Capítulo 6
Beatrice subió al carruaje, en el se encontraba Abel viendo hacia la ventana, era la primera vez que se veían luego de aquel incidente, dos semanas habían pasado.
—Siegren vendrá con nosotros. -Beatrice asintió, el joven príncipe subió al mismo carruaje que ellos, Beatrice iba viendo la ventana mientras que Abel fingía dormir.
—¿Se van a ignorar todo el camino? Déjenme bajar iré encima del dragón. -Beatrice alzó una ceja.
Cuando Fiona se fue Siegren se quedó capturando a un dragón para hacer su entrada triunfal a la capital, con el poco tiempo que tuvo, ¿como había adivinado lo que pasaba con ambos duques?
—Es evidente, Abel suele hablar sobre Fiona siempre, ahora finge dormir.
—No finjo - Beatrice soltó un pequeño suspiro y fijo su vista en la ventana, no quería hablar de nada y menos hablar con Abel.
—Que viaje tan largo e incomodo.
La llegada a la capital fue algo de los que todos estuvieron pendientes, había aparecido un nuevo príncipe y había aparecido entre honor y gloria, mientras que Helion quien había criado a ese niño se había visto envuelto en chismes sobre como subiría su nivel en la corte.
—Buscaré a Fiona ¿iras a casa? - Beatrice asintió y subió al nuevo carruaje, Abel quien había estirado la mano para ayudarla la retiro rápidamente —Bien.
—Vamonos - Abel soltó un suspiro frustrado, el mismo había arruinado todo y ahora no encontraba la manera de arreglarlo.
—No se que hiciste, pero ella no ignoraria a alguien tan fácilmente. - Fiona apareció detrás de él.
—¿en donde estabas?
—Tomando té por ahí. - Abel asintió.—¿que le hiciste?
—Me equivoque - ella asintió. —Luego veré que hacer, tenemos cosas que hacer, por ejemplo el baile del palacio.
—Cierto, iré con ella de compras. - Fiona sonrió. —Vamos a la mansión ahora mismo.
—Las compras no te han gustado nunca.
—No, pero Beatrice debe de verse muy hermosa para enfrentarse a su familia.
—Tienes razón, entonces haz lo mejor que puedas.
—No hay que hacer mucho cuando eres así de hermosa.
Beatrice se acomodo en la enorme cama y se arropó lo mejor que pudo, se sentía tan triste que no quería salir o ver a alguien, todos comentaban sobre la relación de ella y Abel, y pensarlo la ponía mal.
Sabía que el matrimonio era arreglado, pero pensó que tanto tiempo junto a él había despertado si quiera un poco de cariño.
—Tonta - soltó un suspiro y se arropó más —Tonta.
—¿Señora? ¿Se encuentra bien?
—Lo estoy.
—¿No quiere salir? La mansión de Helion es muy hermosa, puede ir a recorrer los jardines.
—No quiero.
—¡Señora! - Ashley alzó las sábanas y la miro —No sabemos que paso pero no puede deprimirse así por así, salgamos.
—Si señora, vamos - Eva se acercó al armario y sacó un vestido sencillo.
—Bien, bien.
Abel observo desde la ventana como Beatrice paseaba por el hermoso jardín, una pequeña sonrisa cruzo por sus labios y un sentimiento extraño se sintió en su corazón.
—Debería de ir con ella - su nana hablo detrás de él. —Se ve que es una joven muy linda y amable, me agrada, es la esposa que esperaba para usted.
—¿Qué dices?
—Eso, mi sueño y el de sus padres siempre fue verlo casado con alguien que lo amará, ella lo hace - Abel entrecerro sus ojos.
—Es un matrimonio arreglado, no hay amor.
—Estoy mayor no ciega, ella te ama Abel, solo debes darte cuenta - la Nana salió sin esperar alguna respuesta, Abel cerró las cortinas de golpe y negó varias veces.
—De todos modos no espero nada de ella.
Beatrice camino por el centro del imperio junto a Fiona, todos se reunían a esparcir chismes sobre la nueva esposa poco agraciada de Helion, pero con una mirada feroz de Fiona guardaban silencio.
—Enteremos aquí, dicen que es la boutique más famosa - Beatrice asintió algo cohibida, se sentía fuera de lugar y juzgada. —Te dejarán mas hermosa.
—Eres muy amable.
—Se por lo que pasaste con ellos, yo también lo viví, por eso quiero hacerte parte de mi familia, aunque ya lo eres.
Beatrice sonrío y asintió. —Gracias Fiona.
La tarde la pasaron entre probarse cientos de vestidos y risas. A fiona le agradaba Beatrice y a Beatrice le agradaba fiona y se podían considerar mejores amigas desde ese momento.
Las fiestas que organizaba la casa imperial eran aclamadas, Abel que odiaba aquellas cosas se vio obligado a ir para apoyar a su hija y a Siegren. Temia que la familia de Beatrice hiciera cosas que perjudicarían a su esposa.
—Tardan mucho. - Abel soltó un suspiro, Fiona fue la primera en bajar, Siegren se vio sorprendido al verla y Abel sonrió simplemente, estaba consiente de lo hermosa que era su hija —Ten cuidado - Ambos corrieron al verla caer, Abel la sostuvo en brazos y miro con burla a Siegren.
—Mira a tu esposa. - Abel bajo delicadamente a Fiona y alzó la vista hacia las escaleras, aquella vista no la olvidaría jamás.
Beatrice se miraba simplemente hermosa, un vestido azul a juego con Abel se posaba en su cuerpo.
—Wow - Abel cerró su boca de golpe, había quedado completamente impresionado, definitivamente tenía a la esposa más bella.
—Beatrice te vez muy bien - Fiona le dio ánimos.
—Cierto, el maestro no puede ni decir ninguna palabra del asombro - Beatrice sonrío un poco y llego hasta el último escalón en donde Abel le tendió la mano para salir juntos.
Beatrice tímidamente sostuvo su mano, y la apretó con fuerza, se sentía nerviosa y quería salir huyendo de ahí, aun seguía enfadada con Abel pero estar cerca de él le generaba confianza.
—Entonces vamos ya, estamos listos todos. - Abel mordió ligeramente su labio y ayudo a Beatrice a salir.
Definitivamente sus pensamientos volaron lejos al verla, aquella joven que siempre se sonrojaba ante el ahora portaba un sexy vestido y temia que atrajera las miradas de los hombres lujuriosos.
—¿Por qué pones cara de malo? - Fiona le miró.
—Es la cara que pone para alejar a los hombres de su bella esposa - Siegren se burlo de él.
Potente el asunto.
¿Abel celoso?
Imagen completa.
Mis redes.
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