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☄️Feliz 31 y bienvenido este 2024. Tengo mucho que decir pero lo resumiré en dos palabras #Aroha_Forever☄️

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"Un paso fue todo lo que tomó. Y no sé tu historia pero chico he leído tu libro. Si no quieres decirme nada entonces puedes ir directamente al infierno. Pero primero voy a enseñarte algo. Jodiste esto tú mismo."

—Jaymes Young

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A la mañana siguiente lo avanzado pareció volver a retroceder y Dong Min se encontró despertando al lado de un Mono Bien de nuevo frío y distante. Suspiró, girándose en la cama, dispuesto a acabar con el estridente sonido del despertador antes de observar a su marido por encima del hombro.

El magnate se encontraba saliendo del baño en ese instante, a pesar de que sus expresiones eran calmadas, Dong Min sabía que había algo extraño en él. Era capaz de leerlo en las acciones y expresiones de este. Tan transparente como un vaso de agua limpia tras todos esos meses en los que sin poder evitarlo había aprendido a entender a su marido.

—¿Sucede algo? Creí que lo habíamos solucionado todo.

Una risa irónica abandonó la boca del magnate causando que la piel de los brazos de Dong Min se erizase. ¿Realmente Moonbin seguía enfadado? No lo parecía, incluso con actos como aquel el magnate aparentaba encontrarse mucho más descolocado de lo habitual, aún así, no enfadado. Había una enorme diferencia entre la mirada repleta de culpa y perdición que rodeaba la vista de Moonbin aquella mañana y los ojos que gritaban malestar cuando este se sentía iracundo por alguna razón.

—¿Acaso hay un motivo real para que siga enfadado, Min? Se supone que no debería estarlo y sin embargo sigue habiendo algo que me reconcome el pecho y la cabeza cada una de las veces en las que pienso en nuestra discusión. No me gusta la violencia, lo sabes, aquel día te defendiste de una forma exagerada que para nada me agrada y necesitaré más que sexo para dejar de pensar en ello, porque creo que no fuiste el único culpable en esa ocasión y también creo que los dos deberíamos salir de esta con algo de experiencia sobre las cosas que debemos y no debemos permitir que ocurran.

Moonbin suspiró, cuando decía que la culpa le quemaba el interior del pecho... Estaba siendo sincero. Seguía un poco enfadado con Dong Min incluso cuando sabía de sobra que no tenía motivos para estarlo, lo cual significaba que debía pensar muchas veces más acerca de lo ocurrido. No bastaría con una rápida reconciliación como las del pasado. Ellos dos tenían que tener las cosas claras o de lo contrario podrían volver a lastimarse mutuamente aún sin pretenderlo.

-Solo nos quedan unos meses juntos, sin embargo puedes estar seguro de que me los pasaré con esta actitud infantil como forma de aclarar mis ideas, y puedo llegar a entenderlo si te resulta molesto. Ya lo creo que podré, tú no tienes la culpa de nada Minnie. Aunque si tengo que ser cien por cien sincero... A veces siento que somos los dos los que deberíamos pedir disculpas. - Moonbin se llevó una mano a la nuca, le picaba la piel de tan solo pensar en la posibilidad de que los dos tuvieran que separarse sin que sus conflictos obtuviesen una solución. - Ahora vístete o llegarás tarde, JinWoo ha llamado y te espera en el vestíbulo. Tenemos mucho trabajo si queremos cerrar un trato favorable para Moon's Enterprise.

Dong Min bufo, estaba molesto con la forma en que su marido se comportaba últimamente. Moonbin sabía mejor que nadie que él no era bueno con las palabras y que cuando tenía que arreglar algo lo hacía mediante actos. En otras ocasiones lo había solucionado todo con besos, caricias o juegos absurdos ante los que el magnate siempre terminaba rindiéndose.

Se querían, maldita sea. Dong Min sabía que los dos se querían pero decirlo era mucho más complicado que expresarlo en voz alta. Moonbin debería comprender sus actos de la noche anterior, él tendría que saber a esas alturas que sus besos contenían todas las disculpas que este pudiera llegar a necesitar si en algún instante se había sentido mal por alguna de sus acciones pasadas. Ninguno de ellos había actuado con racionalidad.

—Como digas, Binnie. - y de nuevo su voz parecía envenenada al notar que el magnate no se molestaba en entender su forma de ser. - Lo siento jefe, no lo volveré a repetir. Respetaré mi contrato como debí hacer siempre.

Moonbin se paralizó por unos segundos y se dio la vuelta. Miró a Dong Min mientras se hacía el nudo de la corbata tras haberse puesto y abrochado uno a uno los botones de su camisa blanca.

-¿Qué pasa? No he dicho ninguna mentira. - Dong Min se giró hacia Moonbin.

Los ojos del magnate mostraban dolor pero al menos lo miraba. Al menos ese idiota estaba clavando sus ojos en los suyos y haciendo que el chico de los tatuajes se sintiese de nuevo el centro de todo. Al menos eran ellos dos en aquella habitación y no ellos dos y el sentimiento de culpa que sin duda Moonbin continuaba experimentando a diario desde su última discusión. Al menos estaban hablando de ello aunque fuese con palabras necias, las únicas que Lee Dong Min parecía conocer.

—¿Qué mierda estás haciendo ahora, Dong Min? Estoy intentando ser bueno contigo, me estoy esforzando para que las cosas se arreglen. Si me tratas como un jefe pensaré que realmente todo lo que quieres de mí se basa en el contrato que firmamos.

Dong Min sonrió por un instante, imitando ese sonido de carcajada irónica que Moonbin le había dedicado antes. Cuando la mirada de Moonbin pareció vacilar, avanzó hacia el lugar en el que se encontraba este todavía con la corbata de seda negra entre los dedos de las manos y con el cuerpo todavía desnudo lo acorraló contra la pared.

—¿Qué hago? ¿No es acaso lo que quieres... ¿Lo que siempre has querido? Convertir a un chico con actitud difícil en tu maldito esclavo, ese es el tipo de matrimonio que buscas en función de lo que los dos firmamos en el contrato del que me hablas y del que continuas hablando al recordarme cada día cuánto queda para su finalización. - Dong Min estaba exagerando, él estaba mintiendo también, todo para verlo reaccionar. Para encontrar en las acciones de Moonbin la respuesta a si debería esforzarse por hacer que lo suyo funcionase, la respuesta a si esforzarse por Moonbin sería adecuado o una locura. - ¿Me quieres comiendo de tu mano como lo haría uno de esos niños ricos que siempre acuden a las fiestas de empresa que organizas? No soy idiota, me he salido de tu línea, así que ahora intentas castigarme por eso.

Dong Min negó con una sonrisa que Moonbin no lograba situar, parecía el ofendido en ese instante, incluso cuando sus palabras eran lanzadas con tanta fuerza como lo serían las dagas.

- ¿Por qué mierda pediste algo con lo que no puedes lidiar? - su voz ahora era más alta, sin embargo no estaba gritando. - ¡Solo eres como esos idiotas que se compran una mascota y después la abandonan porque le muerde las zapatillas y se caga en el salón! ¿Dónde está el trabajo y el esfuerzo? ¿Te rindes? Vete a la mierda Moon. No soy un muñeco que puedas moldear a tu gusto, no soy como tus amigos o inversores. Yo cometo errores y tengo mi propia personalidad, ya deberías saber cuál es mi modo de pedir perdón. Si no lo sabes tal vez implica que no me quieres tanto como dices o presumes quererme. ¿Querías a un chico con mala actitud? Vas a saber como realmente se comporta uno.

Moonbin no podría haber contestado aunque quisiera, pues Dong Min entró en el baño dando un portazo y encendió la música del altavoz casi al mismo tiempo que la villa de agua. Señal de que definitivamente no quería escuchar una sola palabra por parte del magnate quien de repente sentía la ansiedad cubriendo su pecho. Todo estaba saliendo mal, todo se le iba de las manos y a pesar de lo mucho que se esforzaba siempre parecía meter la pata con su marido. ¿Qué era lo que Dong Min había sacado en conclusión con sus acciones?

Desde el primer instante trató de darle libertad a Dong Min, de darle el suficiente espacio para que ese tipo de situaciones no se diesen. ¿Realmente el chico de los tatuajes sentía que se estaba rindiendo a la primera solo porque necesitaba mantenerlo lejos mientras pensaba en el modo de hacer que su relación funcionase? Dong Min no tenía la menor idea de lo complicado que era para él aquello. Moonbin no quería cambiarlo pero tampoco podía dejar que siguiese siendo violento cada vez que sentía un poco de presión, y tampoco podría permitir que la sensación de querer entrometerse en los sentimientos de su marido volviese a surgir. Los dos necesitaban tiempo para aprender, curarse y actuar en consecuencia. No era una cuestión de moldearlo o moldearse a sí mismo, sino más bien la necesidad de verlo plenamente feliz a su lado mientras compartían una vida juntos. Era cierto que no entendía su pasado ni lo que lo llevó a ser así, quizás ese era su error, sin embargo podría entenderlo si él se molestase en explicárselo al menos una vez más.

Al menos una.

Cuando Dong Min llegó hasta la zona dónde JinWoo lo esperaba, todavía quedaba en sus ojos una pizca de ese enfado falso que se le fue de las manos y se convirtió en real. Había planeado hacer reaccionar a Moonbin pero al final salieron demasiadas cosas de su boca que nunca planeó confesar. Demasiado rencor guardado que nacía y moría en el hecho de que un contrato seguía definiendo su amor por Moonbin.

—Buenos días. - el notario lo miró con la sonrisa torcida. Y como si supiera lo que había ocurrido, le dio varias palmadas en la espalda. ¿Había gritado tanto que hasta los empleados del magnate lo escucharon? - ¿Han peleado?

Dong Min alzó la mirada para clavar sus pupilas en los ojos de JinWoo, con la interrogación saliendo directamente de sus expresiones. El notario río levemente sin decir demasiado, parecía esperar una respuesta más directa.

—Sí. ¿Lo has oído?

JinWoo negó, apartando la mano de Dong Min para tomar una carpeta donde probablemente llevase los documentos necesarios para reunirse con los futuros accionistas de la empresa.

—Eres más parecido a mí de lo que crees, ambos se lo hacemos difícil a las personas que queremos sin tan siquiera pretenderlo. Es complicado lidiar con sentimientos. - de nuevo, JinWoo estaba sonriendo y por un momento a Dong Min casi le dan ganas de pegarle un puñetazo ahí mismo para acabar con eso que parecía resultarle tan sumamente gracioso a este. - Myung Jun y Moonbin son la misma cosa, te lo dije. Cuando llegues a la habitación esta noche todo será peor, va a fingir que todo está bien porque se guardan la rabia y el malestar dentro del corazón hasta que explotan por el dolor. No lo retes más de lo necesario, responden mucho mejor a las charlas largas y tranquilas.

—¿Acaso sabes lo que hice? No te hagas el listo con respecto a esto. - Dong Min estaba cansado de ver como todos juzgaban tan fácilmente su vida. - Es mi pareja. Mi relación.

Era realmente fácil para los demás estando fuera de la ecuación y de su vida. Todos podrían darle consejos a otros, decirles que les parecía mejor o peor, sin entender o vivir realmente el problema de sus conocidos. La gente hacía eso constantemente, fingiendo entender y preocuparse por aquellos que los rodean pero en realidad deseando acabar de escuchar esos problemas que le cuentan lo más rápido posible, para poder seguir con su propia vida y sus propias preocupaciones.

No existen las buenas intenciones reales porque todas ellas conllevan alguna consecuencia o motivo. Aquellos que son buenos por Dios, lo hacen para obtener el cielo a cambio y aún así mantienen sus barreras ante todos los que se muestran levemente diferentes. Los que hacen caridad probablemente buscan el beneficio de parecer grandiosos ante los ojos de la sociedad. Así como quien golpea antes de pensar busca deshacerse del dolor de la manera más rápida posible.

—Te entiendo mejor de lo que crees, apuesto a que soltaste toda la mierda junta pensando que seguramente eso lo acorralaría y te ayudaría a decidirse de una buena vez por todas. ¿Quieres saber la verdad? Probablemente lo único que has logrado es lastimarlo y volverlo inseguro, la próxima vez que quiera hacer algo contigo no será tan natural porque estará centrado en toda la mierda que uno suelta cuando se enfada. Y de repente te encontrarás a ti mismo sintiéndote mal por eso, no has ganado esta pelea pero has empujado a Moonbin hacia la línea de meta, ahora serás de nuevo el que pida perdón por lo ocurrido. - JinWoo suspiró. - Y el hecho de que pidas perdón hará que él también quiera pedir perdón porque se sentirá mal al respecto. Es un bucle del que solo se puede salir con comunicación constante. Apúntate eso.

—Quizás eso no ocurra, puede que Myung Jun y Moonbin no sean tan parecidos como crees. Él no haría algo tan infantil como sentirse culpable si obtiene una disculpa de mi parte, de hecho es posible que esté deseando verme de rodillas.

—El maltrato psicológico es a veces más duro que el físico. - el notario parecía hablar muy en serio y eso alertó a Dong Min. - A veces decimos muchas cosas que pueden dañar al resto y estoy seguro de que tanto tú como Moonbin harían eso a veces, es lo malo de los enfados... Es importante que sepas que él te quiere y que de la misma manera Moonbin sepa que lo quieres. Y es importante que ninguna discusión sea lo suficientemente importante como para que parezca que ese sentimiento ha desaparecido.

¿Maltrato? ¿De verdad iba llamarle de esa forma a una estúpida e insignificante pelea? Todas las parejas empezaban una guerra de vez en cuando, el maltrato era otra cosa. Implicaba control sobre las personas y causarles dolor. Él no estaba causándole nada de eso a su marido, en ningún momento lo había pretendido hacer. Pero... ¿Y si JinWoo estaba en lo cierto? ¿Y si los dos se estaban lastimando a pesar de que no querer eso?

—Piensa antes de hablar, es mi único consejo. Vamos a tomar un taxi ahora, Myung Jun ha salido con Moonbin hacia el lugar de la reunión así que creo que nos hemos quedado sin transporte privado.

—¿Maltrato? ¿Vas a llamarlo así JinWoo? - Dong Min necesitó preguntarlo.

El notario suspiró, ignorando durante unos segundos al chico.

—Ellos tienen sentimientos a pesar de lo mucho que el dinero les facilita la vida, a mí me costó un poco comprenderlo, así que de una forma u otra siempre acababa echándole en cara idioteces a Myung Jun. Lo hacía porque me sentía mal, unas veces porque estaba acorralado por las emociones y otras porque no comprendía su comportamiento. Al inicio no me molesté en entender su dolor. Cada vez que yo gritaba él salía dañado y me gritaba de vuelta, pasó un tiempo hasta que entendí que eso no nos hacía bien a ninguno de los dos. - JinWoo suspiró, parecía dolerle la mera mención de aquel recuerdo. - La cosa es que es maltrato porque estás dañándolo por dentro incluso si esa no es tu intención o si no lo sabes. Y es recíproco si él hace lo mismo contigo.

Durante el transcurso del día Dong Min realmente no pudo evitar pensar en esa conversación con JinWoo y lo que podía implicar en su vida como pareja. Nunca había estado con alguien que se guardase la ira, cuando peleaba el daño solía proceder de ambos lados. Con Moonbin definitivamente parecía ser diferente. Había más que simple carne y hueso compartiendo esa vida con él, si le ocasionaba daño con sus impulsos definitivamente tenía que cambiar el modo de actuar. Sencillamente no le gustaba la idea de ver al magnate sufriendo. Fuera de quien fuese la culpa, no merecían lastimarse el uno al otro bajo ningún concepto.

—¿Has llegado? - preguntó, entrando silenciosamente en la habitación.

Moonbin estaba tumbado en la cama con la lámpara de la mesilla encendida y los ojos cerrados mientras se acurrucaba entre las mantas. Un libro de cuentas descansaba a su lado.

—Has llegado antes que yo. - Dong Min trató de usar una voz dulce. - ¿Duermes? - Moonbin respondió a su pregunta tapándose la cara con las sábanas. - Oye, esto no es algo que yo diga a menudo pero... De veras lo siento, si te lastimé o si te ofendí... No pretendía dañarte.

Moonbin se giró en la cama, todavía con las sabanas cubriendo la cara, respondió.

—Acabemos el contrato antes de tiempo. De esa forma serás libre de nuevo, cuando lleguemos a Seúl, Jun preparará los papeles.

—Moonbin no hagas eso... - el corazón de Dong Min había comenzado a desbocarse. Le ardía el pecho ante la idea de separarse de Moonbin. - pero el magnate ni siquiera quiso mirarlo a pesar de sus palabras. — ¿Vas a decidir esto por ti mismo? Habla conmigo, maldita sea.

Moonbin no dijo nada. Esa noche Dong Min sintió el frío golpearlo con fuerza incluso durmiendo al lado de la persona que durante los últimos meses se había encargado de mantener una calidez total en cada zona de su cuerpo.

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Feliz Navidad, feliz año nuevo y espero que este 2024 sea lleno de grandes cosas para todos, gracias por acompañarme en este camino y siempre estar conmigo, hoy 31 de diciembre les deseo un muy y grandioso feliz año nuevo, los amo mis bellezas hermosas 💜💜💜💜💜

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