Después de guardar el silbato que encontré entre mis pertenencias, una sensación de urgencia y determinación me invadió. Era hora de confrontar mis sentimientos por Yuan y entregarle el objeto que ahora representaba tanto para mí. Decidí que el mejor lugar para hacerlo sería en los túmulos funerarios de Laling Jin, un sitio tranquilo y apartado donde podríamos estar a solas.

Sin embargo, antes de poder llevar a cabo mi plan, me enfrentaba al desafío de salir del palacio real sin ser descubierto. Conocía la importancia de mantenerme oculto, especialmente de los ojos vigilantes de los guardias imperiales. Esperé pacientemente hasta que la luz del día empezó a ceder ante la oscuridad de la noche, sabiendo que este sería el momento más propicio para mi fuga.

Con sigilo y determinación, me deslicé por los pasillos y corredores del palacio, utilizando cada sombra y cada rincón como mi aliado. Mantuve mi respiración controlada y mis pasos silenciosos, consciente de que un solo error podría arruinar mis planes. Sorteé hábilmente a los guardias, evitando sus patrullas y manteniéndome fuera de su vista.

Finalmente, con el palpitar acelerado de mi corazón como único testigo de mi excitación, logré salir indemne del palacio real. La brisa fresca de la noche me acarició el rostro mientras me dirigía hacia los túmulos funerarios. El cielo se teñía de tonos dorados y violetas, creando un ambiente de serenidad y misterio a mi alrededor.

Sin embargo, al llegar al puesto de rábanos en los túmulos, mi corazón se hundió al descubrir que Yuan no estaba allí como esperaba. En su lugar, se encontraba su tío, Wen Ning, quien me recibió con una mirada sombría y preocupada. Me informó que no había visto a Yuan en varios días, lo que despertó una oleada de inquietud y confusión en mi interior.

Mis pensamientos se agolparon en mi mente, buscando respuestas a las preguntas que amenazaban con atormentarme. ¿Dónde podría estar Yuan? ¿Por qué había estado ausente del puesto de rábanos? La incertidumbre me consumía, pero también avivaba mi determinación de encontrar a Yuan y asegurarme de que estuviera a salvo.

[Sizhui]

El crepúsculo teñía el cielo con tonos dorados mientras cerraba mi puesto de rábanos en los túmulos funerarios de Laling Jin. Había sido un día tranquilo, pero mi mente estaba turbulenta, llena de pensamientos sobre Syaoran y la confesión que estaba a punto de hacerle.

Al internarme entre las tumbas, me encontré con mi tío, Ning, cuya mirada estaba cargada de preocupación.

—Sizhui, ¿dónde has estado? —preguntó, con un deje de ansiedad en su voz.

Mi corazón se aceleró ante su pregunta, pero traté de mantener la calma.

—He estado ocupado estos últimos días, tío. Mis padres descubrieron que salía a escondidas y me prohibieron venir al puesto. Lo siento mucho por no poder ayudarte

A-Ning asintió comprensivamente, pero su preocupación no desapareció por completo.

—Entiendo, Sizhui. Pero Syaoran ha estado preguntando por ti. Parece preocupado.

Un escalofrío recorrió mi espalda al escuchar el nombre de Syaoran. ¿Por qué estaría preocupado por mí? ¿Se habría dado cuenta de mis sentimientos hacia él?

Traté de mantener mi expresión imperturbable mientras luchaba contra el torbellino de emociones en mi interior. No tenía idea de cómo enfrentar esta nueva situación, pero una cosa estaba clara: no podía seguir evitando la verdad por mucho más tiempo. Era hora de enfrentar mis sentimientos y las consecuencias que vinieran con ellos.

Decidí enfrentar la situación de frente. A pesar del miedo y la incertidumbre que sentía, sabía que no podía seguir evitando la verdad. Respiré profundamente, tratando de encontrar la fuerza para afrontar lo que fuera que estuviera por venir.

—Gracias por decírmelo, tío. Voy a buscar a Syaoran y hablar con él —respondí, tratando de sonar más seguro de lo que realmente me sentía.

A-Ning asintió con una mirada comprensiva, pero también con una sombra de preocupación en sus ojos. Sabía que mi tío se preocupaba por mí, pero también sabía que debía enfrentar mis propios desafíos y tomar mis propias decisiones.

Me despedí de  y me encaminé hacia donde sabía que encontraría a Syaoran. Cada paso que daba estaba lleno de determinación y nerviosismo. ¿Cómo reaccionaría él cuando le confesara mis sentimientos? ¿Y qué significaría eso para nuestra amistad?

A medida que me acercaba al lugar donde solía encontrarme con Syaoran, mi corazón latía con fuerza. Sabía que este era un momento crucial, un punto de inflexión en mi vida. Pero también sabía que no podía seguir ocultando la verdad. Era hora de enfrentar mis sentimientos y ver a dónde nos llevarían.

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Al no encontrar a Syaoran en el lugar habitual, me sentí desanimado pero decidido a encontrar respuestas. Sin embargo, mi determinación se mezclaba con la confusión. ¿Por qué mi tío había mencionado a Syaoran en primer lugar? ¿Qué había sucedido para que estuviera preocupado por mí?

Decidí no buscar más en los túmulos funerarios y regresé a casa, donde pude reflexionar con calma sobre la situación. La idea de que Syaoran pudiera estar preocupado por mí me intrigaba profundamente. No podía evitar preguntarme qué habría desencadenado esa preocupación.

Pasaron varios días antes de que pudiera hablar con mi tío nuevamente. Cuando finalmente tuvimos la oportunidad de encontrarnos, decidí preguntarle sobre lo que había mencionado antes.

—Tío, ¿por qué mencionaste a Syaoran la otra noche? —pregunté con cautela, sin revelar mi desconcierto.

Wen Ning me miró con seriedad antes de responder, sus ojos reflejando una mezcla de preocupación y precaución.

—Lo siento, Sizhui, no debería haberte preocupado con eso. Solo me pareció extraño que estuviera preguntando por ti. Pero no te preocupes, todo está bien.

Aunque su respuesta alivió mi preocupación inicial, seguía sintiendo la necesidad de buscar respuestas. Algo dentro de mí seguía diciéndome que había algo más detrás de la preocupación de Syaoran, algo que aún no entendía.

Decidí dejar el tema por el momento, pero prometí seguir buscando respuestas. Sabía que no podía ignorar mis propios sentimientos ni las señales que el destino parecía estar enviando. Eventualmente, descubriría la verdad, incluso si eso significaba enfrentarme a mis propios temores y a lo desconocido.