Safiye y Sevda desayunaban en silencio, ambas no estaban de acuerdo pero las palabras de la valide rondaban la cabeza de Sevda una y otra vez, tenía razón, la tenía y debía de hacer algo al respecto.

—Ece es la haseki ahora, es una tirana y me es imposible cuidar de mis hijos - Safiye le miró —Tu y Kasim lo hicieron al final, Berak debe de estar molesto, esto complica más las cosas.

—Se que me equivoque...

—Lo hiciste pero aceptarlo no hará desaparecer a ese bebé, al contrario, que tu seas la madre del primero hace que todo tome forma, eres mayor, más sabía y más hermosa, guía por el buen camino a Kasim, ayudalo a tomar el trono.

—Su majestad ya tiene diez hijos, es insuperable eso, Apenas yo y Rüya dimos noticias, y ni hablar de tener una niña para casarla con alguien importante.

—Lo se, pero ahora no necesitas niñas, necesitas promesas, Kasim debe de buscar a los más poderosos del consejo y prometer, prometer le maravillas para tomar el trono y dejar de lado a Ece.

—Bien alteza, cumpliré con todo al pie de la letra.

—Toma un par de meses luego de dar a luz, ten otro hijo tan pronto como puedas, dos es mejor que uno.

—Bien - ella asintió, Sevda suspiro, Safiye podía notar que Sevda sufría en silencio, sufría por culpa de Berak y de Ece.

—Mi nieto, si llega a ser un varón espero que sepas guiarlo hacia el trono, confío en ti Safiye.

—Lo haré alteza, haré lo importante, posible por él  - Sevda sonrió, estaba satisfecha con su respuesta.

Luego de la boda extravagante de Ece y Berak, Kasim opto por regresar a Manisa, ya le habían visto la cara con mucha frecuencia a Berak, ambos estaban asitiados de él.

—Me reuniré con visires de alto poder - Kasim comento —Buscare el camino al trono.

—Bien querido, se que podrás- Kasim asintió y le toco el vientre.

—Por mi hijo haré lo que sea y por ti seré un villano.

—Yo no quiero un villano, quiero a mi hombre bien - Kasim sonrió —¿Entiendes?

—¿Cómo quieres que me retenga si me dices estas cosas? -la beso. —Haremos una parada en una posada, te tengo ganas - Safiye soltó a reír y lo vio meterse debajo de su vestido.

—Oye no, aquí no... -soltó un jadeo, Kasim soltó a reír  —Grosero.

—Verte embarazada me dan más ganas - ella gimió alto al sentir su lengua —Sigue así.

—Maldito...

El pequeño vientre de Rüya pronto creció, su cuerpo adelgazo más y aquello le preocupo a Safiye, era muy joven y débil, temía perderla en el parto.

—Fíjate en las comidas de Rüya de ahora en adelante, que coma bien y nutritivo, que tome su medicina y que de paseos en el jardín - enumeró. —Dale más criadas, que todas sean de confianza, pagales bien para que no la traicionen.

—No te preocupes Safiye ‐Fatma se acercó — Rümeysa y Melek irán a ver a su alteza en estos días.

—Es lo mejor, no siempre puedo tener intimidad con él y más ahora que mi vientre creció más.

—Bien ¿Y Inçi?

—La kadin me advirtió sobre retenerla -suspiro. —Ira pero ya sabes que hacer, es mejor que no nos de sustos.

—Bien, seguiré tus indicaciones - Safiye suspiro.

Cada día todo se complicaba más, le llegaban cartas de amor y regalos de Berak, todo aquello lo ocultaba de Kasim, pero debía de serle sincera y decirle todo, pero temía su reacción, temía que hiciera algo contra su padre en esa situación.

—Eylul por favor haz que el mensajero tire los regalos que envía su majestad, por ningún motivo deben de entrar al palacio. - la joven asintió  —Y trae pastel, tengo mucha hambre.

—Siempre Safiye -la mujer soltó a reír y salió,  Safiye sonrió, a su hijo le gustaba comer bien y era inquieto.

—Un niño... una niña, quiero tener ambos, para que se apoyen y se amen.

Pero tampoco deseaba tener un varón, un niño que sufriría tanto para tomar el trono, un niño que vería morir a sus hermanos o que el mismo mataría para asegurar su puesto.

Por su puesto que no deseaba eso, no quería tener que sufrir la pérdida de hijos, no, quería verlos crecer, ser amados y felices, pero tampoco deseaba ver sangre de hermanos.

—Melek ha ido con su alteza. - Eylul anunció, Safiye asintió, no sentía amor por Kasim, aún lo consideraba un niño, pero comenzaba a sentir ese cariño de una mujer por un hombre y le aterraba que al envejecer Kasim la cambiará por alguien más joven.

No quería sufrir una vejez sin amor, sin el amor de Kasim.

—¿Estas bien? Te vez triste.

—Tengo miedo - confesó, Eylul se acercó, Fatma ingresó y se acercó al verlas juntas —Tengo miedo de envejecer y que Kasim ya no me quiera.

—Eso no va a pasar, se que el te ama - Fatma aseguro. —Y te amará siempre, crecerán juntos y morirán juntos.

—Me das esperanzas vacías Fatma, yo envejecere primero, el es más joven, habrán muchas jóvenes en el harem en un futuro.

—¿Y eso que? - Eylul hablo — su majestad siempre te tendrá amor, ya veras que si, ya no te preocupes más, ahora llevas a su hijo, pronto lo tendrás en brazos ¿que mejor union que esa?

—Eylul tiene razón, preparé tu cama, vete a dormir tranquila. - Safiye asintió, ambas tenían razón, pero el miedo no se iba, tal vez algunas personas tenían razón, al llegar a vieja Kasim buscaría a alguien más hermosa y joven, pero el ahora estaba ahí. Estaba en el presente y Kasim la amaba, la amaba mucho.

Rüya reposo en su diván y cerro los ojos, disfrutaba de nuevas comodidades y vestía mejor que antes, pero aveces tenía miedo, pero gracias a la ayuda de Ilkay aquello era disipado.

—¿Estas bien?

—Si Kay, quisiera comer codorniz - la joven asintió —me llego un hermoso vestido, ahora estoy embarazada y no puedo usarlo, tómalo para ti.

—Son tuyos Rüya  - la joven negó.

—Me gusta compartir con mi amiga, toma el vestido para ti, es grande y se que a ti te quedará mejor - Ilkay asintió.

Ilkay vestía buenos vestidos y joyas gracias a Rüya, pero aveces deseaba más, quería más y no podía ocultarlo, por eso siempre usaba la ropa cara que Rüya le daba, sabía que le quedaba mejor y que lucia hermosa.

—Mañana tienes un desayuno con Safiye.

—Usaré aquel vestido blanco que me obsequio - Ilkya asintió. —Ahora ve por mi codorniz, tenemos hambre - Ilkay asintió y se dio la vuelta, arrugó su rostro y salió, le daban ordenes como una esclava, no quería serlo, quería gobernar y mandar.

Pero no era vista por nadie, por lo que solo le quedaba servir y callar.

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