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" He estado escribiendo estas canciones sobre como puedo estar contigo."
- Monster (HENRY)
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Para Dong Min estar enamorado era un total y completo desastre porque la sensación de estarlo comenzaba a provocarle un tipo de preocupación que nunca antes había sentido con tanta intensidad como en el presente. La cosa era que él no sabía cómo hablar con claridad o expresar sus opiniones en voz alta sin sonar demasiado brusco. Tal vez todo se debiese a que tenía miedo de terminar dañando Moonbin o puede que sencillamente lo asustase la perspectiva de perder nuevamente a alguien que le importaba lo suficiente como para lograr controlar su, por norma general, mal carácter.
El chico de los tatuajes había comenzado a cubrir sus respuestas directas con una sinceridad cuidadosa. En lugar de "vete a la mierda, quiero dormir" decía "vamos a la cama, me muero de sueño". En lugar de enfadarse cuando algo de lo que hacía el magnate lo irritaba, simplemente le lanzaba una mirada de disconformidad a su marido que este captaba al instante y que con frecuencia terminaba en un debate de una o dos horas entre ambos. Había aprendido a controlar sus impulsos durante los últimos meses y en cuanto a las últimas semanas cualquiera podría notar que su humor era más suave.
Era tan extraño como absurdo pensar en Moonbin o en las reacciones de este antes que en sí mismo pero eso llenaba su corazón de una calidez agradable. Cada vez que veía al magnate sonriendo al notar que su voz se mantenía tan suave como tranquila mientras compartían tiempo juntos, cada instante en el que estar a su lado era sinónimo de lograr una paz interior completa... Sus días parecían cobrar sentido. Le gustaba ser aquel que lo comprendía, el que lo calmaba o quien le daba placer. Estaba enganchado al amor de Moonbin, y aunque lo asustaba no pretendía volver a huir.
-¿No estás demasiado callado hoy? - la voz de Min Hyuk llamó la atención de Dong Min y le dedicó a su hermano pequeño una sonrisa repleta de naturalidad. Ahora las sonrisas llegaban fácilmente hasta sus labios
-Estoy pensando. Hay demasiadas cosas pasando por mi cabeza ahora mismo..
Min Hyuk le devolvió la sonrisa a Dong Min y tomó asiento a su lado. Hablar con su hermano mayor sin duda era algo necesario pero también implicaba que su final en esa casa estaba cada vez más cerca.
-Sabes que me gusta Moonbin, ¿cierto? - Dong Min asintió - Eso es lo que complica que yo pueda tomar decisiones usando únicamente la cabeza.
-Supongo que lo entiendo. Por su culpa no sé lo que quiero, estoy pensando en lo que él quiere incluso antes de en lo que yo deseo. Sigo dándole vueltas pero las ideas son muchas y todas lo suficientemente confusas como para que no pueda decidir bien qué hacer. - Dong Min estiró la mano para revolver el cabello de Min Hyuk- . Al menos sé que tú no harás nada para quitarme a Moonbin a pesar de lo que estás comenzando a sentir por él, así que no necesito preocuparme por ello. Mi hermano es un buen chico, el mejor que conozco.
-Tú también lo eres. Y en cuanto a Moonbin, es cierto, no te lo quitaré. Tampoco creo que sea una posibilidad porque él parece centrado por completo en disfrutar de la relación que tienen. Eres mi hermano y te quiero, incluso si no solemos decirnos ese tipo de cosas con demasiada frecuencia. Muchas de las cosas que has hecho... Sé que las has hecho a tu modo pero para ayudarme a mí, siempre agradeceré que decidieras cuidarme después de la muerte de nuestros padres. Tuviste que enterrar tu dolor para estar a mi lado.
-¿Estuve realmente a tu lado? - Dong Min negó- . Es cierto que intenté darte una buena vida dentro de las pocas posibilidades que teníamos pero creo que nunca estuve a tu lado el tiempo suficiente. De alguna manera siempre he encontrado razones y excusas para huir de los momentos importantes.
Dong Min suspiró y se giró en el sofá para mirar a su hermano a los ojos. Estaba prediciendo la conversación que ahora sucedería. Min Hyuk le diría que finalmente había decidido irse a vivir por sí mismo y él trataría de hacerle cambiar de opinión. Si en algo se parecían los hermanos Lee era sin duda en esa pesada tozudez que a veces los llevaba a cometer grandes errores. Cuando creían tener la razón no había nada que los hiciera cambiar de opinión.
Dong Min sabía que su hermano podría llegar a conseguir todo aquello que se propusiera. Ser tozudo sin esfuerzo se parecía mucho a ser un idiota, pero Min Hyuk era tozudo a la par que trabajador. Podía conseguir subir al cielo con una escalera para robar la luna si se lo proponía.
-¿Cuándo te vas a ir? - Dong Min sonrió ante la mirada sorprendida de su hermano pequeño - .Te conozco desde que naciste, sé que estás planeando marcharte. Simplemente dime cuándo, no entra en mis planes interrumpir lo que sea que tengas en la cabeza. No vas a aceptar el dinero nunca... Eres definitivamente idiota pero al menos estoy tranquilo debido a que siempre pones interes real en lo que haces. De una forma u otra conseguirás lo que sea que te propongas. Simplemente lo sé.
-¿Acaso no crees que las cosas se disfrutan más cuando las consigues por tí mismo?
-No. Simplemente duelen y cuestan mucho más pero disfrutarlas... No lo creo. - Dong Min golpeó levemente la nuca de Min Hyuk- . Piénsalo por un segundo, ¿gastas más a gusto tu dinero o el que alguien te ha dado? Si es plenamente tuyo lo piensas mucho más porque te ha costado conseguirlo, así que no lo disfrutas por completo. Lo que ganas por tí mismo es algo destinado a ser administrado con cierto cuidado... A no ser que tengas una mansión como esta y un apellido que te abra las puertas. E incluso si lo piensas de esa forma, el dinero tampoco sería tuyo, sino de quien le haya dado fama al apellido para que las puertas se te abran. Siempre hay intereses de por medio. - Dong Min no era excepcional hablando pero en su cabeza las cosas que le estaba diciendo a su hermano tenían sentido - .Cuando te regalan dinero no resta al que tú tienes, así que simplemente puedes gastarlo o ser listo y sumarlo a lo que ya es tuyo de per se. En ambas situaciones lo disfrutarás más porque no te dolerá perderlo pensando en lo mucho que te ha costado obtenerlo.
-No todo es dinero en la vida, Dong Min. - Min Hyuk bufó.
-Primer error. Está genial toda esa mierda de disfrutar de la humildad, quien tiene dinero puede permitirse esa estupidez pero la realidad, al menos la actual, es que todo se basa en el dinero. Si quieres leer debes pagar, si quieres escuchar música debes pagar, si quieres estudiar y obtener un nivel de vida que te ayude a poner alimentos en la nevera de casa cada mes... ¿Lo adivinas? Por supuesto que también debes pagar. Todo es dinero y por eso las personas viven para trabajar, si no fuera de esa forma nadie se despertaría pronto y saldría de su cama a pesar de tener ganas de dormir hasta el mediodía. Porque la otra opción es robar, sufrir o morir. Ya sea descargando música ilegalmente, contando cada moneda para comprarte esas botas de las rebajas que deben durar mínimo dos años para amortizar el gasto o rindiéndote. Incluso morir cuesta dinero, los medicamentos cuestan dinero, tu sitio en el cementerio costará dinero.
-Realmente eres de los que creen que el dinero da la felicidad. ¿Cierto? - Min Hyuk sonrió - . Yo no quiero vivir de esa forma por el resto de mi vida, Dong Min. Me basta con tener a alguien a mi lado...
-La idea Hollywoodense de la vida está genial... Pero mantén eso en la pantalla. Vivir solo de amor no es vivir Min Hyuk, eso está más cercano a sobrevivir. ¿Quieres ser feliz? Bien, el dinero puede no darte la felicidad en bandeja pero al menos te permitirá seguir viviendo hasta que por tí mismo encuentres la felicidad que deseas.
Min Hyuk negó levemente con la cabeza. Su hermano mayor siempre había tenido esa idea sobre el dinero proporcionando comodidad. En cambio él quería encontrar una felicidad más simple. Lo cierto es que tan sólo ansiaba encontrar una persona que se mantuviese a su lado hasta la vejez en una casa acogedora y pequeña a la que podría llamarle "hogar". Su concepto de futuro era quizás menos brillante que el de su hermano pero no menos importante.
-Siempre vamos a tener formas de ver la vida diferentes. El dinero, los coches, la comida cara y las cenas en restaurantes... Sé que te gusta todo eso, lo que puedes tener con Moonbin. Si me preguntas una vez más, responderé de nuevo que yo prefiero equilibrio. Cuando pienso en mi futuro perfecto me veo teniendo mi propia clínica de psicología, un vehículo familiar al que subir a mis hijos para ir a ver el mar los fines de semana y una persona que me abrace por las noches.
-Quizás mi futuro perfecto no sea tan diferente del tuyo justo en este instante - las palabras de Dong Min llamaron la atención de Min Hyuk, sin embargo no lo sorprendieron. Si quería quedarse con el magnate era probable que en algún momento esa necesidad de sentirse parte de un hogar lo cautivase - . Pero si puedo obtener lujos y caprichos no voy a decir que no, no después de pasarme toda mi vida viviendo como un vagabundo. No está mal ser ambicioso cuando no tienes nada. Soñar con un coche bonito cuando no puedes comprarte tan siquiera un teléfono, también es un sueño lícito.
-Siento que siempre tenemos esta conversación, da igual cuantas veces lo hablemos. Yo voy a seguir queriendo un futuro sencillo y tú uno complejo.
Dong Min asintió antes de golpear sin fuerza el brazo de su hermano en un gesto cariñoso.
-Sólo quiero que tengas mejor vida de la que yo he podido darte. Nuestros padres también querrían eso.
-Deberíamos visitarlos antes de irnos. ¿Nunca has llevado a Moonbin a conocerlos?
Dong Min negó, no le gustaban los cementerios. Su cuerpo se sentía débil cada vez que visitaba a sus padres. Min Hyuk era demasiado pequeño cuando los perdieron y quizás por eso no recordaba el sufrimiento que les causó la muerte de estos, sin embargo el chico de los tatuajes todavía se estremecía con el simple hecho de pensar en la soledad que los envolvió por aquel entonces. En esa época su hermano pequeño se enfermaba constantemente y los medicamentos parecían ser a cada mes que pasaba mucho más caros incluso para sus tíos, que tenían una pequeña tienda de costura como única fuente de ingresos. Ahí comenzó su ansia por el dinero, su idea de la vida y de lo que esta implicaba.
Dong Min dejó de estudiar justo después de cumplir la mayoría de edad y lo hizo para comenzar a trabajar. Dejó de vivir para darle lo mejor que podía permitirse a su hermano pequeño, y en alguna parte del camino se cansó lo suficiente para abandonarlo todo. El alcohol sustituyó el trabajo y las malas miradas de la gente lo impulsaron a convertirse en un ser completamente huraño. Pero incluso en esos momentos todo lo que lo mantuvo vivo fue la ilusión de Min Hyuk.
-Iremos a verlos. Después de todo, esta es la familia que quiero tener. Tienes razón, Moonbin debería conocer a nuestros padres si va a ser parte de nuestras vidas. Sanha también.
-Es parte de la familia - susurró Min Hyuk - . Incluso si suena extraño lo es, tiene que estar ahí si realmente quieres que tu futuro y tu pasado se encuentren. Esto significa que no van a firmar el divorcio. ¿Cierto?
Dong Min negó.
-No necesariamente. Esto solo significa que le presentaré al chico que quiero a mis padres. Es algo que no hice con Jimin, quiero hacerlo con Moonbin antes de que cualquier imprevisto me lo impida - Dong Min dejó su mirada suspendida, mirando a un punto inconcreto a través de la ventana - . No me has respondido. ¿Cuándo te irás?
-Mañana.
-Entonces iremos hoy.
La lluvia hacía juego con las nubes grisáceas que cubrían el cielo de Seúl ese día. Todo el clima parecía acompañar a Dong Min y a Min Hyuk en el sentimiento de tristeza. Ni siquiera estaban en el cementerio todavía pero sus ojos habían comenzado a cristalizarse. Echaba de menos a sus padres.
Agradeció en voz baja sentir la mano de Moonbin sobre la suya mientras el coche avanzaba el corto camino hacia el lugar donde descansaban sus padres. El silencio se había adueñado del coche. Nadie parecía dispuesto a hablar y las rosas blancas que el chico de los tatuajes mantenía posadas sobre sus piernas temblaban con el movimiento del vehículo como muestra de que realmente estaban a punto de realizar un acto familiar los cuatro juntos por última vez.
Eran una familia, Moonbin repetía eso mientras apretaba levemente la mano de Dong Min. Quería apoyar a su pareja en esos momentos más que nunca, jamás lo había visto tan frágil y apagado como lo estaba en ese instante.
-No tenemos que hacerlo si te causa dolor. - Sanha se adelantó, diciendo lo que todos habían pensado a esas alturas.
Dong Min sonrió levemente, necesitaba hacerlo. No creía en Dios o en ninguna de las religiones que prometían una vida mejor después de la muerte, sin embargo le gustaba pensar que sus padres seguían observando desde algún lugar. Le agradaba la idea de que aún pudieran escucharlo cada vez que se escondía para llorar cuando había algo que superaba su aguante.
-Quiero hacerlo. Necesito presentarles al hombre que quiero. - una sonrisa sincera se asentó sobre sus labios - . A las personas con las que he compartido este año de mi vida, es importante para nosotros. Incluso si Min Hyuk no los recuerda bien, sé que él también piensa mucho en ellos y se pregunta si están orgullosos de las decisiones que estamos tomando.
Min Hyuk asintió, la mano de Sanha se había posado sobre su pierna después de que Dong Min pronunciase esas palabras. Por supuesto que a él le dolía, quizás simplemente escondía sus sentimientos mucho mejor que su hermano mayor.
En el instante en que se bajaron del coche el brazo del magnate envolvió con calidez los hombros de Dong Min. Con esa actitud cariñosa estaba consiguiendo que el camino hacia el lugar de descanso de los padres de los Lee fuese menos sombrío y asfixiante para el mayor de estos. Nadie supondría que en realidad los hermanos Lee iban cada semana para cambiar las flores y asegurarse de que todo estuviese bien. Nunca habían tenido la necesidad de informar a los demás. Solía ser algo privado, de ellos dos, de la familia.
-Venimos aquí cada semana - informó Min Hyuk- . Desde que soy pequeño. Recuerdo perfectamente que Yoongi siempre ha sido especialmente riguroso en cuanto a las flores y el cuidado del sitio. Dependiendo de la estación seleccionaba el color de estas, es algo que mi padre también hacía con nuestra madre hasta dónde sé.
-No es el color, es la especie de flor lo que cambia. Hay ciertas flores que son más bonitas o típicas en determinadas épocas del año. A mamá le gustaba recibir rosas rojas como regalo durante el invierno, eran las que más esperaba. Pero ahora estamos en primavera.
Las manos de Dong Min temblaban cuando posó el ramo sobre la repisa y miró atentamente al lugar de sus padres, las letras marcando los nombres de estos sobre la piedra de mármol hacían que su cuerpo se enfriase.
-Tenía miedo de venir aquí, nunca pensé que llegaría el día en que os presentaría a una pareja y menos todavía que esa pareja fuese un hombre - Dong Min se mordisqueó el labio inferior antes de continuar hablando - . Moonbin me ha enseñado mucho sobre amar y he aprendido acerca de lo que me gusta de verdad...
La mirada del magnate estaba clavada en Dong Min, sus manos todavía envolvían las del chico de los tatuajes. No podía apartar los ojos de su marido, lo único en lo que lograba pensar era en las muchas veces que esos dos hermanos debieron sentir lo mismo que él y Sanha. La inmensa soledad de tenerse únicamente el uno al otro como familia. Era triste que compartieran ese sentimiento tan crudo y desolador pero también les ayudaría a entenderse mucho mejor a medida que los años pasasen.
- Quiero a Moonbin, me preocupo por él cuando se siente mal o llega a casa tarde. Me gusta pasar el tiempo a su lado y es de las pocas personas que pueden hacerme pensar de verdad. Soy feliz a su lado y creo que él es feliz a mi lado también. En otro momento de mi vida habría pedido perdón por traer un hombre y presentarlo como mi marido, sin embargo en este instante sé que el amor es lícito siempre que no implique dolor. Moonbin es la persona que me mantiene lejos de todo lo que podría lastimarme. - Dong Min sonrió levemente, recordando todo lo que había pasado en sus vidas desde el inicio de ese año - . Nunca hago caso de sus advertencias pero él no se cansa de cuidarme. Admito que no empezamos de la forma más limpia... Pero tenemos tiempo todavía, lo haré bien con él. Quiero que funcione.
Min Hyuk también mantenía la mirada sobre su hermano. Todavía no podía negar que le dolía verlo amando al mismo hombre que él quería y aún así, jamás se interpondría entre ellos. Esa era una de las razones por las que quería irse lo antes posible de la mansión de los Moon. No podía ver como cada día sus celos crecían, tenía miedo de dañar a Dong Min en algún momento.
La mano de Sanha sobre su hombro le permitió respirar. Ese chico era realmente un refugio que había usado, y ahora que sabía que Sanha sentía demasiadas cosas por él, las razones para irse seguían aumentando. No podía ser así de egoísta, preferiría que él creyese que lo odiaba antes de continuar usándolo del modo en el que lo había hecho hasta ese instante.
-Hola. - la voz de Moonbin era insegura - No sé cómo debería presentarme, supongo que es adecuado decir que soy el marido de su hijo. Dong Min es el único hombre al que quiero, quizás sea el único al que llegue a amar como corresponde. Su personalidad complicada siempre me hace sentir como un idiota masoquista, sin embargo me preocupo por él, intentó cuidarlo y mis días serían una tortura si él no se mantuviese a mi lado. De veras lo quiero.
Las palabras del magnate parecían clavarse cada vez más duramente en el corazón de Min Hyuk. Ya ni siquiera lo calmaba la sonrisa de felicidad en el rostro de su hermano mayor. No. Sentía muchas cosas por Moonbin y la única manera de librarse de ello era poner espacio de por medio. No le llevaría demasiado, de esa forma todos serían felices.
Todos, menos quizás Moon Sanha. Min Hyuk estaba dispuesto a que ese chico lo odiara si con ello podía liberarlo de un amor unilateral. Él sabía lo mucho que dolía querer sin ser correspondido.
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