Capítulo 9
Dos pares de ojos curiosos miraban a ambos duques quienes comían en silencio, Fiona y Siegren querían hacerles preguntas, pero parecía que a los duques poco les importaba contestar.
—¿Hubo reconciliación? - Siegren fue el primero en hablar, Fiona le dio un pequeño pisotón.
—Eso es obvio, mírale el cuello.
—Que imprudentes - Abel negó —Vamos cielo, comeremos en la habitación.
—Esto se puso mejor - Siegren sonrio, Abel le lanzó una mirada gélida y tomo la mano de su esposa para luego salir.
Louise estaba segura de que el matrimonio con Helion podía terminar con ella siendo duquesa, a su vez podía ser la amante del príncipe y dar a luz a un hijo que pudiera llegar al trono, el único obstáculo era la bastarda que tenía por hermana.
—Mátala - una voz le susurro, una sonrisa cruzo por su rostro.
—Deshacerme por completo de ella sería ideal.
Beatrice era una mancha en la familia y si desde el principio hubiera sabido que Abel era tan guapo no la hubiera obligado a casarse.
—Busca al mejor asesino, no, mejor no, vamos divertirnos - Louise se puso de pié —Trae a los mejores bandidos, ofrece una buena cantidad, una cantidad que nadie pueda rechazar, es momento de jugar un poco.
Abel siguió tallando la espalda de Beatrice, la joven cerraba sus ojos sintiendo las suaves caricias de su esposo, ambos estaban en su mejor momento.
—Fiona se deshizo de su familia - Abel apoyo su barbilla en su hombro —Y ahora Siegren esta en camino a ser el heredero y ahora estamos tu y yo.
—¿Y que quieres hacer? - Abel sonrió y le dio vuelta.
—Tomemos unos días solos ¿conoces el mar? - Beatrice negó —Entonces iremos al mar de luna de miel.
—¿Ahora te pondrás romantico?
—Uno quiere ser detallista y tu no ayudas - Beatrice soltó a reír —Si lo haremos, ahora a lo que venía - Abel la acerco a él y beso su cuello, Beatrice soltó un ligero gemido y disfruto de los besos que Abel le proporciono por todo el cuello.
—Es incomodo aquí -Abel la tomó en brazos y salió junto a ella de la bañera.
Al llegar a la habitación coloco a Beatrice de espaldas y la observo con una enorme sonrisa en el rostro.
—¿Qué planeas?
—Alza el trasero. - Beatrice mordió su labio y realizó lo ordenado, Abel golpeó su trasero con su palma causando que saliera un gemido de los labios de Beatrice, aquello le gusto.
—Atrevido.
—Te gusta que sea así -Abel se coloco detrás de ella y acaricio su cuerpo.
—Ciertamente me gusta - Abel le aparto ligeramente las piernas y entro en ella, Beatrice se aferro a las sábanas mientras sentía como Abel la embestia sin piedad alguna.
—Entonces no te quejes más. -Abel la tomó del cabello y se movió más fuerte, los gemidos y quejidos de Beatrice se escucharan a las afueras, todos los sirvientes optaron por tomarse el día libre para no interrumpir el momento de los duques.
—Despacio. -Abel beso su espalda y con una de sus manos la tomó del hombro, mientras que con la otra la tomo de las caderas, sus embestidas fueron aumentando más y más hasta que Beatrice cedió y cayó de cara a la cama —Agh - Beatrice soltó un suspiro.
—Aún estamos empezando ¿estas cansada?
—Por algo te dicen bestia. - Abel sonrió y la cargo, ambos juntaron sus labios mientras sus cuerpos hacían fricción.
—Solo contigo en la cama - Beatrice se sintió llena de nuevo mientras que Abel volvía a entrar en ella y se movía con fuerza.
—Solo eres mío y de nadie más. -Beatrice lo tomo del rostro y lo beso.
A la mañana siguiente Abel se concentro en despertar a Beatrice con ligeras caricias en su cuerpo, pero esta seguía sin despertar. Abel opto por succionar uno de sus pechos mientras que con el otro se concentro a juguetear con su pezon.
—Abel... - el mayor sonrió y mordió ligeramente su pecho —Haz eso de nuevo y te golpeare.
—Entonces despierta mocosa - Beatrice le miró mal —Debemos irnos.
—Quiero dormir un rato más, me duele todo.
—Debes acostumbrarte, te dolerá todo por unas cuantas semanas más.
—Bestia.
—Tonta - Beatrice se dejó besar por el —Vamos ya, es un viaje largo - Beatrice negó y lo jalo de regreso a la cama. —Trice.
—Luego hago lo que quieras, vamos a dormir un poco más. -Abel le propinó otra palmada en el trasero y asintió.
—Lo que mi esposa pida, haré todo lo que tu quieras.
Beatrice y Abel se despidieron de Fiona y de Siegren no sin antes dejarl una advertencia por parte de Abel al príncipe, Fiona quedaba bajo su cuidado pero sobre todo le advertía que pasaría si se propasaba con ella.
—Te gustará el lugar, estaremos solos, es una zona de nuestra familia.
—¿Me estas secuestrando?
—Te estoy robando de todos -Abel acaricio sus labios —Me gustan.
—¿Te gusta todo de mi?
—Me gusta todo de ti - dijo besándola, Beatrice sonrío y se sentó en sus piernas —Es una acción peligrosa.
—Me gusta el peligro -Abel sonrió y beso su cuello —Pero nos escucharan. -se alejo dejando a Abel con ganas.
—Eres muy grosera jovencita, ya no te besaré o te tocaré.
—Puedo tocarme sola.
—¿Si? -Abel coloco una rara sonrisa en su rostro —Enséñame.
—¡Abel! - el mayor soltó a reír y la beso —Tonto.
—Tuyo, todo tuyo, tu tonto - Beatrice soltó a reír y se recostó en su pecho.
—Me gusta estar así, me traes paz, sigue así.
—Pero en la cama no te traigo paz - Beatrice suspiro —Tú también me das paz querida esposa -Abel le beso la mano —Vamos a disfrutar este tiempo juntos, tanta calma es extraña, pero te protegeré de lo que sea.
—Lo se, se que me protegeras y si yo puedo también lo haré Abel, siempre estaré para ti y espero que tu también estés para mi, confío en ti.
—Y yo confío en ti Beatrice, nunca antes había sucedido esto, Fiona es mi hija y no me gusta darle cargas, pero tu eres mi esposa, ambos podemos compartir juntos.
—Lo que sea - Abel asintió.
Me tarde lo se, pero regreso super cansada de la universidad y no me dan ganas de hacer nada, pero aquí tienen, espero les guste.
Mis redes.
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