39

Narra Jade

Llegamos a casa antes de media noche, ambos estábamos agotados. Lucifer me abraza por la espalda, hasta llegar a nuestra habitación.

— Ha sido una velada espectacular— confieso volteando mi cuerpo para verlo — Muchas gracias mi amor — beso sus labios

— Se que amas los pequeños detalles, cada día me esfuerzo por hacerte feliz — acaricia mi mejilla — deseo ver siempre esa sonrisa en tu rostro, quiero que seas la mujer más feliz de mundo —

— Prefiero ser la mujer más feliz del infierno — murmuró antes de besarlo

— Eso suena perfecto — sonríe antes de besarme con fiereza — ¿Hace cuántas horas no te hago el amor, cómo debe ser?— pregunta llevándome a la cama

— tal vez unas seis horas — me río al ver su mueca — aún puedes hacerlo — me siento en la orilla de la cama.

— Eso es perfecto — se arrodilla — no importa en qué ángulo te vea, siempre te miras hermosa — besa mis muslos

Con mucha delicadeza retira mis tacones, con su lengua hace un camino de mi tobillo hasta mis muslos, sus manos comienzan a subir mi vestido hasta quitarlo completamente.

— Dejaré esto aquí — señala mi gargantilla y pendientes — no queremos accidentes — sonríe, dejando mis joyas en su mesita de noche —

— claro — lo miro coqueta quitando mi sostén — perfecto — susurro tirando la prenda en el suelo .

Lucifer se quita su ropa con rapidez, frente a mí deja su erección, ansiosa por tener acción, me recuesto en la cama entre suspiros ante las pequeñas caricias de Lucifer en mi cuerpo, sus manos recorren con delicadeza, haciendo que su tacto sea perfecto.

Se recuesta encima de mí, sin dejar caer todo su peso, sus labios atacan con pasión mi cuello hasta llegar al valle de mis senos, sus manos acarician mis senos, sus labios envuelven uno de mis pezones, su lengua envuelve el pezón erecto, pequeños Jadeos de placer se escapan de mis labios.

— Lucifer — digo su nombre entre jadeos — te necesito — murmuró acariciando su espalda —

Suelta mi pezón para levantar su rostro, me mira sonriente, sus pupilas destellan llamas de lujuria — lo que ordene, mi dama — besa mi vientre

Un gemido se escapa de mis labios al sentir su miembro entrar en mí interior, mis piernas envuelven su cadera, comienza con embestidas suaves, sus labios besan y dan leves mordiscos a mi cuello.

Nuestros cuerpos se complementan a la perfección, las embestidas se vuelven cada vez más rudas, el placer aumenta cuando, nuestras manos acarician nuestros cuerpos.

Sus fuertes brazos envuelven mi cintura, en un movimiento ágil, hace que yo sea quien tenga el control, una sonrisa ladina formada en sus labios, aumenta mi excitación.

Mis labios besan su cuello, el vaivén que tenemos es cada vez más rudo, sus manos aprietan mis glúteos, el picor y el sonido del azote que Lucifer me ha dado, hace escapar un gemido alto, aprieto mis ojos con fuerza, mis uñas se entierran en la espalda de Lucifer, el orgasmo alcanza mi cuerpo sin pensarlo.

Lucifer da unas cuantas embestidas corriéndose dentro, cae de espaldas conmigo aún encima de él, nuestras respiraciones agitadas y el sudor recorriendo nuestros cuerpos.

— Eso ha sido perfecto — susurro besando su barbilla —

— Mi amor, esto es solo el inicio — me sonríe, rosa nuestras narices antes de unir nuestros labios en un cálido beso.

Sus manos vuelven a recorrer mi cuerpo, me recuesta boca abajo, sus labios dejan besos en mi espalda hasta llegar a mis glúteos, sus manos aprietan y amasan mi trasero, dejando escapar gemidos.

— Eres mía — susurra en mi cuello — solo mía — besa el lóbulo de mi oreja — te amo — sus manos llegan a mi intimidad.

— Te amo — murmuró antes de jadear — Lucifer, hazlo ya — me quejo

— mi amor, tendremos toda la eternidad — acaricia mi mejilla, sus labios besan con amor mis mejillas hasta bajar a mi cuello.

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