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"Sí, dispárame. Bang bang. Tu bala, bala, bala. Recibiré todas las que quieras. Si es eso lo que quieres solo dispárame. Dispárame"
—Shoot Me (Day6)
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Las semanas pasaban mientras Dong Min y Moonbin se volvían a adaptar a la vida rutinaria de la mansión Moon, con el trabajo tomando gran parte de su tiempo y las comidas fuera de casa acompañados por sus hermanos tras recogerlos del instituto como principal hábito que los dos deseaban mantener. Era una costumbre que a Lee Dong Min de alguna manera le permitía sentirse tranquilo y casi en completa paz, Min Hyuk parecía un poco más feliz últimamente y sus charlas se habían tornado bastante más dinámicas ahora que la presión del dinero no estaba continuamente sobre los dos.
Por su parte Sanha estaba plenamente recuperado del golpe que semanas atrás había sufrido en su impulsivo intento por calmar a los caballos durante una tormenta. Ahora tan solo le quedaba una pequeña cicatriz que casi no se notaba debido a su largo cabello. Cada vez lo dejaba crecer más, logrando que pequeños tirabuzones comenzasen a aparecer entre los rebeldes mechones que le tapaban la mirada como una cortina sedosa.
-Iremos a una especie de excursión con algunos de los miembros del club este fin de semana. - Moonbin sostenía una carta certificada en las manos mientras los cuatro desayunaban. - Será una buena oportunidad para que conozcáis a las personas cercanas a nuestra familia y probablemente también tendremos tiempo para divertirnos un poco en familia.
Sanha sonrió ampliamente mientras que Dong Min y Min Hyuk se limitaron a mirarse mutuamente confusos. En todo el tiempo que llevaban en la mansión, jamás habían visto a alguien que no fuera Myung Jun o la pareja de este cerca del par de los hermanos Moon, de vez en cuando al niño que estos dos cuidaban como si se tratase de su propio hijo. Aunque los socios de Moonbin cenaban con ellos en gran cantidad de ocasiones... Eran tan solo eso, personas que invertían en el negocio del magnate. En cambio, la expresión que el marido de Dong Min había usado para definir a quienes conocerían durante el viaje era "personas cercanas· y eso detonaba al menos un pequeño grado de cercanía superior al que cualquier accionista o colega de trabajo pudiese tener.
-¿Vendrá la familia de Baekhyun? - Sanha parecía estar realmente emocionado ante la idea de esa excursión y cuando Moonbin asintió a su pregunta, una enorme sonrisa se dibujó en los labios de este. - Aprovechando que es primavera podremos usar los kayak en el río de la casa de campo. Tal vez podamos remar hasta el lago.
-Añade a Min Hyuk a nuestros planes esta vez si es posible, Sanha. Dong Min tendrá que conocer a muchas personas y no sería justo que Min Hyuk se quede solo en un lugar que no conoce.
Un puchero instantáneo se posó sobre la boca de Moon Sanha.
-Pero solo puedo ver a Baekhyun unas cuantas veces al año. Está estudiando fuera y solo viene a Seúl o Bucheon por un par de semanas al año.
-Estoy seguro de que la presencia de Min Hyuk no le molestará...
-Pero... - intentó reclamar Sanha.
-Pero nada, te llevas bien con Min Hyuk últimamente. ¿Dónde está el problema? - Moonbin realmente había visto el modo en el que la relación entre ese par había mejorado notablemente en las últimas semanas. Ahora incluso pasaban tiempo juntos charlando sobre casi cualquier cosa que se les viniera a la cabeza mientras comían fruta en el jardín de la mansión o se recostaban en el sofá del salón con una película de fondo.
Para Sanha el problema estaba en que Min Hyuk siempre lograba ser el centro de atención de todos, ya fuera en el instituto, en el club de arte o en su propia casa. Se ganaba el corazón de todos e incluso se estaba ganando el suyo propio. Baekhyun era probablemente su mejor amigo en este mundo y no le agradaba para nada la idea de que Lee Min Hyuk pudiera robarle también eso.
-¿Dónde está el lugar? - Dong Min interrumpió los pensamientos de Sanha, se encontraba bebiendo café mientras echaba una mirada a la carta certificada que antes Moonbin había estado sosteniendo.
-El lago Cheongpung. ¿Han estado alguna vez allí? - los dos hermanos negaron ante la pregunta del magnate. - Será un buen fin de semana entonces, prometo que lo disfrutaran.
La semana pasó con lentitud pero finalmente el esperado descanso estaba llegando. El viernes por la tarde Moonbin sacó una camioneta del garaje y con la ayuda de Dong Min limpió y preparó cada zona de esta para el viaje. Los cuatro parecían felices de dejar la ciudad por un par de días, sobre todo los hermanos Lee.
Dong Min y Min Hyuk no tenían la costumbre ni los medios para viajar normalmente. Ni siquiera si se trataba de lugares medianamente cercanos, todos los viajes que recordaban haber hecho se basaban en pasar en un centro comercial o algún lugar al que el autobús de línea más cercano a su anterior residencia podría llevarlos por un costo no demasiado alto. Desde que habían llegado a la mansión de los Moon, viajar de alguna forma se había convertido en una especie de costumbre debido al modo en el que Moonbin siempre tenía que ir de un lugar a otro de Corea para cerrar tratos.
Tan pronto como se subieron al coche la mirada de Dong Min se posó en el magnate, últimamente encontraba realmente atractivo el hecho de verlo conducir. Como sus grandes manos envolvían firmemente el volante dejando que algunas venas se marcasen, su cabello removido por el aire de la ventanilla abierta hasta la mitad, los gestos de concentración que inevitablemente aparecían en su cara cuando una furgoneta tan grande tenía que moverse por alguna calle estrecha... No era lo mismo que verlo en su deportivo o con traje, de hecho casi le gustaba más la imagen de Moonbin con una camiseta floja y vaqueros.
-Me gusta como te ves hoy. - dijo sin timidez, se había vuelto una costumbre para él. - Tu traje ya es demasiado repetitivo.
-Como un doctor con su bata. - bromeó Moonbin. Los chicos lo observaban curiosos desde los asientos traseros.
Ese tipo de conversaciones sucedían constantemente entre el matrimonio y para desgracia de sus hermanos estas generalmente derivaban en algunos comentarios picantes que ellos ni siquiera deberían tener que escuchar.
-Estaría bien verte con un uniforme de médico. - las palabras de Dong Min fluían con tanta naturalidad que era casi imposible creer que durante un tiempo no hubiese logrado tener una sola conversación que no incluyera malas palabras hacia el magnate. Todo eso ya formaba parte del pasado.
-¿Un nuevo fetiche? Tendremos que solucionar eso. - Moonbin cedió y ambos sonrieron al instante como dos tontos enamorados lo harían. - ¿Serás mi paciente, Minnie?
Dong Min iba a contestar cuando la tos de Sanha lo devolvió a la realidad. No estaban solos, aunque lo cierto es que eso tampoco les importaba demasiado la mayor parte del tiempo. Hacía semanas que coqueteaban exageradamente, cada vez que eso ocurría a Min Hyuk le dolía el corazón y Sanha tenía que consolarlo con largas sesiones de besos. Él también salía lastimado, porque estaba empezando a caer ante los encantos de del menor de los Lee y este ni siquiera lo percibía. Qué pésimo psicólogo sería en el futuro Lee Min Hyuk. Con tan poca capacidad de empatía, por no hablar de su nula paciencia... Aggg, Sanha ni siquiera estaba del todo seguro porqué precisamente alguien así se había colado en su corazón.
Dejando a un lado las pequeñas intervenciones entre Moonbin y Dong Min mientras coqueteaban ante sus hermanos, el viaje fue especialmente tranquilo. La música sonaba en el coche y el chico de los tatuajes se limitaba a rebuscar en las listas de reproducción del magnate mientras observaba el paisaje que los rodeaba. No podía fingir que estaba serio pues se encontraba totalmente encantado con la idea de tener un fin de semana para compartir con su marido en una lujosa cabaña cercana al lago.
-Ya casi estamos, llama a Baekhyun y avísale Sanha. Sus padres dijeron que se quedarían en una cabaña cercana a la nuestra. - Moonbin observó a través del espejo del coche a su hermano. - Si te apetece y él no tiene nada más que hacer, seguramente podamos recogerlo por el camino.
Sanha asintió y rápidamente marcó de memoria el teléfono de su amigo, a pesar de que tenían pocas oportunidades de verse durante el año debido a que Baekhyun estudiaba en el extranjero, todavía solían hablar constantemente por teléfono. Sus videollamadas podían llegar a durar horas incluso cuando sus vidas eran un poco rutinarias y casi aburridas la mayor parte del tiempo.
El tema del casamiento de Moonbin con un chico a través de un contrato les había regalado madrugadas enteras de charlas interminables.
-Estamos llegando.... Sí...Claro, sin problema. - tras un par de minutos al teléfono Sanha colgó con una sonrisa gigante recorriéndole los labios.
-¿No te duele la boca de tanto sonreír? - comentó Min Hyuk, por algún momento su humor había decaído. Sabía que Sanha no estaba feliz con la idea de llevarlo con él y su amigo, no quería ser un entrometido así que probablemente se quedaría solo en la cabaña e investigaría los alrededores por sí mismo. Podía ver desde la distancia lo encantado que Dong Min estaba teniendo un fin de semana por delante con Moonbin sin trabajo o papeleo, no pretendía ser una molestia pero el hecho de no tener a nadie a su lado sencillamente hacia que su pecho doliera.
-¿JinWoo y Myung Jun vendrán? - preguntó Dong Min, sosteniendo el teléfono de Moonbin entre sus manos. La confianza entre ambos había llegado al punto en el que él mismo contestaba mensajes o llamadas urgentes por el magnate cada vez que este se encontraba al volante.
-Sí, la familia de Jun estará en el lago por lo que va a ser algo incómodo para JinWoo, eso significa que probablemente pasen el tiempo con nosotros. - Dong Min asintió y miró a Moonbin con curiosidad. - Lo consideran un chico problemático. Lleva años con Jun pero todavía están convencidos de que le hará daño. Supongo que es normal, JinWoo tuvo una adolescencia complicada.
-¿Crees que me odiaran? - la preocupación era evidente en la voz de Dong Min.
-¿Por qué han crecido en el mismo sitio? - Moonbin se encogió de hombros sin estar seguro acerca de cómo contestar a la duda de su pareja. - Incluso si ellos llegan a odiarte, yo jamás lo haré. No tienes que preocuparte ni un poco por eso.
-Son como tus segundos padres, lo has dicho unas cuantas veces. - Dong Min bufó y abrió más la ventana, necesitando un poco de brisa fresca para calmar esos inexplicables nervios que repentinamente conocer a personas cercanas para los Moon le estaba comenzando a ocasionar. - Siempre dices que os ayudaron en todo a ti y a tu hermano pequeño. ¿Cómo no va a importarme lo que piensen de mí o de Min Hyuk?
El magnate sonrió levemente mientras llevaba el coche hasta la zona en la que Sanha le había indicado tras conversar con Baekhyun. En realidad le causaba ternura que Dong Min estuviera algo preocupado por lo que pudieran llegar a pensar los padres de Myung Jun.
-Son como mis padres pero no son mis padres. No comparto una gota de sangre con ellos. Me da igual si te aceptan o no, me gustas y es todo lo que importa así que ni siquiera trates de tapar tus tatuajes, puedo ver a través de ese ceño fruncido tuyo. - Le advirtió a Dong Min cuando lo observó subir la cremallera de su chaqueta hasta la línea de sus clavículas. Habían pasado siete meses y aún le encantaba ver todo el arte que su marido portaba en el cuerpo. - Solo te tienes que agradar a tí mismo. ¿Lo entiendes Dong Min? Lo que piensen los demás no importa en lo absoluto.
El chico de los tatuajes asintió sin encontrar la seguridad de mostrarse completamente como él mismo incluso con el apoyo de Moonbin, de repente una enorme cantidad de miedos habían aparecido. Sin previo aviso. Cada vez se encontraba más unido a Moonbin y la imagen de Jimin se diluía en su memoria. Le había prometido jamás amar a otra persona y sin embargo no podía evitar caer ante la forma de ser de Moonbin.
Estaba traicionando su promesa y lo peor de todo era que en cierta forma excusarse con que se debía a Hoseok servía para calmar la ansiedad que le provocaba el recuerdo de su primer amor.
-¿Con quién te acuestas cada noche? - la mano de Moonbin había atrapado la suya y lo sostenía con fuerza.
-Contigo.
-¿Con quién te has casado?
-Contigo.
-¿De quién tienes que enamorarte?
-De... Nadie.
Moonbin sonrió levemente con una pizca de acidez bajando hasta su garganta.
-Yo soy tu marido, así que el resto de personas no caben en nuestra ecuación. Yo te elegí a tí, es todo lo que tiene que importarte. Lo que otros piensen de nuestra relación no influirá en mis decisiones, Minnie.
Dong Min asintió, mientras miraba su mano envuelta por la del magnate. Le gustaba eso, sentir la fuerza que Moonbin emanaba cuando se encontraba bien.
-Sigue así por mucho tiempo. No vuelvas a la depresión. - dijo en un susurro.
-No es algo que esté en mis manos, Dong Min.
El chico de los tatuajes asintió y cambió su mano de lugar, ahora era él quien envolvía la de Moonbin tratando de darle todo su apoyo. Había demasiadas cosas en su corazón y no podía evitar sentir que la gran parte de estas eran ocasionadas debido a su marido.
-Baekhyun ya está listo, aparca por aquí. - Moonbin apartó la mirada de la mano de Dong Min para hacer lo que su hermano le había pedido y llevó el coche hasta una zona intermedia entre su cabaña y las anteriores. Probablemente Baek podría verlos sin ningún problema, la zona no era excesivamente grande y conocía su coche.
-Vamos a meter todo en la cabaña mientras Sanha va a por su amigo. - era Dong Min el que estaba organizándolo todo y Moonbin solo pudo sonreír ante el hecho de que realmente parecían una familia tomando unas cortas vacaciones. - Min Hyuk, ¿por qué mierda has traído tantas cosas? Tu maleta pesa demasiado, es como mover piedras.
-Solo he tomado lo necesario. - contestó el pequeño de los Lee mientras se encogía de hombros y alcanzaba su maleta. Había empacado tonterías pero sabía que usaría todas y cada una de estas. Su cámara, el ordenador que Moonbin le regaló unas semanas atrás y la Xbox acompañada de varios juegos, además de la ropa y el desodorante. Necesario.
El magnate cerró bien el coche y le quitó de las manos a Dong Min el resto de maletas.
-Trae la de Sanha, si ha ido a buscar a Baekhyun no volverá pronto.
Min Hyuk escuchaba la conversación sin poder evitarlo. ¿Por qué se sentía tan necesitado de la atención de Sanha justo cuando este no estaba correteando a su alrededor? ¿O era tal vez el sentimiento de saber que no era querido ahí?
Como el propio Moonbin había dicho, Sanha no llegó hasta la hora de cenar y lo hizo con una gran sonrisa y su amigo como equipaje extra. Dong Min se encontraba cocinando cuando pudo percibir la mirada de su hermano, sonrió al verlo rodar los ojos con cinismo. Le recordaba mucho a sí mismo. En ciertos aspectos nadie en el mundo podría negar que eran hermanos.
-¿Cómo va esa barbacoa?
Los brazos de Moonbin envolvieron su cintura y casi al instante se dejó abrazar disfrutando por completo del olor a menta que impregnaba la piel de la cara de su marido.
-¿Te has afeitado? - durante la última semana el trabajo había sido tan duro que Moonbin había llevado barba corta por un tiempo. Ahora olía a menta del aftershave que Dong Min sabía a la perfección que él usaba. - Me gustaba tu barba de adolescente puberto.
Los dos sonrieron, los labios de Moonbin habían comenzado a trazar un camino de besos desde la mejilla hasta el cuello de Dong Min aprovechando que sus hermanos y Baekhyun estaban en el interior de la cabaña charlando.
-Te lo compensaré esta noche. Hemos trabajado mucho estos últimos días y me has ayudado en todo sin tan siquiera protestar, se te da realmente bien. ¿Quieres saber un secreto?
Dong Min asintió rápidamente, atontado por el olor y la cercanía de su marido.
-Eres realmente atractivo cuando trabajas en mi oficina, tu gesto concentrado y la manera en que desaprietas tu corbata cuando sientes calor. Esta noche vas a saber lo mucho que me has tentado durante toda la semana.
-Suena realmente bien Binnie. ¿Daddy me va a castigar? - los dos sonrieron, incluso si era una broma de Dong Min, la palabra los calentaba a ambos hasta el extremo.
-Daddy va a castigarte totalmente. - susurró el magnate en su oído.
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