3. Perdón Para Empezar

Había pasado apenas un mes de aquello y eso chico no se me acercaba. Ahora me encontraba intentando encontrar una solución a mi tatuaje de número de serie.

Mi hermano me decía que no me lo quitara por qué se quedaría pero de lo que ya es, pero yo era cabezota e insistía. Él se había ido con Mikey a hacer un trabajo del instituto así que me quedé viendo un video de como quitar dicha molestia que se situaba en mi nuca, hasta que sono el timbre. No iba con las mejores prendas para salir, pero ¿me importaba? No.

-Agh, ¡Ya voy! - grité para empezar a bajar unas escaleras y llegar a la puerta. - ¿Y tu quien eres? - Pregunté al ver a un chico con el pelo azul con cara seria. - Aaaah ya recordé. Eres el chico que ayudo al zanahoria. - dije sería. - ¿Quieres pasar? - Pregunté amablemente.

-Gracias. - se limitó a decir mientras pasaba a dentro de la casa.

-¿Y bien? ¿A que has venido? - dije llevandolo al salón que compartíamos con la gente del trabajo de mi madre.

-Emmm... Venia a pedir perdón. - Dijo sorprendiéndome.

-Mmmmh esta bien, antes de hablar, ¿Quieres algo de beber? - pregunté dirigiendome a la cocina.

-Agua- escuhé de su parte, así que le llevé un vaso de agua para él, pues yo también quería agua.

Al llegar con los vasos de agua, me encontré con algo que me esperaba que ocurriera. Las chicas de mi edd que trabajaban allí, se encontraban junto a mi visita. Me dio una risita pues se notaba que no estaba acostumbrado a tener mujeres cerca, me parecia tierno. Además de que su expresión ya no era seria, ni de amargado como la primera vez que lo vi, si no de timidez y topeza. Dejé el vaso en la mesita qué había y eché a esas chicas de la sala.

-Gracias. - murmuró el chico una vez estuvimos a solas.

-De nada emmm. - no sabía momo se llamaba asique me rasqué la nuca.

-Shouta, Shouta Kawata - dijo poniendose en pie y ofreciendome su mano - Y tu eres...

-T/N, T/N Ryûgûji - dije mientras tomaba su mano y le daba una sonrisa mientras él se sonrojaba.

-Como dije, vine a pedirte perdón - Dijo soltando mi mano y sentandose mientras yo lo imitaba.

-¿Qué me has hecho para querer mi perdón? - pregunté sin entender nada.

-Ayer, mi hermano se pasó contigo - dijo haciendo que comprenderá todo.

-AAAAAAH, Ahora lo entiendo - Dije recostandome en el respaldado del sillón. - Pero tú no tienes por qué recibir mi perdón. Es él el que si quiere tenerlo, tendrá que venir y pedírmelo. - dije sin más.

-Pero es que él es muy orgulloso y no sabe nada de pedir perdón, por eso me pidió que viniera por él. - dijo suspirando - ¿Podríamos olvidar ese incidente y empezar de nuevo? - dijo haciendo una reverencia frente mía.

-Claro, pero por favor Shouta, no te inclenes. No lo merezco. - Dije dándole unas palmadas en la espalda hasta que de repente me tomó de las manos y me miró serio pero con cierto brillo en sus ojos.

-¿Que dices? Claro que te lo mereces, eres muy fuerte, bonita y amable, te mereces que me incliné al pedir perdón pues eres una persona igual que a mi. - Dijo hasta que se dio cuenta de lo que hacía provocandole un sonrojo y que apartara la mirada.- además, me gusta el número, te queda bien - Suspiré y le sonrei amablemente.

¿Quien me iba a decir que ese fue el inicio de la mejor amistad que he tenido exceptuando la de Mikey?

Había pasado apenas un mes y ya éramos inseparables, resulta que él y su hermano iban a mi mismo instituto. Me alegré mucho, y las pocas amigas que tenía, cuando venía Souya a almorzar conmigo no paraban de decirme que si era mi novio. No lo era, pero me gustaba que me preguntarán, me daban autoestima inconscientemente.

Ahora mismo me encontraba en frente de la casa de mi amigo apunto de tocar la puerta para regalarle algo por ayudarme en Inglés hace unas semanas. Cuando toqué, vi a su hermano, el cual ni se había presentado desde que nos conocimos, abriéndome la puerta.

-Souya no está, se fue a ayudar a su madre en la compra. - Iba a cerrar la puerta pero puse el pie impidiendolo.

-¿Puedo esperarle no? - pregunté viendo cómo me dejaba pasar suspirando.

Debo de reconocer que desde que Souya me contó que a su hermano le costaba pedir perdón, me había causado cierta intriga, me interesaba... Pero sin que él me hablará no ibamos a poder iniciar una amistad, así que hoy sería el día para acabar con esa barrera.

-Sabes que te perdoné hace mucho ¿verdad? - le dije mientras me sentaba a su lado en el sofá.

- Yo no pedí tu perdón - Dijo sonriendo como de costumbre - Soy Nahoya, más conocido como Smiley - me comentó mientras ponia Attack of Titans

-T/N Ryûgûji - Dije sin más, recibiendo una mirada de asombro - ¿Qué? ¿Tengo un moco en la frente?

-¿Eres la hermana de Draken? - asentí - Pero eres distinta... Muy distinta...

-La genética es caprichosa por desgracia - de la nada note su mano en mi mejilla - ¿Ahora que? - me giré para quedar a milímetros uno de otro.

- ¿Por qué me negaste ese polvo? - Me quedé loading - Si es porque no crees que sea como los otros hombres creeme que te equivocas. - empecé a reírme provocando que el contrario se desconcertara.

-Aaah, eso... Eso fue por que no soy puta y por qué termino mi turno - dije para verle serio cosa que me sorprendió por qué lo poco que habia podido observar, él siempre sonreía hasta al pelear.

-Ya no eres prosti- no le deje acabar pues coloque mi índice en sus labios negandole. - ya veo... - él se fue a alejar para encontrar se con Souya detrás de él - Hola bro - dijo como normal pero él no le contestó, simplemente me tomo del brazo y me llevó con el a su habitación.

Una vez allí cerró la puerta con pestillo y me tomó de los hombros.

-Perdón por reaccionar así - fue lo primero que dijo - debes de llevar cuidado con mi hermano... No es lo que parece - Dijo mirándome serio.

-¿Eh? Yo creo que es muy majo además recién supe su nombre - Dije para tomar de los mofletes al peliceleste. - Tranquilo bonito, nadie te va a quitar tu puesto.

- No es eso, solo que mi hermano es peligroso y no quiero que te pase- no continuó pues le di un beso en la punta de la nariz.

-Ya, ya, ahora silencio, tengo un regalo para ti. - Dije para enseñarselo.

Narrador omnipresente

Estaban los dos tan concentrados en suyo que no se dieron cuenta de que alguien los escuchaba atrás de la puerta. Alguien que cuando escuchó risas provenientes de nuestra protagonista y comentarios bellos hacia su hermano, su sonrisa se borro por una mueca de molestia y celos.

Lo peor de nuestros dos hermosos pelialgodones era que estaban peleando inconscientemente por una chica que, por suerte o por desgracia...













































































No los recuerda















Uy... Ya empiezan lo interesante uwu... Perdón por el capítulo corto :(

🙏 Por favor den le a la estrellita y voten se lo agradecería mil veces

🏃‍♀️ Sigueme para enterarte de los avisos etc

😎Pueden dar ideas en los comentarios o simplemente escribir lo que piensan yo los leo todos toditos

😅 Perdonen si hay alguna falta de ortografía, soy de números no de letras

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