𝑫𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒐
Bella pov.
Me había resultado muy difícil conciliar el sueño, los eventos de la noche anterior todavía estaban muy frescos en mi mente y en parte tenía miedo por él daño que pudiera hacer Victoria.
Por supuesto la que se encontraba de peor humor era Alexandra lo sabía con tan solo verla desesperada por encontrar a Victoria.
-Alexandra.-pronuncié al ver como estaba perdida en sus pensamientos.
Ella soltó un suspiro antes de voltear a verme.
-No importa lo que haga es inevitable.-murmuró resignada.
Fruncí él ceño al no entender lo que estaba diciendo, la abrace y algo en mi mente pareció hacer click.
-Haz utilizado tu don ¿Cierto?.-pregunte ya sabiendo la respuesta, ahora entendía aquellos "sueños raros" o los Deja Vu.
-Si.-Se limitó a contestar Alexandra.
-Te dije que no lo hicieras.-repuse mirándola finamente a los ojos, ella hizo una mueca.
-Era necesario. No me importa utilizar mi don con tal de que estés a mi lado ni siquiera soy capaz de alejarme de ti.-pronuncio Alexandra poniéndome en su regazo, sentí de inmediato que mis mejilla se pusieron rojas.
-¿Y que es inevitablemente?.-pregunté acariciando él cabello rubio de ella, al instante sentí que se relajo.
-Solo dos cosas: Que te conviertas o te mueras a manos de Victoria.-Su mirada fue gélida al pronunciar él nombre de la pelirroja.-Lo siento si fui directa, debí...
-Alexandra.-la detuve al ver como se disculpaba.-Tenía que saberlo, además agradezco tu sinceridad conmigo.
Ella sonrió levemente, sabía cual era probablemente la solución aunque quedaba pocos días a enfrentarnos realmente con Victoria y al parecer aun tenía un ejército de neófitos. Jasper preparaba todo para tenderles una trampa.
-Creo que ya se cuál puede ser la única solución, en realidad ambas sabemos que esto pasaría.-dije desviando la mirada.
-No quiero que te sientas presionada pero es tu decisión. Dime lo que realmente quieres.-Seria completamente sincera con ella, así que me puse de pie. No me atreví a mirarla por lo que mi vista estaba en él piso.
-Quiero pasar él resto de la eternidad junto a ti, si eso significa convertirme entonces aceptó.-Alexandra acarició mi mejilla para después sonreír.
-Bien, solo tendremos que inventarle algo a Charlie para explicar tu ausencia.-Seria un poco complicado no ver a mis padres, pero Alexandra solo había dicho que por un tiempo hasta que me controlara y la universidad era una buena excusa.
Estuvimos un rato más hablando sobre él tema, hasta que ambas llegamos a un acuerdo. Salimos para observar la noche juntas, en realidad la última noche que dormiría. Mi transformación tendría que ser lo mas pronto posible, mañana tendría que dejar un rastro de mi para que los neófitos llegaran al claro.
De alguna manera, tal vez todo ocurría por una razón de lo contrario posiblemente nunca hubiera conocido a Alexandra de no haberme mudado a Forks con mi padre. Sin embargo ahora sentía que era probablemente mi destino convertirme. Aunque claro la razón mas importante era estar para siempre con Alexandra.
-De todas las estrellas en el cielo, no hay ninguna tan hermosa como tú.-Pronunció Alexandra poniendo su mano fría en mi mejilla.
De seguro mi corazón estaba latiendo tan rápido, uno de los efectos que solo ella podía hacer en mi.
Trate de ocultar mi cara para que no viera él rubor que estaba en mis mejilla, ella rió entre dientes antes de abrazarme. Por un momento disfrute la sensación de tenerla cerca de mi.
Sin embargo aquello no era suficiente, por lo que acerque mis labios a los suyos.
-Bella...-susurró contra mis labios, casi como una advertencia de que si continuaba, ella no iba a tener la fuerza de pararlo.
En realidad poco me importó su advertencia por lo que uní mis labios a los suyos, en un beso.
A la mañana siguiente me sentía nerviosa, era pésima para mentir y prácticamente Alexandra convenció a Charlie de que nosotras iríamos a ver todo lo relacionado con la universidad.
Él aceptó de buena gana, ya que estaba completamente convencido de que seriamos lo suficientemente sensatas para no hacer algo "arriesgado" y es que en realidad Alexandra era buena para convencer a las personas o vampiros.
El camino hasta el claro fue largo. Alexandra se detuvo en el extremo más lejano del claro y me puso en el suelo.
-Bien. Ahora camina un trecho hacia el norte tocando todas las cosas que puedas.- me indico.
-¿Hacia el norte?.-Alexandra me sonrió y señaló la dirección exacta que debía seguir.
Me adentré en el bosque, dejando atrás el claro y la luz amarilla y diáfana de aquel día extrañamente soleado. El cielo estaba casi despejado, aunque el viento silbaba con furia en los espacios abiertos.
Entre los árboles soplaba con más calma, pero aun así era demasiado frío para el mes de junio: a pesar de que llevaba un jersey grueso y debajo una camiseta de manga larga, tenía la piel de gallina en los brazos. Caminé despacio para dejar mi rastro con los dedos sobre todo lo que quedaba a
mi alcance: la corteza rugosa de los árboles, los heléchos húmedos, las piedras cubiertas de musgo.
Alexandra me acompañaba, andando en paralelo a unos veinte metros de distancia.
-¿Lo estoy haciendo bien?.-le grité.
-Demasiado bien.-respondió Alexandra, por accidente me hice un pequeño corte en él dedo.
De pronto se me ocurrió algo para atraer los neófitos, deje un poco de sangre en algunos árboles y plantas hasta que finalmente volvimos a la casa de los Cullen.
-Solo puedo ver cuando despierta convertida.-anunció Alice con una sonrisa antes de irse al parecer los demás querían darnos "espacio".
-Me siento nerviosa.-admití volteando a verla.
-Yo también.-admitió Alexandra encogiéndose de hombros.-Si no te...
-Estoy segura de lo que quiero.-la interrumpí, segura de lo que le decía.
Subimos a su habitación, podía notarla un poco indecisa. Ella entrelazo su mano con la mía.
Ambas sabíamos que esta era la mejor opción, que ella me convirtiera. Después de todo era inevitable que me transformara de un modo u otra.
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