𝟬𝟬𝟰

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EL SILENCIO de la habitación fue llenado por la melodía lenta y tranquila que Venus estaba tocando en el piano que tenía en su hogar. Armin se sorprendió con solo el hecho de que un piano entero entrara en el lugar que tenía por casa, no porque fuera pequeño — porque no lo era — sino porque no todos los días ves un piano en una cabaña a cinco minutos de la playa.

Ella tocaba las teclas con experiencia aparente, de manera suave, concisa y acertada. La notas con aquel sonido tan delicado parecían bailar en el aire y casi le hacían sentir cosquillas en sus oídos, como una canción de cuna, y extrañamente se sintió — por primera vez — tranquilo en la presencia de su compañera. Suponía que ese era su objetivo, pero de cualquier manera, poco le importaba.

— Esta canción fue compuesta en el año 1736, cincuenta y tres años antes de la revolución francesa. — Venus comentó, sin dejar de tocar el piano ni un segundo y manteniendo su mirada fija en las teclas. — Trata de una persona que anhela ser amada, pero nadie conoce la identidad del compositor, así que con los años la melodía acabó por perderse.

— ¿Tú cómo la conoces la canción entonces?

— Porque yo la compuse. — contestó su pregunta con simpleza y naturalidad, como si fuera algo obvio. — Tócala cuando extrañes a alguien. Te hará sentir mejor.

Armin se quedó en silencio durante unos pocos segundos, procesando aquellas palabras, antes de hablar nuevamente.

— ¿Por qué asumes que sé tocar el piano? — ella se detuvo de manera abrupta ante su comentario, un toque de frustración en su voz.

— Contigo no se puede ser sentimental. Aprende a tocarlo entonces, aunque sea solo esta canción.

— Es increíble que esperes que crea que tú compusiste esa canción hace cientos de años.

— ¿No me crees a estas alturas? Eso es lo más increíble. — Armin suspiró. Una parte de él, la razonable, le decía que todo eso de las vidas pasadas era una ridiculez, pero al mismo tiempo sabía que no tenía sentido ser tan insistente en una mentira que debería ser obvia. Se sentía entre la espada y la pared, a veces. — Si te interesa tan poco pasar tiempo conmigo, puedes llevarte a Lorenzo, que ya es su fin de semana contigo

— Te dije que no le pusieras Lorenzo al lagarto.

— Dijiste que no quieres quedártelo cuando acabe el proyecto. ¿Qué tiene que yo le ponga nombre si al final me lo voy a quedar? — el argumento que había ofrecido era uno válido y razonable. Sin embargo, Armin era un poco demasiado orgulloso como para admitir que estaba siendo ridículo quejándose acerca del nombre de un reptil que ni había nacido aún.

— Lorenzo es un mal nombre; es todo lo que digo.

— ¿Qué nombre le pondrías tú? — el rubio se quedó pensando en una respuesta. No quería que la criatura tuviera un nombre ridículo como el que ella le puso. Tenía que ser mejor, más sofisticado; algo digno y elegante. Fue hasta después de un minuto o dos de quedarse viendo a un punto específico de la pared que finalmente se decidío por un nombre.

— Charles Quinto.

— ¡¿Charles Quinto?! — Venus se rió con fuerza. — ¿Me juzgas por Lorenzo pero le quieres poner Charles Quinto?

— Charles Quinto es mucho mejor que Lorenzo, en mi opinión. Es sofisticado.

— ¿Y qué pasó con los otros cuatro Charles?

— No debí haber dicho nada. Ya me voy; me llevo a Charles Quinto conmigo. — la contraria se rió cuando lo vio caminar hacia la puerta.

— Eh, no seas tan estricto. Lorenzo puede esperar.

— No nos vamos a poner de acuerdo con su nombre jamás. — con dificultad, Venus finalmente dejó de reírse de la actitud de Armin y movió la mano como tratando de hacerle saber que quería que espere un momento.

— ¿Ayudaría si me disculpo?

— ¿Por ser tan extraña? Sí, ayudaría.

— Entonces lo siento. ¿Te quedas?

Armin se quedó parado, ya sin intentar irse de la habitación, pero tampoco realmente quedándose. Le sorprendió la facilidad con la que Venus se disculpó por algo tan ridículo y le pidió quedarse. Parecía hablar en serio cuando lo dijo; no solamente para llevarle la contraria sino porque de verdad quería que no se fuera de inmediato, lo cual era... inusual.

— ¿Para qué quieres que me quede?

— Porque estoy sola. — respondió con facilidad, encogiéndose de hombros ligeramente y volteándose de nuevo para tocar las teclas del piano. — No tengo una razón grande; solo tengo ganas de que te quedes.

—...¿Por qué estás sola de todas maneras? ¿Y tus padres? — hizo la pregunta en lugar de tratar de analizar lo que implicaba lo que ella dijo. Porque si quería que se quedara, entonces era probable que lo apreciara de alguna manera a pesar del corto tiempo que llevaban de conocerse. ¿Cuánto? ¿Tres semanas? Suponía que en teoría era suficiente como para formar una amistad, pero, ¿en verdad podía decir que lo que tenían era amistad? Antes de ese proyecto nunca cruzaron ni miradas, y de pronto estaba en su casa, le contó que supuestamente recordaba sus vidas pasadas y estaban criando juntos a un lagarto al que no podían ponerse de acuerdo ni con su nombre. Sus creencias chocaban la mayor parte del tiempo, de manera natural, pues Venus parecía ser una persona muy soñadora y optimista, mientras que Armin se consideraba alguien realista cuyas opiniones se basan solamente en hechos.

— Podría preguntarte yo lo mismo de tus padres; nunca los he visto. — en eso tenía razón, no lo podía negar. Sin embargo, no tenía ganas de hablar de sus padres.

— Olvida que pregunté.

— Tranquilo, estoy jugando. Mi papá se dedica a la pesca, así que la mayor parte del día está en el mar. Mi mamá falleció hace mucho.

— Ah... — ahora se sentía un poco mal por haber preguntado. Pero también tenía sentido entonces que su casa oliera a pescado.

— No te sientas mal. — continuó tocando el piano despreocupada. — A comparación con otras vidas que he tenido, estoy agradecida por tener una vida tranquila en la que tengo un papá que me quiere y un techo sobre mi cabeza. Además, apuesto a que para este momento mi mamá habrá reencarnado en alguna familia, probablemente muy lejos de aquí, como una persona nueva. Vivirá otra vez, sin recordad que en su vida pasada fui su hija, y hará memorias nuevas que reemplazarán a las anteriores. Como todos.

"Como todos..."

— Hm.... — Armin se quedó en silencio una vez más, pensando en aquello.

— ¿Te estás preguntando qué fuiste en tu vida pasada? — adivinó, de una manera acertada casi preocupante. — Es normal. Yo me lo he preguntado a veces; a final de cuentas no tengo manera de saber qué habrás sido en tus vidas pasadas. Pero si no lo recuerdas, no hay nada que hacer.

— ¿Qué habré sido...? — no pudo evitar preguntarse en voz alta, aunque sabía que la pregunta en sí era ridícula.

— ¿Qué crees tú que fuiste? — inquirió, aún presionando con calma las teclas del piano. — ¿Un asesino serial, quizás?

Armin parpadeó, confundido, y al mismo tiempo un poco asustado ante la posibilidad. Si las vidas pasadas fueran reales de verdad, no tenía manera de saber que no fue un loco asesino en otra vida. Ese pensamiento era aterrador.

— ¿Asesino...? ¿Lo crees? — cuando se estaba comenzando a preocupar, Venus comenzó a reír de nuevo.

— Estoy jugando contigo; no te estreses demasiado. — el rubio soltó un suspiro de alivio. — Pero... — quitó las manos del teclado de pronto. — Puede que alguien más lo sea.

— ¿Ah? — teóricamente, era posible que si las vidas pasadas existieran, cualquiera podría haber sido un asesino. No obstante, no entendía a qué iba con eso, y la seriedad con la que lo dijo lo puso un poco nervioso.

— Creo que es momento de que lo sepas. — continuó, casi indiferente a su creciente preocupación con el pasar de los segundos. — En mi vida pasada, justo antes de esta en la que estoy ahora, fui asesinada cuando tenía cuatro años.

— ¿Qué? — de nuevo, confusión por sus palabras.

— Y según lo que calculé, la persona que me asesinó fue reencarnada en alguien de nuestra clase.

— ¿Disculpa?

¿Cómo podía decir algo como eso con tranquilidad? Ya de todas maneras se le hacía difícil creer eso de las vidas pasadas, y ella iba a y le decía algo de tan inmensa magnitud y seriedad. Nada de lo que salía de su boca tenía sentido. ¿Uno de sus compañeros, un asesino reencarnado? Era sin duda alguna la locura más grande que había escuchado de ella, y eso era decir mucho.

— Sé que debe ser difícil de creer, pero me ha llevado mi tiempo de investigación llegar a esa conclusión. No tengo ninguna duda. — comenzó a explicar, dejando a Armin todavía más perplejo. Ni siquiera sabía que decir al momento, por lo que solo se dedicó a escuchar. — Antes de morir, en mi vida pasada, escuché a mi asesino decir: "No puedes escapar de mí; llevo haciendo esto desde hace muchas vidas y conozco cualquier truco que puedas conocer", por lo cual sospecho que él, al igual que yo, puede recordar sus vidas pasadas. Y aunque es cierto que no logré escapar, él se hundió conmigo, porque la policía lo emboscó poco después y, en un disparo fallido, le dieron en la cabeza matándolo al instante. Pero como era un criminal buscado y además agresivo, se justificó la violencia. Cuando renací, apenas recuperé mis recuerdos me dediqué a investigar todo al respecto. Morimos al mismo tiempo, así que sé que volvimos a nacer el mismo año también.

— ¿Qué...? — no pudo decir más porque ella siguió hablando.

— Investigué con cuántas personas comparto fecha de nacimiento, y a partir de ahí empecé a reducir la información para dar aquí. ¿Por qué crees que me mudé de Italia hasta aquí el año pasado? En esta ciudad en específico, de todas las del mundo, la actividad criminal aumentó un nivel sospechoso alrededor del año 2021, año en el que habría cumplido trece años; lo cual quiere decir que... es muy probable que ande suelto por ahí. Claro que no ha habido ningún crimen mayor, pero eso es probable que sea porque no quiere que lo descubran siendo tan joven. Si es cierto que ha hecho esto durante varias vidas, estoy segura de que sabe mezclarse y adaptarse al entorno social para que nadie sospeche de él. Y no me puedo permitir confiarme; en cualquier momento podría atacar a alguien sin que nadie se dé cuenta. Y podría ser cualquiera. Hombre, mujer... hasta donde sé, podrías hasta haber sido tú.

— Espera, espera... ¿Por qué me dices todo esto? Si de verdad podría ser cualquiera como dices, ¿por qué me lo dices? ¿Por qué compartes tanto de tu vida conmigo en primer lugar? No importa cuánto lo piense, no tiene sentido. Ya era mucho con lo de las vidas pasadas, pero esto es demasiado.

— Viendo tu actitud y la de todos a lo largo del año, llegué a la conclusión de que tú eres el que tiene menos probabilidades de ser mi asesino reencarnado. Y después de lo de ahora, estoy segura. Te dije que recuerdo mis vidas pasadas y estamos en mi casa mientras no hay nadie. Cuando sugerí que podrías haber sido un asesino en tu vida pasada, te asustaste. Si fueras él, te habrías lanzado a atacarme no más de cinco segundos después de sospechar que te descubrí.

— Pero... — pausó, tratando de encontrar palabras para decir cualquier cosa. — ¿Qué se supone que haga con esta información?

— Quiero que me ayudes.

— ¿A qué?

— A encontrar a mi asesino y tener mi venganza, asegurándome de que no vuelva a reencarnar jamás.

🌊 Lol el final me quedó medio acelerado ni modo.

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.

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