Nota de la Autora:
Hola!. Seré breve.
En una parte del capítulo se podrá ambientar con melodia —la del multimedia, claro si así ustedes lo deseen—. Y estaré avisando cuando reproducirla colocando este símbolo "▶ " y pues será hasta el final del capítulo —si no les funciona de esa manera también pueden buscarla en spotify, como "Kamado Tanjirou no Uta" . Es la de dura 2:27 minutos—

Es la primera vez que hago algo como esto pero, no puede evitarlo. Me disculpo si no salió como lo esperado jeje.

Eso es todo que disfruten del capítulo!

—Nesaan...

El cálido y acogedor ambiente de aquella habitación tan solo era iluminada por el brillo tenue de una vela. Mientras que haya afuera, la oscuridad dominaba hasta los más pequeños rincones.

—¿Mmm, que sucede Giyu? —la voz acaramelada de la hermosa joven de cabellos azabaches y orbes de zafiros profundos se escuchó.

El pequeño nombrado, de tan solo seis años, volteó la mirada mientras sentía sus mejillas teñirse de carmesí. Se encontraba serio o al menos trataba de estarlo, cruzando sus pequeños brazos e inflando sus suaves y tiernas mejillas.

—No quiero que te cases —dijo en tono de reproche, por la idea de que su amada hermana mayor se fuera con otra persona.

Tsutako no pudo evitar dejar escapar una pequeña risa por las acciones de su hermano menor. Arropandolo mejor se sentó junto a él y dio unas suaves caricias a su abasta cabellera oscura al igual que la de ella.

—¿Y por qué no quieres que lo haga?. Creí que te agradaba Kazaki —habló sin borrar su amorosa sonrisa, logrando que el pequeño volviera a apartar la mirada avergonzado.

Giyu murmuró una palabras que no pudieron ser entendidas por la muchacha, detalló el semblante de su cosanguineo, notando así los gestos de temor en él.

—¿Qué sucede Giyu? —volvió a preguntar esta vez con un poco de preocupación.

El nombrado la observó, con sus grandes y brillantes orbes semejantes al mar. Algo dubitativo por lo que sus siguientes palabras podrían causar en su hermana mayor.

—Te...te iras con él —susurró con sus manitas juntas y apartando la mirada—. Y cuando eso pase...,¿que pasará conmigo?.

Giyu tenía miedo de perder a su hermana, después de todo era lo único que tenía. Pues sus padres habían fallecido hace ya muchos años, dejándolos a ambos solos.

Siempre habían sido solo ellos, hasta que Tsutako conoció a Kazaki su prometido y dentro de unos pocos días esposo.

Al pequeño Tomioka le agradaba aquel joven, cuidaba siempre de su hermana y le demostraba cuanto le importaba. Pero aún así sentía el pequeño temor de quedarse completamente solo, luego de que ambos consagren matrimonio.

La joven prometida sonrió con una pizca de melancolía, comprendiendo los temores de su pequeño hermano. Volteó a ver la diminuta flama que iluminaba el lugar, observándola danzar con las caricias que la suave briza le daba.

—Dime Giyu, ¿qué crees que signifique el amor? —preguntó al niño volteandolo a ver.

El nombrado quedó confundido por unos minutos, a pesar de su corta edad tenía algo de conocimiento sobre distintas cosas. Pero aquella no era una de esas.

—¿A qué viene esa pregunta Nesaan? —sintió sus mejillas calentarse por hablar de esa clase de tema,era un niño y los niños no deberían hablar de romance, ni de amores.

Tsutako rió divertida por la reacción del niño.

—Te has sonrojado —más que una pregunta fue una afirmación, provocando qué el sonrojo del pelinegro aumentará aún más—. Sabes, yo creo que el amor es lo que ata a dos personas.

Giyu dejó de quejarse por las anteriores brulas de su hermana y la escuchó con atención.

—También creo que son la luz de uno —guardo silencio por unos minutos pensando en una mejor forma de decribirlo—. Es como la estrella de uno.

—¿Una estrella?. Eso no tiene sentido Nesaan —habló el niño con obviedad—. Las estrellas tan solo son unos cuerpos hechos de gases, no tienen nada que ver con el amor y esas cosas.

La de ojos azules oscuro lo observó con una cálida sonrisa y acarició su oscura cabellera.

—Nada tiene una solo definición o manera de poder inteprentarlo —dijo para luego seguir con su explicación—. Como decía, yo...creo que la persona amada de uno es como un astro. Su astro, que ilumina todo su mundo, existen diferentes tipos de estrellas como diferentes tipos de amor —detalló mientras notaba como los párpados de su pequeño hermano comenzaban a bajar de forma constante—. En nuestro caso, tu eres una estrella para mi, iluminarás mi camino con tu cálido brillo como yo lo haré contigo Giyu.

El niño sonrió a gusto con aquella palabras comprendiendo que su adorada hermana nunca lo dejaría solo.

—El otro tipo de amor, es la más intensa, que tiene tanto brillo que ilumina la vida de uno por completo, cuendo aquella persona está junto a ti —susurró recordando a su prometido.

—Yo no quiero...ese tipo de estrella —murmuró el pequeño Tomioka a punto de caer dormido—. Me es suficiente...si tu estas conmigo Nesaan.

La pelinegra tan solo sonrió comprensiva, aún era muy temprano para que el pequeño comprendiera ese tipo de palabras.

—Y siempre me tendrás contigo Giyu —beso su frente al ya verlo caer en un profundo sueño.

—Pero cuando llegue el momento, y halles a aquella estrella que te haga temblar, que ilumine la oscuridad de tu mundo y te envuelva con su cálido brillo. Lo comprenderás —susurró acariciando sus cabellos como la noche—. En ese momento harás todo lo posible para no perderla.

—Porque esa será tu estrella...

Respiró, inhalando la mayor cantidad de aire posible para concentrar su respiración, mejorando sus movimiento y aumentado su rapidez.

Dando un salto maniobró su katana hacia un lado dando un corte de 180° grados, cortando todos los picos de huesos filosos que la atacaban con constancia.

Se desplazó hacia un costado, esquinando los repetitivos ataques del demonio quien se defendía e impedía que llegara hasta él.

—Eso es todo mata demonios, espero que ni pienses en huir —habló el demonio mientras sus colmillos resaltaban por la grotesca sonrisa que se había formado en sus deformados labios—. No te dejare huir, no después de tantos años.

La Pilar sujetó su espada con fuerza y lo observó con ferocidad, colocándose en posición de combate.

—Digo lo mismo —murmuró para luego corre a gran velocidad hacia el, esquivando los alargados picos de huesos, mientras cortaba alguno que otro puntiagudo objeto—. Concentración total. Respiración de Astros: Tercera Constelación: Estrellas gemelas.

La tercera postura representado por el signo Geminis, concistia y dos ataques iguales, en donde el usuario realizaba dos corte diagonales de forma cruzada tan potentes que cortaba en pequeñsa rebanadas las cosas que se encontraban cerca. Gracias a aquel ataque había acabado con dos enormes y alargados huesos, semajantes a látigos que se movian por doquier destruyendo todo.

Seiza observaba la sonrisa del demonio no vazilar lo que le causó escalofríos.

—Cuida tu espalda.

Lo escuchó decir antes de sentir su pierna izquierda ser sujetada y de paso lastimada por una delgado hueso de forma encurvada. Luego se vio levantada por los aires para ser lanzada hacia un costado.

Un quejido al igual que sangre salió de su boca al sentir las maderas romperse al estar en contacto con su espalda, luego otro estirón de su pierna y otro choque en otra parte del lugar. Sintió el sabor melatico cubrir sus labios y su desordenado cabello cubrir su rostro, si no hacía algo pronto aquella cosa le arrancaría la pierna en algún momento.

—Octava Constelación: Colisión de Estrellas...

Aquella postura representado por Escorpio, reconocido como el octavo signo del zodiaco, el cuarto de naturaleza negativa y el tercero de cualidad fija.​​ Simboliza la destrucción y el renacimiento, y de eso trataba dicha técnica.

La supernova, mejor conocida como colisión o muerte de una estrella, que empieza desde el interior destruyendo todo el cuerpo estelar.

La cazadora de demonios deslizó su mano por el tsuka o mejor conocido como el mango de la katana. Colocándola con la punta hacia abajo, representado el aguijón de un escorpión, diriguiendola al hueso que rodeaba su pierna y la tenía por los aires. Pará luego dar una fuerte estocada de forma no recta, logrando atravesar el hueso, luego dio un giro a su espada, perforandolo aun mas y logrando que soltara su pierna.

Cayó al suelo y gruñó al sentir su tobillo crujir, ignorandolo se levantó con esfuerzo, sin posar todo su paso en su extremidad inferior lastimada.

Pero al lograr estabilizarse notó como el demonio se acerca a ella con sus garras filosas y detrás de él sus huesos de la parte superior de su espalda saliendo a la luz moviéndose con constancia de un lado a otro.

Sin duda asqueroso pensaba la Pilar.

—Me has sorprendido —aplaudió de forma sarcástica mientras se detenía a una distancia de ella—. Has dado una mejor batalla que tu patético hermano.

Aquello redujo su cordura y empaño su estabilidad.

Volvió a sujetar su espada y sin importar que, se lanzó a atacarlo, pero cada estocada era esquivaba o repelida con facilidad.

—¿Deseas saber cómo lo mate? —dijo burlón mientras esquivaba los constantes ataques de su enemiga—. Mmm tengo una mejor idea, te lo mostraré.

La de ojos perla sintió su cuerpo débil mientras tenía la vista borrosa puesta en el demonio.

Corría por las calles de la ciudad, desplazándose con agilidad mientras esquivaba a las personas que transitaban por el lugar.

Tomioka pensaba constantemente en donde podría encontrarse su compañera, observaba a todos lados.

—Este lugar es enorme —pensaba mientras aminora a él paso, pues había corrido por horas.

Se encontraba en la desviación que dirigía a los barrios bajos de aquella ciudad , examinó el ambiente lujubre del lugar. Sintiendo una presión en su pecho.

Debía encontrarla cuanto antes...

Se encontraba cansada, con su cuerpo entumecido y bañado en sudor y suciedad, ni que decir de sangre, con sus ropas desechas. Su haori de estrellas rota. Si no fuera persistente habría perdido la conciencia desde hace tiempo, pero había una razón que la hacía levantarse luego de cada ataque.

Y eso era vengar a su hermano.

El demonio la sujetó con uno de sus huesos y la lanzó hacia una pared.

—Primero rompí sus huesos, haciéndolo estrellar una y otra vez contra el suelo —hizo lo que dijo mientras la estampada contra el suelo, dejándola sin aire—. Fue divertido, oía sus gritos y sus estremidades crujir para destrozarse. Luego perfore sus órganos, los más lentamente posible —detrás de él su columna vertebral salió a la vista, era alargada  y encurvada dándole una similitud a la forma de una serpiente, la parte superior era sumamente puntiaguda y filosa—. Y bueno de esa forma murió agonizando, ¿no es fantástico? . Y de ese modo morirás tu.

Seiza se puso de pie con dificultad, mientras lo observaba fijamente, sosteniendo su katana con su mano derecha.

—Sigue soñando —dijo con dificultad mientras una sonrisa amarga se formaba en sus labios rotos—. Te equivocas al pensar que me dejaría devorar por un asqueroso demonio como tú.

Aquello descompuso la sonrisa del demonio, y sus temblores de antes regresaron.

—¡No soy un demonio asqueroso, yo soy diferente!. ¡Yo soy Perfecto! —gritó con ira mientras sin esperar la atacó con el alargado hueso de su columna.

—Respiración de Astros: Cuarta Constelación: Danza de Estrellas Fugaces.

Al llevar a cabo esta postura, el usuario  mueve su espada contra su oponente de una manera que imita los movimientos de las estrellas fugaces, siendo así un ataque fluido en movimiento de zig zag.

Kuroi había utilizado esa postura de su respiración para poder evitar los ataque del demonio y debes en cuando amortiguarlos.

Deslizándose un lado a otro con fluides, dirigiéndose hacia su enemigo.

—Maldita mocosa... —murmuró con enojo al verla destruir sus picos de huesos y esquivar su alargada y puntiaguda columna vertebral.

Ya frente a él, la mata demonio blandió su espada diriguiendola a su cuello. Dando un corte casi completo, pues un pico la había detenido atravesando su brazo en donde llevaba su katana haciendola detener su ataque.

El demonio había actuado rápido y de un salto se alejó mientras sujetaba su cuello sintiendo como la sangre oscura caía y marchaba su ropa.

—Maldición —se quejó la de ojos perla, viendo como su brazo había sido perforado por aquel hueso que había salido del suelo.

Rebanandolo quedó libre, pero el dolor era insoportable, aunque agradecía que no haya tocado o destruido el hueso de su propio brazo. Pero si temía que la cantidad de sangre que había perdido la hiciera fallecer.

Aun de rodillas en el suelo divisó otro ataque de la técnica de sangre del demonio acercándose con rapidez. Tan sólo pudo colocar su espada frente a ella y amortiguarlo un poco, aunque de igual forma fue lazada hacia atrás estrellándose contra la pared de madera. Soltó un quejido cerrando los ojos y a su mente llegaron varias imágenes de su pasado.

Qué significaba, acaso moriría en ese momento por lo cual veía pasar su vida frente a sus ojos.

Quizo reírse de sus pensamientos adsurdos, pues no dejaría que eso pase, debía cumplir con su promesa, vengar a su hermano.

Y volver junto a él. Junto a su amado Ojos de Mar.

Además tan solo lo había besado una vez, y  aquello aún no le era suficiente.

—Muere de una vez —dijo el demonio mandando su desagradable columna hacia ella.

Suspiró observando aquel ataque, sus brazos cansados no cumplían con las órdenes que cabeza les mandaba.

De repente había perdido las fuerzas, ahora que lo pensaba sentía su cuerpo ligero y en calma. Y deseaba quedarse a sí.
.

Para siempre...

▶.

«
—Ne Nisaan, ¿qué significa que el mar nunca vuelve a ser el mismo? —preguntó la pequeña de cinco años a su hermano mayor.

—Mmm... Pues es una pregunta difícil —rió avergonzado por no poder contestar a las dudas de su hermanita, quien frunció el ceño—. Pues yo creo que significa, que nada en este mundo sucede dos veces. Por lo cual uno debe vivir su vida siempre sin dudar de sus decisiones —trató de explicar acompañado de una risa nerviosa.

—Eres tan poco inteligente Nisaan, por eso nunca has tenido novia —se cruzó de brazos la pequeña Seiza.

—¡Ahh, a que viene eso! —se quejó el mayor con las mejillas rojas, para luego suspirar con una sonrisa de lado—. Escuchame bien Seiza —se agachó y coloco una de sus manos sobre la cabellera oscura de su pequeña hermana—. Nada sucede dos veces, nada existe dos veces. Tan sólo una vez —sonrió y la observó con cariño—. Es por eso que cuando algo cambie tu vida y se vuelva importate para ti. Aferrate a él con fuerza y...
»

—¡Concentración total. Respiración de Agua: Décima Postura. Dragon del Cambio!

Los picos de hueso se convirtieron en polvo al igual que aquella alargada columna vertebral que fue cortada por la mitad.

«
—Nunca lo dejes ir.
»

Abrió los ojos de sorpresa, frente a ella divisó un haori de dos tonalidades, una cabellera azabache sujeto en una coleta baja.

Podía oír su respiración rápida demostrando su cansancio.

El está allí, junto a ella.

Su mirada azulada la capturó y la envolvió, eliminando todo temor y oscuridad, sintió sus orbes de estrellas ser empañadas por las lágrimas. Lo vio arrodillarse frente suyo, sintiendo una de sus manos acariciar sus mejillas con dulzura.

—Aún debes cumplir tu promesa —habló con suavidad mientra la observaba haciéndola recordar aquella noche.

«
—¿Volverás?

El aire fresco danzo con sus hebras oscuras mientras una pequeña sonrisa se deslizaba por sus labios.

—No puedo afirmarlo, ni tampoco negarlo —murmuró sintiendo un apretón en sus delicadas manos—. Pero puedo prometerte...

El la observó con atención mientras sentía como lo envolvía con sus delgados brazos y mesclaba sus respiraciones.

—Que haré lo que sea para hacerlo.
»

—Y no me iré de aquí hasta que lo hagas —la ayudó a levantarse, mientras sostenía con su otra mano su katana.

«

—Porque esa será tu estrella, que te mantendra con los pies en la tierra y la cabeza por las nubes.

—Y te hará ver la vida de otra forma.
   ».