5- Saeta de Fuego [1993]
Harry Potter:
Diciembre había llegado a su fin.
Y los partidos de Quidditch estaban cerca.
Ni siquiera sabía cómo iba a jugar, ya que mi escoba salió totalmente destrozada, y las del colegio son muy lentas para jugar.
Como cada mañana, muchas lechuzas entran al gran comedor, llevando a sus amos algunas cartas o regalos.
—Miren eso.
Elevó mi cabeza y veo a donde señala Neville.
Un grupo de 5 lechuzas cargaban un paquete largo, y me sentí sorprendido al notar que se posicionan a mi lado.
Por suerte Ginny logró quitar algunas cosas de la mesa.
—¿Qué es? —Preguntó Ron—.
—No lo sé...
—¿Y qué esperas? Ábrelo.
—No creo que sea buena idea, Harry.
Y como siempre, hago caso omiso al pedido de Hermione.
La curiosidad me estaba ganando.
Abro el envoltorio y ...
—¡Es una saeta de fuego! —Gritó Ron emocionado—. Es de las mejores escobas que han existido.
—Si ... Sobre todo porque es el último modelo.
—Harry, ¿Tiene remitente?
Ninguna lechuza me da alguna carta, simplemente se van, dejándome más confundido.
—A quién le importa Hermione ¡Hay que probarla!
—No Ronald, primero hay que avisar a Mcgonnagal.
—¿A Mcgonnagal? —Pregunté al ver que varios curiosos se habían acercado a husmear, unos murmuraban y otros estaban emocionados—.
—No te has puesto a pensar... ¿Y si está hechizada? O...
—¿Qué piensas?
—Pues... Pudieron enviarla los prófugos...
La risa de Ron me asusta un poco.
—No seas ridícula Hermione, ¿Cómo van a comprar algo así?
De haberlo hecho los hubieran capturado, son los más buscados del mundo mágico y muggle, cualquiera puede reconocerlos fácilmente.
—Eso es lo que creo que es —La voz de Oliver hace que voltee—.
—Es una ... Saeta de Fuego —Completaron los gemelos al verla—.
—Este año de seguro ganaremos —Se emocionó Oliver—.
—Date prisa Harry, llévala a tu habitación y guardarla, hoy mismo le daremos una vuelta —Dijo una emocionada Angelina—.
Tenía razón, no podía caer en manos equivocadas.
Así que la llevé rápidamente a mi habitación, esquivando a todo el que se paseaba por allí.
Pero mis sueños de montar mi escoba nueva se frustraron esa misma tarde.
—Pero profesora... —Intentó hablar Oliver—.
—Esta escoba debe pasar por algunos protocolos señor Wood, no se sabe si esté hechizada, o peor aún.
Y así la profesora Minerva me truncó mis sueños.
—Tenías que decirlo —Se quejó Ron de forma molesta hacia Hermione—.
—¿Y cuándo la tendremos de vuelta? —Pregunté—.
—En unas semanas...
—¡Semanas! —Se alteró Wood—. Profesora, tenemos el juego contra Ravenclaw en 8 días, y debemos practicar si queremos ganar la copa este año, no quiero irme sin haber ganado una.
La profesora parece meditarlo.
—Lo voy a pensar—. Y así, sin más, se aleja de nosotros.
Estaba resentido con Hermione.
Pero muy en el fondo tenía algo de razón. Yo estaba siendo buscados por dos grandes asesinos ¿Qué no podría pasar?
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Había quedado con el profesor Remus para unas clases.
Después de los ataques de los dementores se ofreció a darme unas clases particulares.
- Bien Harry, el siguiente hechizo es muy avanzado, así que no te sientas avergonzado si no lo logras.
Asiento prestando atención a sus palabras y acciones.
Quería preguntarle si estaba bien, pues recién se había recuperado.
Pero no me atrevía.
—Expecto Patronum —Realiza un movimiento con su varita, la cual copio—.
—Debes decirlo de forma clara —Se posiciona a mi frente—. Piensa en el recuerdo más feliz que tengas.
No tenía muchos, al menos no con los Dursley.
—Cierra los ojos... Concéntrate —Me dejo guiar por las palabras— Explora tu pasado.
Me concentro y miro al profesor antes de abrir el baúl, éste tenía un Boggart.
—Varita lista.
Me acomodo en mi lugar observando como el profesor abre el baúl.
De pronto, un dementor sale de allí y se posiciona en frente de mí.
—Expecto Patronum...
De mi varita no salía nada.
—Expecto Patronum...
Volví a decir, pero no estaba funcionando.
—Expecto Patronum...
El frío se apodera de la sala.
Las velas se apagan, y todo se torna oscuro.
¡HARRY!
...
De repente abro los ojos y me levanto.
—Ten, te ayudará —Me tiende un chocolate, el cual acepto gustoso—.
Me toco la frente y luego el cabello.
Creo que sí debo peinarlo.
—No esperaba que lo hicieras a la primera, pero hubiera sido grandioso.
—Creo que el recuerdo no era muy poderoso.
—Por curiosidad... ¿Qué recuerdo usaste?
—Cuando monté mi primera escoba —Dije un poco avergonzado, de seguro él usaba recuerdos mejores.
—Debes pensar en algo más fuerte... Algo más poderoso.
—Tengo algo... Un poco extraño, pero quizás funcione —Me termino el chocolate.
—¿Quieres intentarlo?
Asiento levantándome.
De nuevo, el profesor abre el baúl.
El frío vuelve a tomar el lugar, y el dementor (que es un Boggart en este momento) se acerca a mí lentamente.
—Expecto Patronum...
Aún no sale nada.
—Expecto Patronum...
Debo profundizar más ese recuerdo.
—Expecto Patronum...
De pronto, una especie de barrera brillosa sale y me separa del Boggart.
El profesor suelta una risa orgullosa, mientras llevo al dementor de vuelva al baúl.
—¡Excelente! —Aplaudió el profesor Remus y volvió a darme otro chocolate—.
Suelto una risa orgullosa... ¡Lo he logrado!
Ambos nos sentamos en las escaleras, y me quedo mirando a Plutón, quién se supone hace un momento estaba en otro lado.
Tal vez haya sido el aire.
—Eres igual de talentoso que tus padres.
—Es en ellos en quién pensé —Dije mirando las palmas de mi mano—. Tuve un "recuerdo"... Ambos me hablaban... Aunque no sé si es real... Pero es el recuerdo más feliz que tengo.
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El partido de Quidditch empezaba en unas horas.
Luego de mucha insistencia, la profesora Minerva me devolvió la escoba.
Según ella, había pasado todas la pruebas anti hechizos, y no tenía magia negra.
En el fondo era algo que agradezco de Hermione, pero me dolió imaginar la escoba cómo era desmontada, aunque eso no ocurrió.
—Claro, al menos no fue destrozada.
—¿De qué hablas, Ron? —Pregunté—.
—Ronald no encuentra su rata —Habla Hermione—.
—No he perdido nada, su gato la mató.
—Mentiras y más mentiras.
—Harry... Viste como siempre está detrás de Scrabbers. De seguro se fue.
—Pues deberías cuidar más a tus mascotas Ronald.
Los tres salimos del castillo para visitar a Hagrid.
Draco había hablado con Lucius sobre el incidente.
—¿Qué ocurrió Hagrid?
—La audiencia fue un caos... Lucius Malfoy se levantó y dijo que mi Hipogrifo matará a alguien en cualquier momento.
—Los Malfoy y sus poderes sobre la gente —Susurró Ron a mi lado—.
—¿Y qué pasó?
—Fue condenado a muerte.
Sentí pena por Hagrid, sobre todo al notar que lanzó una piedra al lago con mucha fuerza.
—Pero podemos apelar —Intentó animarlo Hermione—.
—Lo dudo Hermione, la decisión está tomada...
Sin embargo no pudo continuar, pues una trompeta anunciaba que el juego iniciaría pronto.
—Mi tema no es tan importante... Deben irse, Gryffindor tiene un partido que ganar.
Le doy una sonrisa mientras los demás salimos del lugar.
Debía apresurarme, o Wood me gritará por llegar tarde.
...
Logro llegar a tiempo y cambio mi atuendo.
Luego de unos minutos entramos al campo de Quidditch.
El equipo de Ravenclaw ya estaba allí.
—Capitanes, dense la mano.
Los capitanes hacen caso al pedido de Madam Hooch.
—Quiero un juego limpio y sin trampas.
Las tribunas se alzan en gritos.
—Jugadores ... A sus escobas.
Realmente estaba esperando que lo dijera.
Me subo a la Saeta de Fuego y...
Me elevo a gran velocidad, cosa que me gustaba.
El cazador del otro equipo era una chica de cabello negro, tenía unas pecas en su rostro y sonreía sin cuidado.
Era linda.
—No es hora de ser caballero, Harry - gritó Fred a mi lado—.
—Si debes tumbarla, hazlo —Dijo George a mi otro lado—.
Hooch suena el silbato y el juego comienza.
Ravenclaw no estaba mal este año.
El juego estaba muy rendido.
Katie lograba evitar que las quaffles entraran a las porterías, aunque algunas veces no lo lograban.
Tenía ventajas sobre la otra cazadora, mi escoba era muy veloz.
A lo lejos veo un destello, así que vuelo rápidamente a la tarima donde estaba Hufflepuff, pero solo era el reloj de Rodolf Scamander.
Varios minutos pasan antes de ver algo...
El perro blanco volvía a estar aquí, mientras el perro negro señalaba con su pata otro lado del campo.
Volteo un poco dudoso, y allí estaba la Snich.
La otra cazadora también lo había visto, ambos nos batimos a duelo por saber quién la atrapará primero.
La voz de Dean Tomas fue callada por los constantes gritos de la multitud.
— ¡Tumba a Cho! —Gritó Oliver—.
Doy una patada a la escoba, y ésta aumenta la velocidad, facilitándome atrapar la Snich.
—¡La victoria es para Gryffindor! —Gritó Dean por el micrófono—.
Todos los presentes gritan, sobre todo la tarima de Gryffindor.
Ravenclaw solo se quedó en silencio y aplaudió a su buscadora.
Había hecho un gran trabajo después de todo.
Como acto de reflejo busco a los perros, pero al mirar en la esquina... Ya no estaban.
De seguro solo era mi imaginación, y me estaba tomando muy enserio las palabras de la profesora Trelawney.
¿Qué podría salir mal?
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Pasaron dos días, sin embargo, Oliver seguía festejando por lo alto.
La sala común estaba repleta todas las noches por los estudiantes.
Sin embargo, yo estaba en mi habitación.
Me incomoda el hecho de ver cómo demasiadas personas me toman en sus conversaciones.
Aburrido, tomo el mapa del merodeador. No había nadie en la habitación, sólo estaba yo.
—"Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas."
Tal vez vea a alguien y valla a molestarlo.
En la sala común estaba la gran parte del colegio, cosa que no entendía.
De pronto, una mancha se lleva mi atención.
—¿Pettigrew?
Recordaba claramente las palabras de la profesora Minerva.
Debía haber un error, Peter Pettigrew estaba muerto.
Escondo el mapa en mi bolsillo y salgo del lugar esquivando a todos.
—Lumus —Susurré al alejarme de todos.
—Apaga eso, muchacho —Dijo un cuadro que de seguro estaba dormido—.
—Lo siento.
Camino al lugar donde estaba el nombre.
Según el mapa, Pettigrew debía estar a mi frente.
Levanto la vista, pero no había nadie.
Sin embargo, la mancha pasó por mi lado.
Vuelvo a mirar el mapa, y me percaté de que Snape estaba muy cerca.
—"Travesura Realizada" —Susurré escondiendo nuevamente el mapa—.
Intento apagar mi varita pero...
—Potter, ¿Qué haces caminado solo por los pasillos?
—Soy... Sonámbulo.
Mierda, debo aprender a mentir.
—Eres igual a tu padre, ambos son excesivamente arrogantes...
—Mi padre no era arrogante, ni yo tampoco.
Ahora le pido de favor que baje su varita.
Sin embargo no lo hace.
—Muéstrame tus bolsillos.
—No tengo...
—Tus bolsillos —Demandó levantando una ceja—.
Tuve que hacerlo, y me quitó el mapa.
—Revela tus secretos —Apuntó al pergamino con su varita.
Me asusté al ver que unas palabras aparecieron en él.
—Léelo.
Merlín... ¿Puedes hacerme un favor?
—Los señores Lunático, Canuto, Siberia, Colagusano y Cornamenta presentan sus cumplidos al profesor Snape y...
—Continúa —Dice al notar que no iba a seguir leyendo—.
—Y solicitan que mantenga alejada su nariz en lo que no le importa —Le dije mirándolo a los ojos—.
—Eres un insolente...
—Profesor Snape.
La voz del profesor Remus me calmó un poco.
Qué bueno que me escuchaste Merlín.
—Valla, valla, Lupín, ¿Dando un paseo nocturno?... Bajo la luz de la luna —Arrastró su última palabra—.
—Harry, ¿Estás bien?
Asiento mientras el profesor me quita el mapa.
—Le he confiscado algo... Analiza, es tu especialidad, parece tener arte oscura.
Ay no.
—Para mí es solo un pergamino que está diseñado a insultar a la gente —Se ríe al leer la dedicatoria—.
Snape intenta quitarle el pergamino, pero Remus lo evita.
—Sin embargo, voy a estudiarlo.
Luego de varias palabras el profesor Snape se va indignado.
Sigo a Remus a su oficina y pasamos.
—No tengo idea de cómo conseguiste el mapa, lo que me sorprende es que no lo hayas entregado.
En realidad, Hermione me propuso hacer eso, pero no iba a desperdiciar su uso.
—No se te ocurrió... Que en manos equivocadas... En manos de Sirius y Lisseth Black ... Podrían encontrarte fácilmente.
—No, señor.
Y de verdad, no lo había pensado.
—Tu padre tampoco respetaba las reglas —Hace una pausa— Pero él y tú madre murieron para protegerte... ¡Y tú caminas sin protección alguna por los pasillos sabiendo que dos asesinos están rondando por allí!
Había un tono de preocupación en su voz, sin embargo se camufló con su molestia.
—No volveré a encubrirte, Harry.
—Si, profesor.
—Quiero que vuelvas a tu habitación... Y sin atajos, porque podré saberlo —Señala el mapa—.
Asiento y camino hacia la puerta, pero me detengo.
—Creo que el mapa no siempre funciona, hace un momento vi a alguien que... Está muerto.
—Encerio —Mira el mapa y luego a mí —¿A quién viste?
—Peter Pettigrew.
La mirada del profesor cambió totalmente.
No sabía que pasaba realmente, su gesto era imposible de leer.
—Eso es ... Imposible.
—Eso fue lo que ví, señor.
Parecía muy pensativo, es como si... Estuviera recordando algo.
—Buenas noches, Harry —Fue lo único que me dijo—.
—Buenas noches, profesor.
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