☼ The Light In The Darkness☼

Cuenta la leyenda, que la tierra de los mortales estaba gobernada por dos reinos, el de la luz y el de la oscuridad.

Ambos reinos nunca se llevaron bien y la tierra se encontraba dividida en bandos totalmente opuestos, donde en uno siempre brillaba el sol y en el otro la luna adornaba el negro cielo junto a las estrellas. Por eso, se enfrentaban a épicas y catastróficas batallas para poder conseguir el control por completo.

Un día que el sol brillaba más que nunca en el bando iluminado, nació el hijo del rey, de piel color miel y hebras doradas, con dulces ojos avellana y tierna sonrisa. Era tan inocente, tan puro, tan brillante, que se convirtió en la luz y energía del reino llenando de amor y esperanza los corazones de hombres y mujeres. Park Jimin era el heredero que todos esperaban desde hace siglos, el que llevaría a su pueblo a la victoria y gloria eterna.

Su llegada se hizo escuchar hasta donde era siempre de noche, y la luna, emocionada, brilló también como nunca en honor al príncipe, alertando a Min Yoongi, el rey oscuro, de la llegada de su nuevo e inofensivo enemigo. Idealizó un plan para hacerse con el príncipe y acabar con él. Mandó a una de sus más queridas aves negras a vigilar al niño mientras esperaba y esperaba por años al momento perfecto para llevar a cabo su cometido.

Jimin fue creciendo, siendo más alegre y brillante cada día que pasaba, y aunque siempre le advertían que tuviera cuidado y no cruzara el bosque que hacía de frontera entre ambos reinos, al curioso principe le gustaba pasear cerca, casi pisando la zona que se le era prohibida. Nunca pasaba nada fuera de lo normal, hasta que escuchó a un pequeño pájaro negro que cantaba en una rama de los árboles, ese pájaro que le espiaba sin nunca darse cuenta.

El ave se adentró en el bosque, y así hizo Jimin hipnotizado por su bello canto, sin pensar en lo que hacía. Lo siguió hasta que el animal despareció de su vista y sin saber como, se vio atrapado en un gran jardín, donde los árboles eran altos con hojas oscuras y los rosales con sus flores negras y llenas de puntiagudas espinas, donde volaban pequeñas luciérnagas y el cielo estaba pintado de oscuros tonos azulados.

Detrás de los gruesos árboles salió un hombre pálido, con ojos felinos, vestido de prendas negras y una corona de plata con diamantes incrustados adorando su cabellera color carbón. La pequeña ave se posó en su hombro.

"Por fin nos conocemos, Park Jimin."

La voz gruesa del rey hizo que Jimin se girara sorprendido, ¿era él hombre del que todos le advertían? El pobre príncipe estaba en problemas, pues Yoongi lo hizo carcelero en su castillo, robando así la luz del bando enemigo, haciendo que el pueblo se sumergiera cada vez en la profunda oscuridad, y con Jimin muerto jamás podrían vencerlo.

Pero el joven príncipe no era para nada ingenuo, así que se las ingenió para ganarse la confianza del malvado rey hasta que este lo dejó salir de su celda, pero no del castillo. Pasaron meses en donde Jimin y Yoongi convivieron juntos, a veces el joven le lloraba a la luna queriendo volver a su hogar y Yoongi terminó por acostumbrarse a la presencia del príncipe. También Jimin descubrió que el monarca no era malo del todo, solo necesitaba un poco de amor y aunque fuera el villano, el rey acabó siendo amable con él, bueno, lo intentaba, aún así Jimin no dudaba en brindarle hermosas sonrisas y cuidar también de él, ablandando por primera vez su frío corazón.

"¿Porque hace eso conmigo?"

Pensó Yoongi sin entenderlo, pero cada día que pasaba el pobre rey se encariñaba más con él. Incluso se sintió celoso de la luna, quien siempre se lo llevaba a cuidarlo y a mimarlo.

"¡Oh mi querido príncipe, eres igual que yo. Siempre brillamos!" La luna exclamaba abrazando a Jimin.

¿Era eso? Celoso, Yoongi deseó por primera vez brillar para ganarse el corazón del príncipe por completo. El oscuro rey se sentía más impotente al no poder controlar sus sentimientos, así que no esperaría más, tendría que acabar con el joven antes de que Jimin acabara con él.

Cuando Jimin se encontraba en el jardín de espaldas, jugando con las luciérnagas, se acercó con cuchillo en mano, alzándolo para por fin matarlo, pero Jimin empezó a lamentarse extrañando a su pueblo y família, quienes podía escuchar llorando por él a lo lejos.

Con un fuerte dolor en el pecho, Yoongi bajó el arma blanca y sin darse cuenta, brillantes lágrimas brotaban de sus ojos.

"Mi querido rey, ¿porque está llorando?" Jimin preguntó preocupado y al ver el arma preguntó de nuevo "¿Que hacía con eso?"

¿Como se suponía que iba a matarlo? No podía acabar con su luz, con la luz que nunca pensó que alegraría su vida, que nunca pensó que necesitaría. ¿Que sería de él sin su ahora querido príncipe?

Tiró el cuchillo al suelo, lo abrazó y besó su frente suavemente, decidiendo arriesgar su honor que la vida de Jimin, porqué si él moría, no solo el pueblo enemigo lo haría, si no que Yoongi también moriría en vida.

Yoongi lo acompañó hasta la frontera donde se despidió de él de nuevo, y a la misma vez, volvía a salir el sol en el reino luminoso. Y aunque Jimin estuviera feliz de nuevo al volver, no quería alejarse de Yoongi, por eso, antes de volver a su castillo, le juró visitarlo todos los días. El rey oscuro sonrío y en su reino salió también el gran sol, por primera vez.

Y así fue como se creó el día y la noche, cuando Jimin estaba en su reino, el sol brillaba contento, y cuando volvía con Yoongi, la luna y las estrellas aparecían para cantar una nana para que todos durmieran.

Jimin llevó a ambos reinos a una victoria eterna, donde oscuridad y luz aprendieron a vivir siempre en armonía, porque la una no tendría sentido sin la otra.

Fin

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