Epílogo

~Un par de años después~

FINN WOLFHARD

—En serio no sé qué estaba pensando

—Deja de quejarte, tú te ofreciste

Venía caminando por el pasillo del hospital a la par de la que se decía mi novia, ella venía alegremente con café, se había puesto su gabardina negra y tenía con la bolsa colgada en el hombro mientras parecía que tarareaba una canción, mientras que yo apenas y arrastraba las piernas y parpadeaba constantemente debido a que tenía mucho sueño, incluso solo me puse una sudadera encima de mi camisa de pijama

—Trato de ser un buen novio— me excuse mientras arrastraba las palabras, no era hora de decir una oración coherente

—Lo eres, agradezco que me hayas traído— me sonrió inocentemente, sonrisa que no le devolví por nada del mundo

Apenas y podía entender sus agradecimientos, de verdad tenía mucho sueño, sentía que era un sonámbulo, y considerando la hora, creo que era muy probable que estuviera caminando despierto

Como idiota me había ofrecido llevar a Rose al hospital, todo iba bien, todo normal, solo olvido mencionar el pequeño detalle de que su turno empezaba a las 5 de la mañana, por lo que me había despertado a las 4 de la mañana mientras se arreglaba, preparaba café, le preparaba su almuerzo para el colegio a Alice y desayunaba un batido de fresas

En serio, desde que comenzamos a vivir juntos me terminó de convencer que está loca

¿Quién rayos tiene energía para despertar a las 4 de la mañana y arreglarse como si fueran las 10?

Ella terminó de llegar a la recepción de su piso mientras tomaba unas carpetas y les daba una sonrisa a la par de los buenos días a las enfermeras

Me había dado cuenta que solo amaba a las enfermeras, eran sus protegidas

No le puse atención a nada de lo que empezó a leer y a murmurar leyendo esos expedientes, solo me limite a recargar mi codo en la mesa y sostener mi mentón con mi mano mientras cerraba los ojos y empezaba a respirar lentamente

Pero me sobresalte cuando empezó a repartir lo que llamaba gritos de guardia a los internos, algunos porque no habían monitoreado bien al paciente, otros porque no llenaron correctamente el expediente, otros porque el paciente empeoró, y el último que se había desmayado en el quirófano en medio de una cesárea, los tenía en una hilera haciendo sus preguntas mañaneras

—¿Alguien puede decirme las causas comunes de fiebre post-operatoria?— Rose miró a la hilera de doctores que no sabían qué decir y que solo hacían caras pensativas o revisaban unas libretas pequeñas que cargaban en sus bolsillos

—Viento, agua, herida, caminar y medicamento, las más comunes— respondí aún con los ojos cerrados ganándome la mirada de todos los internos— casi siempre es el viento provocando una neumonía

Salir con una cirujana tenía sus ventajas o maldiciones, aún no se con certeza qué es lo mío, pero me sabía un par de diagnósticos ya que ella siempre me contaba su día

—¿Cómo lo tratarías? — me pregunto viéndome con una ligera sonrisa

—Administrar líquidos, antibióticos y amoxicilina cada 12 horas— respondí rodando ligeramente los ojos

Como dije, no sé si es ventaja o maldición

—Hagan lo que dice y los veo en las rondas de las 7— les dijo al grupo de doctores que giraron hacia el otro pasillo antes de darme una mirada de agradecimiento

Siempre que venía aquí todos los internos y residentes me decían lo mucho que me adoraban, ya que según ellos mi presencia hacía que Rose no fuera tan mala con ellos

Era muy cierto

—Ya consideraras el hecho de estudiar medicina para que en unos años ejerzamos juntos— me dijo con una sonrisa juguetona mientras que se acercaba para pasar sus brazos por mi cuello, le devolví el abrazo por inercia poniendo mis manos en su cintura

Me había dicho varias veces que tenía madera de cirujano, incluso dijo que hasta mi especialidad podría ser trauma, claro que la había bajado de esa nube mil veces, nunca se me ocurriría después de salir de la universidad volver a entrar a esa prisión, y menos en una carrera donde tendría que literalmente morirme por ella

Me acerque fingiendo una sonrisa mientras le pasaba un mechón de cabello detrás de la oreja aun con una sonrisa, acune su rostro con mis manos acercándome a ella ligeramente sosteniendo sus mejillas

—¡En tus sueños y mis peores pesadillas!— dije soltándola de repente causando que ella se empezara a reír y yo escondiera las manos en los bolsillos de mi sudadera

—Te amo— sostuvo mi cara entre sus manos dejándome un beso en los labios que le respondí por un par de segundos— nos vemos más tarde— me dejo otro beso corto en los labios antes de que me girara rumbo a los ascensores

—También te amo, y abre muchos corazones— alce ambos populares dándole una ligera sonrisa, ella me miró riendo y negando mientras se colocaba el estetoscopio en el cuello

Al menos quedaba en mi conciencia que era buen novio, no me levantaba a las 4 de la mañana por nadie más que por ella

El departamento que ahora compartimos no estaba tan lejos del hospital, solo a 10 minutos, era lo ideal ya que muchas veces llamaban de urgencias a Rose, y también quedaba cerca de mi trabajo, así que todos felices

Aún estaba todo oscuro cuando entre por la puerta de mi departamento, le di una rápida mirada a la niña rubia que dormía en la segunda habitación en del pasillo, la cual seguía roncando con la cara enterrada en la almohada cual delicada princesa, había llegado anoche por lo que su habitación estaba llena de maletas

Alice había pasado el mes anterior con su padre, y este mes era el de Rose de estar con ella, o mejor dicho en la mayoría del tiempo que yo me encargaba de que siguiera viva

Al principio fue un poco demasiado insoportable después de que me presente como el novio de su mamá, gritaba por todo, luego empezó a pedir de todo, o al menos esta que pidió un piano y tanto Luke como Rose se lo negaron, les termino diciendo que eran los peores padres del mundo y que quería que se murieran. Mientras que a mi comenzó a ignorarme olímpicamente y yo le respondí de la misma manera, pero a raíz de que cumplió los 9 años se volvió menos insoportable, y ahora a sus 10 años se podría decir que me podría catalogar su padrastro sin que ambos hiciéramos una mueca de asco

Bueno, seguía viva, así que podía irme a dormir sin culpa

(...)

—Alicia, ya levanté— le di varios toques en su puerta, por fortuna no demoró ni diez segundos ya que salió de esta arrugando las cejas enojada

—E, Alice— me dijo con el mismo tono de molestia de todos los días

Claro que sabía su nombre, pero si la hacía enojar era más fácil que se levantara sin quejarse y mucho más rápido

—Como sea— dije con desinterés mientras me iba a la cafetera a servirme

Ella llego a los minutos ya con su uniforme del colegio, pero su cabello era un desastre, y levante la ceja cuando me extendió el cepillo y una goma para cabello

—¿Qué? — pregunte aun viendo sus manos extendidas

—Tienes que peinarme

Rodé los ojos en cuanto dijo eso, una de las peores molestias de jugar al padrastro era peinarla, parecía que su cabello tenía vida propia

—El mes pasado dijiste que aprenderías a peinarte sola— la mire con cansancio mientras me terminaba mi taza de café

—Y tú dijiste que aprenderías a destapar el fregadero, ¿lo hiciste? — Hizo una sonrisa ancha— no. Así que péiname

—¿De verdad quieres que yo te peine? — le pregunté con cansancio, habían sido contadas las veces que yo la había peinado, la mayoría del tiempo la termina peinando su maestra o se va despeinada al colegio

—No, pero no me queda de otra— me respondió cruzándose de brazos con una mueca

<<Igual de adorable que la mamá>>

De mala gana tome el cepillo y lo pase por su cabello, claro que sus quejas casi salieron en coro diciendo que le dolía, luego que su moño estaba chueco, luego que así no le gustaba. Al final le deshice el moño del cabello y solo le puse una diadema encima de la cabeza peinando un poco su cerquillo de la frente

—Menudo peinado, eh— me dijo aun malhumorada mientras jugaba con uno de sus mechones

—Hice lo que pude— le di una mirada cansada— y para lo único que te dio tiempo— mire la hora, ya se hacía tarde para el colegio

Ella de mala gana tomó su mochila y caminó hacia la salida donde la seguía

Su colegio no estaba tan alejado del departamento, se subió al auto rápidamente y empezó a jugar con su switch todo el camino, sin embargo cuando me estacione afuera del colegio y vi la manada de niños entrando tuve que respirar pesadamente implorando al cielo un poco de paciencia

—Mocosa— ella de inmediato alzó la vista de su videojuego— dime que los otros mocosos que llevan esas maquetas no van en tu misma clase

Los ojos claros de Alice se abrieron de par en par cuando noto como los demás niños entraban a la escuela con maquetas del sistema solar entre las manos, y claro que más entró en pánico cuando obviamente noto que ella no llevaba ninguna maqueta

—Ay, me lleva el carajo— murmuró sin poder creerlo, sus manos jalaron de mi camisa con desesperación— ¡viejo, tienes que ayudarme!

—Sí, voy al supermercado y te ordeno una maqueta del sistema solar con todo— le dije con sarcasmo, ella se pasó las manos por el cabello desordenando el peinado que tarde 10 minutos haciendo— o si prefieres lo pedimos a domicilio, si sobrepasas los 4 dólares te dan el envío gratis

—En serio ayúdame— apretó más su agarre, estaba entrando en pánico— fácil, solo habla con la maestra y dile que tengo influenza, me dará más días para entregarla

—No me creerá a menos que lleve una receta médica, y déjame recordarte que tus padres son médicos

—Decimos que no es de su área— dijo con un tono convincente que me hizo dudar unos segundos— vamos, la maqueta vale el 50% de mi calificación final, si repruebo, mi papá me mata

—Y si tu mamá se entera que te cubrí con esto, me manda a dormir al sillón— respondí, ella rodó los ojos— te he cubierto muchas veces este año, lo de los globos con pintura de la clase de música, la rata en el recital de ballet, el pegamento en la silla de tu maestra, la trampa de las votaciones de la reina del baile, y la lista sigue...

Ella hizo una sonrisa de inocencia cuando le enumeré todas las travesuras que lleva en el año y la cual habíamos ocultado olímpicamente, esta niña era más convincente de lo que pareciera, aunque también había aceptado cubrirla ya que de verdad me pareció gracioso cada cosa que hizo

—Exacto, lo de la maqueta es lo menos que he hecho— se excusó— anda Finn, apiádate de esta pobre alma que es tu hijastra

No sé cómo le hacía, pero el tono de voz y como aleteaba las pestañas con esa sonrisita fingida lo había aprendido de Rose, era igual a ella cuando llegaba cansada del hospital y me pedía que le fuera a buscar sushi, y como desgraciadamente tenía esa debilidad por mi novia, era fácil que terminara cediendo ante Alice

—Pon cara de enferma— dije con cansancio, Alice aplaudió un par de veces ya que se salió con la suya mientras que empezaba fingir las caras de enferma y yo me salía del auto para ir a hablar con su maestra y mentirle

(...)

—¿Puedo tener un caballo?

—No

Empuje la puerta de mi departamento para cruzar junto a Alice, gracias a sus clases de ballet no se tuvo que quedar en mi oficina todo el día, la había ido a dejar a su academia de baile donde se quedó ensayando su recital

—No soy tan malo, ve por un chocolate— le dije a la niña, para ella eso es un premio, ya que sus padres no la dejan comer chocolate de noche porque se pone de malas

Me detuve cuando una luz de la mesita de la sala se encendió revelando a Rose sentada en el sillón con las piernas cruzadas y con una copa de vino en una mano, no parecía cansada a pesar de haber pasado 12 horas en el hospital, además que nos miraba con una sonrisa que a kilómetros olía a ironía. Alice miró con miedo a su madre aun con la caja de chocolates entre las manos

—Buenas noches— mi novia alzó su copa llena de vino mirándonos sarcásticamente

—Amor, buenas noches— le devolví el saludo— traje comida china

—Solo se me antoja cuando estoy embarazada...

Mierda, me va a dar algo

Al menos lo que se me cayó fue la mochila de mi mocosa que también miraba a su madre igual de anonadada que yo, por lo que tiró la caja de chocolates

—Ay, por favor—Rose soltó un bufido— ¿no puedo hacer una broma de vez en cuando?

—Esas no son bromas, sería un estallido de guerra— Alice miró a Rose enojada

—¿Aún respiras? — Rose pasó su mano frente a mi rostro, parpadee varias veces aun recuperándome de su broma

—Un día de estos me dará un infarto y seré tu paciente

—Que romanticoooo— cantaleo Alice con burla— bueno, me voy a mi habitación

—Tú maestra llamó esta tarde

Tanto yo como la mocosa nos quedamos estáticos en nuestro sitio y con los ojos excesivamente abiertos

—Me pregunto si ya te sentías mejor de la fiebre por la influenza— carajo, de verdad lo sabe— y yo dije: qué casualidad que mi hija de diez años llegó ayer a mi departamento más sana que yo, y sin ninguna maqueta del sistema solar

—Por dios, pero mi maestra sí que es irresponsable— Alice miró a Rose con la boca abierta fingiendo sorpresa— molestarte cuando estás en el hospital, alguien de tus pacientes pudo morir por eso

—Alice...

—Finn me ayudó— la mocosa me apuntó acusatoriamente

—¡Óyeme, no me vas a echar todo el muerto a mí! — me defendí apuntando a la niña en la cocina. Rose intercalaba miradas entre mí y la niña sin soltar su copa— ¡ella no hizo la tarea y me chantajeo para mentirle a su maestra!

—¡Si, y caíste redondo! — me acuso la niña, la mire con la boca abierta

—A ver, los dos— mi novia dejó su vino llamando la atención mía y de la niña— Alice, no hubiera pasado nada si solo decías que no hiciste la maqueta, pero también mentiste diciendo que estabas enferma, ni yo, ni tú papá, ni Finn te hemos enseñado a mentir

—Oye, no me metas en el saco...— me tuve que callar porque Rose alzó su dedo sin dejar de mirar a la niña

—Mamá...

—Éstas castigada, dame tu switch— mi novia extendió la mano hacia su hija, Alice soltó un gran suspiro antes de buscar su videojuego en su mochila para entregárselo a su madre— una semana y quiero esa maqueta terminada para el miércoles

—Sí, mamá

La niña se fue cabizbaja a su habitación, de verdad me dio lástima, estuve apuntó de hablar, pero antes Rose me miró esperando que hablará, pero no parecía ser buena señal

—Mi amor...— empecé a hablar mientras que ella le daba un trago a su copa— sé que no fue bueno ayudar a la ratita, pero ella es muy convincente, además entiende que seguro estuvo muy ocupada por sus mini vacaciones con Luke, solo es una maqueta y la ayude para que no reprobara

En mi mente sentí que fue una buena excusa, pero mi novia me seguía mirando con los brazos cruzados y aun con su copa vacía en una de sus manos

—¿Sillón? — Ella asintió lentamente— voy por mi almohada

Ya me esperaba que me mandara a dormir al sillón, así que solo tome mi almohada, mi cobija y mi laptop para irme a la sala a dormir, estando en el sillón, me senté con mi laptop en mi regazo para tomar una posición cómoda para abrir mi laptop

—Ay carajo— di un pequeño salto cuando vi la cabellera roja mirándome con los brazos cruzados— pareces un espectro ahí

—¿Qué haces?— Rose ignoro mi reclamo y se sentó en un espacio libre en el sillón

—Viendo mi novela— le mostré mi laptop con una amplia sonrisa

—House of the dragon— me dio una mirada divertida mientras negaba levemente

—¿Qué tienes?

—Es que me dio frío— me miro con ojitos de perrito— ¿me abrazas?

—Me corres de MI cama— cerré la laptop mientras me incorporaba para verla mejor— y ahora también quieres invadir MI sillón

—Lo de la cama, lo tenías merecido— me aclaró, rodé los ojos— anda, está haciendo mucho frío, necesito que alguien me abrace

—Ahí está la ratita de laboratorio— señale el pasillo con la cabeza, ella me miró con un mohín, así que me crucé de brazos— no soy tan fácil ante tus palabras bonitas

—¿Ah sí?— Rose se inclinó levemente tomándome de la barbilla para besarme, le respondí el beso a los segundos pasando mi mano por su cuello hasta su nuca mientras que mi otra mano la tomó de la espalda para acercarnos más

Después de todo sí soy fácil

Cuando nos separamos, casi por inercia me hice a un lado, Rose me miró con una sonrisita mientras que se recostaba a mi lado poniendo su cabeza en mi hombro, le deje un beso pequeño en los labios mientras que ella pasaba sus dedos por mi cabello

—¿En serio prefieres estar así que en nuestra cama king-size?— mire a la loca que seguía acurrucada a mi lado

—Estás castigado— me recordó haciendo que la mirará mal— pero, me alegra que cada vez te lleves mejor con Alice

—Pues la mocosa viene en el paquete— hice una mueca desinteresada— además pasa más tiempo conmigo que contigo, en unos años me va a querer más a mí

—Ay— me empujó levemente mientras me miraba ligeramente ofendida— pero, tienes razón, casi no paso tiempo con ustedes

—Oye, no era para reprocharte— aclare— además, me gusta más presumir que mi novia ganó un Rosenstiel por su investigación de reparación pulmonar con bypass— le recordé mientras le picaba la nariz, ella me miró sonriendo cuando le mencioné el premio que ganó el año pasado

—Bueno— alzó la mano como si fuera lo más mínimo— pero ya debo dedicarle más tiempo a mi familia

—A mí me gusta el tiempo que me dedicas— le deje un beso en el pelo

—Me encanta que me apoyes— me sonrió

—Tú haces lo mismo cuando agarró mi guitarra— sonreí orgulloso de mi mismo

—¿Cuándo me escribes otra canción?— me miró aleteando las pestañas

—Sabes que no me gusta mucho escribir sobre las cosas que me gustan— le recordé— rómpeme el corazón y ya veremos

—¿Qué debo hacer para un álbum entero?— la mire con los ojos abiertos— bromita

—Más te vale

—¿Ah sí?— se levantó levemente para sentarse en el sillón— después de lo que me costó para reconquistarte, no me arriesgo de nuevo

—Te amo— le aparté un mechón de cabello poniéndolo detrás de su oreja

—Yo te amo más— me tomó de las mejillas para dejarme un beso en los labios que le respondí inmediatamente

Nos volvimos a acurrucar en el sillón porque después de todo si hacía frío, ella me pasó los dedos por el cabello, me sentía tan tranquilo cuando solo estábamos así sin pensar y sin hacer nada

Había pasado mucho para que lo nuestro pudiera ser, pero todo había valido la pena, antes nunca hubiera pensado en tener algo que durará toda la vida, y ahora solo cuando pensaba en algo que quería que dure para siempre, mi doctora monstruo era lo único en que podía pensar

Para siempre

—F I N—

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—Ellis

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