|CAPÍTULO 6. Sentimientos contradictorios|

...

Chara empezó a sentirse mal.

Su cuerpo estaba adormecido, como si en cualquier momento se fuera a derrumbar en la nieve para no despertar en un tiempo. Tal vez el mal espíritu de Toriel le había hecho algo... no, no se trataba de eso, pero existía la misma presencia, chocante, juntandose en silencio tras ella.

El blanquecino paisaje era majestuoso, incluso tranquilo, de no ser el infierno que ellas atravesarían desde ahí en adelante, lo más triste es que lo sabían con claridad. Infierno que escondía las sombras de aquellos pecadores que buscaban sus propias presas. ¿Cómo unas humanas comunes sobrevivirían a ello? Gritos lejanos, desgarrados eran aludibles para los oídos humanos, daban la imagen mental de la sangre tiñendo la pura nieve de color vino. Ambas sentían miedo.

Inmersas entre el clima frío y la nieve junto con ese gigantesco bosque helado que parecía tragarselas aguantaron la respiración por unos segundos. Del aliento de ambas salía humo frío, estaban empezando a ser afectadas por la baja temperatura. Un gritito que sólo Frisk pudo escuchar rompió el cómodo silencio para sus oídos.

<<Nieve... ¡Qué emoción! ¡La amo tanto! Desde hace mucho que no visito Nifás>> — Con ilusión la proyección fantasmal sonrió con alegría tras de Frisk, ¿si quiera ella se habría dado cuenta que podía verla? Parecía ni querer voltear la mirada.

— Esto no es un paseo por el bosque.

— Frisk, ¿con quién hablas?—llamó la atención de Chara que su hermana estuviera hablando al... ¿suelo? ¿cielo? ¿a la nada?

— ¿Hm?—la mencionada se hizo la que desentendida.— Oh, nada importante — resaltó la última palabra miró con disimulo detrás de ella, la ente la miraba con los brazos cruzados, y sacándole la lengua fingió estar ofendida. Una actitud muy infantil ha decir verdad para una niña con muchos años vagando en pena.

— Esto es hermoso...— la mayor sonrió con sus mejillas levemente enrojecidas, más por el frío que cualquier cosa, parecía ignorar los chirridos irritantes que escucharon a la lejanía.

Muy pocas veces Frisk podía observar algún indicio de alegría en su hermana que compartiera sin cuidado. Normalmente era alguien bastante reservada, así que verla expresarlo cada vez que podía le implantaba un sentimiento de calidez en su alma e hizo que dejara de lado el tema de la espíritu. Sus clases de sociabilidad estaban dando sus frutos, qué orgullo.

Puso una mano en el hombro contrario devolviéndole la sonrisa levemente, las mejillas le dolían, el inmenso frío le estaba empezando a hacer mal, y el tiempo que se aproximaba no parecía ayudar.

— Continuemos. Toriel nos advirtió que vayamos sin ser vistas.

—¿...O simplemente nos quería mantener ahí con ella encerradas?—contraatacó Chara con una ceja alzada, parecía aún desconfiar de la mujer cabra que habían dejado atrás.

— Los peligros son reales, Chara. Y aunque también sea cierto, en parte tenía toda intención de cuidarnos— Frisk la miró represiva, entendía en cierto modo el comportamiento de Toriel.

<<Eso es cierto, mamá puede ser muy sobreprotectora>> —parecía demostrar orgullo en su voz.

— Sigamos con cuidado.— Totalmente ignorante a la voz de la espíritu, tomó la mano de su hermana con cuidado y guiarla con ella al camino principal.

No existía más sonido que las amortiguadas pisadas hundidas entre la nieve y las ramas secas crujiendo entre ellas, cuyas hojas con el tiempo habían caído para nunca más levantarse. Incluso el silencio de parte de la espectro era desagradablemente notable. Tal vez sería mejor aguantar su incesante parloteo que el silencio fúnebre que la cubría.

La ligera brisa traía consigo sonidos desconocidos para ambas, tal vez producto de la paranoia al estar alarmadas y preparadas para echar a correr en cualquier momento. Pero no por eso mantenían la guardia baja mientras caminaban, se podía ver la antinatural calma en el rostro de Frisk y la preocupación en el de Chara como hermana mayor.

Chara no era muy expresiva con sus emociones, nunca lo ha sido ni tampoco tenía motivos para serlo, al contrario de su hermana, que por cada cambio parecía exaltada en sus propias ideas y sentimientos positivos, la pubertad quizás la estaba alcanzando la demasiado rápido, pensaba la mayor. Pero en este caso, Frisk estaba callada, como si en mucho tiempo sus cuerdas vocales habrían dejado de funcionar. Era extremadamente incómodo para Chara, y como si no fuese suficiente, el ambiente de pronto la estaba ahogando, los copos de nieve que caían sobre su piel ya no eran cómodos y frescos, ardían sobre ella como si quisiese alejarse de todo a su alrededor, porque le resultaba familiar... extrañamente familiar.

La espectro sólo se mantenía en silencio, como cohibida, o acostumbrada a pasear por estos lares sin algún ruido.

Un puente de considerable distancia, o lo que parecía haber sido de él, se encontraba más adelante dando poca fé a la estructura de una sólida y segura. Los barrotes habían estado tanto tiempo expuestas a la frágil madera que ahora eran más hielo que madera vieja. Lo mismo sucedía con las tablas que simulaban suelo para pasar y evitar caer al abismo.

—Yo no pasaré por eso — dijo firmemente Chara mirando a Frisk con rostro inexpresivo, quién le devolvió una mirada llana.

—Congélate entonces — Chara sintió la voz de Frisk de nuevo en sus oídos, malhumorada.

<<Frisk, deberías tener cuidado con eso...>>

Ya estresada por la actitud borde de su hermana ignoró toda advertencia. Sólo era un puente, tal vez los años lo habrían agarrado, pero era un puente. Nada podría pasar.

Pasó lo que pasó, y el puente crujió como una queja bajo las suelas de Frisk y el grito asustado que ella pegó, que de no ser por la acción automática de Chara al tomarla de la cintura hubiese caído al vacío junto a los tablones congelados que se hundieron en la oscuridad para nunca más regresar. Frisk jadeó, observando atónita los restos del puente.

— La próxima vez hazme caso cuando te lo diga, pequeña malcriada.

— Lo siento... —avergonzada y consciente que pudo caer, bajó la mirada acariciándose los brazos.

— Podemos saltarlo, la distancia no es muy larga.

Determinada, fue Frisk la primera en hacerlo. Temía caer por su propia cuenta a mitad del salto o resbalarse con la nieve, lo cuál nunca pasó, y esperó pacientemente a su hermana al otro lado. La espectro con aura dorada flotaba a su lado, tal parecía que fuese a dónde fuese ella seguiría ahí.

Chara miró con ambigüedad la corta distancia, sus propios pies, la nieve y el vacío que la esperaba. Seguía ahí ese pensamiento que la separaba de la realidad y su propia mente, lo cuál no sabía que dentro de ella poco a poco empezaría a formarse hasta convertirse en algo más grande. Era algo que nunca experimentado, ella no era la de las emociones fuertes; como un horno que lentamente su temperatura iría en aumento y que sólo por dentro se sabría lo que ocurría con ese horno.

Como un agridulce en su paladar, su cuerpo se sentía muy pesado para saltar por lo que le ocurría, como si una sombra negruzca se acumulara a su lado y ella sólo deseaba correr.

<<Parece que no te sientes del todo bien~>>

Cerró los ojos, y saltó. No sintió el suelo después de aquello.

...


Sans veía la pantalla con una expresión aburrida y esperando algo interesante que le hiciera cambiar sus pensamientos arremolinados, ni siquiera la muerte de Kaori Miyazono ocupó tanto espacio en su mente para dejar de pensar en ello.

El cuarto de la sala estaba a oscuras, la única iluminación provenía de la pantalla sobre su regazo y eso no parecía molestar al único otaku presente en la casa. Se decidió por ver Tokyo Ghoul por segunda vez, hace un tiempo que lo tenía guardado ahí en sus archivos y no recordaba la mayoría de los capítulos, así que optó por poner en pantalla grande el capítulo seleccionado.

— ¿Y Alphys? ¿No sé supone que iba a venir? — Nathalie reapareció a su lado con un tazón de palomitas para ambos.

— no. se quedó en el laboratorio para vigilar a los humanos. papyrus también —cogió un puñado de palomitas sin desviar la mirada de la pantalla, el opening de entrada al capítulo, Unravel, le distraía y hacía parecer la voz femenina lejana. Apoyó su mejilla en su mano que se apoyaba en el brazo del sofá.

— Ya veo... ¿Por qué no te quedaste con ella? — la chica le preguntó tímidamente mirandolo, tratando de sacar algún tema de conversación con respecto a ellos aunque sabía la respuesta.

— no tengo nada qué hacer allá.

<<¿Que no tienes nada qué hacer allá? ¡Ja! Es obvio que quieres verlos, saber si en realmente están ahí, lo que dices ser, lo que ambos sentimos que son.>>

— Ya veo... — la pelicastaño sonrió con desgana y rindiendose, tomando en su mano su porción de palomitas y mirando la pantalla al igual que él, era extraño esa tensión que había entre ellos, sobretodo si Fate era el de las respuestas cortantes. Casi nunca se comportaba de esa forma.— ¿Cómo está tu alma?

—mejor. gracias.

Nathalie iba a responder, pero se vió obligada a callarse cuando el capítulo comenzó. Como ambos recordaban, la ciudad de Tokyo en su máxima esplendor, la risa maniática de la criatura Rise que aspiraba más y más de ese vino tinto embriagante, cualquiera creería que se trataba de alguna psicópata aspirante del poder de matar, pero no, sólo era Rise, un monstruo obsesionada con saciar su hambre.

— no quiero sentirlos... — la voz del Sans a su lado la sacó de su hipnosis por la pantalla y los subtítulos.

— ¿Qué?

— no después de lo de hace un rato... no estoy preparado para verlos, nath.

—¿A quienes? ¿A los humanos?

—no... no a ellos.

<<Acepta que también tienes curiosidad, sobre el cómo terminaron allí, quieres verlos, sentirlos, pero a la vez tienes miedo, el miedo es lo que te hace retroceder, lo que nos hace querer fallar, a ambos.>>

Tenía razón, maldición, demasiada razón, pero no podía ir contra su instinto, no estaba listo para que esto pasara, quería ir, pero a su vez no, era demasiado contradictorio.

Su alma reaccionó ante su frustración dándole una leve dolencia, nada que con el rato se solucionara por su cuenta. Nathalie dejó el tema hasta ahí, al poco rato se sumergió en la trama del animé olvidando la charla de ella y el esqueleto, pero él no, se sentía distraído, sus pupilas miraban la pantalla pero su mente abría muchas preguntas a su vez, ¿por qué volvieron? ¿no se supone que ya los había dejado en el olvido? Entonces, ¿por qué siento temor de encontrarmee con ellos, de ver esa mirada inocente en esos ojos azules y la otra malhumorada en esa mirada carmesí?

Si... se supone que ya no sentía nada, que esos recuerdos los había enterrado, llevándolo al declive del olvido, los había olvidado, si, no eran más que recuerdos como hojas marchitas de otoño llevados por el viento...

Pero no, ahí estaban ellos, vivos.

<<Al fin lo aceptas.>>

—¿Fate?

Sans ni cuenta se dió que las lágrimas silenciosas salían por sus cuencas.

<<¿Estás listo para volver a ser el débil de antes?>>

...

★¡Yey! Actualización! Esta vez no tuve mucha inspiración para la portada del capítulo kzskznslzb sE me borrO lA bichA esA y tuvE quE empezAr de nuevO. >:^ pero al menos felíz de traer esta actualización.

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