𝓐𝓫𝓪𝓷𝓭𝓸𝓷𝓪𝓻
Un par de semanas después comprendí que lo que Tom y yo teníamos se había fracturado para siempre. Había perdido la total esperanza de que alguna vez me dijera de nuevo un te amo, al menos fingirlo para hacerme sentir mejor, eso no sucedió.
Una noche, Tom llego a casa, yo lo observaba de lejos sin decir una sola palabra, seguía sus movimientos, estaba alterado, estaba agitado, en su rostro se veía la desesperación y necesidad. Comencé a acercarme a él lentamente, sacó del cajón una jeringuilla y comenzó a subir la manga de su camisa, sabía que se iba a pinchar y yo no tenía intenciones de detenerlo. Se la necesidad de compañía en ese momento y de que alguien te parara y llegara a salvar tu jodida vida, pero yo no iba a hacerlo. Preparó rápidamente todo, llegué a su lado y me miró, vacío como siempre.
—¿Te ayudo? —Mi jodida voz tembló, me veía con cierto coraje y me partía el corazón, me dijo que si, sus manos temblaban, tome la liga y la apreté lo suficiente para hacer notar sus venas, estar cerca de él es un constante olor a marihuana, pero ya me había acostumbrado.
Clavo la aguja en su interior, dando ingreso al líquido café que ardía en su interior, sus ojos se fueron y podía sentir por un momento lo que el sentía, lo disfrutaba. Jadeó con gusto por las sensaciones en su interior, sacó la jeringa. Se giro a verme y me sonrió, lo tome de los brazos arrastrándolo hasta uno de los sillones que había.
Su respiración se aceleraba y yo solo lo observaba con amor, no había un chico más precioso que él y el simplemente ya no me quería y yo lo sabía. Cerró los ojos y decidí dejarlo ahí a que su viaje terminara. Caminé y tomé la jeringa, limpie la aguja con el borde de mi blusa, volví a calentar la cuchara y ahora yo era la que se iba a pinchar el brazo.
Me vi a mi misma colocando la cabeza sobre las piernas de Tom quien estaba totalmente ido balbuceando palabras, me pegó duro. Me vi a mi misma en un lugar hermoso con flores y escuchaba risas de niños a lo lejos, supuse que era un parque. Muy colorido, muy bonito. Pero solo era una imaginación.
Desperté por que mi cabeza se sentía como una gran piedra gigante sobre mis hombros, estaba acostada en el sillón, Tom no estaba pero escuche el agua correr en algún lugar, me levanté con dificultad, había líneas en la mesa, busqué con la mirada a Tom, me sentía de nuevo vacía.
—Quiero que te vayas de aquí —Me dijo. Me quedé muda ante sus palabras, sentí mi corazón romperse de nuevo, no sabía si lo decía de verdad o si lo decía de broma. Le dije que de hablaba. —No puedo seguir contigo.
Comencé a llorar, yo no sabía que en ese momento el me quería botar de su vida, me quería lanzar al vacío cuando más lo necesitaba, y le dije, le dije que no me hiciera eso, le dije que lo necesitaba, le dije que lo amaba, pero él no hizo nada más que darme una advertencia.
—Te quiero fuera de esta casa antes de que regrese por la noche —Lo tome del brazo suplicándole que no me hiciera eso, me tumbe a sus pies tirando de su mano diciéndole que no, me estaba humillado a mi misma pidiéndole eso pero no tenía a donde ir, yo no tenía dinero, se había convertido en un maldito desgraciado.
Se fue, dejándome en el suelo llorando a mares, no puedo decir que fue el peor día de mi vida, porque sinceramente, todos los días son peores que los demás. Me levanté, tome mi celular, no tenía ningún lugar a donde irme, básicamente no tenía a nadie. Observé la hora, casi medio día.
El sentimiento de coraje se apoderó de mi, comprendí que era cierto, tenía que irme. Entré a nuestra habitación siempre hecha un desastre, tomé una mochila antigua que tenía y metí la poca ropa que tenía, era tan poca que cupo perfectamente y me sobró un espacio para meter otro par de zapatos. Nada de aquí era mío, solamente mi corazón hecho pedazos.
Después de meditar lo que haría, sabía en donde Tom guardaba su sucio dinero, así tome lo suficiente para sobrevivir un poco, me largue de ese lugar, deseando jamás haber conocido a Tom, porque desde el momento en que él apareció a mi vida todo se me vino abajo, a pesar de haberlo amado, todo se vino abajo.
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