Cap 3.1: Max
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"Vamos cariño, si logras darle a la canasta con esta técnica, podrás hacerlo siempre."
"Solo lo dices tú porque a ti se te facilita todo"
Ella solo tomó el balón y lanzó de una manera inadecuada, no había acertado.
"¡Lo ves! Yo no tengo la capacidad de hacerlo"
El solo recogió el balón y le dio a la chica, se paró a su atrás, agarró sus delicadas y suaves manos poniéndolas en forma correcta para hacer el tiro, se acercó al oído de la dama y susurró suavemente.
"Vuelve a intentarlo"
Aún con su sonrojo ella lo volvió a intentar, había acertado. Con sólo ver como el balón caía dentro del cesto ella saltó de alegría para seguido dirigirse al chico y abrazarlo fuertemente mientras lo agradecía por tomarse la molestia de hacer todo eso por ella.
"Gracias Max...gracias."
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Desperté un poco confuso como casi todas las mañanas. Eran las 4:59 hrs, justo un minuto antes que la alarma sonara. Antes de vestirme hice unos estiramientos para tener los músculos del cuerpo despierto. Fui al baño y me cepillé los dientes.
Antes de salir de la cabaña recibí una llamada, era de Oscar.
-Hola Max, ¿Qué tal amaneciste? - por su voz parecía recién despertarse.
-De la patada. Ahora solo iré a desayunar a la cafetería y me iré de aquí a ya sabes donde.
-Te deseo suerte, aguantar cuatro horas en ese lugar debe ser un horror jejeje. - hubo unos segundos de silencio - Max porque no te acercaste a jugar con nosotros.
Las razones eran otras, solo opté por una mentira.
-Estaba muy cansado después de hacer una búsqueda por la noche. Además habia dormido muy tarde, 00:12 hrs.
-Si ese fue el motivo te entiendo.... Oye Max...
-Dime.
-¿Me podrías contar que fue lo que viste ayer?
-Que te lo cuente Ezequiel, también lo sabe.
-Le dije, pero solo estaba mudo. No era por no querer contar, fue porque Alexa se le acercaba muy seguido y el solo tartamudeaba. No se que le pasó....
Alejé mi voz del teléfono - Otro chico flechado por el amor.
-¿Qué dijiste?
-Nada Oscar. - Suspiré - Entonces te contaré los detalles cuando vuelva, capaz está vez los acompañe para averiguar otros asuntos más.
-Esta bien, yo también te mantendré informado si algo extraño sucede.
-Adios Oscar, cuida de Erizo. Mantenla alejada de la cuatro ojos.
-¿Cómo? Te referiste a Lu.....
Colgué la llamada, no tenía tiempo para seguir hablando, tenía mi tiempo calculado. Me dirigí a la cafetería y desayuné rápidamente, eso restó minutos a mi hora de entrada, ya eran las 7 hrs
De ahí solo caminé al lugar donde debía llegar, Video Vampiro. Llegué justo a tiempo, marqué mi entrada a las a las 8:15 hrs.
Durante aquellas siguientes horas estuve acomodando y reacomodando algunas cintas y películas que habían sido devueltas una semana atrás. Eran según el género o también al orden del abecedario, me la pasé dos horas realizando esa labor. Las últimas dos horas me dedique a limpiar algunas cintas llenas de polvo, suponía que estarían llenas de polvo debido a que nadie las quería y no por la acumulación de polvo rápido en el establecimiento.
Marqué mi horario de salida a las 12:30 hrs. Antes de salir del establecimiento me dirigí al jefe del local, tenía un asunto que hablar con él. Toqué la puerta de su oficina a esperar que me atendiera.
-Adelante - habló del otro lado.
Yo pasé de los más normal, no era ese típico trabajador que tiene miedo a un jefe, ambos nos teníamos confianza.
-Hola señor Ban - mientras veía como el se enfocaba más en el papeleo y otros informes.
-Solo dime Ban, ya te lo he dicho muchas veces.
-Ok, Ban. ¿Podría pedirle algo?
-Adelante.
-Quisiera pedirle unos 9 días de descanso....
Me esperaba lo peor, era un acto muy idiota hacerlo cuando ni siquiera había pasado mucho de entrar a este establecimiento.
-Tomatelos muchacho... - me miraba de pies a cabeza - ...se lo que está pasando.
-¿Cómo? - "¿acaso alguien se lo había dicho?" pensé.
-Estas últimas semanas has bajado tu desempeño... Ya no te veo con ánimos de querer mejorar o ascender a otro puesto... - hizo una pausa, intentado recordar -... y ese rostro de melancolía que muestras al trabajar, lo veo por las cámaras y....
-Si lo sé.
-¿Que pasó muchacho? - mostraba interés, pues la verdad me apreciaba - la última vez que te vi con buenos ánimos fue antes de....
-No tienes que recordármelo.
No quería escuchar nuevamente su nombre, antes de oír otro sermón más decidí irme, antes de abrir la puerta el volvió hablar pero ahora más sereno.
-Si eso quieres, adelante. Tendrás tus nueve días de descanso, intenta estar lo mejor posible esos días.
Giré la perilla de la puerta, pero él otra vez había vuelto con sus palabrerias.
-... Algunos compañeros tuyos me han contado que al estar cerca de ti, tu solo cambias de expresión a uno alegre y finges estar así hasta que se aparten de ti. Supongo que serás así igual con tus amigos.
-¡¿Y que hay si es así?! - no quería mirar nuevamente hacia Ban, pues el tenía razón, durante esos días solo fingía estar feliz.
-Esa máscara falsa de felicidad pronto se romperá y... - hizo una pausa, buscaba las palabras -...y todo esos sentimientos que tienes guardados por mucho, se desembocaran y capaz hagas algo que luego te arrepientas. Ya he visto muchachos que...
No quise escucharlo, alcé mi voz para dejarlo en claro, por eso momento ignoré que era mi jefe y le hablé como un simple adulto que intentaba darme un consejo.
-Yo soy la excepción. No me dejaré derribar por algo que pasó hace poco. He venido a trabajar estos días, ¡lo ve! - seguí - Ahí tiene la prueba, no me esta afectando en nada. - suspiré calmandome un poco - En estos nueve días solo quiero ayudar a una amiga, algo extraño sucede y quiero saber que es.
Volteé para solo despedirme - Hasta luego Ban, gracias por estos nueve días. Le prometo que regresando estaré más activo en el trabajo.
-Ve tranquilo muchacho, te deseo lo mejor al ayudar a tu mejor amiga.
Yo solo di unos pasos para salir de su oficina pero el me detuvo nuevamente.
-Max, antes que te vayas podrías alcanzarme el periódico que se encuentra en ese librero.
No me negué, le alcancé el periódico de la isla "Heartforde Herald". Un periódico que para.... tener algunas fallas ortografícas a su vista...es muy entretenido. Las tiras cómicas, y algunos reportajes como lo fue de la feria de ciencia, lo hizo muy atractivo e interesante durante unos días.
A pesar de todo eso, era el único periódico que había en la isla. Se me hacía muy raro que dejáramos de recibirlo desde hace dos semanas.
Era hora de irme, antes de cerrar la puerta escuché a Ban decir algo mientras tomaba su taza de café, aun lo recuerdo, pues era la primera vez que el periódico publica algo de importancia....
"Je ¿qué pasa ahora?. ¿Ahora hay desaparecidos en la isla? Algo muy interesante publica recientemente este periódico" fue lo último que escuché.
¿Acaso esa era la razón del porqué no recibimos el periódico en nuestras cabañas? ¿Intentan esconderlo de nosotros? No quise darle mucha vuelta a ese asunto y decidí dejar atrás el local, emprender camino devuelta a mi cabaña.
Ya para las 14:00 hrs había llegado a mi cabaña, no sin antes pasar primeramente por la cafetería a almorzar. Fue un gusto estar almorzando sin la molestia de nadie o el ruido de los demás, eso era lo menos que quería oír después de un arduo trabajo.
Sin esperar nada, recibí otra tonta llamada, otra vez era ese lanudo.
-Dime.
-Acompáñame Max...
-¿A dónde?
-Creo que llegó la hora de encarar a esa chica. Ya sabes de quien hablo...
-Mejor le hubieras dicho eso a Oscar, le hubiera agradado ver quien fue la responsable de ese día en la cafetería.
-Sabes eso iba ser... - hizo una pausa - pero, Oscar no esta disponible. Además, te diría una cita que hace Holmes en La Aventura del detective agonizante : "¿No se habrá ofendido, Watson? Se dará cuenta de que, entre sus muchos talentos, no hay lugar para el disimulo". Pero después pensé que no quedaría bien parado contigo.
Me pareció muy estúpido que hablara así por teléfono en ese momento, solo gruñi al escuchar esa tonta frase suya. Obvio no lo haría delante de la llamada.
Suspiré y retome el teléfono - No te hubiera perdonado eso. ¿Que tienes planeado hacer?
-Ya vas a ver. Pero tienes que prometerme que no te pondrás en el plan del caballero que sale en defensa de la dama en apuros.
-Prometido.
Esas últimas palabras me dejaron pensando a la hora de colgar el teléfono. "¿Que haría ahora este estúpido?" me preguntaba mientras cerraba la puerta de mi cabaña y corría hacia la suya, hacia un frío muy horrible para la hora que estábamos, las nubes grises poco a poco cubrían la isla.
Había llegado en el momento indicado. Minutos después ya emprendiamos rumbo hacia el lugar que el había visto por última vez a Lucy, su suite ubicada en una palmera doble. Toqué la puerta a esperar que ella abriera, nos moriamos de frío para estas alturas, sentía como los vientos fuertes traspasaban mi ropa y seguido, sentir el frío corriendo por mi piel hasta los huesos.
-Max, y tú... - miró a Ezequiel de pies a cabeza -... chico no que como te llames.
Yo solo me mofé al escucharla, al parecer le guardaba un cierto rencor.
-Mi nombre es Ezequiel, ya te lo he dicho.
-Lo siento se me olvida rápido las cosas. - una mentirosa total...- Pasen chicos, parece que comenzará una fuerte lluvia.
En el instante que nos abrió la puerta a su lujoso suite, me empecé a sentir incómodo. Ella se mostraba gentil y amable, sin imaginar cual era la intención en la que veníamos....o eso creía yo....
-¿Supongo que están aquí porque no tuvieron otro lugar en donde esconderse de esta lluvia? - preguntó después de ofrecernos algunos bocadillos y té que acepté a diferencia de mi acompañante.
-No. Queremos saber algo más...
Él estaba muy serio, parecía tener una expresión sombría. Sabía a dónde iba ir esto, tomé una posición neutral y decidí quedarme callado, entrar en modo espectador...
-No podemos seguir así, Lucy.
-¿Cómo así? - Parecía descolocada - No te entiendo tonto.
-Deja de mentir... no mientas.
-¿Cuál mentira? - ella empezaba a enojarse - Ya te he dicho todo.
-¡Escuchame! - Ezequiel se inclinó hacia Lucy y la miró fijamente a los ojos -, lo sabemos todo: ¡Tu fuiste la responsable de ese día!
-¿Día? ¿Qué día?
-El día que sucedió esa pésima broma de pasteles en la cafetería. Hay pruebas en tu contra. - de su bolsillo sacaba algunas fotografías, justo de esa noche - Fotos: una prueba irrefutable que la que había hecho esos pasteles, eras tú. Y por último... - intentaba hacer una pausa dramática -... Tenemos un audio.
El había sacado un reproductor de cassette en donde se escuchaba una y otra vez lo que había dicho Lucy esa vez... "En verdad estos pasteles serán indicados". "Supongo que estarás lista para otra ronda, Erizo."
Lucy estaba pálida. Se había quedado mirándolo en silencio, un silencio que me pareció un delato hacia sí misma.
-Hoy hable con Betsy. Por ahora intento que esta información no llegué hacia ella y más aún con lo sucedido después de eso. - siguió - Ella está decidida en detener a alguien y no me sorprende que seas tú.
-¿Y-yo?
Aquel gesto de horror en la cara de Lucy me resultaba insoportable, no quería verla.
-Ya no puedo seguir frenandola a menos que digas la verdad - insistió - Toda la verdad.
Lucy revolvió su taza de té después haberle agregado una cucharita de azúcar. Las manos le temblaban mientras lo hacía.
-Pensé que esto no podía llegar lejos - dijo con la voz quebrada - Te juro que... No era mi intención...
-Empecemos desde el inicio... - Ezequiel se había hechado atrás en el asiento. - ¿Por qué lo hiciste?
-Creo que no hace falta explicar mucho, tu mismo estuviste presenté ayer.... - suspiró y siguió - la conversación y todo aquella visita en la que estuvo...
-Oscar. ¿El es la causa? - fue muy directo.
-Si. - Su voz era casi un susurro - Desde hace un tiempo había empezado a sentir algo por él.... Es curioso, ¿no? De un día para otro sentir aquella sensación, el amor. Pero verlo cerca de Erizo, su mejor amiga. Hizo que me pusiera un poco celosa por así decirlo....
"¿Poco celosa? Yo diría demasiado" mientras la veía confesar intentando controlar los nervios que atacaban en sus manos.
-Quería invitarlo a Heartforde. - intentando calmar el nerviosismo en sus manos que por poco vota su taza - Estar un tiempo a solas con él....
-Y al ver que este se negó, optaste por la mejor opción: intentar de jugarle una broma a la pobre de Erizo.
Ella solo asintió afirmando lo anterior.
-Por favor... - ella solo suplicaba ahora que ya estaba aclarado todo -... No quiero que Oscar lo sepa, se los suplico. No le digas nada: quiero hablar con él antes.
Nunca la había visto llegar a ese punto. Siempre la veía con esa actitud de superioridad sobre los demás, alguien intocable, al igual que Susie, pero en menor nivel.
-¿Y si hago lo contrario a lo que dices?...¿Que harías?...
Dejó la pregunta en el aire. Lucy lo miró expectante, no parecía dispuesta a seguirle el rollo....
-Yo...yo....
Ella solo quedo en silencio.
-Está todo consumado - decía mientras nos levantabamos del asiento - Vámonos Max.
Estaba más que claro que esto había terminado, el maldito lanudo se había salido con la suya.
-¡Espera!
Veíamos cómo Lucy se levantaba bruscamente de su asiento. A todo esto yo solo trataba de mantenerme lo más atento posible, sentía como mis ojos se hacían pesados y mi cuerpo un poco flojo con el pasar de esos minutos, me sentía raro...
-¡Se que podemos llegar a algo!....
-Ohhh, se a donde va esto.... ¿Crees que podrás comprar mi silencio? - solo reía al ver como Lucy lo intentaba - Eres tonta al querer hacerlo. Yo....
-Siempre habrá algo que queremos, nadie va negar eso...
El lanudo no dijo nada, se había quedado en silencio, parecía que lo que había dicho Lucy poco a poco lo arrastraba.
-Y que...que... - prosiguió, esta vez más convencido -¿Podrías conseguir ese algo que quiero? ¿Y como sabrás que después de eso intente voltearte el juego?
-Chicos de tu calaña no son capaces de romper un trato, ni mucho menos cuando tienen algo que pueden también llegar a perder.
-¿Yo? - soltó una risa - yo no tengo que perder, todo está a mi favor.
-¿Eso crees?
Ella solo se levantó de su asiento para dirigirse a un mueble muy particular, un estante con puertas de vidrio. Al abrirlo ella extendió su mano e hizo la seña a que viniera hacia ella, él se acercó y recibió en sus manos una hoja junto a una fotografía qué no alcancé a ver.
-Mierda. Yo pensé que....
-Tu mismo lo dijiste.... Pensaste, pero no es así....
Solo se maldecia una y otra vez para volver luego alzar la mirada sobre ella, era desprecio lo que emanaba hacia Lucy.
-¿Y qué es lo que propones? - dijo mientras volvía a su asiento totalmente vencido.
Ella como todo chica presumida y con aires de grandeza volvió hacia nosotros, se acercó hacia el oído del lanudo y susurró.
-¿Solo eso? - habló muy confundido
-Si, solo eso. No es nada del otro mundo.
-Será un poco complicado. - aún dudaba - No soy él.
Quería saber de que estaban hablando, ya me parecía muy raro todo esto.
-Se puede saber que...se puede...que.....
Con solo levantarme del asiento caí al suelo, no sentía las piernas, todo en mi era una gran fatiga. Con mis últimas fuerzas solo miraba a Lucy como esta sonreía por mi situación, y mi compañero solo en estado de shock.
-Lucy....tú....eres....
Con una suave voz se acercó y susurró a mis espaldas -Debes dormir Max, te sientes muy cansado.
Las últimas palabras que escuché antes de desvanecerme y perder totalmente la moción.
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"Max, ¿te puedo preguntar algo?"
El solo miró algo confundido al tono que ella se dirigía a él.
"¿Qué sucede?"
Ella con una tristeza en su voz habló.
"He escuchado algunos rumores, según dicen que estuviste andando con otra chica en este tiempo. ¿Es cierto eso?"
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Abría los ojos lentamente, aun tenia la mente por las nubes, mis pensamientos estaban totalmente desordenados. A pesar de eso, todo era tranquilidad a mi alrededor....
-¿Sigo en la Suite de Lucy? - miraba aún confundido todo el lugar.
Di un suspiro y tomé impulso para volver a levantarme, pero ni di el primer paso volví a caer...
-"¡Agh maldita seas! ¡Ni bien te encuentre te las veras conmigo!" - la maldecí mientras intentaba reponerme de otro asiento cercano y volver agarrarme mi frente, aun tenia un poco de dolor de cabeza.
Debí haber sospechado qué haría algo como eso cuando sentí un sabor diferente en el Té, solo la situación del momento me hizo pasar por alto todo lo anterior.
-Veo que despertaste. - Volteé para ver devuelta a Ezequiel, estaba muy tranquilo mientras traía un poco de galletas devorandolas consigo.
-¿Donde esta esa cuatro ojos? - fue lo primero que dije, aun sentía un poco de molestia por lo que había hecho.
-Ella ha salido, pero afortunadamente... - prosiguió después de darle un mordisco a la galleta - no hizo nada estúpido. Casi nos hace pasar bajo la lluvia. Sabes que, tenemos algo pendiente.
-Aja si... - volví a agarrarme la frente por el fuerte dolor que tenía -... ¿Y cual es el asunto pendiente?
-Aun debemos buscar al culpable de la roca.
-Puede ser Lu...
-No es ella... - fue tajante y directo.
Enseguida saco la tela que habíamos recogido ese noche y puso otra tela idéntica a la prenda que usa comúnmente Lucy.
-Nota la diferencia, míralo.
Tenía mucha razón, los colores no coincidían de mucho que digamos. La encontrada era un azul marino más claro que la actual. Otra diferencia era las texturas, la primera parecía usada muy comúnmente por las personas que no suelen comprar de muy buena calidad. Y la otra bueno, diría que es una tela muy fina que estaría hecho por una de las mejores marcas de ropa, obviamente era de una persona muy acomodada y la única en este isla era la cuatro ojos.
-¿Y tienes algo en mente ahora mi estimado? - mientras lo veía como seguía comprobando ambas telas.
Quedo por unos segundos en silencio. Volvió agarrar la última galleta del platillo hasta darle su final devorandolo. No demoró mucho cuando saco de sus bolsillos una pequeña bolsita que parecía estar llena y muy pesada al momento de dármelo en mis manos.
-¿Te sobornó? - mientras lo miraba tajante y con disgusto.
-Yo no lo llamaría sobornar no no no.... - lo estaba pensado -.... Yo lo llamo una pequeña suma de incentivo mientras continuamos investigando sin incluirla en el caso.
-Eso es sobornar, eres un....
Aguante por decir lo último. Observé esa pequeña bolsa llena en mis manos, me sentía sucio con tan solo tocarlo, nunca había hecho este tipo de acciones y más sobre todo en estos asuntos.
-Anímate Max, son 300 chocomonedas.
Saltó acomodándose en el asiento al lado mio, se sentía muy satisfecho mientras jugaba con su parte del dinero lanzandolo al aire.
-Se que lo usarás en cualquier momento....no hay duda de eso....
Yo solo ignoré todo lo que decía de ahí en adelante, presté más atención por aquella ventana mientras veía como cada gota de lluvia caía por el marco inferior de madera y unos minutos después ver asomarse el sol. Me sentía muy relajado por esos minutos, un ambiente pacifico a pesar de estar un sitio ajeno.
-¿Max, ahora qué tienes en mente? - dándome un leve golpe en mis rodillas mientras el seguía observando su bolso de monedas.
Lo observé unos segundos mientras la luz de sol posaba cada vez en mi, cubriendo la mitad de mi cuerpo...
-Solo quiero descansar....
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