✰「𝑁𝑢𝑒𝑣𝑒.

Rosslenne se quedó dormida en un sofá que se encontraba en la habitación, después de insistir varias veces en hacerlo ya que Gon no parecía cambiar de parecer en permitirlo.

Cansada estuvo gran parte de la noche y madrugada sin poder conciliar el sueño, en parte porque sentía el aura aún desconfiada del albino. Aunque no lo juzgaba, a comparación, su amigo parecía abrirle las puertas ofreciendo su amistad sin dudarlo mucho.

Estaba acostumbrada a dormir poco. Además de aguantar un par de horas sin dormir, pero no demasiadas.

—Buenos días. —saludó a Killua que tenía cara de malhumor. Caminó por la habitación hasta llegar al baño.

La castaña se quedó en su lugar, mirando a Gon que seguía roncando bastante tranquilo. Cómo había comentado el oji azul, seguramente iba a recuperarse bastante pronto de aquella batalla.

Era raro, conocía a un par de participantes ya que anteriormente había participado en el Coliseo del Cielo. Con sigilo prendió la televisión para ver los últimos encuentros, siempre los repetían hasta el cansancio mientras esperaban que los demás participantes estuvieran cerca de fecha para pelear.

Ahora que lo pensaba. Seguramente Hisoka enfrentaría a algún viejo adversario, le comentó que tenía a alguien en mente pero nunca dijo su nombre. Era habitual que fuera tan misterioso y cerrado.

Mientras buscaba en un volumen muy bajo, la puerta del baño le aviso sobre la presencia del albino. Esté se acercó a ella.

—¿Qué estás buscando? Gon no puede ver batallas...

—¿En serio? ¿Y eso por qué? —volteó a verlo.

—El maestro Wing lo prohibió.

Bueno, tenía sentido. Si miraba eso solo lograría un incentivo para que sus ánimos subieran a la estratósfera. Conociendo apenas al azabache y su carácter, sería muy tentado a pelear de nuevo.

—Comprendo. —ambos revisaron que Gon siguiera dormido. Ni se había movido de su lugar. —Quiero saber con quién se enfrentó.

—No recuerdo su nombre. Estaba vestido de rojo con una clase de bastón, siempre era acompañado con otros dos tipos raros. —llevó sus brazos hacia su cabeza.

—¿Uno de ellos no tenía un brazo?

—Sí. ¿Cómo sabes?

—Bueno, me enfrenté con uno de ellos hace mucho tiempo. Pero no recuerdo muy bien, solo sé que me insistieron demasiado al ser una novata.

Killua frunció el ceño.

Encontró el enfrentamiento, estuvo callada hasta que terminó.

—Sí que le dieron una paliza, está demente de actuar de esa manera pero entiendo. Estar en esa situación te hace perder la razón por la adrenalina.

—Ese idiota...

Apagó la pantalla. Mientras el albino la miraba considerando contarle lo ocurrido con esos tres sujetos. Era seguro que Gon al escucharlos iba a abrir la boca así que suspirando decidió hablar.

No actuaba como una espía, tampoco mostraba interés en saber sobre sus vidas. Pensaba al principio que buscaría sus puntos débiles por estar trabajando con alguien más pero dudaba mucho eso.

—Esos sujetos nos hicieron un truco sucio. Por suerte no van a seguir molestando. —dijo con seguridad.

—Hablas muy confiado, es cierto que no presentan una amenaza. No para ustedes.

—Menos mal que lo sabes. —apareció una sonrisa gatuna.

A pesar de que pasó un mes, Gon presento mejoría como si nada hubiera pasado. Rosslenne presenció las peleas que hicieron con dos de los que se mantenían en el ring, aunque el restante se retiró de manera repentina.

Ante ese anuncio dónde Killua estaba de pie buscó con la mirada a la castaña para levantarle el pulgar.

Así que no era broma...

Sonrió ante esto.

Las más emocionantes fueron los siguientes. Sentir esa emoción en carne propia se sentía fantástico. Mientras el moreno lanzaba una de las plataformas al sujeto en silla de ruedas notó entre el público a Hisoka. Sino estuviera al lado de Killua hubiera ido directamente hacia él, pero lo reconsidero.

Debía tener cuidado. Si se descuidaba podría sospechar de su relación, aunque ni siquiera podía decir que tuvieran una.

Continuó disfrutando de la pelea hasta que claramente hubo un ganador desde el comienzo. El hombre cayó al suelo por la mera impresión, Gon había mejorado en cuestión de días.

Lo saludaron cuando regresaba. Entonces volvió a mirar atrás, Hisoka ya no estaba.

¿Será qué...?

—Vámonos. —indicó Killua mientras guardaba sus manos en el bolsillo de su pantalón.

Tuvo suerte de que todas esas semanas encubierta no la hubieran reconocido como la primera vez. Caminaron con tranquilidad esperando al moreno.

El albino dejó apoyada su espalda de la pared mientras pasaban las personas que vieron el enfrentamiento. Rosslenne para evitar sospechas miraba hacia abajo.

—Oye, ¿te gustaría conocer a Wing y a Zushi? —la pregunta repentina le hizo mirarlo asombrada.

—¿M-me hablas a mí? —se señaló.

—¡Claro, no estoy hablando con un fantasma! Idiota.

—Oh. ¡Sí, sería divertido!

Killua vio a otra parte. En parte quería la opinión de Wing sobre ella, de verla sabía que no era alguien débil y como no tenía tanta experiencia, seguramente le podría dar una evaluación honesta.

Aunque se mostraba amigable sin malas intenciones, el albino seguía con el sentimiento de que algo le estaba ocultando. Iba a averiguarlo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top