Capítulo X: The last you will see before you die (*)

Lucy Montgomery-Gray

Después de contarle a mi padre todo sobre la nueva comida que Richie me dio -exceptuando la parte de que fue Richie quien me dio de comer-, me hizo una propuesta que no pude rechazar 

Conseguir mas comida

Nos habíamos ocultado en un callejón donde muy pocas personas pasabas, él fue el primero que me enseñó a robar para comer, así que ambos éramos expertos 

Cuando capte el olor que me hizo cerrar los ojos, mi papá entendió que esa era la comida que quería, y que no tenia que meterme, ya que él se encargaría 

Papá dijo que conseguiríamos comida a su manera, su manera fue muy divertida la verdad, asustamos a una viejita y le robamos su bolsa con comida, lo siento por la señora y su infarto.

No deje de sonreir de camino a casa, la bolsa tenía pan, carne de la blanda, y frutas, de camino no deje de comer una pera que estaba muy dulce

—Fue divertidísimo— sonreí mientras comía un pan— gracias

—Te dije que el dolor ajeno es divertido— rió— ¿Lista?— preguntó señalando el pozo de la casa.

—Sí— estaba lista para aventarme, pero casi siempre él se avienta primero, cuando lo no hizo, lo entendi— ¿vas a irte?

—Tú ya comiste, es mi turno— papá me alboroto el cabello antes de esconderse entre la oscuridad, baje la cabeza de solo pensar quien sería su próxima víctima 

Y cuando regreso, no pude evitar hacer una mueca 

—¿Es en serio?— moví la cabeza al verlo en forma humana 

Papá casi nunca usaba su forma humana, y odiaba que lo usara, porque eso quiere decir que iba tras una víctima mayor, mujeres, y odiaba ver mujeres medio muertas arrastrándose por mi casa

—¿Quieres que vaya tras un niño?— por la mirada que le di, se dio cuenta que mi respuesta era no— no salgas, princesa

Está claro que no le iba a hacer caso 

Después de comerme mi pan y un agua amarrilla con sabor a naranja, guarde mi bolsa de comida lista para irme. Si él no estaría aquí, yo tampoco 

Quería ir a ver a Beverly, hace mucho que no hablábamos, así que tomé mi bicicleta sin permiso para irme a ver a mi amiga 

Pero mientras pedaleaba, no pude evitar sentir como me seguían, podía sentir cómo eran los amigos imbeciles de Patrick, solo que esta vez, su mirada tenía algo más que me hacía sentir sucia 

Aumente la velocidad, pero algo en el suelo detuvo mi bicicleta haciendo que callera en el suelo. Fue doloroso, tuve que alzar mi camisa para descubrir mis brazos, mis codos tenian sangre y cuando alce mi pantalón, mis rodillas tambien tenian sangre 

—Así que aquí estás, vagabunda— el rubio, Henry, si no mal recuerdo me vio en el suelo 

Se inclinó un poco para tomarme del cabello y levantarme del suelo, me dolía su agarre en mi cabello.

—¡Suéltame, asqueroso!— suplique, pero mi espalda quedó contra una barrera, mire del otro lado donde solo vi más tierra y rocas. Sus dos amigos estaban junto a él para dejarme sin lugar para escapar 

—Conmigo nadie se mete, entendiste pequeña puta— le hizo una seña a los idiotas a su lado que me sostuvieron de los brazos, los trate de manotear pero eran dos y estaban más alimentados y más fuertes que yo— o si no, vas a comer plomo

De su espalda sacó un arma como la de los policías para obligarme a abrir la boca, aproveche que estaba tan confiado que le tomé el brazo encajando mis dientes en su piel que sabía horrible, pero sin mis colmillos fue imposible hacerle más daño que solo sacar sangre 

—¡Mirame!— grite, todos me miraron al ver mi boca con la sangre— mira mi cara, va a ser lo último que vas a ver antes de que mueras.

—¿Quieres jugar, zorrita?— la mirada repulsiva de Henry me dieron ganas de llorar— quítenle la ropa.

—Henry...— hasta los otros dos imbéciles tenían un poco más de compasión al verme llorar— está muy pequeña...

—¡Me importa una mierda, quítenle la ropa!— rompió mi camisa dejando a la vista mi piel, la manera en que me tocó me hizo llorar mas 

Nunca me sentí más sucia, no quería que tocara, me lastima. Prefiero que me golpee 

Su mano empezó a jalar de mi pantalón, por lo cual no me quedó más que usar mis piernas para tratar de patearlo y que me soltara, pero me dio un golpe en la nariz que me nublo la vista y que me hizo sentir ahogada 

No me importaba pedirle entre llanto que me soltara y que no me tocara, pero no me hizo caso y solo podía sentir como me sostenía la cintura mientras le ordenaba a sus amigos que me mantuviera quieta

—Suéltenla...— esa voz profunda era escalofriante, pero yo la sentí como el mayor de los alivios

Papá estaba ahí, seguía en forma humano, con esa ropa extraña y a pesar de ser normal, podía sentir como estaba furioso ya que sus ojos estaban rojos y apretaba los labios

—Suéltenla— repitió con esa voz escalofriante

—No se meta, viejo— chistó Henry entre dientes

—Ayúdame...— suplique aún sintiendo las asquerosas manos de Henry en mí 

Todo fue tan rápido, papá empujó a Henry aventandolo contra el suelo al igual que a sus amigos mientras que me cargaba y yo trataba de cubrirme con mi ropa rota mientras escondía la cara para llorar en su hombro

—La próxima vez que se atrevan a tocarla— escondí la cara mientras oí su espeluznante voz de amenaza— les arrancaré las entrañas y se las daré de comer.

No me despegue de papá, me llevó cargando mientras me sobaba la espalda, pero yo no podía dejar de llorar, ni todos mis años viviendo entre la humedad y la tierra me hicieron sentir tan sucia como sentir como me tocaban contra mi voluntad

—¿Quieres que los mate?— despegue la cara para verlo, la rabia no se le iba a ir, siempre decía que a mi nunca me iban a hacer nada o pagarían con sangre— sé que no te gusta la sangre, pero puedo ir solo, los mato, degolló y exhibimos sus cabezas para que entiendan que nadie puede tocar a mi niña. 

—No...— mi respuesta lo sorprendió— quiero matarlos yo.

—Esa es mi niña...— papá me dejo un beso en la frente que hizo mi mundo un poquito menos feo

Todo lo que me había pasado era tan desagradable, que mi papá me llevó al río para que me pudiera limpiar y que me dejara de sentir sucia, luego volvimos a casa en completo silencio

Después de una caída larga ya estábamos en el centro de la cloaca, mi casa.

Camine hasta mi rincón donde casi no había agua, pero papá me detuvo el hombro 

—Lucifer, creí pensar que eras mejor que cualquier niña humana tonta que se deja dominar— rodé los ojos en cuanto hizo ese comentario, si creo que es lo que me estoy imaginando, nada agradable pasará

—¿Dominar? ¿Yo? — pregunté indignada

—Vas y te besas con alguien muy por debajo de ti diciendo y prometiendo  idioteces, no estas hecha para estar al lado de un hipocondríaco— sus ojos empezaban a poner amarillos, esta enojado

—¿Hipoco.. ?— ¿qué es eso? no sé, pero no me gustó que dijera así— Richie es mi amigo y a Eddie lo quiero, y no le digas asi

—¿Así que besaste a los dos idiotas que andan detrás de ti?— agrande los ojos, ¿entonces a quién se referiría?— ay mi niña, tu naciste para ser más grande, no para estar corriendo detrás de nuestra comida sin que sea una cacería

—¿No eso hiciste tú?— me aleje de su agarre— ¿Qué sentías tú cuando veías a mamá?

—Lástima, cansancio y ganas de ahorcarla— respondió haciendo que rodará los ojos

—La querías— le reclame 

—La respetaba, porque gracias a ella estás aquí— me quiso volver a tocar la cara, pero la aparte— ¿y que va a pasar cuando Eddie se de cuenta de lo que ocultas? ¿Sabes que va a hacer? Te va a odiar, se va a alejar de ti y hasta intentará matarte. Tus amigos intentarán matarte cuando se den cuenta de tu verdadera naturaleza

No, ellos no lo harían... y mucho menos Eddie

—No es lo mismo con Eddie, en serio— mi voz salió tan aguda que por unos segundos no lo reconocí— con él ya no me siento como un bicho raro, es como si una persona fuera mi hogar, como si él fuera mi hogar

—Lo vas a preferir a él— abrace a mi papá ante sus palabras— hasta hace poco eras mi niña, y ahora empiezas a sentir emociones patéticas de humanos

—Nadie va a preferir a nadie y en segunda siempre voy a ser tu niña— dije con voz chillona— te quiero, posiblemente mucho más de lo que podría quererlo a él

—Dejaré a tus amigos en paz— me separe emocionada, quería creer que era verdad— pero para eso, quiero terminar el juego

—¡¿Que?! ¡No!—grité.

—Lucifer— me miró serio— ¿Sabes lo que es comer sangre de oveja cuando tengo a mi alcancé el miedo de tus amigos?— hice una cara de entre asco y confundida.

—No y no quiero saber— negué con las manos— Te puedo conseguir un oso.

—Te prometo que solo asustó a tus amigos un par de veces más y los dejo en paz. Cómo garantía, cuando esto acabe, no te diré nada si te mezclas con el señor placebos— dijo y rodó los ojos

—¿Placebos?— ¿que es eso?

—Los medicamentos que le dan a tu amigo son placebos— dijo y rió— Que madre tan loca tiene ese chico— volvió a reír.

—Cuando era bebé me diste sangre de otro bebé— lo mire con los ojos entrecerrados

—Y lo disfrutaste mucho, princesa, no sé que te paso— me apretó la barbilla haciendo que nos dieramos un duelo de miradas 

De todos modos lo iba a hacer, pero lo único que me quedaba era creer que está vez si cumpliria su promesa, y sino, estaria ahí lista para defender a mis amigos.

—¿Lo prometes que solo una vez y los dejas en paz?— dije y tomé la mano de mi papá-

—Lo prometo. ¿Prometes que no lo vas a preferir a él que a mí?— dijo en clara referencia de Eddie

—Lo prometo

No me quedaba más, solo que esperar que todo saliera bien está vez

Tipo de narrador: Tercera persona

Pennywise decidió que ya sería tiempo de acabar lo que empezó, pero esta vez decidió hacer dormir a Lucy para que no interfiera.

Su hija era un cabeza dura y entrometida de primera, lo heredó de su madre, que nunca supo mantener sus narices alejada de donde no llamaban, por eso Lauren había muerto, por su terquedad e impulsividad, solo que se aseguraría de poner a salvo a Lucy, porque a ella aún podía cuidarla de su propia estupidez 

La encontró dormida en su rincón en el suelo como siempre, echa bolita mientras respiraba con tranquilidad

—Ay, princesa— le tocó la mejilla con los nudillos. Aún tenía unos moretones de su anterior pelea y se enfado con el imbécil que se atrevió a ponerle un dedo encima a su pequeña pensando en un buen final para él que a su vez le haría matar siete pájaros de un tiro— dulces sueños 

Le puso una mano en la frente esperando que fuera suficiente para mantenerla alejada de todo lo que estaba apunto de ocurrir

Con eso al fin le quitaria de encima los problemas que le había desencadenado desde el instante que permitió que su princesa pusiera un pie fuera de cloaca y se metiera entre la raza inferior

Fue su error, lo admitía, jamás debió usar a la única cosa que le importaba y que cuidaba como cebo, pero de los errores se aprende, y aunque sabía que se ganaría el desprecio de su pequeña, ambos invernarían en poco tiempo, tendría tiempo de repararla hasta la próxima cacería

Lucy iba alejarse de esos perdedores de una vez y para siempre.

(...)

Beverly Marsh termino de ajustar su bolsa lista para irse de su casa, nunca le había gustado estar demasiado tiempo ahí, sin embargo antes de salir, se encontró con un candado puesto en la cerradura que impedía su salida

—¿A dónde vas con tanta prisa?— Alvin Marsh se encontraba sentado en su sillón observando a su hija y sus intentos de irse a quien sabe donde 

—A ningún lado— respondió la menor entre titubeos a su progenitor

—Te arreglaste demasiado— dijo un poco enojado

—Papi, uso esto casi diario— Beverly retrocedió unos pasos

—Ven— Alvin le extendió la mano— hay personas que se me han acercado a decir que estás saliendo todo el verano con un grupo de muchachos, la única chica del grupo.

—No es cierto, papi, también está Lucy, mi amiga— murmuró asustada tratando de zafar su mano

—¿Lucy Montgomery?— el mayor resopló fuertemente— esa huérfana... ¿Sabías que su madre era una asesina?

Beverly no entendía nada, nadie sabía nada de la familia de Lucy, es como si no existieran, solo una vez dijo que ella venía de Nueva York, pero en las últimas semanas se había dado cuenta que podría ser una mentira. Una familia que viniera de la gran manzana no era tan pobre como lo reflejaba Lucy, y hasta el momento nadie sabía nada de una familia llamada Montgomery-Gray

—Lauren Montgomery fue una zorra que tenía alucinaciones, en sus ataques de locura mataba a niños para ofrecerlos al diablo, se dice que engendró a su hija con Satanás y luego se suicidó en uno de sus ataques de esquizofrenia— se oía muy extrañas las palabras de su padre— no te hace bien estar cerca de esa zorrita que podía ser igual que la loca de su madre

—Lucy no es así— de eso sí estaba completamente segura

—Yo sé lo que están pensando esos muchachos cuando te miran, bebé, lo sé muy bien— dijo serio apretando con más fuerza su mano— y también sé lo que la hija de esa psicópata puede querer contigo.

—No es nada, te lo juro— dijo al borde de las lágrimas

—¿Qué es esto?— Alvin alzó aquella postal con unas pequeñas manchas de sangre que aun así eran su objeto más preciado 

—No es nada, es solo un poema— dijo nerviosa

—Solo un poema, ¿Pero lo tenías en cajón de ropa interior?¿Porque tenías que esconderlo ahí?¿Aún eres mi niña?— dijo enojada y aparentando su mano

—No— sollozo

—¿Qué dijiste...?— preguntó muy enojado

—Dije... ¡QUE NO!— dijo soltando se su agarre, por lo que el señor Marsh empezó a perseguirla— NO, Aléjate

—¿Esos muchachos saben que tú eres mi niña?— dijo tomándola de los pies

Beverly pateó su entrepierna y luego su cara, por lo que corrió al baño buscando esconderse. La pelirroja tomó la tapa de inodoro aferrándola a su pecho mientras oía los pasos y las respiraciones de su progenitor hasta que un leve estruendo la hizo saltar por la puerta rota de su baño

Al momento de que Alvin Marsh corrió las cortinas, Beverly alzó la tapa del inodoro estrellandolo contra la cabeza de su padre, él cayó al suelo al mismo tiempo que veía como mas sangre le salía del cráneo 

Por más que lo que acababa de hacer era horrible, ella solo pudo soltar una gran respiración de alivio... todo había acabado 

O al menos eso pensó, pero cuando se giró, vio de frente a su verdugo que la tomó del cuello lista para llevarla a su guarida

Mientras esto pasaba, Bill Denbrough miraba desesperado su reloj, había quedado en ver a Beverly hace media hora y no tenía rastros de ella y no tenía manera de comunicarse con ella más que ir a su casa 

La hubiera esperado en las escaleras de incendios como siempre, pero su corazonada le dijo que entrara hasta su departamento, él cual, tenía la cerradura rota, se extraño por eso, aun así entró con cautela esperando no encontrar al padre de Beverly, el cual se decía que tenía un carácter del demonio 

Lo unico que encontro, fue al señor Marsh tendido en el suelo con la cabeza sangrando, la tapa del lavabo rota en el suelo y la amenaza latente de su enemigo en la pared

"Morirás, si lo intentas".

El tartaja no espero ni medio segundo para correr, debía juntar a sus amigos de nuevo. Ellos eran unos idiotas, pero sus chicas, Lucy y Beverly, eran aparte, por lo cual debían dar todo por ellas 

Al primero que encontró fue a Richie jugando en el arcade como siempre 

—Ri-Richie— el mencionado parecía ignorarlo

—¿Qué quieres?— dijo sin dejar de jugar— estoy ocupado, ¿ves al que estoy golpeando? Finjo que eres tú

—E-e-eso tiene a Beverly— ignoró su reclamo y fue a lo importante 

—¿Qué estás diciendo?— Tozier pensaba que se trataba de una broma

—Eso... Tiene a Beverly— por fin Richie dejó el juego mientras se giraba a Bill antes de acomodar sus lentes y asentir 

Al poco tiempo, Eddie Kaspbrak recibió la llamada de sus amigos, sostuvo el teléfono contra su oído mientras oía de Richie todo lo que había pasado.

—De acuerdo— tomó una gran respiración— los veo allá 

Eddie colgó e inmediatamente se dirigió a la puerta esperando que sus pasos no fueran oídos por su madre, la cual parecía carcelera desde que lo vio besando a Lucy y ahora lo tenía en tratamiento dental 

—¿A dónde corres que vas?— Sonia Kaspbrak se paró frente a su hijo 

—Con mis amigos— murmuró el bajito tratando de que no le temblara la voz

—Cariño, no irás, te recuperas de tus dolencias, mi vida— le dijo sacando esa voz melosa que usaba para chantajear a su hijo, pero que en ese instante, detonó sus frustraciones

—¿Mis dolencias? — Eddie tomó valor con la furia que estaba sintiendo en estos momentos— ¿qué dolencias?— sacó de su cangurera un frasco amarillo con píldoras que apretó con rabia entre sus dedos— ¿sabes que son? Son placebos— aventó el frasco al suelo que terminó regado por todo el piso— ¡son mentiras!

—Te sirven, Eddie— Sonia intercalo miradas entre las píldoras y el rostro de su hijo— tenía que protegerte. Tus amigos son unos salvajes, empezando por esa vagabunda de Lucy Gray.

—No te atrevas a hablar mal de mi Lucy— le dijo entre dientes— y ella junto con mis amigos son los únicos que querían protegerme, y por ti les di la espalda cuando mas me necesitaban. Me voy 

Eddie salió decidido de su casa pese a las lágrimas de su madre que lo llamaban entre llantos diciéndole que no la abandonara por esa limosnera

(...)

Los seis perdedores que estaban juntos entraron a la casa quemada en Neibolt tratando de aguantar el asco y el miedo, Bill solo recordó la habitación donde Lucy había escapado para seguir al payaso, no sabía bien si era correcto, pero cuando vieron el pozo, se dieron cuenta que debía ser ahí 

—Necesitamos a Lucy— murmuró Mike

—¿Cómo la buscamos? No tiene teléfono— respondió Bill— la necesitamos, pero Beverly nos necesita más 

Eddie no pudo evitar mirar a todos lados, ya que creia que Lucy estaba mas cerca de lo que creian, pero no lo diria 

—¿Eddie, tienes una moneda?— Richie señaló el pozo

—No pediré un deseo en esa porquería— respondió Eddie frunciendo el ceño

—Beverly...— Ben llamó por el pozo la voz de la pelirroja perdida 

Sin saber que habían hecho que alguien despertara 

Los ojos azules de Lucy Gray se abrieron al oír el nombre de su amiga de la voz de Ben, lo que la hizo tomar su cabeza por la desorientación que la tenia mareada y parpadear desorientada al percibir siete nuevas presencias en su casa

Sin saberlo, los perdedores habían despertado a su salvación.

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—Ellis

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