#1
Siente un gran alivio al ver que había terminando el informe sobre las fallas que aun presentaban los prototipos que estuvieron a prueba ese día. Quizás un informe no era mucho trabajo, pero hacer varios en un mismo día, ligado a tener que recordar las fallas, además de le gustaba de hacerlo lo mas detallado posible, podría ser un poco agotador para la mente luego que bajaras el lápiz.
Estando todo listo se levantó de su silla y prosiguió a guardar el informe en una carpeta amarilla. Apagó la luz de su oficina y antes de marcharse, lo dejó en la oficina de su superior. Akita le agradecido y le pidió descansará y aprovechara al máximo sus días libres.
Sumire saltó sorprendida al recordar que tendría tres días libres, lo había olvidado por completo. Rasco su nuca y río torpemente, más cuando Akita río divertida al ver lo despistaba que podía ser.
— Nos vemos el lunes.
Mas tarde en su apartamento, se tiro en su cama luego de una rica cena y un reconfortante baño. Su apartamento estaba un poco desordenado, aunque no era para menos, hacía días que no pisaba dicho lugar y la ultima vez que durmió ahí desordeno al extraviarse-le su tarjeta de acceso cuando lazó su bolso de lo cansada que estaba.
Cuando está a punto de lograr dormir, alguien toca a su puerta.
Se levanta con pereza y cuando abre dos personitas se le echan encima sin darle tiempo a nada. Namida y Wasabi la tenía en un gran abrazo de oso, apenas podía hablar para saludar correctamente.
Cuando Wasabi se separó pudo finalmente hablar.
— Chicas — sonríe feliz por verlas, había pasado algo de tiempo. Ve más allá y le sonríe a Tsubaki, quien seguía en el pasillo viendo todo con su habitual calma —. Que sorpresa verlas a las tres aquí.
— Sumire — seguía chillando Namida en su hombro—. Casi medio año sin verte.
— ¿A que se debe tal visita? — cuestiona Sumire mientras acariciaba el cabello de Namida.
— Estamos regresando de una misión, cuando pasamos a dejar el informe entonces Suika-san nos pidió que te informáramos de que fueras lo antes posible. Te han asignado a una — informa Tsubaki, quien con diecisiete años ahora estaba un poco mal alta, pero que aun seguía siendo la mas pequeña de las cuatro.
— Lastima que no sea con nosotras — habla en un tono de decepción su amiga Wasabi.
Pero Sumire no cabía de la sorpresa. Hacía mucho tiempo que no la llamaban para una misión, le había dejado claro que al unirse con el equipo de herramientas ninja, su disposición y entrega estaría solo con ellos.
La ultima vez fue hace casi tres años, por motivos mayores de cuando Otsutsukis atacaron la tierra.
Se cambio y, apenas estuvo lista, partió hacia la torre del Hokage. Sus amigas la acompañaron por un rato más, entre risas e historias, hasta tener que despedirse en un punto clave y continuar por separado hacia sus destinos.
Su ida al departamento de misiones había sido rápido, le habían ordenado que partiera al día siguiente por la mañana, así que apenas pudo descansar unas horas luego de arreglar su mochila. Pero Sumire estaba acostumbrada al trabajo duro, así que mientras siguiera activa no sentiría ningún cansancio sobre sus hombros.
Llego al punto de encuentro y se queda mirando hacia la entrada de la aldea. Aunque si hubiera preferido descansar, pero también estaba emocionada por ir al campo como ninja. Mira su reloj y observa que aun era temprano, su compañero seguro llegaría a la hora acordada.
Cuando entro a la oficina de Suika, le había informado que la realizaría junto a otro ninja, pero que aun se estaban debatiéndose entre un par disponible. En ese intenta Sumire iba a preguntar de porque tan de pronto una misión para ella, pero recordó que la Señorita Suika solo seguía instrucciones para entregar las misiones.
Luego que leyó el pergamino, el cual decía que un arqueólogo necesitaba ayuda, asumió que además de un ninja necesitaban a alguien con conocimiento en ciencias. Akita y Katasuke le habían enseñado varios aspectos en el departamento de herramienta científicas.
— Sumire.
Se quedó quieta al escuchar esa voz.
Parpadeo varias veces creyendo que fue su imaginación pero aun así giro de manera lenta para cerciorarse de que era él. Sus ojos se ampliaron al verlo de pie frente a ella con un porte recto. Estaba un poco más alto, aprecio de nuevo su cicatriz en su ojo derecho y pensó en el pasado.
Hace dos años se entero, por Wasabi, que luego del suceso de los Otsusukis él se había marchado de la aldea apenas termino con su recuperación, al estar trabajando arduamente para que la aldea volviera a levantarse lo supo tarde.
Antes de siquiera preguntar, Namida aclaró que ni Sarada o Mitsuki lo sabían y su familia solo decían que si estaría bien, que solo necesitaba un tiempo a solas.
Ese día lloró a solas en su apartamento, pensando si Boruto realmente lo estaría.
Entonces pensó mucho más y se adentró en recuerdos mucho mas confidenciales. Menea la cabeza al instante de ello y sus mejillas se sonrojaron un poco al sentirlos fuera de lugar. Alzo la mirada de nuevo y con un suspiro se ordeno a dejarlos de nuevo enterrados.
Se acercaron entonces para saludarse como los viejos amigos que eran.
— Hola Boruto, tanto tiempo — su sonrisa se volvió dulce.
La de él se amplio.
— Lo mismo puedo decir. Es grato volver a verte Sumire — él rasca su mejilla— ¿Cómo te ha ido? Supe que sigues trabajando para el departamento del maestro Katasuke.
— Si, se volvió el área científica parte de mi, y aunque tengo tiempo, siempre aprendo algo nuevo — ladea la cabeza con mucha gracia. Luego se le quedó viendo—. Tu... — apretó los labios, quería preguntarle cuando regreso de su marcha, pero no quería ser imprudente. Así que solo sonrío— ¿Vas de misión o...?
— Soy tu compañero— le alza el pulgar y camina de nuevo hacia ella, colocándose ahora su lado— ¿Lista? — le coloca una mano en su hombro. Pero Sumire hecha hacia atrás por la inesperada información.
— ¡Enserio! — lleva una mano a su boca al ver que alzó un poco la voz, la baja y vuelve hablar acorde a su voz. Estaba de nuevo ruborizada— Una total sorpresa que seas mi compañero.
Él le miro confundido.
— ¿Suika-san no te dijo quien sería tu compañero?
— La Señorita Suika solo me dijo que aun no había sido elegido.
— Oh, quizás no le pasaron la información a tiempo.
— Debe ser...— hace una mueca confundida.
— ¿No quieres sea tu compañero? Tu expresión me da que pensar — Boruto le mira con tristeza fingida y Sumire niega rápidamente a la par que mueve sus manos muy nerviosa al ver malinterpreto sus gestos, solo estaba sorprendida—. Es broma Sumire —ríe al final y ella se avergüenza aun más.
Le mira de reojo mientras se ríe y relaja su expresión.
Ya no parece quedar rastro de ese Boruto melancólico y distante que vi hace dos años.
— Trabajemos juntos, por los viejos tiempos — suelta y él la mira de un modo sereno.
Para luego sonreír como respuesta, una tan radiante que hace latir su corazón.
Mientras saltaban por lo árboles, sus ojos no dejaban de mirar hacia su cabellera morada, la cual ondeaba con el viento. Su boca se extiende ligeramente en una sonrisa al recordar dos infantiles trenzas colgar en su espalda en el pasado cuando eran unos niños.
Ahora lo llegaba en una cola de cabello y aun así se podía apreciar lo aun lo largo que era. Fue uno de sus secretos de niño, su gusto por el cabello de Sumire. Una vez, incluso, cuando se sentaron juntos en clases de Shino-sensei, estuvo a punto de tocar un mechón.
Fija la vista de nuevo al frente con ahora un pálido rosa en sus mejillas, al darse cuenta que se había estado perdido por mucho tiempo en sus pensamientos. Pero al desviarla de nuevo hacia ella, se encuentra con la mirada confusa de su compañera. Se sobresalta y pisa mal, pero logra al instante el equilibrio al saltar por las ramas.
— ¿Sucede algo? — pregunta ella.
— ¿Algo como qué? — responde con otra pregunta, haciéndose el tonto.
Ella ladea la cabeza.
— Te note distraído.
— Solo pensaba — ella asiente convencida, para fijar de nuevo su mirada al frente.
Mas tarde luego de debatir si parar o no, se detuvieron en un pequeño claro del bosque para descansar y comer algo.
Boruto hecha su cabeza hacía atrás y mira hacia el cielo
— ¿Te acuerdas cuando fuimos a pescar? Pasamos un momento agradable ese día, todos juntos — Sumire baja su termo de agua y lo observa hablar. Boruto comía una barra de chocolate sentando arriba de aquella gruesa raíz —. Entre Sarada y tu me ayudaron a pescar, si que nos costo, tanto que tuviste que usar a Nue — su sonrisa se amplia pero de la misma forma de como llegó, se evapora a la par de mirarla preocupado—. Lo siento Sumire, no fue mi intensión recordar...
Ella menea la cabeza, su expresión se mantiene serena.
— Yo ya me hago la idea... de que Nue no está conmigo — aprieta el pote en sus manos, Boruto lo nota —. No te miento, fue difícil, pero Nue no hubiera querido que cada vez que se recordará mis lagrimas siempre brotarán, así que ¿qué te parece recordarlo con alegría? — sonríe esta vez—. Así es como se debe honrar su sacrificio.
Pero las lágrimas aun así habían brotado y mojaban su rostro.
Boruto achico los ojos con pesar.
Sin pensarlo mucho, se acerca a ella y toma su rostro con ambas manos sorprendiéndola, más aun cuando empieza limpiar con sus pulgares sus mofletes.
— Lo siento.
— No, enserio, esta bien, quiero realmente llegar a solo sonreír sin llorar cuando lo recuerde — él deja de limpiar sus mejillas y retira lentamente sus manos. Sin que él lo llegará a saber, su tacto había hecho que su corazón revoloteará —. Gracias.
Él vuelve a sentar en la raíz de árbol y le extiende una barra de chocolate.
—El dulce te hará bien — le guiña el ojo.
Ella lo acepta y aprieta contra su pecho.
Continuará...
Iba a publicar primero una historia BSu dramática, pero me dije luego: ¿por qué no mejor publico uno mas tranquilo? Así que se me ocurrió esta historia. Siendo sincera, aun no le tengo del todo desarrollado, pero estoy trabajando en eso. No es un fic con una trama complicada al final.
PD: luego de un periodo de bloqueo, creo finalmente tengo planeada el rumbo de esta historia, así que la vuelvo a publicar. Pero como comente en mi perfil(de que no haré historias largas por un buen tiempo), voy hacerla lo mas corta posible, a diferencia de lo que tenía planeado al principio.
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