ㅤ𝗜𝗜. Expreso de Hogwarts

—¿Crees que haya personas malas ahí? —preguntó Alice balanceándose sobre sus talones, mirando el letrero del andén 9 ¾.

ㅤ—En todos lados hay personas malas, como también lo hay buenas y otras pocas que son lo suficientemente inteligentes como para no elegir un lado —le respondió el conejo que tenía en sus brazos.

ㅤ—Mhm... ¿Tú crees que soy una persona buena?

ㅤEl conejo levantó su pequeña cabeza para ver el rostro de Alice, el cual mostraba clara preocupación.

ㅤ—No, creo que todavía eres muy joven como para que se pueda determinar si eras o no alguien buena. Pueden pasar muchas cosas a lo largo de tu vida que te hagan mejorar o empeorar. La respuesta todavía no es clara, te lo diré cuando ya sea el momento —le respondió el conejo.

ㅤAlice apretó los labios, no esperaba esa respuesta, ninguna en realidad, no era tan paciente como para esperar lo que sin duda iban a ser años de incertidumbre, pero sabía que dentro de unas horas el tema se le olvidaría y lo reemplazaría por otro.

ㅤ—Vamos, querida. El tren parte en 15 minutos, tienes que encontrar un buen lugar —. Linda, la tía de Alice, había llegado con el resto de las cosas de su sobrina.

ㅤAlice asintió, no estaba nerviosa por ir a Hogwarts, tal vez porque todavía no lo asimilaba, pero le preocupaba más el trato de las personas. Sabía que a veces podía ser algo irritante con tantas preguntas que salían de su boca, pero no podía evitarlo, su curiosidad necesita respuestas, apenas aparecen sus dudas.

ㅤ—Vamos, sube, te sigo con tus cosas —la animó su tía al ver la duda en su rostro.

ㅤAlice entró al tren y caminó por los pasillos, que desde el exterior se veían más reducidos, pero tal vez el tren tenía un hechizo de expansión. Mientras caminaba acariciaba el suave pelaje del conejo blanco, el cual recibía los mimos con todo el gusto.

ㅤAl encontrar un buen lugar, Linda entró y ayudó a dejar las maletas bien acomodadas dentro del compartimiento.

ㅤ—Bueno, Alice. Ya es hora de que yo me baje y tú te vayas —la voz de Linda salió con cierto toque de nostalgia.

ㅤAlice miró a su tía con tristeza, no la quería dejar sola durante cuatro meses para solo poder verla en navidad.

ㅤLinda notó la mirada de su sobrina y la entendió, ella sintió lo mismo cuando fue a Hogwarts hace años. —Alice, mi niña. No estés triste, yo voy a estar bien, tú solo tienes que pensar en todo lo que harás al llegar a Hogwarts. Pensar en tus nuevos amigos y en las tareas y exámenes. Yo te voy a esperar y cuando llegues te voy a recibir con un lindo y sabroso pastel de moras, ¿está bien? —le dijo Linda acariciando el pelo de Alice.

ㅤ—Sí, está bien —susurró Alice, dejando a su conejo en el asiento y abrazando a su tía con fuerza.

ㅤLinda recibió el abrazo y besó la cabeza de la menor. —Te quiero mucho, cariño. Me tengo que bajar, nos despedimos por la ventana.

ㅤEl aviso de que el tren estaba a punto de partir se hizo presente e hizo que Linda se separara y saliera del tren. Una vez afuera, Alice soltó un par de lágrimas, era la primera vez que se separaba de su tía.

ㅤ—Tranquila, recuerda que yo igual estoy contigo —. La voz del conejo sonó en medio del silencio.

ㅤAlice saltó por el susto, dejando la tristeza de lado. —¿Podrías dejarme ahogarme en mi agonía por unos minutos? —dijo Alice de forma dramática.

ㅤ—No.

ㅤ—Bien.

ㅤAlice volteó de nuevo a la ventana al sentir cómo el tren partía, se despidió con fervor de su tía, la cual sonría alegre de que por fin su sobrina fuera a hacer amigos y vivir todo lo que siempre soñó.

ㅤCuando Linda ya no se pudo ver más gracias a la curva que había tomado el tren, Alice se sentó con pesar. En eso la puerta se abrió revelando a una chica pelo enmarañado y a otro chico regordete con un sapo entre sus manos.

ㅤ—Oh, hola, soy Hermione Granger. ¿Podemos sentarnos aquí? —preguntó la chica revelando unos incisivos de conejo, los cuales fascinaron a Alice al instante.

ㅤ—Sí, claro —respondió Alice tratando de controlar las siguientes palabras que soltaría para no ofender a Hermione.

ㅤ—Gracias, pasa Neville —le indicó Hermione al chico.

ㅤCuando ambos pasaron, dejaron sus maletas y se sentaron, antes de que alguno de los dos soltara una palabra, Alice dijo:

ㅤ—¿Puedo decirte algo? —preguntó Alice mirando a Hermione.

ㅤLa castaña asintió confundida.

ㅤ—Me encantan tus dientes, se parecen a los de un conejito y a mí me gustan los conejos, son muy lindos y, por tanto, tú eres linda —dijo Alice de manera rápida agarrando a su conejo para mostrarles a los chicos cómo era.

ㅤHermione quedó pasmada por un momento y luego sus mejillas se tornaron rojas por la vergüenza. —Gracias, tu pelo me parece lindo, es como la nieve —dijo Hermione devolviendo el halago, pero de manera más tímida y, por tanto, calmada.

ㅤ—¡Muchas gracias! Por cierto, me llamo Alice, Alice Liddel. ¿Cuál es el tuyo? —. Alice miró a Neville que se había mantenido callado.

ㅤ—Oh, mi nombre es Neville Logbottom. Mu-mucho gusto —dijo Neville con voz baja.

ㅤ—Pues hola, Neville. ¿A qué casa piensan que entrarán? Yo creo que puedo ir a Hufflepuff, mi padre fue a esa casa. Aunque pude que vaya a Slytherin por mi madre —. Alice estaba emocionada, eran sus primeros amigos.

ㅤ—Yo creo que puedo entrar a Ravenclaw, aunque Gryffindor no está mal —explicó Hermione.

ㅤ—Yo no sé, con tal de que quede en una, estoy contento —dijo Neville con nervios.

ㅤLos chicos siguieron hablando, mayormente Alice, hasta que el sapo de Neville se escapó en un momento en el que el chico acarició al conejo de Alice.

ㅤAhora tendrían que buscar a un sapo fugitivo en un tren que llevaba a todos los alumnos de Hogwarts.


🐇


ㅤLuego de buscar y buscar no lo encontraron, lo cual puso mal a Neville que estaba a punto de llorar, pero se tuvieron que cambiar rápidamente al saber que el tren llegaría en 5 minutos.

ㅤ—Tranquilo, Nev. Ya lo encontraremos, no pudo haber ido muy lejos —lo consoló Alice acariciando su hombro.

ㅤNeville asintió tratando de ser positivos, Hermione llegó poco después.

ㅤ—¡A qué no sabes a quién me encontré! —dijo emocionada.

ㅤ—¿A Willy Wonka? —preguntó Alice en broma.

ㅤHermione borró su sonrisa por un segundo y la miró seria, pero volvió al instante. —No, me encontré con Harry Potter.

ㅤAlice la miró sorprendida, ¿Harry Potter?

ㅤ—¿En serio? Wow —dijo Neville secándose las lágrimas.

ㅤAlice pensó en cómo sería, tal vez esté triste porque no conoció a sus padres, ¿Vivir con muggles lo habrá hecho tonto? ¿Los muggles lo trataron bien sabiendo lo que hizo por el mundo mágico? ¿Sabrán siquiera sobre el mundo mágico? Las preguntas de Alice necesitaban respuesta o no dormiría durante una semana entera.

ㅤ—Necesito conocerlo y hacerle preguntas —fue lo primero que soltó Alice bajando del tren, siendo seguida por sus dos amigos.

ㅤ—No creo que quiera, tal parece que ya lo han saturado con preguntas —le advirtió Hermione.

ㅤ—Oh, bueno, tal vez otro día, no creo que sea muy agradable que te hagan preguntas tan personales el primer día —trató Alice de autocontrolarse.

ㅤ—¡Los de primer año! —se escuchó una voz grave en la oscuridad.

ㅤTodos los de primer año se dirigieron de donde provenía la voz, ahí se encontraron con un hombre con una estatura inusualmente grande.

ㅤ—Parece un osito —susurró para sí misma Alice, envolviendo a su conejo entre su túnica gracias al frío de la noche.

ㅤ—¡Primer año! ¡Los de primer año por aquí! ¿Todo bien por ahí, Harry?

ㅤLa gran cara peluda del hombre oso rebosaba alegría sobre el mar de cabezas.

ㅤ—Vengan, síganme... ¿Hay más de primer año? Miren bien por dónde pisan. ¡Los de primer año, síganme!

ㅤResbalando y a tientas, siguieron al hombre por lo que parecía un estrecho sendero. Estaba tan oscuro que Alice pensó que debía de haber árboles muy tupidos a ambos lados. Nadie hablaba mucho. Neville, lloriqueaba de vez en cuando por su sapo.

ㅤ—Ya va a aparecer, tranquilo —le dijo Alice, pero ni ella creía que el sapo estuviera cerca, menos al haberse bajado del tren.

ㅤ—En un segundo, van a tener la primera visión de Hogwarts —exclamó el hombre por encima del hombro—, justo al doblar esta curva.

ㅤSe produjo un fuerte ¡Ooooooh! En el que Alice participó con un "¡Ahhhh, es Hogwarts!"

ㅤEl sendero estrecho se abría súbitamente al borde de un gran lago negro. En la punta de una alta montaña, al otro lado, con sus ventanas brillando bajo el cielo estrellado, había un impresionante castillo con muchas torres y torrecillas.

ㅤ—¡No más de cuatro por bote! — gritó el guía, señalando a una flota de botecitos alineados en el agua, al lado de la orilla. Hermione y Neville se subieron a uno, pero Alice, al estar pegada viendo el castillo, no se dio cuenta y se quedó atrás, haciendo que otros dos chicos, uno pelirrojo y el otro castaño, se sentaran con sus amigos.

ㅤ—Alice, lo siento —se disculpó Hermione.

ㅤ—Tranquila, me subo a otro y ya, nos reunimos cuando lleguemos —dijo Alice y se sentó en otro bote junto con otros compañeros.

ㅤ—¿Todos han subido? —continuó el hombre, que tenía un bote para él solo—. ¡Venga! ¡ADELANTE!

ㅤY la pequeña flota de botes se movió al mismo tiempo, deslizándose por el lago, que era tan liso como el cristal. Todos estaban en silencio, contemplando el gran castillo que se elevaba sobre sus cabezas mientras se acercaban cada vez más al risco donde se erigía.

ㅤ—¡Bajen las cabezas! —exclamó el guía, mientras los primeros botes alcanzaban el peñasco. Todos agacharon la cabeza y los botecitos los llevaron a través de una cortina de hiedra, que escondía una ancha abertura en la parte delantera del peñasco. Fueron por un túnel oscuro que parecía conducirlos justo por debajo del castillo, hasta que llegaron a una especie de muelle subterráneo, donde treparon por entre las rocas y los guijarros.

ㅤ—¡Eh, tú, el de allí! ¿Es este tu sapo? —dijo Hagrid, mientras vigilaba los botes y la gente que bajaba de ellos.

ㅤ—¡Trevor! —gritó Neville, muy contento, extendiendo las manos.

ㅤ—¡Te lo dije, Nev! ¡No me tuviste fé! —gritó Alice, provocando algunas risas de sus compañeros. —Por cierto, ¿Cómo se llama gran hombre que parece un osito? —preguntó Alice en dirección al hombre.

ㅤ—¿Yo? —preguntó él.

ㅤ—¡Claro!

ㅤ—Mi nombre es Hagrid, ahora atentos que estamos por llegar —contestó Hagrid.

ㅤLuego subieron por un pasadizo en la roca, detrás de la lámpara de Hagrid, saliendo finalmente a un césped suave y húmedo, a la sombra del castillo.

ㅤSubieron por unos escalones de piedra y se reunieron ante la gran puerta de roble.

ㅤ—¿Están todos aquí? Tú, ¿todavía tienes tu sapo?

ㅤHagrid levantó un gigantesco puño y llamó tres veces a la puerta del castillo.

ㅤAlice ya estaba dando saltitos por la emoción, mareando a su conejo.

ㅤPor fin iba a ver al que iba a ser su hogar por siete años.










Nota de la autora: Holaaa, capítulo largo, espero que les haya gustado :)

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