Capítulo 6
[Xichen]
La serenidad del jardín de la residencia familiar se ve interrumpida por el peso de mis pensamientos mientras me encuentro solo en el banco de piedra, contemplando el hermoso paisaje de Gusu Land que se extiende ante mí. Las flores danzan con la brisa suave, pero mi mente está atrapada en un remolino de recuerdos y arrepentimientos.
Mis pensamientos vuelan hacia aquel joven alegre y vivaz que solía acompañar a mi cuñado en sus paseos por el jardín. Jiang Cheng, su nombre resuena en mi mente como un eco lejano de un pasado más feliz. Recuerdo la luz en sus ojos, la risa en su voz, la inocencia en su corazón.
Pero ese joven alegre y despreocupado se desvaneció ante mis ojos, reemplazado por un líder de clan endurecido por la tragedia y el deber. La muerte de sus padres lo obligó a tomar las riendas del clan Yunmeng, y vi cómo se transformaba gradualmente bajo el peso de esa responsabilidad.
Me pregunto cómo fue que nunca pensé en ayudarle, cómo me permití quedar atrapado en mi propia vida y mis propias preocupaciones mientras él luchaba en silencio contra sus demonios internos. Me pregunto si alguna vez noté los signos de su sufrimiento, si alguna vez intenté tenderle una mano amiga en medio de la oscuridad que lo consumía.
Pero lo peor de todo es el recuerdo de Jin Guangyao, el hombre que una vez consideré un amigo y aliado. Su traición aún arde en mi corazón como una herida abierta, recordando la facilidad con la que puede ser engañado incluso el más sabio y compasivo de los hombres. Me duele pensar en todas las vidas que él destrozó con sus mentiras y manipulaciones, en el sufrimiento que causó a tantas personas inocentes.
Me pregunto cómo pude concentrarme en alguien tan doble cara y mentiroso, cómo permití que sus engaños y manipulaciones nublaran mi juicio y mi corazón. Me pregunto cómo pude ser tan ciego ante la verdad que estaba frente a mí todo el tiempo, cómo pude ignorar los signos de peligro que estaban tan claramente escritos en su rostro.
Pero a pesar del remordimiento que me consume, una chispa de esperanza arde en mi interior. Porque sé que incluso en los momentos más oscuros, hay luz al final del túnel. Y aunque el camino hacia la redención y la paz pueda ser difícil y lleno de obstáculos, sé que con el tiempo y la determinación, podré encontrar el perdón y la redención que tanto anhelo.
En medio de mis reflexiones, un recuerdo se cuela en mi mente como un rayo de luz en la oscuridad. Me encuentro transportado de vuelta a una noche en un banquete, donde los nobles y líderes de los clanes se reunieron para celebrar una ocasión especial. La atmósfera estaba llena de elegancia y solemnidad, mientras la multitud se movía en un murmullo constante.
Entre la maraña de personas, mis ojos se posaron en Jiang Cheng, cuyas ojeras profundas y fatiga evidente revelaban el peso de sus responsabilidades como líder del clan Yunmeng. Su presencia destacaba entre la multitud, un faro de determinación en medio de la pompa y la ostentación del evento.
—Zewu-Jun —la voz de Jiang Cheng me saca de mis pensamientos y me encuentro con su mirada cansada pero determinada—. No esperaba verle aquí esta noche.
— Lider Jiang —respondo con una sonrisa amistosa, sintiendo la nostalgia del momento—. Es un placer encontrarte. ¿Cómo se encuentra?
Él suspira, pasando una mano por su cabello desordenado antes de responder.
—Cansado, como siempre. Pero no me puedo quejar, es parte del trabajo de liderar un clan, ¿verdad?
Asiento con comprensión, recordando la carga que él lleva sobre sus hombros.
—Entiendo. Debe de ser difícil, especialmente con un bebé tan pequeño a tu cargo.
Una sombra cruza por el rostro de Jiang Cheng, y puedo ver el cansancio y la preocupación en sus ojos.
—Sí, A-Lin es... exigente. Pero también es lo más importante en mi vida.
Me conmueve la sinceridad en su voz, la dedicación que muestra hacia su sobrino a pesar de las dificultades.
—Debes de ser un tío maravilloso para él —comento con sinceridad, recordando los momentos compartidos—. Siempre he admirado tu dedicación a tu familia y a tu clan.
Jiang Cheng me mira con sorpresa, como si no estuviera acostumbrado a recibir elogios.
—Gracias, Zewu-Jun. Significa mucho viniendo de usted.
Nuestro breve intercambio de palabras me hace darme cuenta de que hay más en Jiang Cheng de lo que parece a simple vista. Detrás de su fachada de dureza y determinación, hay un hombre con un corazón tierno y una fuerza inquebrantable.
Decido que sería una buena idea intentar una amistad con él, dejar de lado los años de distancia y resentimiento para buscar una conexión más profunda.
—¿Te gustaría dar un paseo por los jardines? —le propongo, extendiendo una invitación a la camaradería—. Podemos hablar más en privado.
Una sonrisa suave cruza por los labios de Jiang Cheng, y asiente con gratitud.
—Me encantaría. Gracias por la invitación.
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