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Pov. Jihyung
Es incómodo recibir un regaño injustificado mucho más de una persona que ni siquiera conozco, además yo que iba a saber si estaba de buen humor el representante de Agust D, yo todo inocente con una gran sonrisa listo para presentarme... pero no claro que no, solo a mi me tienen que pasar cosas así, ser atendido con gritos que para colmo ni eran para mí, Dios no quiero ni imaginar lo que le espera a la persona que será regañada, suelto un suspiro ahora tengo que arreglar mis asuntos con Jimin solo tenemos dos días es ahora o nunca, si mal no recuerdo lo ví en el patio bajo aquel viejo árbol .
Es algo inefable el no saber que pasa por su mente.
Lo único que ansió es que todo salga bien...
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Pov. Jimin
Cierro el libro que estoy leyendo a pesar de lo que pasó no estoy completamente seguro de dirigirle la palabra a mi hermano, además la inseguridad de que algo pueda pasar me carcome en tantas escenas creadas por mi cabeza, tantas veces en las cuales he dicho que no me rendiré me hacen sentir patético pero... Está vez se siente de alguna forma u razón diferente ya basta de mantenerme en el suelo es hora de por fin levantarme, ya no más tormentos es ahora o nunca, si caigo una vez más a este enorme vacío no creo ser capaz de resistirlo, sin embargo hay una pequeña luz dentro de mi como si me animará a descubrir que tan lejos puedo llegar o quizás volar.
...Todo saldrá bien, pronto podré soltar el amor que aún queda por ti...
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Pov. Hoseok
Me es difícil digerir que le grite a alguien que no sea el Yoongo y para colmo es el representante del otro pianista haciendo a mi mente que deje eso de lado, estoy fuera de la pequeña casa del perezoso Gigi, tengo la copia de la llave lista en mi mano derecha y en la izquierda mis armas con las cuales estoy seguro le haré sufrir, camino lentamente hacia la puerta si mis cálculos no me fallan estoy seguro que el estará bañándose, si lo presiento... Bueno además de que escucho el agua de la regadera ahora que estoy dentro de su casa... Continuando con mis cálculos le tomará casi 10 minutos para salir ya vestido, 5 minutos más para caminar a la cocina donde buscará en el frigorífico una jarra la cual sacará e ignorar el contenido de esta siempre y cuando esté se vea bebible ahí es donde mi primer arma entra.
—¡¡¡¡¡Juuuuunnnnggggg Hoooosssseeeoookkkkk!!!!!.— si todo esto paso mientras yo estoy sentado en la sala específicamente en el sillón favorito de mi víctima disfrutando de su última mandarina y con ese gritó que es música para mis oídos.
—Mmm la venganza es tan dulce.— murmuró disfrutando del último gajito de mandarina que me queda, mientras una sonrisa se forma en mis labios.
El sonido de pasos apresurados me avisan que la víctima se acerca, dándome tiempo para sacar mi segunda arma resguardada en mi espalda.
—Un paso más y cortaré a Kumamon en diferentes proporciones irreconocibles.— le advierto mirando como se detiene rápidamente, lo observó tragar en seco eso me da una gran satisfacción, soy tan malvado.
—¿Qué rayos te pasas maldito?.— me cuestiona mirándome confundido pobrecito Yoongo, suelto una carcajada mientras le sostengo la mirada.
—Mal Yoongo, muy mal.— hablo acercando las tijeras a una pierna del peluche, sus ojos se abren grande al momento de levantar ambas manos en signo de resignación.
—De acuerdo... Solo aleja las tijeras.— lo pienso seriamente un momento decidiendo que la cara de terror que me es mostrada es suficiente para convencerme de alejarlas.
—Toma asiento.— le señaló el suelo a pesar de la mala mirada que me da hace lo que le digo, cuando se encuentra sentado con ambas piernas estiradas, le lanzó a mi rehén él al tenerlo en sus manos lo abraza, haciendo que ahora me sienta un poco culpable.
—Me vas a decir por qué rayos...— lo calló antes de que termine de hablar.
–—Silencio... Buen chico.— sonrió divertido al ver su ceño fruncido, aclaro mi garganta y contesto —Todo esto no hubiera sucedido si cierto perezoso me hubiese al menos mandado un mensaje de que todo estaba bien, pero como eso no paso termine haciéndome mil ideas absurdas de que todo habría sido un desastre termine malhumorado y más cuando no llegaste al trabajo— cierro los ojos mientras respiro hondo volviendo hablar —recibí un llamada y para colmo era el representante del otro pianista al cuál le termine gritando pensando que eras tú...— una risa para nada disimulada corta cualquier palabra que estaba a punto de decir —Te parece divertido, ¿cierto?, ¿Acaso fue una delicia lo que has bebido?.— con eso su risa se corta siendo está vez yo el que suelta una carcajada a lo grande.
—Pudrete.— su respuesta hace que casi me ahogué de la risa la cual se va al verlo levantarse del piso, empiezo a sentirme nervioso, buscando a tientas mi tercera arma que se encuentra en mi bolsillo trasero de mi pantalón, sin embargo lo dejo de buscar al oírle hablar.
—Acepte.— eso si me tomo por sorpresa —acaso no vas a decir nada...— como quiere que diga algo cuando creí no, realmente asumí el que sería un gran desastre es que es imposible creerlo lo observó un momento hasta que suelto lo más coherente que se me ocurre no me culpen.
–¿Qué...?.–por la expresión sería que pone, veo que no es broma, esto no lo llegué a considerar ni un poquito y una duda surge en mi mente.
<<Es que acaso el Yoongo tiene una buena razón por la que aceptó.>>
🎶AA🎶
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