• Esᴘᴇᴄɪᴀʟ •

Pov _____

Me desperté más temprano de lo habitual, enredándome entre mis sábanas, pude agarrar mi teléfono sobre el escritorio de madera oscura.

—20 de Abril...— leí la fecha en voz alta, hoy se celebra algo, no recuerdo, pero tengo el presentimiento de que es algo importante.

Detallé mi fondo de pantalla, sonreí al ver la selfie de Eiji, con el fondo de Katsuki y yo besándonos. Reí al recordar la escena.

Flashback

Habían pasado un par de semanas desde el suceso de la playa, salimos a pasear y nos detuvimos en un pequeño parque.

—Te noto más sonriente desde... La playa— lo miré de reojo, sonreí maliciosamente al ver cómo fruncía el ceño.

—Qué te importa— respondió tajante.

—De hecho, si me importa— jalé su mano, deteniéndolo, y me paré frente a él —Eres mi novio— remarqué la última palabra, vi un leve sonrojo en sus mejillas, joder, me derretía por dentro ver esa expresión en su rostro.

—Cállate y sigue caminando— ordenó, como siempre, usó el dorso de su mano para cubrir el sonrojo. Retiré lentamente su mano.

—Algún día te tomaré una foto cuando estés sonrojado, sólo para avisarte— chasqueó la lengua y me fulminó con su mirada carmesí.

—Lo haces y te mueres— afirmó.

¿Me está retando?. Rodeé su cuello con mis brazos, entrelacé mis dedos y me acerqué a su rostro.

—Lo haré, a ver de qué forma intentarás matarme— nuestras respiraciones se fueron mezclando poco a poco.

Ya ni siquiera sabía lo que decía.

—¿Ah?, deberías tenerme miedo— sonrió ladinamente, sentí sus manos rodear mi cintura.

El mundo a nuestro alrededor se fue nublando, sólo lo veía a él, me gustaba estos momentos junto a Katsuki. Pasamos unos segundos en silencio.

—Bésame de una maldita vez— solté una risilla, estaba jugando con su paciencia.

—Lo que ordene la reina— me burlé, antes de que me reprochara, estampé mis labios contra los suyos, reforzó su agarre en mi cintura y mordió levemente mi labio inferior, jalé su cabello para reprenderle, gruñó y yo sonreí.

Al separarnos lo miré con el ceño fruncido.

—Sabes que no me gusta que me muerdas— el ceniza esbozó una sonrisa traviesa.

—Si, lo sé— algo enojada, desvié mi mirada, localicé a Kirishima a unos metros de nosotros, se nos estaba acercando —¡Eiji!— me separé de Katsuki y caminé hacia el peli-rojo.

—¡_____, Bakugou!, lamento interrumpirlos— se rascó la nuca avergonzado.

—Tsk...— iba a maldecir, estaba segura, antes de que dijera algo lo golpeé disimuladamente con mi codo.

—No te preocupes, ya íbamos de regreso a la residencia, ¿Nos acompañas?— agarré el brazo derecho de Bakugou y lo pasé por mi hombro, rodeé su cintura con mi brazo.

—Eh, claro, de todas formas no quiero estorbar— me hice la ofendida, no sé por qué.

—¿Tu?, ¿Estorbar?, pff— hice un ademán con mi mano —Kiri, eres mi mejor amigo— el chico a mi lado gruñó —Tu te callas. Como decía, acompañanos, y aprovechas y me cuentas qué con tu vida— el de cabellos rojizos se sonrojó y yo sonreí.

—B-bien, ah por cierto— escribió un mensaje en su teléfono, el mió vibró, extrañada, lo revisé, me había enviado una foto, cuando la abrí, era una selfie de él y nosotros besándonos a sus espaldas. Estaba sonriendo, mostrando sus puntiagudos dientes, sonreí con ternura.

—¿¡Qué es eso!?— Kirishima y yo palidecimos —¡Estúpido pelopincho te mataré!— lo abracé con fuerza, reteniéndolo.

—Bro, por favor no me mates— aunque el rubio estaba realmente enojado, ninguno de los dos pudimos evitar sonreír, era graciosa la escena, para qué mentir.

Luego de unas caricias y besos por mi parte, pude tranquilizar a la bestia, desde ese día el fondo de pantalla de mi teléfono ha sido ese.

Fin del flashback

Katsuki...

Es increíble como ese chico me ha cambiado la vida.

Espera. Katsuki... Hoy es 20 de Abril...

—¡Hoy cumple mi hermosa rubia explosiva!— de un salto agarré mis cosas y fui al baño a darme una ducha.

Al salir, regresé a mi habitación y me vestí, la camiseta que le había robado a Katsuki, unos pantalones de mezclilla rasgados y mis tenis.

Fui a la habitación de mi novio. Toqué la puerta, al no recibir respuesta alguna, entré de todos modos.

Lo encontré recostado sobre su cama, con el uniforme de entrenamiento, la chaqueta estaba abierta, dejando a la vista su típica camiseta de tirantes negra.

Debió quedarse entrenando hasta tarde. Sonreí, sin vergüenza alguna, me acosté a su lado.

—Hmm...— estaba adormilado, probablemente cansado por acostarse tarde.

—Hey, buenos días linda— bromeé, me golpeó con una almohada, reí contra esta misma, la quité de mi rostro y me arrodillé —Feliz cumpleaños mi lindo y adorable bebé— hoy me levanté muy bromista.

—Cállate y déjame dormir mierda— agarró la almohada con la que anteriormente me había golpeado, y tapó su rostro.

—De acuerdo, pero antes...— retiré la almohada, antes de que pudiera decir o hacer algo, pasé mi pierna sobre él y lo atrapé, quedando mis piernas a cada lado de la cintura del ceniza. Me incliné y tomé su cara entre mis manos, me acerqué aún más a su cara y deposité un suave y lento beso en esos adictivos labios —Feliz cumpleaños Katsuki...— susurré contra el beso. Me separé y me bajé de él —Ahora te dejo dormir— dije divertida, sabía perfectamente que después de eso no me dejaría escapar tan fácilmente. Antes de levantarme de su cama me agarró de la muñeca con fuerza y me arrastró, luego se posicionó casi de la misma manera que yo, sólo que una de sus manos sostenía firmemente mi cintura. Sonrió de esa manera que me volvía loca.

—¿Y mi regalo?— preguntó sonriente.

—Tienes a la mejor novia del mundo, con eso es suficiente— contesté arrogante, alzó una ceja divertido.

—¿Ah si?, entonces disfrutaré de mi regalo— sentenció mientras se acercaba a mi cuello.

Pude sentir su respiración chocar contra una parte de mi cuello, me estremecí ligeramente ante el cálido tacto de esos fascinantes labios dejando un camino de besos.

—Ahora que me fijo bien...— habló al alejarse de esa sensible zona —Esa camisa es mia, ¿No?— asentí —Creo que deberías devolvermela— reí ante su propuesta.

—Gracias, pero no gracias, quiero comer la pizza que quedó de la cena de anoche antes de que alguien vaya primero— atrapé su rostro con mis manos nuevamente y lo acerqué a mi para depositar un pequeño beso —Deberías cambiarte, a menos que quieras andar con el uniforme de entrenamiento— Katsuki asintió.

—¿Me ayudas?— inquirió con esa mirada carmesí.

—Interesante propuesta, pero tengo hambre— reí de nuevo y traté de escapar, al ver que Bakugou no me dejaba lo miré —Déjame ir o utilizo mi kosei— amenacé, chasqueó la lengua y se quitó de encima.

—Te veo abajo— informó de manera seria, el Katsuki original había regresado.

—El recién despierto Katsuki es más dulce y tierno que el normal— hice un puchero.

—Pues este Katsuki te ordena que te vayas ahora mismo— me lanzó a la cara la chaqueta azul de entrenamiento.

—Claro, una novia multiusos, perchero, despertador, ¿Qué otra cosa quieres que sea?— me crucé de brazos y enarqué mi ceja divertida.

—Vete— buscó otra cosa para lanzarme a la cara.

—Está bien, está bien— levanté mis manos en señal de paz, me encaminé a la puerta, la abrí y salí, luego me dirigí a la cocina, espero que las últimas rebanadas de pizza sigan intactas.

Crucé mis dedos en el camino a la cocina, al llegar al área común, vi a Kaminari y Sero ingresando al mismo tiempo que yo, nos quedamos mirando en silencio, los tres íbamos por el mismo objetivo.

—Esas rebanadas serán mías— exclamé con seriedad.

—¡Ja!, sigue soñando— retó el rubio.

—Voy a terminar comiendo esa pizza— dijo Sero.

Sin esperar nada más empecé a correr.

—¡Hey!— se quejaron al unísono.

—¡A ver si me alcanzan, tortugas!— algo me atrapó por el pie —¡Hanta, no se valen usar kosei!—.

—¿Quién dijo?— sonrió divertido, gruñi.

—Entonces...— Denki le dio un pequeño choque eléctrico al peli-negro.

—¡Eso es, demuestrale quién manda!— agité mi puño en el aire, me levanté del suelo, ya que me habían hecho tropezar y caer, y seguí con la batalla por la pizza.

Sero estaba fuera de batalla.

—Sólo tú y yo, _____-chan—.

—Estás en lo correcto, ¿O no?— salté al sofá, agarré un almohadón y seguí con la corrida, se lo lancé a Kaminari, lo esquivó a penas —Bien echo— lo felicité.

—Tramposa— esbozó una ladina sonrisa.

—¿Quién yo?— me hice la ofendida.

Me acerqué a él y lo empujé, haciendo que se cayera.

Me frené en seco y me giré a verlo.

—¿Estás bien, no te lastimaste?— reí nerviosa.

—No, no, tú eres la elegida para comer esas rebanadas, recuérdame como un buen pikachu...— se hizo el muerto.

—Idiota...— negué con mi cabeza.

Ya más tranquila, abrí la caja de la tan esperada comida, abrí mis párpados en señal de sorpresa al ver la caja vacía.

—¿¡Quién se comió la pizza!?— grité con furia.

—¿Se la comieron?— preguntaron Kaminari y Sero.

Asentí y me crucé de brazos, los dos chicos llegaron a mi lado, suspiramos derrotados.

—Oh, h-hola chicos— Izuku apareció junto a Todoroki, dejaron un plato en el lavadero.

—Hola Izuku, hola Todoroki— los saludé.

—Hola— dijo el heterocromático.

—¿Saben de alguien que se haya comido las últimas rebanadas que quedaban de anoche?— les interrogó el oji-negro.

El pecoso palideció.

—Si, nosotros agarramos las porciones que quedaban— confesó Todoroki, indiferentemente. Izuku movía sus brazos de formas extrañas, tratando de decir lo mismo que había dicho el semi albino.

Miré al suelo y me encogí de hombros —Bueno, supongo que otro día volveremos a comer pizza— mis dos amigos asintieron.

—Oigan— llamó Kaminari.

—¿Hmm?—.

—¿Pedimos pizza para la cena de hoy?— los tres nos miramos. Asentimos alegres.

[・゚゚・★・゚゚・]

Y tal como habíamos dicho, las cajas de pizza estaban en las mesas de la sala, y todos estábamos charlando animadamente.

—F-feliz cumpleaños K-kacchan— era la sexta vez en el día que lo decía.

—¡Callate de una maldita vez Deku!— sonreí, esos dos son todo un caso, agarré la mano del rubio y la entrelacé con la mía, me acurruqué más en su pecho, sé que él no era tan afectuoso a la vista de los demás que cuando estábamos solos, pero a mi no me importaba. Estábamos sentados en el sofá grande, yo entre sus piernas, usando su pecho como respaldo, y él abrazándome por mis hombros.

—¡Feliz cumpleaños Bakugou!— exclamaron la mayoría, Kirishima y Kaminari acercaron una caja de pizza, con una vela en medio de la pizza.

—¿Qué esperas, no vas a apagar la velita?— le pregunté divertida.

—No voy a hacer esa mierda— lo miré con dureza, chasqueó la lengua y desvió la vista, reí ligeramente.

—Ay Katsuki... Tu orgullo es enorme— jalé sus brazos para apegar su cuerpo al mío, él gruñó, pero no hizo ningún esfuerzo para retirarse o alejarme.

—¿Entonces no va a soplar la vela?— al rubio y al peli-rojo les recorría una gotita de sudor por su sien.

Negué con una sonrisa esbozada en mi rostro, los dos retiraron la caja y apagaron la vela amarilla.

Giré mi cabeza —Oe— le llamé, me miró esperando a que continuara —Feliz cumpleaños Katsuki Bakugou— sonreí dulcemente.

Se sonrojó y escondió su cabeza en el espacio entre mi hombro y mi cuello, probablemente cubriendo su sonrojo de los demás.

—Gracias...— musitó contra mi nuca, a penas y logré escuchar.

Definitivamente cambiaste mi vida, Katsuki.

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¿Me quedó muy cursi? :"/

No sé, estaba inspirada y hoy es el cumpleaños del kchan jsjdj

De todas formas es el punto de vista de la rayis, ¿Qué tiene que ver? Idk.

So... Tomen su especial :3

Ah por cierto, sin querer lo había publicado en la mañana así que si les llegó la notificación y no pudieron ver el especial fue por eso :^

Eso es todo por ahora ^^

Nos leemos en el próximo capítulo!!



















Bais~♡

































Andru ( • ̀ω•́ )✧

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