05| 𝐃𝐢𝐬𝐭𝐚𝐧𝐜𝐞

⎾𝗗𝗶𝘀𝘁𝗮𝗻𝗰𝗶𝗮⏌

La fémina no tardó en llegar al área de juego. No estaba tan lejos de su pequeño "refugio".

El siguiente juego que iba a jugar podía verse que se situaba en un túnel, donde anteriormente pasaban los transportes.

Se quedó mirando al cartel de arriba del principio del túnel.

—¿Yoko?— preguntó alguien detrás. La recién nombrada se giró sobre su eje y vio a dos personas conocidas.

Eran los dos del juego del cara caballo. El pelo revoltoso y la chica linda de pelo corto.

—Anda, pero si sois vosotros. Que alegría veros.— con su dedo índice señaló a cada uno.— Arisu y...

—Me puedes llamar Usagi.— pronunció la chica con timidez.

—Bonito nombre, Usagi. Y, ¿Donde está el que estaba contigo, Arisu?—

El chico se quedó en silencio, dando por hecho de que su amigo rubio ya no estaba con ellos.

—Es una pena. Que en paz descanse. Bueno, supongo que venís al mismo juego que yo, así que vamos.— los tres empezaron a caminar dentro de donde sería el área. Cuando encontraron un autobús llena de pintadas y demás.

También ponía algo mas.

"META"

Al parecer la única que vio eso fue Nakamura, pero lo dejó pasar. Suponía que no era nada importante. Pobre ingenua.

—Vaya, éste trasto ésta más sucio que las paredes de la calle de donde vivo. Alucino.— dijo burlesca la castaña.

Decir eso y subieron al transporte de cuatro ruedas. Al entrar también pudieron presenciar la presencia de otros tres jugadores, uno de ellos parecía estar cojo. A un lado se encontraban los teléfonos restantes. Ellos cogieron tres de ellos.

"Los registros se han cerrado. Hay un total de 6 participantes. El juego está por comenzar"

Dificultad cuatro de tréboles"

"Juego: Distancia"

"Reglas: Resistan las pruebas y lleguen a la meta dentro del tiempo limite"

"Condición: Llegar a la meta a salvo"

"Empiecen"

"Tiempo restante: 120 minutos"

—¿Nos están pidiendo que corramos?— dijo el de la pierna rota.

—Ay no, soy malísima corriendo.— se quejó Yoko.

Pudieron ver como debajo de donde ponía el tiempo, tambien aparecía la distancia, que raramente era "0".

—¿0? ¿Pero 0 que? Mi profesora me enseñó que hay que especificar las cosas. Si no, así no se entiende.—

Todos la miraron sin decir nada. ¿Como podía estar tan tranquila si estaban en medio de la vida y la muerte?

Así era ella. Tan despreocupada y y tan pasota de todo. Si no tenía algo que ver con sus amigos, su familia o las notas se la sudaba.

—Ay, era una pequeña bromita nada mas.— se cruzó de brazos mientras refunfuñaba.

—Conduciremos.— dijo uno del grupo contrario.— Éste autobús lo hicieron alrededor de 1970.— cogió las llaves que estaban  a un lado e intentó encender transporte.— Vamos, tiene que encender. Mierda, ya no queda gasolina.

—Creo que no hay de otra que correr.— se metió Usagi.

—¡Su puta madre! Prefiero morirme que correr.—

—¿En serio?— le preguntó Arisu.

—...No, tengo amigas que cuidar.—

En eso, el hombre que estaba cojo de una pierna habló.

—Iros sin mí.— todos lo miraron.

—Tranquilos, buscaré una forma de sobrevivir. Así que iros.—

Mientras ellos se peleaban y discutían, Yoko hablaba sola.

—Estoy segura de que me arrepentiré de esto.—

[•••]

—¡Me arrepiento de venir! ¡Me cago en todos tus muertos, puta pantera de mierda!— gritó la castaña sacando su hacha de su espalda.

La empuñó en sus manos y se arrojó al animal, en un rápido movimiento pudo hacerle una herida. Algo era algo aunque no fuera efectivo.

—¡Pero muérete ya, joder! ¡¿Es que eres inmortal o qué?!— después de decir eso se alejó de nuevo del animal salvaje.

Por el camino se encontró con Arisu, Usagi y otro de los chicos, lo que decidió seguirlos. Pero no contaron con ver una escena tan grotesca. La pantera había podido cazar a uno de los jugadores. Lo estaba haciendo pedazos, literalmente. El chico les dijo que escaparán, y éstos no dudaron en hacerlo solo que su compañero se quedó gritando por verlo morir. Así que Arisu lo llevó arrastras.

Estuvieron corriendo un largo tiempo, hasta que se pararon para descansar un poco.

—Uff, y yo que quería ser veterinaria.—

—Estoy... Solo.— dijo de repente aquél joven, asustando y solitario.— Estuve con ellos una semana, pero se sintió co si nos conociéramos desde hace años.

—Vive, y cuéntale de ellos a tu mujer.— dijo Arisu en un intento de ánimo.

—Tienes razón.— los cuatro empezaron a correr de nuevo.

"Distancia: 8.000"

Después de que la voz dijera la distancia, Arisu se paró a lado de una camioneta la cual detrás parecía tener una moto.

—¿Que has visto?— dijo Usagi.

—¿Eso es una moto?— se metió Yoko.

—Es una Royal Enfield.—

—A sí, he oído hablar de ella a Shizuku. Dice que es una motocicleta rara que usa diésel.—

—Ahora lo entiendo, todos los circuitos electrónicos fueron destruidos. En cambio, los aparatos analógicos pueden funcionar. Eso quiere decir, que las motos y coches viejos todavía funcionan. O el autobús del comienzo.—

—¡Coño! Sabía que el puñetero autobús significaba algo.—

Rápidamente, el chico y Arisu subieron a la camioneta.

—Pero no tiene batería.—

—Yoko, has dicho ésta moto es raro y que usa diésel.— se dirigió a la castaña.

—Ehh, si, ¿Por qué?—

—Si llevamos la moto hasta el principio, podremos salvar al que dejamos.—

—Arisu... ¡Eres un genio! Sabía que era lo indicado ser tu amiga.—

—Pero si vas, no podrás ganar.— le dijo la chica.

—Ay tiempo. Usagi, Yoko, tenéis que llegar a la meta con el.— miró al chico.— Ya los alcanzaré. Si el autobús avanza, no quiero ver a nadie más morir.

—A no cabrón. No te pienso dejar solo. Prefiero morir a correr otros diez kilómetros.—

—Pero...—

—He dicho que no. Fin de la discusión.—

[•••]

—¡Agarrate de mi mano!— gritó con todas sus ganas Arisu.

—Ésto va ha salir mal. ¡Ésto va ha salir mal!— la castaña veía como una gran avalancha de agua venía hacia ellos.

Usagi estaba a punto de cogerle la mano al chico, y cuando lo hizo el chico de la pierna coja cerró las puertas del autobús. Haciendo que el agua no pudiese pasar a dentro del vehículo.

No pasaron mas de diez minutos desde que el agua ya había cesado, aunque puede que hubiesen traspasado unas cuantas gotas. Y la mayoría se estaba despertando de sus leves desmayos.

El autobús estaba volcado, y para poder salir de ahí tuvieron que hacer casi volteretas y todo.

Cuando salieron, los cuatro se fijaron en lo que ponía en el vehículo.

"META"

—¿Enserio? Me están vacilando. Sabía que significaba algo.— dijo Yoko.

—Siempre estuvo aquí.—

—¿Y los números?— preguntó Usagi.

—La distancia a la meta. Al inicio estaba en "0".— le respondió el chico de pelo revoltoso.

"Juego completado. Felicitaciones"

Los cuatro bajaron de arriba del autobús, y vieron como el cojo se alejaba de ellos.

—¿A donde vas?—

—No lo sé. Si salimos vivos, hay que vernos por ahí.— y diciendo eso, se fue a la salida.

—Bien, supongo que yo también me iré. Mis amigas me esperan. También esperó que, nos veamos por ahí.— ella también se fue.

Yoko salió de donde anteriormente era el área de juego y caminó a donde se supone que estaban sus amigas.

Pero al llegar al lugar, se confundió al no verlas ahí. Si se encontró con la tienda, mos suministros y demás. Pero no a ellas. Buscó y buscó y nada.

No creía que se hubieran ido por ahí. Por que cabía decir, que antes de aue se fuera, éstas le prometieron que no se irían de ese sitio.

—Ésto no puede ser. Oh, mierda.— susurró.

Como ya se hacía de día, y al notar que no volverían de donde estuviesen, escogió la opción de volver con Arisu y Usagi. Tenía una leve sospecha de dónde estarían.

—Sabía que estabais aquí.— dijo Yoko acercándose hacia ellos mientras observaba la bonita vista al mar.

Al escuchar ésa voz, Usagi y Arisu se giraron y miraron hacia atrás.

—¿Yoko? ¿Que haces aquí? Se supone que deberías estar con tus amigas.— le dijo Arisu.

—Se suponía. Pero cuando fui no había nadie. Habían desaparecido. Cuando me las encuentre, estéis seguros de que ilesas no saldrán.—

—Sabes que no es verdad.— Usagi alzó sus cejas.

"Tienes razón, no podría"

¡Capítulo 5 publicado!

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