Destinos entretejidos

Capítulo 18

𝓜𝓸𝓻𝓯𝓮𝓸

El amor me hizo cometer cosas estúpidas; sin embargo, eso es lo menos que haría por Calíope y ahora por Thomas. Entendía que todo esto estaba pasando demasiado pronto y claramente era más complicado de lo que había pensado que sería mi vida mortal. Me había encontrado con Thomas por mera casualidad, era como si el mismo destino se hubiera hecho cargo de que nos reencontráramos en esta nueva vida. Él es quien me lleva a la luna, quien me hace estar en una cordura algo rara. Es todo para mí, la persona de mi alma, y ahora estoy con él en esta habitación de cuatro paredes, viéndolo dormir plácidamente.

-Thomas... -le llamé suavemente mientras le miraba. Necesitaba hablar con él-. Thomas, por favor despierta.

Comenzó a despertar y al verme sonrió y besó mi mejilla. Su toque era cálido, como siempre había recordado. Sonreí por eso y acaricié su cabello, toqué sus mejillas con la yema de mis dedos y sentí esas sensaciones de antes.

-¿Todo bien? -preguntó mientras se acercaba más a mí con una sonrisa muy ensanchada y solo asentí.

-Thomas, ¿dirías que me amas? -claro que mis palabras le toman por sorpresa y entiendo que esté confundido, pero es algo que tenemos que aclarar en estos momentos.

-Sí, te quiero, me gustas y te adoro. Diría que te amo con todo mi corazón. Eres especial para mí, Morfeo, y no quiero que dudes de mis sentimientos por ti. Realmente me encantas y adoro tenerte conmigo, incluso adoro haberte arrollado con el auto, aunque eso suena mal si lo dices en voz alta.

Comienzo a reírme por eso; realmente sería algo raro decirlo en voz alta.

-También te amo. Sin embargo, no quiero que me ames por lo que recuerdas; quiero que me ames por lo que podemos llegar a ser.

-¿De qué hablas? -No es fácil decirle todo esto; no sé cómo podría reaccionar a esta noticia.

-¿Recuerdas que me has contado sobre esos sueños raros que llegas a tener? Bueno, no son sueños, son más bien recuerdos, recuerdos de una vida pasada y también recuerdos de los lugares a los que vas al dormir.

-¿Eso es posible? Mira, te diría que "estás loco", pero tomemos en cuenta que me dijiste hace poco que todo lo que veo es real, así que no estoy muy sorprendido. También me enteré de que eras un dios y todo eso... -toma mis manos y sonríe mientras me mira-. ¿Qué pasa?

-Eres una reencarnación de Calíope, la musa de la poesía épica y la elocuencia, y mi esposa, madre de Orfeo... -siento que mis manos tiemblan al decir estas palabras, incluso aprieto un poco mi agarre.

Thomas me miró con una mezcla de asombro y confusión, sus ojos buscaban en los míos una explicación más profunda.

-¿Calíope? ¿Tu esposa? -preguntó, procesando cada palabra lentamente-. Eso es... increíble. Pero también muy extraño.

-Lo sé, es mucho para asimilar. -Le respondí, aflojando un poco el agarre de sus manos, tratando de darle espacio para digerir la información-. Durante mucho tiempo, he vivido con el peso de saber que tú y yo estábamos destinados a encontrarnos de nuevo. No sabía cómo ni cuándo, pero aquí estamos.

Thomas se quedó en silencio, reflexionando sobre lo que acababa de escuchar. Podía ver en su rostro el conflicto entre la incredulidad y la aceptación.

-Entonces, ¿todos esos sueños sobre el canto, la música, y esos paisajes antiguos...? -murmuró, buscando confirmación en mis ojos.

-Sí, todos ellos son fragmentos de lo que una vez fuiste. Calíope, la musa que inspiró a tantos, pero también mi compañera y la madre de nuestro hijo, Orfeo.

Un profundo suspiro escapó de sus labios mientras asentía lentamente, todavía asimilando el impacto de mis palabras. La conexión entre nosotros siempre había sido inexplicablemente fuerte, pero ahora había una razón tangible.

-Es... es mucho. Pero, extrañamente, tiene sentido. Siempre he sentido que había algo más, algo que no podía comprender por completo. Y tú, Morfeo, siempre has sido parte de eso, incluso antes de saber todo esto.

Le sonreí, sintiendo el alivio de finalmente haber compartido esta verdad con él.

-Lo sé, y por eso quería que lo supieras. No importa quién fuiste antes; lo que importa es quién eres ahora, y quién podemos ser juntos.

Thomas sonrió, una sonrisa llena de esperanza y aceptación. Se acercó a mí, abrazándome con fuerza, como si con ese gesto pudiera unir nuestras vidas pasadas y presentes en una sola.

-Gracias por confiar en mí con todo esto. Estoy aquí contigo, Morfeo, y juntos descubriremos qué significa todo esto para nosotros.

Mientras nos quedábamos abrazados, sentí que una parte de mí finalmente estaba en paz. Saber que Thomas entendía y aceptaba su pasado me daba la esperanza de que pudiéramos construir un futuro juntos, uno que uniera nuestros destinos de una manera que ni siquiera los dioses podrían prever.

✩⊱

Continuamos abrazados un buen momento, su cabeza está en mi pecho y toco suavemente su cabello. El hecho de aceptar todo es demasiado agradable. Me gusta tenerle así de cerca.

-Morfeo, ¿qué harás con Okníton? Todo esto parece demasiado peligroso... y ahora eres solo un mortal.

-Lo sé, pero es algo que tengo que hacer. Okníton ya puso en peligro a muchas personas. No quiero que siga haciendo todo esto, necesito terminar con esto. Además, tengo que cuidarte.

-Eres una buena persona, me alegro de haberte encontrado en esta vida.

-También me alegro de haberte encontrado -beso sus labios y toco suavemente sus mejillas-. Eres lo mejor que pudo haberme pasado, eres mi sol de invierno.

-¿Sol de invierno? -se nota confundido por eso y asiento levemente.

-El sol de invierno es cálido, no importa si hace frío, el calor del sol te hace sentir en un ambiente agradable y tú eres como el sol de invierno, mantienes todo cálido y con una sensación agradable, siempre has sido así...

-¿Siempre fuiste así de romántico? -comienza a reír y solo sonrío levemente.

-Diría que tú me hiciste así, no dudo en decir que eres el amor de mi vida. Nunca dejé de pensar en ti, siempre estuviste presente en mi corazón, en todo momento. En mi reino incluso tengo un vitral de ti, eres mi adoración.

-Yo siempre tuve especial interés en ti, siempre me llamó la atención "el dios Morfeo". Era como si algo me llamara hacia ti. Me sorprendí mucho cuando te conocí, pero pensé que era mera casualidad. Me alegro de haberte encontrado y de haberte conocido en esas circunstancias tan raras. Supongo que el destino estaba escrito y por eso teníamos que reencontrarnos aquí, ¿no?

✩⊱

Después de unas horas, Thomas regresó a su hogar, y me quedé en la habitación sintiendo una extraña inquietud. Algo no estaba bien, pero no podía precisar qué era. Me levanté y me acerqué a la ventana, buscando respuestas en el paisaje urbano.

Matthew, voló hasta mi hombro, inquieto. Su presencia siempre era reconfortante, pero hoy había algo diferente en su comportamiento.

-Morfeo, hay algo raro en el aire -dijo Matthew con su voz característica, una mezcla de ironía y seriedad que siempre lograba captar mi atención.

-Lo siento también, Matthew -respondí, mirando a mi alrededor con cautela-. Algo está... desajustado.

Fue entonces cuando la habitación se llenó de un resplandor suave y cálido, y al girarme, vi a Afrodita, la diosa del amor, de pie en medio de la habitación. Su belleza era sobrecogedora, pero en ese momento, había algo en su presencia que me inquietaba.

-Afrodita -la saludé con una mezcla de respeto y desconfianza-, ¿tienes algo que ver con esto?

La diosa sonrió con un aire de misterio, sus ojos brillando con una luz que parecía esconder secretos.

-Sí, Morfeo, he influido de manera sutil -admitió con una voz tan melodiosa como siempre-. A veces, el amor necesita un pequeño empujón para encontrar su camino.

-¿Por qué? -pregunté, tratando de entender su motivación-. ¿Por qué intervenir ahora, después de todo lo que ha pasado?

Afrodita dio un paso hacia adelante, sus movimientos tan gráciles como una brisa de verano.

-Porque el amor verdadero es algo que debe ser protegido y guiado. Vi el potencial entre tú y Thomas, y quise asegurarme de que tu reencuentro fuera más que una casualidad. A veces, incluso los dioses necesitan ayuda para encontrar el camino correcto.

La miré, procesando sus palabras. Había verdad en lo que decía, pero también me preocupaba hasta dónde había llegado su influencia.

-Agradezco tu intención, Afrodita, pero el amor que tengo por Thomas es genuino. No quiero que sea forzado o manipulado, incluso por el poder de los dioses.

Afrodita sonrió de nuevo, con un entendimiento que trascendía las palabras.

-No te preocupes, Morfeo. Mi intervención fue mínima, un simple recordatorio del vínculo que ya existía entre ustedes. Lo que sientan el uno por el otro es real y es suyo. Yo solo ayudé a que las piezas se unieran.

Con esas palabras, el resplandor alrededor de Afrodita comenzó a desvanecerse lentamente. Antes de irse, lanzó una última mirada a Matthew y a mí.

-Cuida bien de tu amor, Morfeo. El destino siempre tiene sus caminos, pero el amor verdadero es lo que nos guía a todos.

Y con eso, desapareció, dejando un leve aroma a rosas en el aire. Matthew, aún sobre mi hombro, soltó un suave croar.

-Bueno, eso fue inesperado. Pero supongo que no deberíamos sorprendernos cuando Afrodita está involucrada.

Sonreí, asintiendo. Aunque la intervención de Afrodita había sido inesperada, sentí que ahora comprendía mejor la profundidad de lo que Thomas y yo compartíamos. Nuestro amor era fuerte, y con esa certeza, supe que estábamos listos para enfrentar cualquier desafío que se nos presentara.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top