Capítulo VIII: Tag, you're it (*)
Tipo de narrador: Tercera persona
Mallory Kaspbrak nunca pensó que se iba a sentir cómoda en una maldita cloaca llena de agua sucia y mierda, pero ahí estaba, con una niña pelirroja cosiendo una sábana ya que a ambas les dio frío y usaron retazos de tela. La mocosa era una altanera, pero por alguna razón le recordaba un poco a su hermana, y no solo por el color de su cabello, sino porque ambas eran unas amargadas que se la pasaban maldiciendo y criticando a todos a su alrededor
—Jude, no has dejado de mirarme así— miro los retazos que cosían, la niña tenía una mueca cada vez que la miraba de reojo
—Es que ya te odio menos— declaró la niña haciendo que la castaña la mirara con las cejas fruncidas
—¿Gracias? — no era un halago por obvias razones, pero es que el vocabulario de su tía la tenía sorprendida
—No te sientas especial, solo que eres menos débil de lo que creímos— le dio una mirada fastidiosa mientras tiraba de la tela para seguir armando su funda
—¿Qué puedes decir sobre mi abuelo? — Jude paró abruptamente al oír la pregunta de la castaña
—¿Tanto necesitabas un abuelo que a las tres horas ya lo llamas así?— Jude se burló, mientras que Lory solo mordió el interior de su boca completamente divagada— si yo fuera tú, no confiaría en él
—¿Por qué lo dices?
—La única que le importa, es tu madre— se giró a verla para ver si le entraría eso en la cabeza, esperaba que ella fuera más pensante— ni tú, ni tu hermana. A mí solo me creo para parecerme a tu madre. Lucy es la única que le ha importado, por la única que mata
—No me va a hacer daño— le dijo eso a la niña con la misma seguridad con la que se lo había dicho a su abuelo
—Deja de pensar que lo puedes reparar,— la niña volcó los ojos fastidiada, pensaba igual que la drogadicta que estaba en la parte de arriba—eso pensó tu madre, solo que ella fue inteligente y corrió, tú deberías hacer lo mismo
—Y en su lugar estoy haciendo esto contigo— soltó un bufido
—Entonces dámelo— Jude se levantó del escalón donde ambas cosían para quitarle la funda hecha de retazos— estúpida.
—Mocosa de mierda— gruño al ver a la niña irse, que antes le sacó el dedo de en medio
Y es que Mallory no entendía qué hacía ahí, su abuelo la desamarro, le dijo que se fuera, y ella en lugar de eso se fue con la mocosa pelirroja a ayudarla a coser, le saco poca información ya que era una pesada, pero aunque no sabía qué era exactamente Jude ni qué edad tenía, sí que parecía ser la más cuerda de los tres que vivían en la alcantarilla
—Veo que no se han llevado bien— la voz de Bob Gray se hizo presente, seguía en forma humana, no había cambiado desde que Lory despertó, y aunque en general odiaba esa forma, no quería cambiar porque no quería asustar a su nieta
—Es una...— talló el puente de su nariz, no sabía que tan mal podía hablar de la mocosa frente a su abuelo
—Un dolor de cabeza— completo por ella, Lory ladeó la cabeza en señal de que estaba de acuerdo— se parece a tu madre
—Conozco otra versión de mi mamá— Lory abrazó sus rodillas sonriendo al recordar a su mamá
Su mamá era la mejor mamá del mundo, pero claro, al ser su hija era fácil que lo pensara, pero era imposible no pensar que su mamá era perfecta. Su mamá la amo con todo su corazón, igual que a su hermana menor, les dio lo mejor física y psicológicamente, siempre las escuchaba, nunca les dejaba de recordar que ella y Dash eran lo que más amaba, simplemente su mamá era perfecta
—Yo también creía conocerla— su abuelo tomó lugar junto a ella en el escalón donde antes estaba Jude, cuando se giró a mirarla, su mirada verdosa la intimidó tanto que casi no podía mirarlo a los ojos— aún no te has ido— termino de bajar la cabeza cuando le recordó ese hecho— te deje libre, no sé porque no te vas
Y es que cuando la desamarro, ella aún estaba temblando cuando le aseguro que no le haría daño, cuando se lo confirmo, le dijo que se podía ir, que era libre, que esta no era su pelea, ni siquiera con su madre era la pelea, y es que para Eso no había nada más preciado que su linaje, y ella es parte de él
Y en su lugar se quedó ahí como si fuera una visita familiar de los domingos
—Siento cierta curiosidad por ustedes, por tí, Jude y hasta Lauren— le sacó la primera excusa que se le ocurrió, aunque no fuera por completo mentira
—Jude es un dolor de cabeza y Lauren una migraña— eso hizo reír a la castaña, tal vez por el tono sin emoción con el que lo dijo
—¿Y qué hay de mí? — lo miro con los ojos entrecerrados a la espera de la respuesta
—Lo mismo que tu madre— respondió casi por automático perdiéndose en la mirada azul y las cejas fruncidas que tenía enfrente— una espina en el costado.
—Gracias— eso era más real para la castaña, lo que hizo su sonrisa ensancharse, o al menos hasta que sintió que su abuelo la seguía mirando, dudaba que parpadeara— ¿por qué me miras así?
—Eres igual a tu madre— repitió aún hipnotizado
—Tanto te afecto que te dejará— Lory lo miró con más seriedad— ¿Cómo era ella? Dices que mi papá hizo desaparecer a tu princesa, ¿Cómo era?
—Ni siquiera recuerdo como era, solo que ella era lo único que siempre me importo...— Bob miraba a la nada, a pesar de que tuviera a la hija de su princesa enfrente, y hubiera creado a Jude para que se pareciera a su primogénita, la realidad es que nunca podrá tener de vuelta a esa pequeña testaruda que lo abofeteaba, que se le colgaba en la espalda y que le mostraba sus colmillos como si lo fuera a morder, esa Lucy ya no existía— me la arrebataron cuando esos perdedores se la llevaron, y ni siquiera toda la sangre que he derramado sobre Derry puede llenar el vacío que dejó.
Cuando El otro le ofreció tener una hija, no pudo rechazarlo, le gustaba saber que su linaje se iba a extender, Lauren aceptó ser la madre por más que odiaba el hecho de estar embarazada y pasar por los dolores de parto. Una noche de invierno de 1975 entre los gritos de Lauren Montgomery le dio la vida a esa bebé pelirroja de ojos azules que nunca lloró, que suspiraba como si no tuviera miedo de sus padres y que arañaba a quienes intentaban alzarla. Era su mejor creación, lo unico que le importaba y cuidaba porque era suya
—Te entiendo— Mallory sacó una voz algo apagada— si me quitaran a mi hija, también me enojaría
—¿Me entiendes? — parecía sorprendido por su respuesta. La adolescente le daba la sensación de que había sido criada bajo los más inmundos sentimientos humanos, alguien igual a su padre, y sin embargo aquí estaba diciéndole que lo entendía
—Cuando tenía siete años, mi padrino me regaló un hámster, se llamaba Luma. — empezó a explicar con un toque de melancolía, pero algo en su mirada, lo hacía ver que no había solo bondad ahí— Mi abuela dijo que tenía infecciones, rabia y esas cosas. Cuando me fui a la escuela lo tiró a la basura, es obvio que murió. Mi Luma murió por su culpa
—¿Y no tuviste ganas de vengarte? — pregunto esperando ver esos sentimientos que tal vez si llevaba en la sangre y solo debía sacar a flote
—Oh, claro que lo hice— sonrió mientras mordía su labio con aparente satisfacción— le cambie sus medicamentos para la presión. Nadie supo que por mi culpa mi abuela terminó en el hospital... se lo merecía por matar a Luma
Lo sabía, la sangre es espesa, y sobretodo engañosa. Mallory le pareció una debilucha la primera vez que la vio en ese puente abrazando a su otra nieta, alguien que solo consolaba, pero al verla de cerca, como parecía reprimir sus emociones que brotaban por naturaleza, se había dado cuenta que se equivocó
—Eres toda una Gray— la miró orgulloso de arriba a bajo
Y entonces la adolescente hizo algo que nunca se imaginó, se acercó a él poniendo su cabeza contra su hombro en una sonrisa, por inercia, le dejo un beso en la coronilla, ese pequeño gesto fue como tener de vuelta a Lucy por unos cuantos segundos
Y es que, al parecer su madre no era la única que se le daba bien el domar monstruos
Solo debió cuidarse de la pelinegra que observaba todo desde la parte de arriba como si fuera una especie de balcón, sus manos se hicieron puños al ver la escena de su nieta y Bob, estaba celosa
Y es que Lauren jamás tuvo cariño de verdad, nació en los 50's, la hija menor de una adinerada familia donde solo tenían hijos por conveniencia, varones que heredan el negocio familiar y mujeres que pudieran arreglar matrimonios con familias de la misma posición
La iban a casar con un anciano adinerado que apenas supo la verdadera condición de la pelinegra, la desprecio por el asco de que sus hijos heredarán la enfermedad mental de la pelinegra. A sus padres no les quedó otra opción, la terminaron ingresando en un manicomio contra su voluntad donde conoció a Robert Gray, la primera cosa que le dio un poco de cariño y la trato como la gente, hasta la salvo de aquellos doctores y enfermeras que la golpeaban y la electrocutaban a diario en un intento de hacerla normal
Él la salvó
Así que le dio lo mejor que tenía, su completa lealtad, cualquier cosa que le pedía ella lo complacía
Hasta que llegó Lucy
Se supone que las madres amaban a sus hijos, ella no sintió nada cuando tuvo a su pequeña pelirroja en las manos, pero aun así se esforzó en cuidarla para tener contento a Bob. Hasta que el maldito empezó a tener más atenciones con la bebé que con ella, la alimentaba, la alzaba, la miraba con orgullo y presumía de ser su mayor creación, mientras que a ella se le retorcía el estómago. Estaba celosa de su hija, no le daba pena admitirlo, y si es que ella no hubiera terminado muerta antes, no dudaba que se hubiera llevado a Lucy con ella
Cuando volvió a ver a su luciérnaga, la toleraba más, ya no era una niña, era una mujer que tenía sus propios problemas, ya no era un obstáculo para que Bob fuera solo suyo
Y entonces se le ocurre traer a esa bastarda, la trajo porque pensó que la odiaba, pero en lugar de eso la dejo irse solo para que la mocosa decidiera quedarse como si fuera un día de campo, ahora Bob estaba igual, encontrando similitudes, charlando con ella, melancólico y teniendo compasión por ella al notar el parecido con su hija
No iba a permitir que otra niña estúpida le quite a su hombre
(...)
Lory decidió que ya era momento de irse, había saco información, lo suficiente para poder hablar con sus padres y hermana, porque seguía intrigada sobre su familia materna, pero al ver a Lauren frente a uno de los pozos, le causo intriga, no había hablado con ella, su última conversación fue afuera de la farmacia, y desde que despertó, no la había mirado, aunque no fuera que le importara
—Lory, ven aquí, pequeña ave— Montgomery llamó a la castaña. Aun con dudas ella se acercó junto a ella a ese pozo donde veían a la nada— quería disculparme contigo
—¿En serio? — pensaba que era una arpía de lo peor, alguien que no conocía el perdón, y menos por ella
—En el fondo, quería conocerte, verte de cerca— la mirada azulada cayó sobre su nieta, era como ver una versión mejorada de ella. Los mismos ojos azules, la piel pálida, solo que ella no se veía tan acabada y aún había inocencia en su mirada— nos parecemos, ¿no te parece? Además eres la hija de mi dulce niña. Tienes más de Lucy de lo que creíamos
—No sé cómo tomar que me digan eso— soltó un bufido— deberían ver a mi mamá con más detenimiento para que vean que nuestro parecido no es tanto
Y es que para ella tenía más parecido con su papá. Dash esa si era una copia de su mamá, si estaban así con ella, con Dash sería peor
—Se lo que hiciste— la voz de Lauren salió sin emoción aun mirando el pozo negro
—¿Lo que hice?
—No te hagas la olvidadiza conmigo, pequeña puta— le tomó el brazo enterrando sus uñas en su piel sacándole un quejido, era muy cambiante— lo hiciste, lo besaste, besaste a Robert, mi Bob.
—No lo hice— Mallory lucía confundida, solo le alboroto el cabello y le dio un pequeño beso en la coronilla
—Yo los vi, no me mientas porque yo los vi con mis propios ojos— los ojos azules de Lauren hervían de furia, no iba a poder convencerla
—Fue un beso en la frente, yo jamás...— y es que para la adolescencia no dimensionaba lo que pasaba en la retorcida cabeza de su abuela, él era su abuelo
—¡Mentirosa! ¡Puta!—tomó el cabello de Mallory con una fuerza que la hizo doblarse para obligarla a mirar el pozo— ¡Él es mío!
—¡No, por favor!— pero sus súplicas fueron en vano, la tenia del cabello completamente inmovilizada y con la mitad del cuerpo dentro del pozo
—¡Mis padres, mi prometido, mi hermana! ¡Todos los que trataron de interponerse entre nosotros ahora están muertos! — le grito recordando las muertes de cada uno de los Montgomery, cada uno que no la dejo ser feliz— ¡Eso es lo que le pasa a los que se interponen entre Robert y yo, y también estaría tu maldita madre!
—¡Abuela, por favor! — pidió Lory entre lágrimas, de verdad pensaba que ella la aventaría y que nada la salvaría
—¡Mira abajo, mira abajo y ve tu destino!
—Lauren...— la voz de Robert Gray hizo que ambas se callaran, al verlo salir de las sombras, ambas soltaron un suspiro de alivio — suéltala
—¿Tú la quieres?— pero Lauren seguía con su agarre en el cabello de su nieta— ¿a esta niña idiota?
—Que la sueltes— repitió al ver a la castaña aún doblada a mitad del pozo
—Es como su madre, ella nunca te será leal, no como yo— miró a Bob llena de rabia— ¡mentí por ti, maté por ti! ¡hago todo lo que pides y siempre me ignoras!
—Suéltala— repitió acercándose un poco más— es nuestra nieta. Es una parte de Lucy
—La otra mocosa que siempre fue más importante que yo— volvió a enfurecer, su hija es más importante que ella y eso la llenaba de celos— debí matar a nuestra hija cuando nació, debí ahogarla o cortarle el cuello como me gustaba con el resto de los niños, así no tendría estos problemas
—Lauren, suelta a la niña— Jude apareció con su característico tono de fastidio— aquí algunas si conocemos el verdadero significado de lealtad, nuestra sangre es espesa, suelta a mi sobrina sino quieres que te arranque los ojos
Todos tuvieron un leve escalofrío ante la amenaza de Jude. Lauren obedeció y soltó a la castaña que apenas la soltó, salió corriendo sin mirar atrás
—No era tiempo, pero solo se adelantó lo inevitable— Jude soltó una carcajada mientras sonreía levemente mostrando sus dientes afilados— las traes, Lory...
La mocosa se fue persiguiendo a la castaña que de repente empezaba a tener miedo de todo lo que estaba pasando a su alrededor, sin saber que ese miedo sería su perdición, y que en realidad estaba jodida desde que puso un pie en la cloaca
—No era mi intención— Lauren miro Bob con los ojos cristalizados, en realidad no se arrepentía, si por ella fuera la bastarda de su hija ya estaría bien muerta
—Ya la oíste, las traes, Lau— fue lo único que recibió por respuesta de Eso que se dio la vuelta
Mientras esto pasaba, en otra punta del pueblo, Dashelle Kaspbrak y Malcolm Tozier inspeccionaban el lugar del asesinato de Adrian Mellon, el cual ya estaba abierto al público a pesar de que no llevaban ni 24 horas del homicidio, y en realidad no deberían estar ahí
—¿Si sabes que estás loca, no? — Malcolm maldijo al ver como ambos se tropezaban con las rocas empinadas debajo del puente de los besos a donde había acompañado a su novia después de que se escaparan de la biblioteca de su tío Mike
—Malcolm, estoy muy preocupado por mi hermana— le recordó la razón por la que estaban ahí y por la que él la acompañó— no le creo nada a mis padres
—Todos los padres mienten, yo ya me acostumbre— se excusó el de gafas juntando sus hombros con desinterés, hasta que la pelirroja le dio una mirada de pocos amigos— pero claro, mis tíos no son tan disfuncionales como mis padres
—Cállate y ayúdame— ella le dio la mano cuando terminaron de bajar casi llegando al río
—Deberíamos estar comiendo hamburguesas en la biblioteca— Tozier empezó a inspeccionar el suelo buscando algo útil— cuando volvamos ya no habrá nada
—Yo te compro otra, tranquilo— rodó los ojos, lo que menos le importaba a Kaspbrak eran las hamburguesas que compró Camille
—¿Dónde fue? — Malcolm trato de ponerle más atención a la investigación mirando a sus alrededores, sólo había rocas, tierra y el río mugriento
—Aquí— Dash se inclinó en el suelo justo en el punto que según ella había visto al payaso— mira, aún hay sangre
—Tú vas a ser pintora y yo no tengo idea. Parecemos detectives de mentes criminales— Malcolm negó levemente
—A veces de verdad me desesperas— Dash rodó los ojos, debió venir sola
—Espera, vamos por algo al auto, no está bien que te toques eso así como así— pero después de todo, Malcolm se preocupaba por la seguridad de la pelirroja, y no quería que investigara así como así
—Ok — lo espero aun mirando a sus alrededores
Dashelle seguía mirando a sus alrededores, nada que le llamó la atención o al menos hasta que encontró un guante blanco y un globo roto, esto le hizo fruncir el ceño, pero al mismo tiempo preocuparse, era igual al payaso que había visto, y ahora no podía dejar de pensar que ese payaso, ese monstruo, tenía un parentesco con ella
Se arrastró hasta la orilla del río para enjuagar el hule del globo y quitarle la tierra, pero quedó más que confundida cuando el globo reveló en letras blancas un "I <3 Derry"
Bufó mientras dejaba ese hule en el agua, se inclinó un poco mirando su reflejo en el río que corría con fuerza, su apariencia no era la mejor, sus ojeras se pronunciaban, su vendaje de su caída donde se golpeó contra una roca parecía volver a abrirse ya que podía ver un pequeño punto de sangre en la venda. Tomó agua con sus manos para enjugarse el rostro unos cuantos segundos
Cuando abrió los ojos, la presión se le bajo al notar junto a su cuello el mismo rostro del espejo que no la dejo dormir, una niña de cabello rojo como el fuego, tez blanca, sonrisa siniestra acompañada por varios colmillos y unos ojos profundos brillosos en color dorado. Ni siquiera pudo gritar ya que una mano enguantada le cubrió la boca, trato de quitarse de encima a la extraña dando manotazos y patadas, hasta que un golpe en su nuca la dejó inconsciente
—La traes, Dash...
Que comience la cacería...
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-Ellis
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