Capítulo 23 T2
nota de la autora: Bueno, a partir de aquí empiezo a publicar capitulo tras capitulo hasta el final
Y pues nada, espero que disfruten este gran maratón hasta el final uwu
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Rose Godwin
Apretaba el mouse de la computadora donde llenaba los expedientes de los pacientes que me habían ingresado en urgencias, no estaba en mi mejor ánimo, mi guardia terminó hace horas pero aún tenía que llenar estas formas de mis pacientes y hacer un plan sobre mi aneurisma de la aorta que fue programado para mañana temprano
Lo primero debí pedírselo a un interno, pero prefería dejarlos tranquilos por un tiempo ya que aún tenían que estudiar para su examen
Seguía tecleando ese expediente, ya solo me faltaban dos mas y terminaría para irme a mi casa, trate de descansar un poco en mi oficina pero cuando me levante tenia mas sueño, maldita cirugía de corazón abierto, me dejo agotada
—Infarto en miocardio con invasión de células no pequeñas y antecedentes de enfermedad pulmonar obstructiva crónica— una voz masculina me respiro detrás del oído haciendo que girara dejando de lado la computadora. Me encontré con un hombre alto como de mi edad de ojos azules y de sonrisa torcida que me miraba de arriba a abajo— ¿ya debería estar muerto, no?
—Sensibilidad— hice una sonrisa fina— me agrada eso en un extraño— volví mi vista a la computadora— ¿usted no es doctor?
—¿Tanto se nota? — pregunto fingiendo desconcierto, asentí
—Así es ¿De visita?
—Así es, molesto por el calor y solo llevo un día aquí— giro del otro lado de mí recargándose en la recepción
—Es la época, se acostumbrara— hable terminando de llenar ese expediente pasando al siguiente
—Podría estar en la cama todo el día— me gire hacia el hombre fingiendo escandalizarme
—¿Acaba de llegar y ya habla de camas?— hice una voz sutil mientras miraba al extraño con los ojos entrecerrados— no es muy sutil...
—La sutileza nunca ha sido mi fuerte— me dijo dando dos pasos más a hacia mí. Debería retroceder pero no me dieron ganas, él es lindo— así que, su esposo...
—¿Aún sirve ese truco?— recargue mi brazo y más en específico mi mano contra la mesa donde estaba la computadora
—¿Cuál?— pregunto fingiendo demencia
—El que mencione a mi esposo esperando que lo corrija y diga que estoy soltera— alce una ceja mirándolo de arriba a abajo— aunque ya vio mi dedo 3 veces y no encontró ningún anillo
Moví ligeramente los dedos de mi mano haciendo que el despegara la vista de ahí, tuve razón al decir que estaba mirando mi mano, él empezó a reír ligeramente cuando me di cuenta de esto
—De dónde yo vengo, normalmente funciona— él extraño me dio una sonrisa torcida
—Y de donde yo vengo no usamos las sortijas de casados ya que podrían quedarse dentro del paciente— hice una sonrisa cínica volviendo a la computadora
—Así que ¿usted sale con sus colegas?— volvió a preguntar, lo volví a mirar recargando mi codo en la mesa, lo mire entrecerrando los ojos
—Estoy casada con uno de mis colegas, no me gusta repetir formulas en hombres— confesé, esperaba que saliera corriendo pero en lugar de eso se le dibujo una sonrisa torcida
—Entonces me alegra no ser su colega— sonrió ampliamente, no sé porque pero me daban ganas de carcajearme, pero me las aguante
—Está seduciéndome. — Fingí escandalizarme— ¿en un hospital?— alce ambas cejas
—¿Qué tan malo es eso?
—¿Lo del hospital? No tanto ¿Pero sabe que si es malo?— torcí un poco los labios en cuanto oí el sonido de alguien aclarándose la garganta hizo que el hombre volteara a ver detrás de él donde una chica morena lo miraba furiosa y con las manos en la cintura— creo que tiene prioridades más grandes que yo, señor— deje la computadora de lado— permiso, ya acabo mi guardia
Le pase por un lado a la chica morena que de reojo me dio una mirada furiosa, pero más me hizo reír como se acercaba al extraño lindo, lo siento por él
(...)
Me quite los tacones lanzándolos por algún lugar de mi habitación mientras que me tallaba los hombros con mis manos, me cambie rápidamente la ropa por mi pijama que solo era una camisa y unos pantalones a cuadros, pero al momento de lanzar mi ropa sucia al cesto, una camisa de ahí llamo mi atención, revise la camisa dándome cuenta que era de Luke, mi rabia se encendió al ver la mancha del labial rosado en el cuello y el perfume de fresa para niña del que estaba impregnado
Este no es el perfume de mi hija, y mucho menos mío
Tome esa camisa saliendo furiosa de mi habitación caminando hacia la sala donde estaba Luke sentado viendo la tele
—¿Qué estás haciendo? — me puse enfrente de la tele haciendo que me mirara
—Comiendo cereal— alzo ligeramente el cuenco que tenía entre las manos antes de llevarse una cucharada de cereal a la boca
—No te hagas el idiota— le lance la camisa a un lado del sofá, él ni se inmuto— tu camisa huele al perfume de niña mimada que usa tu interna
—¿Y?— él dejo el cuenco de cereal en la mesita de noche y se giró hacia a mí cruzando los brazos— tal vez la abrace después de una cirugía y por eso mi camisa huele a ella
—O tal vez porque estas durmiendo con ella— ironice cruzándome de brazos— como todos los especialistas ilusionando a las internas y luego dejándolas como si fueran instrumental después de una cirugía
—¿Ósea que la única que puede hacer de infiel en este matrimonio eres tú?— Luke rio con burla, trague en seco— no me parece justo, Rossy
—Yo no duermo con mis colegas y mucho menos con mis alumnos.
—Pero si con los familiares de los pacientes, hace rato vi como coqueteabas con un familiar de tu paciente en recepción— cerré los ojos con furia ante sus palabras.— primero tu ex, luego ese tipo, ¿cuando empezaras con tus residentes?
—Deja de tratarme como si fuera una cualquiera.— murmuré entre dientes
—¿Y cuando sigo yo, eh?— me tomó por sorpresa que me apresara por los hombros acercando su rostro al mío, mis músculos se tensaron por su brusquedad— yo soy tu esposo, él único que se puede acostar contigo.
—Luke, suéltame— pedí, su toque me lastimaba y me hizo apartar la mirada. Él me soltó a los segundos
—No soy tan cabron ni te tomaría a la fuerza, Rossy— tomó su cereal caminando hacia la cocina, pero antes se giró a verme— por cierto, hace mucho que no veo a tu ex, por el hospital, ¿ya tan rápido lo botaste?
Como si necesitara más recordatorios que Finn se había ido y no sabía si lo volvería a ver
—No te importa
—Entonces que a ti tampoco te importe si salgo con mi interna— siguió su camino hacia la cocina mientras soltaba una risilla
Me senté en el sillón suspirando, por varios segundos que parecieron minutos o hasta horas me quede sentada mirando el techo, Luke al parecer se había ido a dormir y solo me quede en el sillón mirando al techo sin decir absolutamente nada
Cuando menos me di cuenta ya tenía una copa y una botella de vino en la mesita de noche, empecé a beber sin siquiera tomar en cuenta la cantidad o las obligaciones que tenía para dentro de unas horas
Estoy tan cansada
Me sentía asfixiada, agotada, pero a la vez no tenía ganas de irme a dormir, me sentía ansiosa y con ganas de salir corriendo, y la única manera que me apaciguaba un poco los ánimos era la copa de vino que me servía casi hasta desbordar
No me di cuenta cuando pase a la segunda botella
Me sentía un poco más relajada cuando acabe la segunda botella, los parpados me pesaban y me termine recostando en el sillón ya que me empezaba a ganar el sueño y cansancio, no solo físicamente, también mentalmente
—¿Mami?— con esfuerzos abrí los ojos encontrándome la cabellera rubia de Alice que me miraba algo adormilada y confundida— ¿Qué tienes? ¿Estas enferma? — sus pequeñas manos me tocaron la frente, lo que me hizo sonreír
—No, estoy bien— le sonreí ligeramente mientras le desordenaba el cerquillo de la frente— deberías ir a dormir
—No tengo sueño— se encogió de hombros mientras que me tomaba de la mano— pero tú si debes dormir, dices que si los cirujanos no duermen, llegan tarde y si llegan tarde, muere la gente
Sonreí ligeramente cuando ella tomo de mi brazo levantándome para guiarme hasta las escaleras, subí con dificultad, pero me detuve cuando vi que me llevaba hasta mi habitación, no quería seguir discutiendo con el que se decía mi esposo
—No, no, tu papá está cansado y no quiero molestarlo— la detuve mientras me tallaba los ojos
—Entonces ven y duermes en mi habitación— Alice tiro de mi brazo ligeramente guiándome hasta la primera puerta del segundo piso donde estaba su habitación
Abrió la puerta y de inmediato sentí el color rosa y lila resaltando de la habitación de Alice a pesar de la oscuridad, ella me hizo espacio en su cama donde me recosté en su cama y casi de inmediato la abrace con fuerza
Por varios minutos solo estuve ahí acariciando su frente y abrazándola, ella se removió ligeramente acomodando su cabeza en mi pecho mientras que con sus manos peinaba mi cabello enredado, estuvo así por un buen rato
—En las escaleras hace frio cuando no llegan a cenar— lo que dijo hizo que se me apretara el pecho
—Ay, mi chiquita— la abrace con más fuerza mientras dejaba un beso en su mejilla y luego en su frente— lo siento tanto
La seguí abrazando con fuerza convenciéndome que estaba aquí y que nadie me la iba a quitar, que la tenía conmigo y que nadie nos separaría nunca, ningún abogado, ningún juez, nada
Sin embargo cuando me separe un segundo vi que ya se había quedado dormida profundamente y respirando tranquila
Esta niña es todo lo que tengo
Desde que tenía dos años y la vi por primera vez en la UCI pediátricos por tener neumonía he hecho todo para mantenerla a salvo, algunas cosas que no estaba convencida en su momento, prometí cuidarla como si realmente fuera su mamá, hay un papel firmado por mí que dice que es mi bebé y ahora no solo estoy siendo un desastre en todo el sentido de la palabra, sino que también que la he descuidado mucho
—Te prometo que no te dejare sola nunca, nadie nos va a separar— le dije en el oído desordenándole el cerquillo de la frente antes de volver a abrazarla y a quedarme dormida
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—un dinosaurio.
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