Capítulo 7
[Jiang Cheng]
El sol se asomaba tímidamente sobre el horizonte, pintando el cielo con tonos rosados y dorados mientras revisaba meticulosamente unos documentos en el tranquilo muelle de loto. El suave murmullo del agua y el aroma fresco de las flores me acompañaban en mi tarea, sumergiéndome en un estado de concentración.
De repente, una figura se acercó, interrumpiendo mi atención. Era un mensajero, portador de una carta sellada con el emblema de la secta Lan. Arqueé una ceja con curiosidad mientras recibía la carta. Al abrir el sello, reconocí la caligrafía elegante de Zewu-Jun, Lan Xichen. El contenido de la carta me sorprendió: una invitación para encontrarnos en el muelle de loto esa misma tarde.
Con un suspiro resignado, acepté la invitación. No era común recibir comunicaciones tan directas de Zewu-Jun, pero sabía que debía atender a su llamado. Decidí llevar conmigo a mi hijo adoptivo, Jiang YeZhi, quien siempre estaba ansioso por aprender y explorar.
El día del encuentro llegó rápidamente. Jiang YeZhi y yo nos presentamos en el muelle de loto, donde fuimos recibidos por JingYi, el hijo adoptivo de Lan Xichen. Los jóvenes intercambiaron sonrisas y saludos antes de que JingYi sugiriera buscar algo dulce para disfrutar juntos.
Jiang YeZhi asintió con entusiasmo, y ambos jóvenes se alejaron en busca de golosinas, dejándome a solas con Zewu-Jun. Un silencio cómodo llenó el aire mientras nos observábamos mutuamente, cada uno sumido en nuestros propios pensamientos.
Finalmente, Zewu-Jun rompió el silencio con una sonrisa amable. —Jiang Wanyin, gracias por venir hoy. Hay asuntos que necesitamos discutir.
Asentí con solemnidad. —Estoy aquí para escuchar lo que tengas que decir, Zewu-Jun.
Y así, en el tranquilo muelle de loto, comenzó una conversación que cambiaría el curso del destino para ambos y las sectas que representábamos.
Zewu-Jun y yo intercambiamos algunas palabras sobre los asuntos actuales antes de que un momento de silencio cayera entre nosotros. Fue entonces cuando noté que su expresión se volvía más seria, como si estuviera luchando con algo dentro de sí mismo.
— Jiang Wanyin — comenzó Zewu-Jun con una voz algo temblorosa — hay algo que he querido decirte durante mucho tiempo, pero siempre he vacilado. Temía que fuera demasiado tarde, que ya hubiera perdido mi oportunidad.—
Mis cejas se fruncieron en confusión ante sus palabras. ¿Qué podría ser tan importante que Zewu-Jun sintiera la necesidad de confesármelo ahora, en este momento de incertidumbre y tensión entre nuestras sectas?
— Zewu-Jun, ¿de qué estás hablando? — pregunté, mi voz llena de perplejidad. — ¿Qué es lo que has querido decirme?—
Él bajó la mirada por un momento antes de reunir el coraje para mirarme directamente a los ojos. — Jiang Wanyin, siempre te he admirado y respetado. Pero también... también he estado enamorado de ti.—
Mis ojos se abrieron de par en par ante su confesión. Nunca en mis sueños más salvajes había imaginado que Zewu-Jun albergara sentimientos tan profundos hacia mí. Y aún así, había algo en sus palabras que resonaba en lo más profundo de mi ser.
— Zewu-Jun...— balbuceé, incapaz de encontrar las palabras adecuadas para expresar mi sorpresa y confusión.
Pero antes de que pudiera decir algo más, Zewu-Jun continuó, su voz llena de angustia. — Lo sé, sé que probablemente sea demasiado tarde. Probablemente estés enamorado del padre de tu hijo, y yo... yo fui un cobarde por no confesar mis sentimientos antes.—
Me quedé perplejo ante sus palabras. ¿El padre de mi hijo? ¿A quién se refería Zewu-Jun? Confundido, sacudí la cabeza. — Zewu-Jun, no entiendo a qué te refieres. No estoy casado, y Jiang YeZhi es mi hijo adoptivo.—
Una expresión de sorpresa cruzó el rostro de Zewu-Jun, y por un momento, pareció atónito. — ¿No estás casado? Entonces...— Su voz se desvaneció en un susurro mientras luchaba por procesar esta nueva información.
El silencio que siguió fue abrumador, lleno de una mezcla de emociones que ninguno de nosotros podía poner en palabras. Y en medio de todo eso, me di cuenta de que este encuentro en el muelle de loto estaba destinado a cambiar nuestras vidas de maneras que nunca hubiéramos imaginado.
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[Xichen]
Las palabras de Jiang Cheng resonaron en mi mente, desafiando todo lo que creía saber sobre mi hijo adoptivo, Jiang YeZhi. Siempre había pensado que YeZhi era mi hijo biológico debido a su sorprendente parecido con Jiang Cheng. Desde su cabello negro como el azabache hasta sus ojos del mismo tono, cada rasgo de YeZhi parecía reflejar al hombre que ahora estaba frente a mí.
―Jiang Cheng, no entiendo...― murmuré, mi voz apenas un susurro de confusión. ―Siempre pensé que YeZhi era mi hijo biológico. Su parecido contigo es asombroso.―
Él me miró con una mezcla de tristeza y determinación en sus ojos. ―No, Xichen. YeZhi no es mi hijo biológico. Lo encontré durante una cacería nocturna, solo y desamparado. No pude dejarlo a su suerte en ese lugar horrible, así que decidí adoptarlo y criarlo como mi propio hijo.―
Mis pensamientos dieron vueltas mientras intentaba procesar esta revelación. Todo lo que había asumido sobre la paternidad de YeZhi estaba siendo cuestionado en este momento. Y sin embargo, en medio de la confusión, sentí un profundo respeto y admiración por Jiang Cheng, por su compasión y su corazón bondadoso hacia aquellos que más lo necesitaban.
El silencio que siguió a la revelación de Jiang Cheng fue abrumador, cargado de emociones que ninguno de nosotros podía articular completamente. Fue entonces cuando me atreví a hacer la pregunta que había estado dando vueltas en mi mente.
―Jiang Cheng, ¿te gustaría... te gustaría formar parte de mi vida?― pregunté, mi voz temblorosa con la ansiedad de la incertidumbre.
Una sombra de angustia cruzó el rostro de Jiang Cheng mientras bajaba la mirada, y su respuesta fue apenas un susurro. ―Xichen, yo... yo no soy un buen prospecto para pareja. Acabo de salir de un período de reclusión, y... y no quisiera arruinar tu reputación al estar con alguien tan mentalmente inestable como yo.
Mis ojos se llenaron de determinación mientras tomaba su mano entre las mías. ―Jiang Cheng, nada de eso importa para mí. Estoy feliz estando a tu lado, sin importar lo que otros puedan decir. Quiero hacer las cosas bien esta vez, quiero estar contigo, con quien amo.―
Él me miró con incredulidad, como si no pudiera creer mis palabras. Pero continué, con la firmeza de mis convicciones. ―No me importa lo que hayas pasado, ni lo que otros puedan pensar. Solo quiero estar contigo, Jiang Cheng.―
Una lágrima escapó de sus ojos mientras su voz temblaba de emoción. ―También te amo, Xichen. Nunca me confesé antes porque tenía miedo de ser rechazado, pero ahora... ahora estoy dispuesto a intentarlo.―
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