10

— ¿Y?

Oikawa entrecerró sus ojos haciendo una mueca, detrás de él se encontraba otro azabache, pareja de Kenma. Kageyama se mantuvo en silencio, sin saber que debía de responder, además ¿Por qué debía dar información de su vida privada a un par de personas para nada importantes?

— ¡Hemos vuelto! — Hinata sonrió, sentándose al lado de Tobio. Sus ojos mostraron sorpresa al encontrarse con la mirada curiosa y molesta de Tōru, quien se encontraba al lado del azabache. — ¿Tōru? ¿Comerás con nosotros?

— Oh, no, no. — Sonrió. — Solo quería saber si eran ciertos los rumores de ustedes dos. ¿Es cierto que ya están saliendo?

— Bueno... — Shōyō sonrió nervioso. — Aún no es oficial.

— Lo es. — Kageyama se giró hacia el pelinaranja, elevando una ceja. — Shōyō, ¿Puedo ser tu novio?

Las mejillas del menor se coloraron un poco ante la repentina pregunta y la forma de hacerla. Las miradas curiosas de las otras cuatro personas sólo parecían ponerle más nervioso, pero él ya estaba seguro de su decisión, lo había pensado durante toda la clase.

— Sí, Kageyama. — Hinata se inclinó, dejando un beso en la mejilla del ojiazul. — Puedes serlo.

Tetsurō sonrió sin poder creer lo que sus ojos veían, por su parte Oikawa se puso de pie, mirando a su compañero de habitación y amigo.

— Bien por ti, Shōyō, espero que les vaya bien en su relación, y por favor ten cuidado con la loca, cuando se entere ella solo... Se volverá aún más demente. — El castaño se despidió con la mano, marchándose con Kuroo, quien le dió un empujón a Tōru, y este le devolvió el gesto con un golpe en el abdomen que hizo al azabache retorcerse. Hinata y Kozume rieron.

— Shōyō. — El menor giró su rostro para mirar al mayor, sorprendiéndose al sentir unos labios sobre los suyos. Sonriente, sus ojos se cerraron y correspondió al delicado beso, acariciando las mejillas del azabache.

— Lo siento, debo ser sincero. — Se disculpó Kenma. — ¡Pero son la pareja más extraña que he conocido! — Hinata rió. — ¡No te rías! ¡No son normales!

— Sí, quizás. — Respondió, comenzando a comer en silencio, mientras una pequeña sonrisa aparecía en su sonrojado rostro.

Tras terminar sus desayunos, Hinata y Kageyama se despidieron de Kozume, quien se quedaría con su pareja, mientras ellos dos decidieron ir a dar una vuelta antes de que la siguiente clase comenzara.

— ¿Sabes? Creo que podría contarles a mis padres de esto, estoy seguro de que se pondrán como locos.

— ¿Es malo?

— No, no. Mis padres no me ven con pareja desde hace un buen tiempo, querían que consiguiera a alguien, pero... Bueno, estaba muy enfocado en mis estudios como para encontrar a alguien... Hasta que apareció cierto tipo amargado y maleducado en mi primer día de la universidad, que llegó tarde y parecía no hablar con nadie.

— ¿Es una indirecta o algo similar? — Shōyō rió. — En mi defensa, no he tenido pareja nunca, hasta que apareció un revoltoso con cara de que obtendría las peores calificaciones del mundo, pero realmente es buena competencia.

— Hey, no soy revoltoso. — Hinata se detuvo, Kageyama sonrió burlón. — Quizás un poquito.

Sonriente, Shōyō enrolló sus brazos en el cuello del mayor, quien se inclinó para unir sus labios en un suave, pero largo beso. Los ojos de Hinata se cerraron mientras la sensación de cientos de corrientes eléctricas recorrían su cuerpo y se reunían finalmente en su vientre, su ceño se fruncía levemente, sin saber lo que significaba. Se sentía tan atraído a Kageyama que le resultaba aterrador el cómo había pasado de no quererle cerca a estar juntos en aquel momento como una pareja oficial.

Los labios de ambos se alejaron, mientras se observaban a los ojos y sonreían como un par de tontos enamorados.

— Creo que también podría contarle a mi abuelo de esto. — Shōyō se sonrojó mientras reía. — Volvamos.

Sus dedos se entrelazaron, caminando de vuelta al salón, en silencio. Al llegar al sitio, observaron el lugar totalmente vacío, no les importó, solamente tomaron asiento donde siempre, esperando por el comienzo de las clases. Tobio posó sus ojos en Hinata, quien sacaba un cuaderno y continuaba subrayando notas importantes, parecía realmente concentrado en ello, pero en realidad no era así. Hinata subrayaba notas al azar mientras por su mente pasaba una sola pregunta. ¿Es posible pasar del odio al amor en tan poco tiempo? Definitivamente debía de consultarlo con sus mejores amigos cuando estuviese en su habitación, o incluso podía preguntarle a Tōru, quien comenzaba a volverse una especie de hermano mayor de Shōyō que no dejaba de cuidar del menor siempre.

Suaves falanges tomando su mentón le sacaron de sus pensamientos, los ojos de Hinata fueron a Tobio quien se inclinó, posando sus labios sobre los contrarios en un dulce beso. Claro que no dudó en corresponder, algo confundido por el repentino acto del azabache. Sonrió al alejarse, y se inclinó apoyando su cabeza en el pecho de Tobio quien le envolvió con sus fuertes brazos.

~❃~

— Chicos, él es Oikawa Tōru, mi compañero de habitación. — Shōyō dejó ver al castaño quien movió su mano con una sonrisa, saludando a los mejores amigos del pelinaranja.

"Me alegra que encontraras a alguien que cuide de ti, Shōyō ¡Pero tienes prohibido reemplazarme!"

— ¡No te reemplazaría ni en mil años, Noya-san! — Aseguró Hinata, sentándose al lado de Oikawa, y recostándose sobre su regazo. — Oh, cierto, en realidad no los llamaba para esto, quería hablar con los tres, ya que son mis mejores amigos quiero un consejo.

"¿Un consejo?" — Preguntó Suga, Hinata asintió.

— ¿Qué clase de consejo necesitas, pequeño Shōyō? ¿Algo sobre el amor? — Habló esta vez Tōru. Nishinoya abrió sus ojos con sorpresa.

"¿Amor? ¿Hay alguien en tu vida, Shōyō?"

— Bueno... Podría decirse. — El menor rascó su mejilla nervioso. — Suga. ¿Recuerdas al tipo del que te hablé durante los primeros días? Te dije que era un hinchado y que deseaba patearlo cada vez que lo veía

"Lo recuerdo perfectamente. ¿Ha hecho algo malo?"

— Créeme que no. — Aseguró Oikawa.

"¿Qué ha sucedido, Shōyō?" — Preguntó Yū.

— Bien. — Carraspeó. — La verdad es que por razones del destino nosotros... Estamos saliendo. — Kōshi se atragantó al escuchar aquello. ¿Acaso días atrás su pequeño mejor amigo no le estaba diciendo que castraría al chico si volvía a hablarle de mala manera?

"¿Cómo ha sucedido esto?" — Preguntó esta vez Sugawara, impresionado.

— La vida a veces da unas vueltas... — Bromeó Tōru. — Un día ves a Shōyō y Tobio-chan odiándose y al otro los ves en medio pasillo besándose dentro de su burbuja de amor.

"¡Genial! ¡Felicidades, Shōyō!" — Exclamó Nishinoya.

— Gracias, Noya-san. — El menor suspiró. — Pero de eso quería hablarles... ¿Es posible? Es decir, no me arrepiento de comenzar a salir con Tobio, estoy feliz de eso, pero... Me aterra pensar que hace unos días no lo soportaba y ahora me siento tan enamorado, que con solo mirarle siento cosquillas y la necesidad de lanzarme a él y no soltarle.

"Amor, amor". — Rió Nishinoya. — "Creo que Suga es el experto aquí".

"En realidad, creo que escuché de algo similar hace un tiempo, pero no quiero asegurarlo, no estoy cien por ciento seguro". — Hinata le miró esperando a que continuara. — "Bien... Hinata. ¿Recuerdas a este chico...? ¿Atsumu?"

— Miya Atsumu. — La nariz de Hinata se arrugó.

"¿Una ex-pareja?" — Preguntó Oikawa, curioso por la reacción del menor.

— No exactamente, Tōru. Fue más como... Algo informal, pero no lo sé, desde el principio no funcionó, aunque al final terminamos bien, a veces nos hablamos por Instagram.

"Sí. Bueno, no sé si también lo recuerdas, pero unos meses después de terminar contigo comenzó a salir con un chico". — Agregó. — "Sakusa Kiyoomi, creo que ese era su nombre".

— Lo recuerdo.

"Son 'Soulmates' ".

— ¿Soulmates? — Preguntaron Hinata y Nishinoya confundidos. Oikawa sonrió entendiendo por dónde iba el asunto.

"Sí, Soulmates. Traducido es 'Almas gemelas', no son muy abundantes, pero tampoco muy escasas, y es común encontrarlas durante la secundaria o la universidad". — Los ojos de Shōyō brillaron con curiosidad. — "Usualmente entre almas gemelas se siente una atracción sobrenatural, algunas almas gemelas aseguran que al comienzo se odiaban, pero con el paso de los días o semanas ese odio se convirtió en un repentino amor o atracción. Las almas gemelas se complementan, eso dicen, por lo que sospecharía que quizás eso es lo que está pasando contigo y ese tal Kageyama, pero no puedo asegurártelo, no soy un experto, y no es algo que puedas saber con exactitud, solo percibirlo".

— Estoy de acuerdo contigo, Sugawara. — Comentó Oikawa. — De alguna forma, cuando ves a Hinata y Kageyama sientes que entre ellos hay algo más.

— Hey. Sigo aquí. — El pelinaranja se encontraba totalmente sonrojado.

"Shōyō, si es eso lo que está sucediendo, créeme, ni el ser más cruel de este mundo podrá separarles, es obra del destino y del universo unirles, y será obra del destino y universo separarles".

Hinata sintió como algo se revolvía en su estómago nuevamente, era información nueva y desconocida para él. ¿Soulmates? ¿Eso existía? Quizás en un par de ocasiones escuchó el término, pero jamás creyó que pudiese algo así ser real, estar destinado a otra persona sonaba increíble y aterrador a la vez. Pensar en que una fuerza superior se había encargado de unir a dos personas incluso antes de su nacimiento y destinarles a estar juntos hasta el fin de sus días sin importar cuantas veces deban de enfrentar obstáculos o alejarse uno del otro. Siempre terminarían juntos.

Los ojos de Shōyō brillaron cuando varias imágenes de un futuro no tan lejano junto al azabache pasaron por su cabeza, sonaba increíble.

— Shōyō. — Hinata salió de su trance, mirando a su castaño amigo. — Te hemos llamado por dos minutos. ¿Pasó algo?

— No, no. Solo pensaba.

"El amor, el amor". — Volvió a hablar Nishinoya con una sonrisa. — "Hey, chicos, debo irme. Quedé con Asahi de vernos para cenar esta noche".

— ¿Ahora quién es el enamorado? — Rió Hinata, seguido por los otros dos chicos restantes. — Buena suerte, Noya-san, ten cuidado. Si Asahi intenta hacerte algo patéale las pelotas.

"Asahi es un alfa sumiso". — Todos los presentes guardaron silencio. Incómodo. — "¡Me voy!"

Los tres restantes soltaron una carcajada cuando Nishinoya colgó la llamada.

"Ustedes dos deberían de ir a descansar, ¿Mañana tienen clases?"

— Sí, aunque el horario es menos intenso que los otros días. — Respondió Oikawa, jugando con los cabellos de Hinata.

"Me alegra escucharlo, vayan a descansar, te pondré un mensaje mañana si tengo tiempo de sobra, ya sabes, la universidad también me está volviendo loco".

— Buena suerte, Suga-san, nos vemos. — Se despidió Shōyō con una sonrisa, colgando la llamada.

— Tus amigos son agradables. — Comentó Tōru.

— Lo son, han estado conmigo desde hace mucho tiempo. — Shōyō se acomodó en el regazo de Oikawa, cerrando sus ojos. — ¿Crees realmente que sea posible, Tōru?

— ¿Lo de que tú y Tobio sean soulmates? — El menor asintió. — Por supuesto, lo he sospechado desde un comienzo, Tobio-chan nunca fue tan abierto con nadie.

— Da miedo escucharlo.

— ¿Por qué? En realidad, es algo hermoso, a veces me pregunto si Iwa-chan y yo seremos soulmates, probablemente no lo somos, pero... Lo amo, demasiado como para desear estar a su lado el resto de mis días.

— Qué cursi. — Rió Shōyō. — Pero suena hermoso cuando lo dices así. — Hubo un pequeño silencio de unos segundos. — Tōru... Temo enamorarme y que las cosas no funcionen.

— Funcionarán. — Aseguró. — Puedo verlo en tus ojos, también puedo verlo en los ojos de Tobio-chan, las cosas irán bien para ustedes.

Aunque Oikawa sabía que había un gran problema entre ambos y su relación, y ese problema tenía nombre: Yachi Hitoka.
Tōru temía que cuando la rubia se enterase de la relación entre su pequeño amigo y Kageyama –que probablemente ya lo habría hecho–, hiciese las cosas imposibles para Hinata, porque estaba más que seguro de que a Tobio no le pondría un dedo encima. Su blanco sería Shōyō, y sería Shōyō quien tendría que lidiar con las consecuencias de ser pareja de alguien tan reconocido como Kageyama Tobio.
El castaño miró a su amigo, parecía descansar tranquilamente sobre su regazo. Acarició los sedosos cabellos naranjas y después suspiró. Oikawa haría lo imposible para que su amigo no se viese afectado. Empezando por algo que detestaría hacer y se arrepentiría por el resto de su vida: Pedirle ayuda a Kuroo Tetsurō.
Si quería el bienestar de su amigo debía de informarle de aquello a sus más cercanos, conocía a sus amigos, podían parecer intimidantes todos, pero en realidad tenían buen corazón, y estaba seguro de que tras conocer a Shōyō no durarían en ayudarle. Además, todos sus amigos detestan a Yachi, sus vidas serían más felices viéndole sufrir.

Esa noche Oikawa observó dormir a su pequeño amigo hasta que el sueño llegó a él, dejó que Hinata durmiese en su cama para no despertarle y fue a dormir a la cama del contrario, disculpándose en silencio, pues Oikawa tenía un fuerte aroma que fácilmente se impregnaba en las telas si no se colocaba un poco de aquel perfume para opacar su olor.
Hinata abrió sus ojos horas después, al escuchar la alarma. Era temprano por la mañana y a pesar de estar en plena ciudad logró escuchar a los pájaros cantar.
Se colocó en pie y caminó hasta el baño, pero antes hizo una pequeña parada para cubrir a Tōru con las sábanas, hacía frío y él parecía no sentirlo entre tan profundos sueños. Sacó del armario lo que vestiría ese día y fue a darse una corta ducha.

Se preparó por la siguiente hora, y a las seis y quince Oikawa abrió sus ojos, quejándose de que no deseaba asistir.

— Puedes quedarte si te sientes mal, Tōru. — Shōyō sonrió.

— No, no. — Bostezó. — No podré volver a dormir de todas formas.

Hinata asintió, mientras guardaba su pequeña laptop en su mochila y la dejaba sobre la cama de Tōru, sentándose. Olfateó el sitio por unos segundos, ya se había acostumbrado al aroma de Tōru cuando no llevaba puesto aquel extraño perfume que se colocaba en grandes cantidades por las mañanas, era increíble cómo ocultaba su identidad por tantas horas sin que nadie se diese cuenta. Esperó a que el mayor se preparara, y a las seis y cuarenta y cinco ambos salieron de la habitación camino a la universidad.

— Dime, pequeño Shōyō. — Oikawa pasó uno de sus brazos por encima de los hombros del menor. — ¿Ansioso de ver a tu hombre?

— ¿Eh? N-No, yo no... — Apretó sus labios desviando la mirada, Tōru rió y revolvió sus cabellos.

Entraron juntos a la construcción bajo las miradas curiosas de los principales 'chismosos', quienes no esperaban mucho por comenzar a correr un rumor nada cierto. Tōru se detuvo frente al salón de Hinata y le tomó de los hombros mirándole a los ojos por unos segundos.

— Si la rubia loca intenta hacer algo, llámame, no me importa si tú estás en clase o yo lo estoy también, no quiero que nada malo te suceda, pequeño Shōyō.

— Lo haré, no te preocupes. — Oikawa le envolvió con sus brazos por un momento antes de cambiar su sonrisa sincera por una coqueta y marcharse del sitio, siendo seguido por varios omegas.

Hinata entró a su salón, deteniéndose de golpe al observar al azabache en su asiento, mirándole fijamente, con su ceño levemente fruncido. Sintió sus piernas temblar, y a duras penas caminó hasta el asiento a su lado, sentándose. Kageyama mordió su lengua antes de girar su rostro hacia Shōyō, quien miraba a la nada, aún con sus piernas temblorosas.

— Hinata. — El menor se sobresaltó.

— ¿Sí? — Respondió con una pregunta, sin mirarle. Tobio sintió un tic en su ojo antes de estirar su brazo y tomar el mentón de Shōyō con cuidado, haciendo que le mirase a los ojos. — ¿Kageyama?

El azabache se inclinó, hundiendo su nariz en el cuello del menor. El rostro de Shōyō comenzó a hervir de la vergüenza, y un cosquilleo se instaló en su vientre al sentir la punta de la nariz contraria rozando su delicada piel. Kozume, quien entraba al salón despreocupado, se detuvo de golpe, mirando a la pareja con los ojos bien abiertos de la sorpresa.

— Kageyama, no hagas eso... Hay gente... Aquí. — Susurró Shōyō, tomando la muñeca del mayor. Sus ojos se cerraron, involuntariamente, mientras escuchaba como el ojiazul olfateaba su piel y soltaba bajos gruñidos.

— No me gusta como hueles. — Susurró el mayor. Hinata abrió sus ojos nuevamente, mirando al contrario confundido. — Hueles a otra persona.

— ¿Otra persona...? — El rostro de Shōyō se enrojeció aún más, recordando en donde había dormido la noche anterior. — Lo siento, anoche... Yo... Dormí en la cama de Tōru por accidente.

Kageyama frunció su ceño y sin dudarlo tomó a Hinata de la cintura, apegándole a su pecho.

— Será mejor que cubras tu nariz. — Kageyama estaba dispuesto a hacer algo que el rubio en la entrada descubrió antes de tiempo.

— ¡Alto ahí! — Exclamó, subiendo los escalones con rapidez hasta llegar a la pareja. — Kageyama, si haces eso provocarás algo terrible. — Kozume tomó a Hinata de uno de sus brazos y le apartó del mayor, quien gruñó con molestia.

— ¿Kenma? ¿Qué sucede?

— Acompáñame al baño, Shōyō, te ayudaré a deshacerte del olor. — Tobio elevó una de sus cejas. Kozume suspiró aliviado.

Si Kageyama hubiese dejado que el pelinaranja recibiera aquello directamente probablemente tendrían un celo adelantado esa mañana, y no deseaba eso, podía sentir lo confundido que ya se encontraba su amigo, no podía permitir que las cosas empeoraran. Debía de buscar a Oikawa y pedirle ayuda, él mejor que nadie sabría qué hacer con Hinata.

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