Parte unica.


ִֶָ࣪☾.


『 —¿ℕ?, 𝕚𝕕𝕚𝕠𝕥𝕒, 𝕕𝕖𝕓𝕚𝕤𝕥𝕖 𝕒𝕧𝕚𝕤𝕒𝕣 𝕢𝕦𝕖 𝕞𝕖 𝕖𝕤𝕡𝕖𝕣𝕒𝕓𝕒𝕤 𝕥𝕠𝕟𝕥𝕠.

—𝕊𝕠𝕝𝕠 𝕢𝕦𝕖𝕣í𝕒 𝕕𝕒𝕣𝕥𝕖 𝕦𝕟𝕒 𝕤𝕠𝕣𝕡𝕣𝕖𝕤𝕒, 𝕖𝕟𝕔𝕠𝕟𝕥𝕣é 𝕦𝕟 𝕝𝕦𝕘𝕒𝕣 𝕓𝕒𝕤𝕥𝕒𝕟𝕥𝕖 𝕓𝕠𝕟𝕚𝕥𝕠, 𝕔𝕒𝕞𝕚𝕟𝕒𝕟𝕕𝕠 𝕡𝕠𝕣 𝕖𝕝 𝕡𝕒𝕣𝕢𝕦𝕖, 𝕖𝕤 𝕔𝕠𝕞𝕠 𝕦𝕟 𝕖𝕤𝕔𝕠𝕟𝕕𝕚𝕥𝕖.

— 𝔼𝕟𝕥𝕠𝕟𝕔𝕖𝕤, 𝕧𝕒𝕞𝕠𝕤. 』

"No tiene nada de malo tener una habitación llena de retratos de tus personas amadas, ¿verdad?."

Siempre tuve una buena relación con mi madre, era tan dulce y atenta en como estaba —te extraño—. Pero, no te contaba lo mierda que estaba, estabas expuesta a contante estrés que solo no quería añadir una preocupación más a la lista, no seria justo.

El matrimonio de mis padres no era el perfecto, a simple vista puede verse cuanto se aman. Solo que el tiempo juntos casi nulo, mi padre trabaja casi toda la jornada, solo volviendo a casa para descansar, por lo que la comunicación entre nosotros era muy frágil. En ocasiones solía escuchar como discutían, pero no de formal acalorada — pequeños desacuerdos de pareja—.

Ellos se aman.

El solo quiere darnos una buena vida, al igual que mamá pero ella si hace el esfuerzo en tener una charla conmigo, en amarme y protegerme.


『—𝔸𝕙í 𝕧𝕚𝕖𝕟𝕖 𝕖𝕝 𝕓𝕚𝕔𝕙𝕠 𝕣𝕒𝕣𝕠, 𝕞𝕖𝕛𝕠𝕣 𝕧𝕒𝕞𝕠𝕟𝕠𝕤.

—¿ℚ𝕦𝕚𝕖𝕟 𝕕𝕚𝕒𝕓𝕝𝕠𝕤 𝕤𝕖 𝕧𝕚𝕤𝕥𝕖 𝕒𝕤í? ℙ𝕒𝕣𝕖𝕔𝕖 𝕢𝕦𝕖 𝕟𝕠 𝕥𝕠𝕞𝕒 𝕦𝕟𝕒 𝕕𝕦𝕔𝕙𝕒 𝕖𝕟 𝕕í𝕒𝕤.』

Cierto, en la escuela recibía burlas por mi apariencia, solía vestir siempre de colores no llamativos . Aunque mi acciones "raras" e "inmaduras" traían por consecuencia ser excluida por el resto, aunque poco me importaba. ¿No?.

Demostrar un actitud fuerte, que nada te afecta, es una perfecta defensa —un caparazón— ocultar y suprimir las emociones, así no sentirse como vil basura —¿Volveré a verte? Quiero sentir tú calidez—.

Hasta que un día, todo se derrumbó. Como un terremoto destruyendo edificios, una tormenta azotando sin compasión la cuidad, matando y arrasando con todo a su paso. La muerte de mi madre llego a mi oídos en aquella sala de urgencias.

Disfrutábamos con calidez la cena preparada por mi madre, hace tiempo no compartíamos un momento como este. Disfrutaba cada bocado del alimento, fue preparado con tanto cariño y dedicación, ella siempre tan buena.

Pero desde temprano, su salud no estaba bien, para nada bien.

Juntas limpiábamos los utensilios usados, hasta notar como ella posaba la mano sobre su pecho.

"—Me falta el aire Uz.."

No terminó la oración, cayendo como saco de papas al suelo, no reaccioné por unos segundos. La llamaba tratando de calmarla, verla angustiada tratando de respirar. Su rostro teñido de miedo, no perdí mas tiempo y fui en busca de ayuda.

Fuimos lo más rápido a emergencias, estaba teniendo un infarto. Sentí tanto desamparo tener que separarme, pero no podía ingresar a esa sala.

No pasó mucho tiempo en recibir noticias, en cuanto vi aquella enfermera con una mueca de lastima, tenia tanto miedo, tan asustada de lo inevitable.

"— Lo siento mucho, la señora Nori no dió reacción."

En la sala solo daban presencia tres personas. No podía creerlo, estuve estática unos cuantos segundos, procesando las duras y crudas palabras de aquella mujer. Mi madre, la persona, la única persona que estaba siempre en constante apoyo.

Murió. Mi cuerpo temblaba y las lagrimas amontonadas advirtiendo escapar y bajar como tobogán por mis mejillas pero, no salieron, no en ese momento.

¿Como podía ser posible? El transcurso del día todo estaba bien, tan tranquilo, lleno de paz. Justo le día que pidió libre para estar a mi lado.

La muerte es silenciosa, como un búho asechando a su presa.

Todo se volvió negro.


















































Mamá, no te vayas, por favor quédate conmigo. No me dejes.

























































En su funeral, en su entierro. Solo ese día mis lagrimas hicieron de presencia, ver bajar su ataúd lleno de flores funebres, familiares en llanto, gritos, lamentos. La perdí con tan solo 15 años.

No aceptaba la realidad, pensaba que solo estaba dormida. Pero no, está muerta. Aunque negarlo era peor, solo terminaría lastimando mas la mente, contaminando aún más.


『—𝕌𝕫𝕚, 𝕤𝕖 𝕒𝕔𝕖𝕣𝕔𝕒 𝕥𝕦 𝕔𝕦𝕞𝕡𝕝𝕖𝕒ñ𝕠𝕤, 𝕒𝕦𝕟𝕢𝕦𝕖 𝕥𝕦 𝕡𝕒𝕕𝕣𝕖 𝕟𝕠 𝕡𝕠𝕕𝕣á 𝕡𝕣𝕖𝕤𝕖𝕟𝕥𝕖, 𝕥𝕖 𝕔𝕠𝕞𝕡𝕣ó 𝕦𝕟 𝕙𝕖𝕣𝕞𝕠𝕤𝕠 𝕣𝕖𝕘𝕒𝕝𝕠 𝕞𝕚 𝕟𝕚ñ𝕒.』

Las cosas empeoraron debido a tu ausencia, papá siguió ausente, permitiendo ahogarme en mis propias lágrimas. Rompí algunas cosas en mi habitación, en un ataque del desespero. Ver familias felices, ver padres con sus hijos jugar en el parque, ver a mis compañeros juntos a sus padres en las reuniones.

"¿Por qué eres tan cruel?"

Bueno, un día discutí con el. Esperé su llegada, habían pasado ya varías semanas tras la muerte de mamá. No soportaba mas ese nudo en el estómago, esa soledad.

Harta de las burlas constantes, de los celos, de la envidia. Harta de ese dolor tan agonizante.

  Grité hasta no poder más, expresando el dolor causado culpa de su ausencia, sin saber que el también sufría.

"Lo siento"

A partir de ese día, todo seguía igual. ‹"Khan hacia el esfuerzo para mejorar la relación con su hija, pero la misma, tras años sin muestra de afecta de su parte. No sabia que sentir, no sabia como reaccionar."›

Pero esa soledad acabó en cierta forma.

Un peculiar chico de cabellera gris, iris color miel. Estaba cerca de las gradas, bajo un árbol disfrutando de la sombra. Te acercaste a mi, saludando amable.

Preguntabas la razón por la cual estaba sola. Solo levanté los hombros. Te quedaste ahí, parecías un tierno cachorro en busca de un amigo de juegos.

Desde ese día, siempre estuviste conmigo. Desconfiaba si en realidad querías mi amistad, pero te encargaste en demostrar de mil maneras tu sinceridad.

"Gracias"

Ganaste mi confianza, aunque tardé en hacerlo. Apareciste meses luego del fallecimiento de mi madre, ¿Acaso fuiste un regalo? Porque fue el mejor de todos, gracias a ti, podía sobrellevar la soledad, el deseo de ya no existir, te encargaste de hacerme reír, las burlas cesaron al poco tiempo.

Me pediste ser pareja el día de mi cumpleaños, a mis 17, estabas tan nervioso. Te veías tan lindo, acepté feliz.

Fuiste el único recordar ese día. En verdad, gracias.

Un gran apoyo, siempre brindabas tu hombro a mi. Me pregunto la razón de porqué te quedaste, ni siquiera tus hermanas se acercaban tanto como tu.

Pero.

Al parecer la vida no le agradó tanto verme feliz.

Tan solo a un año de relación, te fuiste de mi vida, de la formas más cruel.

Ibamos camino a la ultima excursión de la escuela, pronto nos graduaríamos, era uno buena despida. Pero.

Un camión de carga perdió el control, embistió de manera tan salvaje que el transporte perdió la mitad.

Muchos murieron al instante, fuiste uno de ellos. Me enteré en cuanto desperté del coma. 1 semana dormida, sin saber de tu ida.

Una mierda.

Grité, no podría creer eso, no podía creer que también te habías ido, no podía creerlo.

Fui a verte, una fría tumba escrita con tu nombre, lloraba sin consuelo, abandonada sin piedad. Te perdí por culpa de un conductor irresponsable.

Usaba el móvil conduciendo.

Cada día estuve junto a ti, en el césped llorando hasta quedar dormida. No podía comer, no podía dormir.

Sentía estar en lo mas profundo de un lago, en sus aguas turbias y densas. En un hueco oscuro, mi única compañía siendo mis propios pensamientos y recuerdos.

Siempre iba a nuestro escondite, aquel lindo floral dé amapolas. Lo encontraste un día.

Ya no podía más, no quería estar mas tiempo sufriendo. No quiera estar mas tiempo sin ti.

"Te extraño tanto N"

Pronto nos reencontraremos, lo prometo.


















—¿Uzi?

— Hija..

—Los extrañé tanto


























"En las ultimas noticias, una joven fue encontrada muerta junto a los florales de amapolas en el parque central de la cuidad. Se estima la muerte a causa de un suicidio, debido a las cortadas en ambas muñecas."

"Uzi Doorman, una joven de tan solo 18 años, con toda una vida por delante, se a ido."

¿Te gustan las amapolas? Son hermosas

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top