Capítulo 10









Manisa era un lugar de ensueño, solo el más adecuado vivia su día a día esperando las noticias para tomar el trono.

—Su alteza - la kalfa encargada del lugar le recibió. —Todo esta listo, puede descansar si así lo desea.

—Desde hoy Safiye será la que administrará este lugar, mi madre así dio la orden. -la mayor asintió —Preparen los mejores aposentos para ella.

—Alteza... -Kasim ignoro a Safiye.

—Recibirá un buen estipendio y deben respetarla, mañana comenzaremos a organizar el palacio, que reúnan a los beys.

—Entendido alteza - Kasim ingreso seguido de Safiye.

—Es mucho alteza.

—No lo es, mi madre dio la orden. - Safiye suspiro —Comeremos juntos para darles lugar de preparar tus aposentos.

—Alteza - Inçi se acercó —Comamos juntos.

—Aléjate. - Kasim suspiro —Vamos Safiye.










Safiye observo los aposentos, eran enormes y lujosos, había escuchado que aquellos fueron utilizados por la actual valide cuando el sultan era un príncipe.

Sentía que aquello era exagerado pero si intentaba convencer a Kasim solo saldría exhausta.

—Señorita Safiye - una joven de cabellos rubios se acercó —Desde hoy le serviré.

—¿Cual es tu nombre?

—Es Fatma

—Fatma trae todos los libros de cuentas y los libros del personal, que alguien registre los nombres de las concubinas, debemos organizar bien los días en que servirán.

—Enseguida  - la joven salió y ella quedó sola.

—Puedo disfrutar de esto para mientras... no debo desear más, mientras crié bien al príncipe seré una Kalfa orgullosa en el futuro.

—¿Una Kalfa? - Kasim la observo desde la puerta —¿Estas loca?

—Alteza...

—Una Kalfa no, me niego a ese título tan pobre.

—No diga eso - Kasim se sento en el diván —solo soy una esclava.

—Madre también lo era - Kasim la sento a su lado —No vine a eso, por el momento no envíes a ninguna concubina, no deseo ver a nadie en un tiempo, quiero enfocarme en la provincia.

—Le doy un mes nada más.

—¿Te atreves a ordenarme? - ella asintió —No me quejaré entonces.

—Que bien portado  - Kasim tomó su mano —Alteza.

—En unos días iré a recorrer el pueblo ¿Quieres venir?

—Si usted así lo desea.

—Solo di que si o no, ya no estamos en topkapi, podemos ser más íntimos.

—Bien, si quiero ir -Kasim beso su mano y sonrió.









Safiye observo a las criadas de pies a cabezas, antes de enviar a Inçi prefería escoger a otra joven, quería evitarse problemas futuros con aquella niña maleducada.

—Safiye hatun, Eleonora es una joven proveniente de Albania, es muy bonita y educada, tuvo diez hermanos, puede darle varios hijos al príncipe  - Safiye asintió.

—Es bonita pero no se si sea la adecuada, por ahora anotala en la lista.

—También esta Bianca, proviene de venecia, fue capturada hace dos meses, pero con entrenamiento puede ser alguien obediente. - Fatma señaló a una joven morena de bonito rostro, era joven y bonita, mirada dulce.

—Bien, les doy un mes para entrenarla, ella irá primero, luego Eleonora y por último Inçi hatun.

—Bien - Safiye se dio la vuelta y regreso a sus aposentos para prepararse.










Con ropa sencilla ambos salieron del palacio directo hacia el mercado, Kasim iba tomado de la mano de Safiye y con emoción le mostraba las hermosas telas que había en cada puesto.

—Llevare diez de estas - Safiye se acercó, telas de todos los colores, estilos y texturas había.

—¿Para que?

—Necesitas ropa bonita - Safiye soltó a reír y negó. —Y no quiero un no, enviaré a que hagan vestidos para ti.

—Siempre me mima de esa manera, temo que en un futuro sea igual de caprichosa que Inçi  - Kasim arrugó el rostro.

—Allah no lo quiera, no - el joven siguió su recorrido preguntando a cada mercader sobre su economía, era algo que debía de arreglar pero sabía que con el tiempo haría un lugar prospero.

—Estoy cansada, regresemos al palacio.

—Déjame cargarte.

—Ni se le ocurra - Safiye camino hacia la dirección del carruaje.

—Aburrida. -Kasim la siguió y jalo varias veces su velo.













Al día siguiente su habitación estaba llena de baúles con telas y joyas, sus mejillas ardieron en vergüenza y reviso cada uno con atención.

—Al príncipe le agradas mucho. - Fatma se sento en el suelo para revisar junto a ella —No cualquiera logra eso.

—Solo soy buena en lo que hago -Fatma soltó una pequeña risa —Toma algunas para ti y el resto llévalas con las costureras, iré a tomar un baño - Safiye tomó sus cosas y salió.












El lugar estaba solitario, a Safiye le gustaba la paz de estar sola, le gustaba pensar y poner en orden su mente.

Llegar a Manisa habia sido un respiro para ella, lejos de las miradas morbosas del Sultán y de las conspiraciones de la consorte favorita de este mismo.

Al final solo era una esclava que cuidaba al hijo de la consorte menos favorecida, si este un día subía al trono ella podría gozar de una buena jubilación.

Kasim dejo sus aposentos y salió en busca de Safiye, al llegar a los aposentos de ella no encontró a nadie custodiando las puertas y menos a ella en el interior, siguió buscando por todo el lugar hasta que llegó a los baños, ahí escucho la dulce voz de Safiye entonar una tierna melodía.

Había visto su cuerpo una vez y con el tiempo supuso que aquella mujer había madurado en todos los sentidos.

Al asomarse pudo verla, estaba de espaldas y la toalla que usaba estaba en el suelo, su espalda era perfecta, pequeña y sin ninguna marca, al darse la vuelta la observo aún mejor, sus pechos eran redondos y pequeños, su abdomen era plano y sin rastro de bello o de marca alguna y finalmente sus piernas.

Perdió el aire al verla lavar sus piernas, sintió el calor emanar de su cuerpo y sintió su boca seca.

Safiye era la encarnación de una diosa en la tierra y quería poseer a aquella diosa.

Safiye lavo su entrepierna con cuidado, Kasim cerró los ojos imaginando cosas que no debía pero que quería hacer, quiso ser su suave mano y tocar casa parte de su piel.








































Pero kasim 🤭

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