego de ese último comentario.
— Mira, mucho bla bla de mí, mejor dime ¿Tú cómo estás?
Irene deja escapar un suspiro en alto, mirando a las estrellas en ese cielo oscuro.
— A mi papá le gustaba mucho cuando venía a mi casa, sentarse aquí, conmigo y ver las estrellas…durabamos hasta horas contando porque nunca concordamos con la numeración. Él siempre contaba de más, o yo contaba de más, bueno un show entre él y yo.
Novikov sonrió, y volteó hacía el cielo también.
— Bueno, esa costumbre podemos hacerla nosotros también, mira yo cuento… — Nikolay murmura contando estrellas.
Irene sólo sonríe, agradecida se sentía de tener a alguien como ese chico de amigo, quién ha sido el único que le tuvo fe, cuando entró a la academia de policía.
— Bueno, yo conté treinta y cinco. A ver cuántas cuentas tú.
Luego de un momento agradable de contar estrellas, Irene se pone de pie.
— Iré por más vino ¿Quieres una cervecita?
— Por favor.
Irene al entrar a su hogar, y empezar a servir su vino, su mente le trae el recuerdo de su padre, Niko le hizo vivir un momento nostálgico y la castaña no puede evitar sentir esa tristeza gobernar de nuevo su pecho.
— Quién te haya asesinado, te lo juro, que no saldrá vivo de esto — Se dice para sí misma entre lágrimas de dolor.
Mientras Niko perdía el tiempo en su teléfono, y le sale en su inicio de facebook un artículo sobre esa joven y hermosa empresaria, dueña de la empresa de modas más prestigiada a nivel internacional, casi mundial.
Senju Akashi.
Indudablemente el castaño de ojos verdes no puede evitar dejar de ver la foto.
— Senju Akashi…es tan, pero tan hermosa.
— ¿Senju? — Una voz provoca a Niko sobresaltarse.
— Irene, avisa que estás aquí.
Ella entrega la cerveza a su amigo y después toma asiento.
— Si que estás enamorado de Senju Akashi.
Irene le miró entre burlón y con sentimiento.
— Pero ella jamás me verá, ella es demasiado para mí, imagínate, yo llegarla a conocer, entre tantos hombres que debe tener detrás de ella ¿Porqué me vería a mí? Yo sólo soy un simple policía, ella debe tener, emprendedores, abogados, licenciados, magnates hombres millonarios detrás de ella, gente de la alta sociedad, imagínate no más.
— No te menosprecies tampoco Niko, tú eres guapísimo y hermoso, tanto por dentro como por fuera. Hasta Senju podría quedar debajo de ti.
— Esas cosas, no suceden Irene, pero muchas, muchas gracias eh.
— Niko.
— Es más ¿sabes hasta cuando dejará el vicio de fumar?
— ¿Hasta cuando?
— Hasta que Senju Akashi acepté ser mi novia.
***
~Estación de policía Stonegreen~
11:00pm
—¡Es la tercera vez que se pierde información importante! — grito Sareth golpeando el escritorio. Wakasa y Sayuri frente a él, se mantenían firmes.
—Las cámaras no captan a nadie queriendo sabotear las evidencias — suspiró Sayuri — No podemos montar una cacería de brujas sin pruebas.
Sareth estrujo su frente.
—Igual, según Lizbeth. Las pruebas nunca llegan a alguien en concreto — Wakasa miró serio a su superior — Solo sabemos que es de Bonten por la marca representativa que dejan en el lugar.
—Y me estimo que eso lo sabemos, porque ellos quieren que lo sepamos —gruño Sayuri.
Sareth siguió estrujando su cabeza. Desde que se abrió el caso Bonten, sufría ahora constantemente de migraña. Wakasa no se equivocó cuando dijo que serían el nuevo dolor de culo de la ciudad.
Inspiró el aire y trató de relajarse.
¿Qué haría Edmond en su lugar?
Miró a Wakasa fijamente y luego a Sayuri, se extrañó que la chica se volviera un poco pálida pero meneó su cabeza y se levantó. Colocando los brazos detrás de su espalda.
—Haremos de nuevo un interrogatorio a todos en el área de criminología.
Wakasa asintió.
—No puede ser que ya pasaron dos meses del asesinato del empresario y dos funcionarios del gobierno, y aún nada que logramos encontrar siquiera un rastro de los bastardos de Bonten.
Habían llegado al menos a la hipótesis que eran al menos tres personas distintas, por el modo distinto en que asesinaron a los tres sujetos.
A Paulo, el empresario, envenenado.
A Himoti, un político, acuchillado.
A Bruno, un legislador, corte de espada en el pecho.
Y no quería imaginar cuántos más había asesinado y no ha salido a la luz. Sin contar los robos que presuntamente también han cometido.
—¿Cuándo será el interrogatorio?— preguntó Sayuri.
Sareth la volvió a mirar fijamente.
—Hoy mismo.
Sayuri asintió.
—Le informare a Lizbeth que su área será de nuevo interrogada — Y salió.
***
Al día siguiente.
~Departamento de Rebeca Imaushi ~
La chica azabache de mechón verde terminó de ducharse, maquillarse y arreglarse, Desmond se ubicaba casi en la entrada del departamento, listo para retirarse.
— ¿Seguro que no quieres ducharte aquí? Aún hay tiempo Desmond.
El azabache miró de pies a cabeza a la chica. Rebeca tenía casi todo lo que él podía pedir en una mujer, pero no, él no buscaba una formalidad con ella, y jamás lo haría.
— No, ya me voy a mi depa, allá me bañaré y ya, quedé con Caín de ir a desayunar algo.
La Imaushi siente el rechazo en su pecho.
— Cómo gustes.
El tono de voz resulta extraño para Desmond, creía que siempre había quedada clara la posición en la que ambos se encontraban
— Te veo luego mami.
Desmond salió del departamento, Rebeca sólo alarga sus labios, toma de su mochila y sale de su departamento, claramente mandando un mensaje a Elizabeth sobre su sentir.
~Cafetería ; “The Good Coffe”
Siendo las ocho y media de la mañana, como era de costumbre por parte de Takashi Mitsuya, siempre antes de entrar a trabajar, llegaba por un café, el chico llegó y pidió a una bonita mesera que siempre que lo miraba tendía a coquetearle, pero para Mitsuya no era de su importancia alguna.
Quedando solo él, comienza a ver su teléfono, y sin querer o inconscientemente se adentra a la última conversación que tuvo con Edmond Reech, recordando o sintiendo una pequeña nostalgia, de las últimas veces que llegó a verlo, Takashi le compartió su lugar de paz. Aquella cafetería.
Con muchos sentimientos por dentro, apenas Takashi puede sonreír, extrañaba a Edmond de verdad lo extrañaba.
La linda mesera entregó su taza de café, guiñando su ojo y luego se retiró, Mitsuya sólo niega con la cabeza, y al momento en el que voltea hacía atrás, sin querer se quedó anonadado por un belleza de ojos color carmesí.
¿Quién era ella? ¿Por qué no la había visto antes?
Ella no lo vio, a decir verdad andaba muy en su mundo, pero aún así cautivo un poco a Mitsuya, pero igual en esos momentos, ni intentaría acercarse a ella.
***
~Escuela Stonegreen~
La policía aún no tiene respuesta o siquiera pistas de quiénes son los miembros de esta organización que en los últimos dos meses han sacudido de miedo a Stonegreen…
Yuzuha miraba el televisor de la sala de profesores mientras disfrutaba de su almuerzo.
—Que miedo — escuchó a su colega a su lado — Está banda criminal parece más peligrosa que la banda Escorpión.
Yuzuha trago amargo, los temas de bandas criminales le ponían los nervios de punta.
—La verdad que en este país, no acaban con una banda cuando ya aparece otra — pronunció otro profesor, quién disfrutaba de un café — Son como larvas. Siempre están reproduciéndose.
—Aún así, los Trolls siguen dando de qué hablar más.
Yuzuha trago su pasta y bebió su jugo.
—Es triste — siguió su compañera sentada a su lado — Pero es debido a la crianza, pienso yo.
Yuzuha la miró.
—Pienso, señorita Momoko, que es en parte cierto, pero también creo que tú eres el que decide lo que quieres para tu vida al final— medito — Te dan un arma y te dicen “dispara” pero al final tu decides si disparas ¿No?
Momoko asintió estando de acuerdo.
La hora del almuerzo terminó y Yuzuha retomó su camino al aula. Ese ciclo escolar le tocó dar clases a los de cuarto de primaria.
Sus pequeños alumnos estaban ingresando tras haber sonado la campana del recreo.
—¿Disfrutaron del almuerzo?
—¡Si!
Es cuando una de sus alumnas se levanta y camina hasta ella. Yuzuha volvió a tener esa sensación al mirarla.
Se parece mucho a él…ellos, pensó como era habitual cada vez que la veía. Con su cabello castaño amarrado en trenzas y ojos dorados.
—Maestra, le hice este dibujo.
Yuzuha se agachó y tomó la hoja, sonrió al mirase a ella, según el dibujo, dando una clase.
—Gracias Celestine, está muy bonito — sonrió enternecida.
La niña sonrió y se encaminó a su puesto.
Yuzuha la miró unos segundos más, hasta que su teléfono sonó. Sonrió al mirar que era Gerard.
—Veremos ahora literatura, vayan sacando su libro. Ya regreso.
Yuzuha salió del aula y caminó hasta llegar a los sanitarios femeninos.
—Hola, hermoso.
Escucho la risa de Gerard.
—Preciosa, hoy paso por ti. Iremos a cenar a un lugar rico y bonito.
Yuzuha sonrió y mordió su labio.
***
~Empresas de modas ; Kawaragi ~
Centro de modelaje.
02:14 pm.
— Bien, necesito que todas estén concentradas en esto, no ocupo distracciones, no ocupo que se me desviven, viene la campaña de la línea de invierno, una de las campañas más divinas y estresantes que tenemos de hecho, así que las necesito al tiro, sobre todo a ti, Emma y Alice las necesito, ustedes son la cara más importante de la empresa, no menosprecio a mis demás chicas, claro que no, pero ustedes, son a las que más representan Kawaragi, así que las necesito que den todo de su parte ¿vale?
— ¡Vale! — Responden todas las chicas modelos.
— En ese caso necesito que…
— ¡Hannah! ¡Seishu!
La voz de Gerard hace acto de aparición, Alice desde su posición suelta su suspiro de chica enamorada, y Emma logra captar ese gesto. Lo cual le provoca reír y acercarse a Alice.
— Deja de verlo, se ve muy obvio y no querrás que todas sepan de tu amor imposible por la mano derecha de Senju.
Alice cae en razón entonces.
— Tienes razón, ay Emma ¿si me veo muy obvia?
— Pues es que no la disimulas chica, pero puedo entenderte, Gerard es un papasote. Pero pues es papa casada.
— Siempre tengo mala suerte para el amor, no sé por qué.
— Alice, la verdad es que yo tampoco lo sé, eres muy muuuuy bonita, preciosa, tienes un cuerpo muy bonito, no te des por vencida.
— Ay, Emma, tú siempre tan linda conmigo.
— Bueno, creo que hemos podido hacer muy buena amistad, a pesar de las cosas turbias que han sucedido con mi familia y todo eso, encontré contigo casi una hermana.
Alice sonríe tan dulcemente como siempre.
— Oye ¿Y cómo van las cosas con Evan?
— Alice, sabes perfectamente que Evan nada tiene que ver conmigo. Por más que le digo que no a salir, no lo entiende o no sé.
— Ay Emma, es que le gustas mucho.
— Preferiría que no.
— Emma, necesitas conocer gente, no puedes encerrarte sólo en tu mundo en el que necesitas saber dónde está tu hermano, gracias a la vida, tu madre está bien, tú estás bien, tu hermano mayor no, y el del medio, ni señas de ese, date la oportunidad de ser feliz, Emma.
La rubia sonrió con entendimiento.
¿Dónde estarás Mikey? — Pensó la Sano.
***
Días después
~Penthouse de Kokonoi Hajime ~
Koko llegó realmente agotada, últimamente había habido mucho trabajo con Bonten, Mikey, Ely, Takeomi y Daisuke.
El de cabello albino dejó sus llaves en el pequeño mueble de estar, y luego se sentó en su sofá, su tortuosa y horrible mente le trajo aquellos momentos en dónde perdió al amor de su vida.
Koko se preguntaba si algún día, él podría volver a ser feliz como en algún momento lo llegó a ser con Akane. Lleva su dedo gordo y anular a su entre ceja tallando de ella, pero el sonido de notificación de su teléfono le sacó de su concentración.
Brahms P.
“Tengo información financiera sobre los Montesi”
Hajime suelta un suspiró tan profundo y cansado
— Estoy tan cansado.
De nuevo Akane a su mente llega, y luego de repente su hermano Seishu.
— Seishu ¿Qué habrá sido de él? Espero que al menos esté bien.
Después otro mensaje se hizo presente en su celular.
Gabriel F.
"Hey, vengan a visitar el burdel, hay un nuevo show, estoy seguro de que quedarán impactados “
— ¿Burdel? ¿Acaso tiene sentido coger sin sentimientos?
Luego mira la fotografía de Akane en su mesa. La extrañaba y aún la ama aún.
— No se puede, Akane, no se puede coger sin sentimientos.
***
Brahms manejaba rumbo a la mansión de Bonten, tenía un trabajo con su compañera Rebeca, y habían sido citados por Takeomi para más información.
En ese lapso, le tocó llegar a un semáforo rojo, y es cuando él aprovecha para guardar un arma en la guantera, que muy descarado tenía en el asiento de alado. Pero al abrir dicha guantera se encontró con su arma y placa de policía. Creando una nostalgia completa para él.
Y no obstante sólo eso, se encontró con la foto de su esposa e hija, las personas a las que Abraham no pudo salvar.
La tristeza lo invade, no puede manejar más, y decide hacerse a un lado para estacionarse, antes de que las lágrimas invadan su lindo rostro.
— ¡Maldición! — Toma de la fotografía con mucha tristeza y dolor — Yo era el que debía morir, no ustedes — Sin aviso alguno, esas lágrimas lo provocan salir sin aviso alguno — Mi Renata y mi Jamie, ustedes no debieron morir esa noche, yo era el que merecía la muerte ese día.
Cada que pudiera, Brahms se echaba la culpa sobre la muerte del accidente de su esposa e hija
La desesperación lo llega a dominar, y este solo siente como las ganas de gritar querían salir de sus garganta.
— No es el lugar, Brahms — Se dice así mismo.
Aprieta el volante con fuerza y observa que ya el semáforo se colocó en amarillo, es cuando observa a una muchacha algo alta pasar rápido por el canal peatonal. Tenía cabello negro largo y vestía muy elegante. Algunos autos le pintaron pero ella solo siguió adelante.
El semáforo cambió a verde y Bramhs arrancó enseguida su auto, sino iba a llegar tarde a la reunión.
La muchacha siguió su camino por la acera una vez cruzó, y ya luego al doblar una esquina se metió a un edificio. Pasó su carnet por el torniquete y tomó el ascensor.
Cuando esté abrió sus puertas, quedó frente a una puerta de cristal y arriba el nombre grabado en madera “Firma Yang’s”
—¡Lucy!
La llamaron apenas firmó asistencia en recepción.
Alzó la mirada, dejando a la vista unos preciosos ojos celestes. Sonrió al mirar a su buena amiga Lisa.
—Pense no vendrías hoy — le dice al pasar ambas a la oficina de la más alta.
Lisa era pequeña, de cabello negro y ojos grises.
—Me iba a tomar el día libre, pero se me olvidó una carpeta importante que quería revisar en casa, y entonces me dije: que más da, vamos a la oficina.
Lisa meneo la cabeza.
—Mujer trabajadora, literal, voy a tener que obligarte a tomar tus vacaciones atrasadas.
Lucy rio.
—Como la jefa diga.
Lisa frunció el ceño y bufo.
—No me digas así, es molesto.
—Pero si es la verdad, jefa Yang.
Lisa le lanzó una bola de papel a la cara y ambas terminaron riendo.
—Sabes que mi papá solo me puso de jefa para fastidiarme. Debió haber colocado a mi hermano — arrugó la boca.
Lucy la miró de reojo. Lisa era muy inteligente, pero odiaba la idea de estar a cargo. Pero sabía que era porque ella se sentía insegura.
—Igual, estás haciendo un buen trabajo. Y perdón, tu hermano hace un buen trabajo como abogado fiscal y colega, pero debes admitir que como jefe… creo que ya tuviera más de un enemigo aquí en la firma. Y tú padre vio eso.
—Bueno, si. Lay no sabe cómo ser jefe, mucho menos un líder.
—Exacto, ya sabes que una cosa es ser jefe y otra líder. Tu eres igual una buena líder, Lisa.
La bonita china suspiró.
—Pero bueno, en fin. Te venía a chismear lo que hicimos Nahoya y yo anoche…
—Cuentame amiga.
***
~Departamento de Katra Arragaithel ~
A
bel tomó con fuerza el cabello rubio de su novia, enredando en su puño, su otra mano ocupada nalgueada con fuerza el culo de ella, dejando hasta su mano marcada, Katra sentía como el miembro del Imaushi entraba y salía dentro de ella, sus fluidos mojaban el miembro tan erecto del chico.
La rubia aprieta el respaldo del sillón con mucha fuerza, hasta ver sus venas verdes muy marcadas en su mano.
Mientras más, ella soltaba gemidos descarados de su boca, más exitaba a Abel, y más estocaba rudamente a su novia.
Luego de un aviso de Arragaithel, de sentir que terminaría, Imaushi estoca penetra más rudamente, hasta sentir que las piernas de ella temblaban.
— A… — Apenas si podía con su respiración completamente agitada. — Abel.
Entonces este estruja con más fuerzas desde la diminuta cintura de ella, sus glúteos chocan con más fuerza sobre su pelvis, Abel siente que no puede más y sin más, termina dentro de ella.
Katra busca regularizar su respiración y se echa al sofá. Luego Abel le sigue.
Tan dulce y coqueta a la vez la rubia besa la mejilla de su amado.
— ¿No te da miedo un embarazo no deseado?
— ¿Embarazo no deseado?
— Siempre que puedes, terminas adentro.
— Tienes el dispositivo, no pasará.
— Cierto, pero ¿no te da miedo que falle alguna vez?
— No tendría porque.
— A habido casos, en los que chicas con el dispositivo terminan embarazadas, Abel
— No será el nuestro , mami lo tenemos todo bajo control.
— ¿No te gustaría a ti un bebé?
Esa pregunta provoca dentro de Abel un sentimiento raro y extraño. Jamás a querido tener un hijo, nunca paso por su mente y ahorita creía menos pasaría.
— ¿Bebé?
— Abel, tenemos veintinueve años y seis años de relación ¿no crees que deberíamos…pues tener uno? — Quizás una pequeña esperanza o palabras de una chica enamorada salieron por parte de ella, Katra podía casi definir que si quería quedarse con Abel para toda su vida y compartir con él un pequeño bebé de ambos.
— No, Katra yo no quiero hijos — Pero la respuesta de Abel, la dejó casi sin palabras y un poco con los ánimos para abajo. Por supuesto no pasa desapercibido por el chico — Y no me lo tomes a mal, enserio, por algo estoy contigo, te quiero mucho, y por algo hemos tenido tantos años juntos, pero no es una opción para mí, tener un hijo, enserio perdón.
La rubia sólo alargó sus labios y tallo su entre ceja.
— ¿Quieres algo de cenar?
— Katra porfavor.
La chica de ojos verdes se pone de pie y comienza a vestirse. Era demasiado notable en el aire su tristeza y quizás hasta enojo.
— Katra.
Ella iba a tomar camino, pero es tomada por la mano de Abel, quién se pone de pie rápidamente.
— Katra, no quiero que lo tomes a mal enserio, pero tampoco te quiero tener con falsas ilusiones conmigo, yo no quiero y estoy decidido a no tener hijos, ni uno solo, y creeme si no es contigo, no será con nadie más, eso si te lo prometo.
— Abel nadie tiene el futuro comprado, nadie sabemos que puede pasar.
— Cierto, pero algo si te digo, yo no te dejaré, te quiero mucho y te quiero conmigo, y creeme que si no es contigo un bebé, no quiero tener con absolutamente nadie ¿si?
Ya un poco más tranquila, ella sonríe apenas, Abel besa su frente y luego su nariz.
— Te quiero mucho.
— Yo también Abel.
***
~Estación de policía Stonegreen~
Sayuri se llevó la taza de café a sus labios, no era de mañana, pero la verdad que con ese trabajo se le antojaba una taza a cualquier hora.
Estrujo entre sus cejas y miró hacia el ventanal. Su mente se disasocio de pronto, recordando a una hermosa chica, de cabello negro ondulado y sonrisa reluciente…
—Dónde estarás, Fana…
Todo aquello fue interrumpido por un pequeño alboroto. Ingresó al lugar un cadete de forma exasperada.
—¡Sayuri! Ocurrió una balacera cerca de la estación del metro en la Av. central. El comandante te ha asignado ir averiguar qué sucedió.
Sayuri solo dejó la taza en la encimera y caminó afuera de la cocina. Pasando por la zona de los oficiales nivel A.
—Keisuke, Mitsuya, vamos.
Los chicos no la pensaron dos veces y tomaron sus cosas, siguiendo de cerca ha la azabache.
***
~Autopista de camino al aeropuerto de Stronegreen~
Había sido un viaje largo.
Ir a otro país en representación de una organización criminal que aunque ya se había hecho de cierta reputación aún no era conocida no era cosa fácil.
Sin embargo tampoco se les había dificultado tanto. Cuando Mikey le dijo a él personalmente que la tarea sería más fácil de lo que pensaba sinceramente pensó que era idiota... Pero resultó que al llegar con esos otros traficantes ya tenían un nombre ante el mundo.
El trato salió mejor de lo esperado, aunque si Artom era sincero consigo mismo eso era gracias a su compañera. Ella iba sentada a su lado en el auto que habían rentado, cantando una canción de una cantante pop popular con una vitalidad que ciertamente le daba envidia.
No parecía haber hecho un viaje de 9 horas.
Kazahana Raissa era... una inagotable fuente de energía, sarcasmo y sonrisas. La mujer de ojos café como la miel siempre tenía algo para decir, rebosando vitalidad y jovialidad que lo hacía cuestionarse qué mierda hacía ella metida en una organización criminal. Sin embargo, en el campo era eficiente, porque por más reticentes que estuvieron estos hombres con los que acababan de establecer una alianza ella los convenció con elocuencia, los tratos que Takeomi había especificado y con sus encantos.
Ese hijo de puta que bien podría ser su abuelo nunca dejó de verle los pechos por el escote de su vestido negro.
—¿Por qué razón crees que el líder decidió revelar nuestro nombre... de esa manera?— exclamó ella dejando de cantar, llamando su atención. Parecía curiosa al respecto—. Quiero decir... Okay, ya nos dimos a conocer, pero creo que fue un poco demasiado drama la manera sangrienta. Un poco de discreción en el reconocimiento no nos venía mal.
Artom no dijo nada rápidamente, pensando que ella tenía razón. Estaba bien darse a conocer pero la discreción era la amiga de todo el mundo, una declaración del tipo "mírennos, somos los que estamos haciendo una matanza, su objetivo" no parecía muy inteligente pero que lo condenaran si él sabía que diablos pasaba por la mente de Manjiro Sano.
—No hay nada que podamos hacer ante eso— le respondió, causando que Raissa le prestara completa atención como siempre que le hablaba—. Sano debe saber porque hace las cosas, solnyshko.
Raissa le dió una sonrisa cuando escuchó como la llamó, alzando una ceja.
—¿Algún día vas a decirme que significa eso, Artie?— le cuestionó.
—No.
—Hm, bueno, ya lo decubriré.
Artom sonrió apenas, volviendo la vista a la carretera.
—Ya veremos, solnyshko.
***
~En alguna parte de Stronegreen~
J
ustamente a las once de la noche, cuando el frío se manifiesta de manera crucial, y sin pudor, las estrellas parecían ponerse de acuerdo para crear formas en el cielo, y el color de este era un azul muy oscuro, casi terminando siendo negro totalmente.
Un alvino de ojos oscuros, se deleitaba con aquella imagen desde el techo de un edificio muy alto, miraba los carros transitar, y a todas las personas llevar su vida normal, cuando a él lo único que le acongojaba en la vida, era su mente tortuosa, y enferma.
A la que le encantaba hacerlo sufrir, trayendole tantas memorias y sentimientos encontrados recordando a su madre, a su hermano y a su hermana.
— Emma — Susurró apenas audible y apretando su mano. — Lo que sea que estés haciendo, sólo espero y estés bien.
Un suspiro de resignación sale de lo más profundo de su ser. Para después llevar un cigarrillo de mariguana a sus labios, era el único calmante que tenía efecto en él.
— Tengo la…necesidad de matar.
Pero un mensaje llega a su teléfono.
Takeomi A.
“Ya llegaron “
Continuará.
Muchas gracias por la colaboración con Mareena- y @Selfish55 los personajes de Raissa Kazahana y Artom no son míos son de Mareena- muchas gracias por su atención. Espero que les guste el capítulo.
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