03| 𝐒𝐞𝐜𝐨𝐧𝐝 𝐆𝐚𝐦𝐞

⎾𝗦𝗲𝗴𝘂𝗻𝗱𝗼 𝗝𝘂𝗲𝗴𝗼⏌

Ya pasaron los tres días que tenían de visa, y para no morir, tenían que jugar de nuevo.

—No quiero ir...— dijo June en un susurro.

—Si no vas, mueres Junī, y lo sabes muy bien.— le dijo a regañadientes su amiga de pelo rizado.

—Ah, dios.— suspira la de ojos negros.— Ésto vas a ser como una patada en el culo. Ha éste paso voy a tener mas ganas de morir en los juegos que de jugarlos.

—Que sincera de tu parte, so burra.— se puso su nueva hacha en el hombro y empezaron a caminar hacia el área de juego.

—Parece que le has cogido cariño al hacha, Yoyo.— le dijo de broma la de piercings.

—Por supuesto que si, mis queridas amigas. Os presento a Gertrudis y sirve para mutilar.— les siguió el juego la de gafas de pasta negra.

—Será mejor que dejemos de hablar y nos centremos en que tipo de juego será.— con el comentario de la morena la conversación se fue disipando.

No tuvieron que caminar más que unas rotondas hasta llegar. Y cuando lo hicieron, pudieron ver a unos cuantos rodeando a la misma mesa que el anterior juego, encima de esta quedaban cinco teléfonos, así que ellas cogieron tres de ellos.

—Agh, estoy agotada.— pronunció la morena sentándose en el suelo con el espalda en la pared.

"Hay un total de 14 participantes por ahora. Por favor, espere a que el juego comience."

—Ya hay 14 y todavía quedan dos más. No sé por qué pero me da la impresión de que saldrán pocos de los muchos que hay.— dijo la castaña sin importar que la escucharan, esa era la intención.

Con ese comentario que había echo, la mayoría se había puesto nerviosa. Lo que le sacó una diminuta sonrisa divertida.

—Tengo miedo chicas, ¿Y si no salimos todas?—

—Ahh, no seas tan paranoica June. Saldremos vivas y en una pieza.— le dijo con una voz irritada la de piercings en la cara.

No pasó mucho más de dos minutos antes de que llegaran otros dos participantes más.

Uno era rubio con el pelo corto y el otro moreno con el pelo revoltoso.

"Los registros se han cerrado. Hay un total de 16 participantes. El juego está por comenzar.

—Perdonen.— dijo un chico de gorra acercándose al par.— ¿Que es esto? Me trajeron aquí son consultarme nada.

—Ya dejalo.— se metió el rubio.— Los novatos nos van a estorbar.— dijo esto ultimo en un susurro, pero la de gafas lo pudo escuchar.

"Dificultad cinco de picas"

"Juego: Pilla Pilla"

Reglas: Escapar de [La Cosa]

—¿De qué cosa se supone que tenemos que escapar?— preguntó irritada la rizada mientras miraba su móvil.

"Condición: Encontrar el símbolo escondido en uno de los cuartos dentro del tiempo límite. Ganarán el juego al púlsar el símbolo"

"Tiempo límite: 20 minutos."

—Esto tiene que ser una jodida broma.— murmuró enfadada la de ojos negros dando un puñetazo a la pared donde estaba apoyada.

—Son por lo menos siete pisos de altura, y unas cincuenta puertas en cada piso. Tardaríamos mas de una hora en buscar la correcta.— siguió June, estaba hablando en voz alta son darse cuenta. Y eso hizo crecer la desesperación de todos.

—Tendremos que usar toda nuestra fuerza e inteligencia para poder ganar, joder.— dejo caer su hacha, aun sosteniendola en su mano, que anteriormente estaba apoyada en su hombros.

Poco a poco fueron esparciéndose por todo el edificio hasta que el juego empezara.

—Será mejor separarnos. No creo que con mantenernos juntas sea bueno para las tres.— propuso la de pelo negro a sus amigas.

—Si una de nosotras muere, será tu culpa. Y si yo muero, vendré del mas allá para cogerte de las patas por las noches y maldecirte.— le advirtió con una sonrisa Yoko. Fue al ascensor y se subió para ir al ultimo piso. Así sería mas fácil verlo todo.

Pero parecía no ser la única en tener ésa idea. Pues con ella, también se subió un chico con capucha junto con unos auriculares y un Walkman en su bolsillo derecho. Se fija mucho en los detalles.

Al llegar los dos bajaron del ascensor y fueron a la esquina del edificio, donde efectivamente se veía todo. Se ubicaron casi al lado, solo los separaban unos tres metros.

—Parece que hemos tenido la misma idea.— empezó la fémina. Éste solo se quedó callado mientras la observaba.— Soy Yoko por cierto.— Otra vez no habló.— Ya...

"Empiecen"

Los dos se callaron de repente, o más bien la chica, el otro no había pronunciado ni mu. Así que prestaron atención a lo que pasaba abajo de ellos.

De pronto se escucho como si alguien estuviera tocando una trompeta, como si estuviera alertado la llegada de algún individuo. Eso querría decir que [La cosa] ya está cerca.

Desde lejos se podía escuchar como resonaban unas botas, como si estuviera caminando sin ninguna preocupación.

Nadie sabía por donde andaba.

Ya habían pasado como tres minutos, y no había pasado nada. Pero de repente, unos tiros de una metralleta sonaron en eco.

—Dios mió. Espero que Shizu y June estén bien. Si no sería mi perdición.— susurró nerviosa. Rezaba para que no les hubiera disparado a una de ellas.

Y así sucesivamente, sonidos de balas y muertos por doquier. Algo repugnante y un poco satisfactorio para Yoko a decir verdad. Aunque no sabía exactamente por qué.

Gritos de auxilio y desesperada. Gente corriendo por su vida, y ella, tan tranquila ahí parada. Esperando que sus amigas estén a salvo y que llegué el momento de actuar.

Y de un momento a otro, el chico de cabello revoltoso, comenzó a gritar nombrando el paradero de [La Cosa].

—¿Ah? Mira que inteligente el cabrón.— exclamó con burla Yoko, algo que consiguió que su "acompañante" riera en un tono bajito. Que pena que ella no pudo escucharlo.

—¡[La Cosa] está en el segundo piso del área central. No tiene una buena visión a causa de su máscara! ¡Ay que ayudarnos a buscar el símbolo, lo pondremos lograr juntos!— terminó de decir el joven.

—Si, es una buena idea. Pero nadie ayudaría.— dijo por primera vez en todo el juego el chico de capucha.

—¡¿Eh?! ¡Hablaste! No eras mudo, eh.— soltó sorprendida la fémina de su lado ñ con una sonrisa.— Me dejaste hablando sola como una estúpida.

—¡¡[La Cosa] va hacia el cuarto pido del edificio central!! ¡Si están cerca escapen!— gritó alguien de nuevo, pero ésta vez parecía la voz de una chica.

—¿Que decías?— le dijo burlona al de su lado. Quien levantó las cejas con un poco de sorpresa.

—Ah, escaladora. Es muy buena.—

—Muuy buena. Uff, creo que no soy tan heterosexual como decían.— comentó con gracia, intentando relajar el ambiente. Aunque no mentía al respecto.

—¿Eres lesbiana?— se giró a ella.

—Bisexual más bien.— dijo como si nada.

"Ocho minutos para que el juego termine."

"El número de sobrevivientes es 10"

La fémina pudo presenciar como [La Cosa] disparaba de una gran distancia a un chico que estaba a punto de abrir una puerta.

Pero... ¿Por qué disparar desde una posición tan desfavorable? No tendría sentido ¿O sí? Debe haber algo detrás de esa específica puerta que tanto ha protegido.

Luego, notó que su acompañante miraba su teléfono y se quitaba el gorro.

—Vaya, bonito pelo. Me gustaría teñirmelo así alguna vez.— le halagó Yoko. Era bastante guapo el desgraciado. Y realmente le había gustado, pero al estar en una situación así, no era el momento perfecto.

—Gracias niña.— le dijo éste yéndose.

—Esperame, voy contigo. También me he dado cuenta.—

Los dos, se encaminaron juntos hacia donde estaba la dichosa puerta.

"Tiempo restante cinco minutos"

Al estar cerca de ésta, se encontraron con el chico de cabello revoltoso, como Yoko lo había empezado a llamar.

—¿También te has dado cuenta?— le pregunta el teñido.

—Si, éste cuarto debe de tener el símbolo.—

—Que listo eres, cabello revoltoso.— siguió la de gafas.

—¿Cabello qué?—

—Te llamaré así desde ahora. Es un apodo cariño, tranquilo.—

Sin más que decir, estuvo a punto de abrir la puerta pero se detuvo.

—¿No vas a abrir?—

—¿Por qué [La Cosa] nos persigue?— se preguntó en voz alta.

—Pues... ¿Será por que nos quiere muertos? No se, solo digo.— exclamó irónicamente la única chica.

—Ya pero, pudo esperarnos aquí.—

—Hay cosas que no sabemos. Pero, ya no hay tiempo._ el rubio teñido le mostró su teléfono, y efectivamente, quedaban tres putos minutos para que el detonador explotara.

Con eso, cabello revoltoso, decidido empezó a abrir la puerta. Y así poder entrar los tres.

Todo estaba oscuro, no se veía caso nada. Dentro pudieron ver que había otra puerta, así que, silenciosos, se acercaron a ésta.

Sin notarlo, de atrás salió otra [La Cosa]. El único que pudo notarlo a tiempo fue el moreno, quien rápidamente apartó al rubio y a Yoko para que no les dieran los disparos.

—¡Atrás!— gritó.

De su bolsillo, el rubio tenido logro poder sacar su electrocutador a tiempo y darle a [La Cosa]. Y así poder destabilizarlo y que cayera al suelo.

—Mierda, eso estuvo cerca, muy cerca.— dijo como pudo la chica respirando entrecortadamente.

—Hombre prevenido vale por dos.— dijo el de pelo largo.

—Y que lo do-.— no pudo terminar su frase, pues el maldigo cara de caballo empezó a tirotear de nuevo.

El chico de cabello plateado tirando a rubio pudo salir al pasillo. Y el otro meterse a la habitación. La única que se quedo con [La Cosa] había sido Yoko.

—Mierda.— y con eso el cara de caballo le empezó a disparar con su metralleta.

La mayoría pudo esquivarlos como pudo pero los últimos tres no. Cuando paro de disparar, vio como la chica caía muerta sobre el suelo. Con una bala en la pierna y las otras dos en el pecho. Yoko estaba muerta.

—Joder.— dijo el de chándal al darse cuenta de que había dejado a su compañera dentro. Estaba seguro que ya estaría en el suelo desangrándose. Pero eso lo desánimo un poco, pues empezaba a caerle bien y ni siquiera el sabía por qué. Pero sus comentarios lo habían echo reir unas cuántas veces. Debía admitir que la echaría un poco de menos.

—¡Que alguien venga! ¡El símbolo está aquí! ¡Cuarto 406!— gritó desde la ventana.— ¡No se puede ganar solo! ¡Se necesita que lo hagan dos!

Al acabar de decir eso, la puerta cedió y se abrió, dando paso a [La Cosa].

"Tiempo restante un minuto"

Apuntó hacia el, y empezó a disparar solo que se acercó al cara de caballo y lo estampó contra la blanca pared.

Con eso, el rubio pudo entrar a la habitación y presenciar la escena de Yoko muerta en el suelo. Estaba sujeta en la pared con los ojos cerrados, y su querida hacha a su lado. Ni siquiera le pudo dar un buen uso a esa cosa. Rezaría por ella.

"Tiempo restante 30 segundos"

Sin que nadie lo esperaba, por la ventana entró la chica de pelo corto del principio, la que estaba estirando sus piernas.

—¡Oye!— le llamó el rubio, la chica le prestó atención, y el le pasó su electrocutador. Haciendo uso de éste.

"5"

"4"

"3"

El chico de pelo revoltoso y la chica se levantaron.

"2"

Fueron hacía los símbolos.

"1"

Y al fin pudieron pulsarlos.

Al ver que no pasaba nada, cayeron al suelo y respiraron profunda y tranquilamente.

"Juego terminado. Felicitaciones"

Despegaron su vista del teléfono para poder mirar a [La Cosa]. Quien poco a poco se levantaba de su pequeño desmayo. Pero ésta vez no tenía mascara, no era más que una mujer. De pronto su collar empezó a brillar, y así sin más, explotó. Derramando su sangre rojiza por las paredes.

—Joder, vaya escena.— dijo alguien por detrás.

El rubio se giró rápidamente al escuchar una voz femenina un poco familiar. Y al girarse se encontró con Yoko. Que supuestamente debería estar en el suelo, pálida, muerta y desangrada.

Pero no, estaba despierta, levantada, viva, como si no hubiera pasado nada.

—¿Qué? Pero, ¿No deberías de estar muerta?— le preguntó un confundido chico de pelo largo.

—Tu lo has dicho, debería. Pero...— de su camiseta negra pudo sacar una fina chaqueta anti balas.— Una mujer prevenida vale por dos.— sonrió con insuficiencia.

Resulta que ese chaleco lo había encontrado por la calle cuando venía hacia aquí. Y le resulto útil, muy útil de echo, meterlo dentro del niqui. Por si pasaba algo raro.

—Aunque lo de la pierna se me ha pasado por alto.— dijo haciendo una mueca de dolor.

—Menos mal, me alegro de que estés viva.— se metió el moreno, junto a la chica de cabello corto.

—¡Anda! Lo mismo digo, cabello revoltoso.— le devolvió el comentario alegre.

—Me puedes llamar Arisu.—

—Yo soy Yoko Nakamura, pero llamame solo por mi nombre. No me gustan las formalidades.— con sus dedos hizo el gesto de la paz y los puso en su frente. Luego se acercó como pudo a la chica y le preguntó.— ¿Y tu como te llamas, linda?

Eso dejó a los presentes sorprendidos, Arisu boquiabierto, la de pelo corto sonrojada, y el rubio con una diminuta sonrisa burlesca.

"Vaya situación para pedirle el nombre a una chica"

Ay qué alegría, por fin Yoko y Chishiya se han encontrado♡.

Menudo susto con Yoko, ella y sus escenitas.

Espero que les haya gustado leerlo tanto como a mí escribirlo. Me ha divertido mucho la escena de Yoko apareciendo detrás de Chishiya como si nada jajajaja.

Les agradecería mucho que votaran y comentaran.

Lxs veo en el siguiente capitulo.

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