7. 𝑬𝒍 𝒍𝒊𝒃𝒓𝒐

Después de que se fuera la psicóloga Jooyeon salió y se topó con un chico peliblanco que se marchaba de una habitación un poco más allá, paso unos segundos tratando de recordar su nombre, incluso nombro a todos con sus dedos menos a él, lo tenía en la punta de la lengua, frunció el ceño hasta que vino a su mente el recuerdo de Gunil nombrando al primer chico que era Jungsu, velozmente se le acercó para preguntarle por el paradero de Jiseok

―hola, soy Jooyeon un gusto en conocerte― hizo una reverencia y vio que Jungsu hizo lo mismo, lo miraba con esos lindos ojos expectantes y una sonrisa plasmada en su cara

―hola Jooyeon, ¿qué haces?― pregunto alegre

―ah sobre eso, ¿has visto a Jiseok?― hablo mirándolo a los ojos intrigado por la respuesta

―Jiseok, Mmmh no lo eh visto― puso su mano en el mentón― pero debe estar en su habitación...¿Por qué lo buscas?

Jooyeon no oyó lo último que dijo ya que rápidamente retomo su camino

Luego de pasar por fuera del baño y de la habitación de Seungmin (que tenía la puerta cerrada), siguió, hasta que giro hacia la derecha y se encontró con una gran puerta blanca con un cartel que decía biblioteca, con curiosidad giro la perilla y se encamino hacia adentro, la fuerte luz proveniente de los ventanales escandilaba al menor, con su mano tapo la luz que le llegaba a sus ojos. Mientras daba algunos pasos se percató de grandes estantes lleno de diferentes libros, eran de ciencia ficción e incluso de historia y ciencias. Jooyeon nunca habría creído que podría haber tantos libros juntos, era impresionante. por primera vez el azabache sentía que podría conocer más del mundo que le rodeaba, fascinado se acerco al primer estante que vio y extrajo un gran libro de tapa gruesa color negro, de él existían muchas historias de amor, después de estar 20 minutos leyendo, se engancho de una historia en particular, se trataba de un chico que se enamoraba de otro, pero en la época que se encontraban era ilegal, aunque en la actualidad tampoco era bien visto...

―"el cielo es y será igual de infinito como el amor que siento hacia ti"―

Hablo en voz alta leyendo la frase que le había dedicado el protagonista a su novio antes de irse, por más que leyera otras historia, esa en particular le había robado el corazón con su historia dulce y melancólica, al ir por la mitad de otra historia de amor sintió que alguien le tomo del hombro, exaltado se giró y vio a la señora dueña del lugar, tenia el pelo recogido en una coleta y parecía exhausta, al parecer habría estado limpiando porque traía un trapo de cocina aunque tenia un extraño color rojo en él.

―oh disculpa Jooyeon, no quería asustarte...― antes de terminar la frase vio el libro que tenía en sus manos, la cara de la mujer mayor paso de una sonrisa a una totalmente seria, desconcertado ladeo su cabeza y al abrir la boca para hablar ella salió de su trance ―oh encontraste ese libro, es muy lindo, ¿no crees?― con voz tiritona la mujer tomo el libro de las manos del menor y comenzó a ojearlo hasta que vio algo que le desfiguro la cara, pánico solo se podía ver en su rostro. Jooyeon no había llegado mas lejos de la pagina 150 y no sabía que había más allá, desconcertado vio como la mujer cerro rápidamente el libro, ella miro hacia todos los lados tratando de encontrar un escape sin que sonara sospechoso

―oh, mira la hora― dirigió su dedo al reloj antiguo del salón― es la hora de comer― aviso sin más. El azabache no notó lo rápido que había pasado la hora, ya eran las 14:30 pm

―vamos joven, se nos hará tarde― la mayor dejo el libro donde estaba y junto a Jooyeon salieron de la biblioteca.

―cuando quieras podrás entrar y disfrutar de la lectura― con una sonrisa comprensiva, a Jooyeon le pareció que era una mujer bastante amable, tenia los ojos mas rasgados de lo normal y su pelo era color grisáceo dando a entender los años que tenía

―ok, gracias― el menor le agradeció

―bien iré a buscar a los demás chicos, tu sigue hacia el comedor y espéralos ahí― Jooyeon asintió con la cabeza y siguió en camino contrario.

Al llegar vio que los cubiertos ya estaban puestos, solo faltaba la comida, lentamente se sentó en su puesto que estaba al lado del de Jiseok y espero a que los demás llegaran. Se apoyo en el mantel de la mesa mientras su palma sujetaba su cabeza, estaba aburrido y tenía hambre, había tomado desayuno muy temprano ya que sus tripas hacían ruido, estaba a punto de cerrar los ojos cuando vio una silueta y escucho una voz que lo hizo ponerse nervioso, después de ese acontecimiento extraño con la cuidadora se le había olvidado por completo que estaba buscando al pelinegro. Rápidamente se reincorporó y lo miro

―hola Jiseok― hablo alegre mientras veía como el mayor rodeaba la mesa y se sentaba junto a el

La cercanía hacia palpitar el corazón del menor mientras que a Jiseok le provocaba una rara sensación que ni el mismo podían descifrar.

30 minutos pasaron y el ultimo integrante llego a la mesa, ahora todos estaban reunidos, segundos en silencio mientras comían tteokbokki con sopa hasta que el silencio se disipo

―chicos, ¿se encuentran listos para otro semestre de clases?... ― hablaba mientras se echaba otra cucharada de comida a la boca ―apropósito Jooyeon, no sabíamos tus medidas así que ocuparas la ropa que se te fue donada por tus mayores― la mujer alzo la mirada y vio a los demás jóvenes del orfanato ―y no te preocupes por los útiles escolares ni el contenido de otros años, tendrás a los chicos que te ayudaran, ¿verdad?― los demás asintieron

―así es― respondió elocuente Gunil que le regalo una media sonrisa a Jooyeon

Por primera vez sentía ese cálido cariño que los demás llamaban "hogar", le daban ganas de llorar, el no creía que su vida había cambiado tanto de un día para otro...

Continuara...

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