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Con el inevitable fin del verano llegó el regreso a clases en un parpadeo, y para Armin, eso significaba más estrés. Al contrario que sus compañeros que probablemente se la pasaron tranquilos disfrutando sus vacaciones, él obtuvo el peso del conocimiento de que uno de ellos era un maniático asesino o asesina. A eso ahora debía sumarle el estrés común de ser un estudiante, y entonces quizás él muera de estrés a una edad temprana, pero si fuera a decir eso en voz alta Venus quizás lo regañaría.
— ¿Qué piensas? — la muchacha le susurró, de pie a su lado viendo a los otros adolescentes entrar ya que ambos habían llegado temprano. Venus trajo al dichoso lagarto en su terrario, al igual que el resto de equipos que habían trabajo en parejas, el cual se encontraba simplemente mirando sus alrededores que eran desconocidos pues no estaba acostumbrado a ningún entorno que no fuera la sala del piano de Venus y la habitación de Armin que fue donde nació.
— No sé... me da miedo señalar a alguien. — el rubio habló en voz baja de igual manera, pero a pesar de sus palabras iniciales, terminó por dar una respuesta vaga. — Supongo que Annie es la que menos convive con el resto de la clase, pero no es del todo aislada creo; solo tiene pocos amigos.
— ¿Y la ves siendo asesina?
— No la voy a acusar de nada así nada más, solo estoy señalando los hechos. Si nos vamos por esa misma lógica, Mikasa no habla con nadie que no sea yo o Eren. A veces con Annie porque compiten de vez en cuando, y tienen como una rivalidad amistosa dentro de lo que cabe, pero fuera de eso ni idea.
— ¿Y ese de allá? — la vio señalar discretamente en dirección de alguien.
— ¿Floch? Es un antipático. Detesta a todo el mundo, pero eso no significa nada. ¿No crees que si fuera un asesino trataría de encajar mejor?
— ¿Como Historia? Ella se lleva bien con todos, ¿no?
— Solo pensar en ella como sospechosa de asesina serial en secreto me da escalofríos...
— ¿Porque se parece a ti?
— ¿Eso qué tiene que ver?
— No sé, pero sí se parecen.
— ¿Qué están susurrando ustedes en esta esquina? — a Armin casi se le sale el corazón de la boca cuando escuchó la voz de Eren detrás de ellos, y de inmediato se volteó para ver que, como siempre, venía acompañado de Mikasa. Excepto que esta vez traían con ellos al reptil que criaron durante el verano, y entonces Armin se acordó que su asiento está al lado del de Eren y que debería haber tenido un poco más de cuidado hablando sobre esas cosas.
— Estábamos... revisando al lagarto.
— Ay, ¿ese es el que criaron ustedes? Está lindo. — Eren elogió, queriendo acercar su dedo un poco al terrario, pero Armin rápidamente alejó su mano.
— El animal es un poco ansioso, no le gusta mucho la gente. — mencionó, notando que el pequeño repitl se había alejado un poco, y luego miró hacia el que traía su compañero. — ¿Ese el suyo?
— Así es, le pusimos Godzilla. — declaró con orgullo, solo para que Mikasa añadiera a la conversación.
— Fue el nombre que quería Eren. ¿Cómo le pusieron al suyo?
— Es Charles Quinto.
— Lorenzo. — Venus se metió apenas Armin terminó de decirlo. — Es su segundo nombre. Su nombre completo es Charles Lorenzo Quinto de la Unión Arlert De Santis, pero le decimos Charles de cariño, o Charlie para los amigos.
— Ya te dije que el lagarto no es nuestro hijo, ¿para qué le pusiste nuestros apellidos? — el rubio se quejó, aunque a estas alturas ya casi no le importaba.
— Nació en tu casa y fuiste lo primero que vio.
— Eso no quiere decir que sea su papá.
— Bueno pero, por lo menos vas a llamar, ¿no? Ya sé que quedamos en que va a vivir conmigo pero pasa a visitarlo a veces también; va a crecer con traumas pensando que lo abandonaste. Aunque sea para sus cumpleaños; si no es por mí hazlo por él.
— Que no es nuestro hijo. — se quejó una última vez antes de suspirar rendido, y miró a sus amigos que estaban presenciando la escena. — Eren, Mikasa, no habían conocido a Venus, ¿verdad? — los dos mencionados saludaron, brevemente reconociendo su existencia por algunos segundos antes de que Armin volviera a dirigirse a ella. — Por favor ya no digas más y ve a sentarte... luego hablamos.
La muchacha asintió, dando una última sonrisa al grupo antes de llevarse a Charles con ella. Y apenas estuvo fuera de vista, Eren no pudo evitar burlarse en voz alta de su amigo.
— ¿Qué le pasaba?
— Ella es así, no le hagas mucho caso.
— Me siento mal por ti, la tuviste que soportar todo el verano. ¿Fue así todo el tiempo?
— Eso me temo... — obviamente no podía proveer detalles, pero no era mentira lo que dijo.
— Bueno, todo el mundo sabe que a Venus le falta un tornillo; no te sientas mal. ¿Pero de verdad le vas a seguir hablando luego?
— ¿Por qué no? Es... agradable. — la mentira menos creíble que Armin había dicho en su vida. En realidad no era que pensara que Venus era desagradable, al contrario, pero la razón por la que le hablaba no era por eso; era por el asunto que ahora tenían que resolver de alguna manera juntos, tratando de hacerlo ver como que solamente se volvieron amigos gracias al proyecto. Pero cuando escuchó a Eren reírse de nuevo, se dio cuenta de que no le creyó. — Hablo en serio. Sí está un poco loca, pero... supongo que no está tan mal como pensaba en un principio.
— Ay, pensé que era chiste... ¿o sea que te vas a seguir juntando con ella?
— ¿Por qué no?
— Hey, yo no te voy a juzgar. De hecho me alegra que te juntes con más personas para variar, solo pensé que no te agradaba Venus y me sorprendí. Si tienes gustos raros no es problema mío.
— ¿Sí? Pues... ¿qué clase de gustos tienes tú?
— Mikasa. — contestó como si fuera obvia la respuesta, a pesar de que era la primera vez que Armin escuchaba que a Eren le gustaba Mikasa, quien ya se había ido a sentar hace rato. — Es calmada, y a diferencia de Venus, no está loca. Y la conocemos desde siempre; lo único raro que tiene ella es que no le guste mucho hablar con la gente, la extraordinaria habilidad física que tiene y el apego con esa bufanda que le di.
— Bien, bien, no necesito que me hables de eso; ya entendí que piensas que Venus es rara. ¿La puedes dejar en paz? Es un poco molesto que hables así de ella.
— Está bien, tranquilo. Si hubiera sabido que ibas a saltar a defenderla no hubiera abierto la boca. ¿No será que te gusta? Jaja. — incluso siendo obvio que Eren había dicho eso de broma, Armin no pudo evitar cuando se lo tomó a pecho y saltó a defenderse de nuevo.
— ¡Claro que no! Solo estoy diciendo que dejes de hablar de ella... ni siquiera la conoces.
— Es verdad, jaja, la verdad nunca he hablado con Venus... pero ya sabes, todo el mundo dice que es rara, y tú mismo dijiste que no estabas exactamente emocionado de trabajar con ella. Me sorprendió que se hayan hecho amigos y lo de que te gustaba era una broma, te lo tomaste demasiado en serio; sólo quería molestar. Pero ahora que te pusiste tan defensivo siento que pude haber acertado.
— Mejor concéntrate en cuidar a tu lagarto, y ya deja el tema en paz...
El sonido de la campana interrumpió su conversación, obligándolos a callarse y tomar asiento. Armin debía admitir que había una parte de él que estaba aliviada porque el proyecto había terminado, pero la otra parte estaba recordando que iba a seguir conviviendo con su compañera por un largo rato... no es que le importara tanto como antes; ya había logrado acostumbrarse a las actitudes extrañas de Venus.
Además, era el único que sabía que ella en realidad no estaba loca.
Pero a media clase volvió a recordar las palabras de Eren, y sintió por si acaso el más mínimo segundo su corazón saltarse un latido cuando lo recordó preguntando si le gustaba Venus. Estaba 100% seguro de que no, pero ya que lo había mencionado no podía dejar de pensar en ello. Sin embargo, era consciente de que esos pensamientos se daban solo por eso, porque alguien más lo mencionó y ahora no podía evitar pensarlo; era algo bastante clásico en realidad. Armin estaba seguro de que, pasadas las horas, se le pasaría, porque la única razón de sus dudas era que lo estaba sobrepensando como lo hace con la mayoría de las cosas en la vida. Después de todo, no hace muchos meses ni siquiera podía soportarla, y no obstante ahora tenía una sensación de costumbre y calma cuando se trataba de las actitudes de su compañera.
En otras palabras, simplemente habían pasado demasiado tiempo juntos y necesitaba sacársela de la cabeza para que su mente volviera a la normalidad. Lo cual, considerando la situación en la que estaba, sería bastante difícil...
Pero no podía pensar en ello; en su cerebro había una pequeña voz diciéndole que tenía que obligarse a dejar ese pensamiento de lado porque entre el estrés común de ser un estudiante y un asesino suelto, no necesitaba estar cuestionándose sus sentimientos encima de todo. Además, era una ridiculez, ¿solo porque Eren le dijo que quizás podría gustarle Venus se estaba replanteando todo? Armin era mucho más racional que esto normalmente.
Venus no era desagradable, pero apenas había llegado a considerarla algo cercano a una amiga. Ella le compartió sus más profundos secretos y le pidió ayuda completando la misión de su vida. ¿Cómo podía seguir pensando que es rara luego de escucharla hablar con melancolía sobre su hija que perdió y los muchos arrepentimientos y penas que con cada vida había acumulado? En especial cuando de su misma boca escuchó que ella lo apreciaba. Si siguiera dicendo que no le agradaba después de eso, se sentiría terrible, pero era solo eso. Ahora le tenía empatía por todo lo que había pasado y aceptó ayudarla, no más; cualquier cosa después de eso era una exageración. Y seguramente Venus se sentía igual.
Aunque...
En ese instante llegó a su memoria el recuerdo de la conversación que tuvieron unas semanas antes, donde se le ocurrió la (no) tan maravillosa idea de preguntarle a la muchacha reencarnada cuál era el significado de la vida, y ella le salió con... eso.
"Miraré atrás a nuestros recuerdos y sonreiré agradecida de haberte conocido en mi doceava vida, preguntándome si quizás algún día en alguna otra persona, pasando por la calle o sentada al otro lado del autobús, veré en sus ojos un destello de ti."
Recordaba la noche que siguió después de ese día, donde se quedó despierto mirando al techo tratando de descifrar por qué ella diría algo como eso; a él de todas las personas. Ni siquiera se conocían tanto. ¿Tan agradecida estaba porque accedió a ayudarla? ¿Se había enamorado de verdad de él sin que se diera cuenta en algún momento? Pero eso tampoco le parecía plausible en lo absoluto. Incluso llegó a considerar en si quizás la conoció en alguna vida pasada y él no lo sabía, pero una vez más, recordó que ella misma le dijo que no había manera en que ella pudiera tener conocimiento de quién fue él en sus vidas pasadas.
El pensamiento lo aterraba. La mera existencia de Venus era prueba irrefutable de que no existía tal cosa como el cielo ni el infierno ni dios ni ninguna otra creencia acerca de la vida después de la muerte excepto la reencarnación. Pensar en que, teóricamente, él también debió haber vivido quien sabe cuántas vidas antes de la que tiene ahora era inquietante, en especial si tomaba en cuenta el hecho de que al morir, todo lo que estaba viviendo en ese momento sería olvidado, y sin embargo su existencia quedaría palpada en la historia por toda la eternidad. Quizás un día miles de años en el futuro leería un libro de historia sobre sí mismo, o vería fotografías tomadas por él que él jamás recordaría, escucharía música que él compuso o vería su antiguo rostro en un museo. Es más, tomando en cuenta las probabilidades, no sería loco pensar que ya lo podría haber hecho sin darse cuenta.
Y mientras pensaba en todo aquello, aún sentado en medio de la clase a la que había dejado de prestarle atención, extrañó por un breve instante a su yo de antes de saber que tras la muerte solo había un ciclo infinito de reencarnación.
En todo caso, las razones de las acciones de Venus iban a permanecer como un misterio para él.
🌊 No inventen ya se viene la parte complicada de la historia. Hasta la próxima.
Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.
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