26- Enemigos [1997]

Lisseth Scamander:

Tiempos oscuros se acercan, y por ello, muchas personas deciden disfrutar lo que más pueden.

Ese era el caso de Bill y Fleur, quienes recién se habían casado.

La francesa había estado tan entusiasmada con los preparativos, que todo lo planeado salió de acuerdo al plan.

Ella lucía un hermoso vestido blanco, que a su vez llevaba unos bordados negros.
Llevaba la diadema de la Tía Muriel, la cual era un señora... Digamos bastante encantadora.
Y lo era... Hasta el punto que hablaba demasiado.

Canuto y yo íbamos de aquí para allá, saludando gente y bailando cada canción.

Vimos a un chico pelirrojo, que a diferencia de los otros Weasley, parecía menos animado.

—Hola, Harry —Dijimos al acercarnos—.

—No soy Harry... Deben confundirme...

—Reconocería tus gestos en cualquier lugar —Se burló mi esposo, dándole una copa de Whisky de fuego, pero él no lo aceptó—.

—No, no...

—Eres como Arabella, cuando miente, tiende a arrugar la frente...

—¡Yo no hago eso! —Contesté con indignación—.

—Lo vez —Me señaló—.

Me limité a rodar los ojos y Harry rió.

—¿Por qué no la invitas a bailar? —Le pregunté—.

—¿A quién? —Dijeron los dos a la vez—.

Con o sin lentes, ambos son igual de ciegos.

—A Ginny.

—¿Ginny?

A diferencia de Sirius, Harry si entendió a qué me refería.

—No lo sé... Estoy con Ron y Hermione...

—Ellos están por allá —Canuto señaló a ambos chicos—, y ella está con Molly.

—Además, ese chico de allí parece dudar lo mismo.

Noté a Harry tensarse, y eso causó mi risa interna.

—Yo de ti lo haría... Yo casi pierdo a la adorable mujer de mi lado por no invitarla a bailar.

—Es cierto —Levanté una ceja—. Hablando de ese baile de cuarto año...

—Creo que iré por Ginny —Se disculpó Harry casi corriendo—.

—¿Aún conservas la pulsera?

—Siempre —Sacudí mi mano mostrando el detalle—, al igual que el collar —Saqué de mi cuello la patita de perro—.

Ese había sido un regalo de navidad por parte de Sirius.
Y aunque fue por celos que lo hizo, amaba ese detalle.

—Me amas, lo sé.

—Cierra la boca, Canuto.

—Mejor vallamos a bailar... Aunque no entienda esa melodía francesa.

—Sí... —No pude evitar reír—.

...

La boda era realizada en una carpa muy bien decorada.
Al final, decidimos colocar sillas doradas a ambos lados de una larga alfombra morada.
Los postes que sostenían la carpa estaban adornados con flores blancas y doradas.

Fred y George habían atado un enorme ramo de globos (obviamente dorados) sobre el punto exacto donde Bill y Fleur danzaban alegremente.

Las madrinas de honor, Ginny y Gabrielle, lucían un hermoso vestido plateado.

Mientras en el exterior, las mariposas y abejas revoloteaban sobre el pasto del lugar.

Todo iba de maravillas, pero como siempre... Lo bueno dura poco.

Estaba a punto de buscar a Hermione, quién parecía dudar sobre si bailar con Víctor Krum, pero una figura plateada apareció justo en el centro de todo.

Era el patronus de Kingsley Shacklebolt.

—El ministerio ha caído. Scrimgeour ha muerto. Vienen hacia aquí.

Y eso solo significaba una cosa:
Rufus Scrimgeour había muerto.

Muchos comenzaron a desaparecerse, al igual que todos los encantamientos de protección alrededor de la Madriguera se rompieron.

Los gritos no cesaron, y los mortífagos empezaron a atacar el lugar.

Por suerte, Sirius estaba a mi lado, y cómo él cargaba ambas varitas, tratamos de dispersar a las personas.

Miembros de la Orden como Remus Lupin y Nymphadora Tonks comenzaron a lanzar escudos, y pude notar como  Harry y Hermione empujaron a través de la multitud de invitados aterrorizados para intentar llegar a Ron.

El miedo se apoderó de mí cuando vi que algún mortífago estaba demasiado cerca de los chicos.
Así que lancé y hechizo y éste empezó a atacarme.

Le hice una mirada a Hermione, y confíe en ella y su inteligencia.
Sabía que pensamos lo mismo.
Para cuando yo logro tumbar al mortífago, Hermione había desaparecido junto a Ron y Harry.

Una parte de mí estuvo tranquila al saber que huyeron, pero otra estaba preocupada por saber a dónde irían.

—¡Sirius, a tu izquierda!

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—¡La comisión de registro de hijos de muggles! —Grité tirando el diario "El profeta" a la mesa—. ¡Qué tontería!

Ya han pasado algunos meses desde el incidente de la boda...
Meses sin saber nada de los chicos...
Meses teniendo pesadillas más frecuentemente.

—¡Auch!

—Lo siento.

Durante esa emboscada, los mortífagos nos ganaron en número.
Eran más del triple que nosotros, y no tuvimos oportunidad contra ellos.

Para sacarnos información, empezaron a torturarnos, pero nadie sabía nada sobre los chicos.

La familia Weasley quedó bajo "el ojo del huracán".
O eso decía Parker cada vez que alguien estaba bajo la mirada de todos.

Nosotros nos llevamos la peor parte, ya que al ser los parientes más cercanos a Harry, nos lanzaron algunos maleficios.

Salimos con vida, eso era lo bueno.

Pero Sirius tenía un mal golpe a nivel de sus costillas.
Se había curado, pero le seguía doliendo.

—No me percaté de ello... Lo juro.

—No tienes la culpa —Dijo acomodando su silla—.

—Es que me parece una ridiculez...

—Eso solo confirma una cosa... Y es que Quien-tu-sabes tiene a casi todos bajo sus pies.

—Bien lo has dicho, a casi todos.

Suspiré abrumada.

—¿Aún sin noticias de los chicos?

—Ninguna... La última carta fue de Hermione... Hace tres meses, diciendo que estaban bien.

—¿Pero...?

—No lo sé... Sospecho que buscan algo.

Y él levantó una ceja.

—¿Qué?

—¿Algo más que deba saber?

—Bueno... Antes de la boda escuché... Pero fue sin querer...

—Continúa.

—Escuché una discusión de Ron y Molly, sobre una búsqueda... O algo parecido.

—¿Búsqueda de qué?

—No lo sé, y tengo mucho miedo.

—Ellos estarán bien... Tienen a la chica Granger con ellos, así como todos te teníamos a ti.

Recosté mi cabeza sobre su hombro, inhalando el aroma de su perfume.

—Se me acaba de ocurrir algo —Dije al cabo de varios minutos—.

—¿Qué cosa?

—Pronto será 31 de octubre... ¿Y si vamos a visitarlos?

—¿Estás segura?

—Algo me dice que esto terminará mal... Y quiero decirles...

—Está bien —Acarició mi cabello y depositó un beso—. Iremos en unas semanas, cuando las cosas bajen de intensidad.

—Gracias, Canuto...

—Pero tendrá un precio.

—¿Qué precio? —Pregunté sabiendo a lo que se refería—.

—Algo que involucra una cama, unas que otras velas aromáticas y nada de ropa...

—Eres un caso perdido...

—Perdido... Pero entre tus piernas...

—¡Sirius!

—¡Fuera ropa, y arriba los besos que dejaré alrededor de tu cuerpo!

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Godric's Hollow seguía igual que siempre.

Durante la llegada del invierno, la nieve caía creando un camino peligroso, y las personas solían irse a refugiar.

Cada paso que daba lo sentía más pesado que el anterior.

Harry Potter ahora era catalogado como "El indeseable número 1", al igual que sus amigos, tanto así que ofrecían una buena cantidad de oro por su paradero.

Por si eso no fuera poco, todo aquel mago hijo de muggles, mestizos o incluso simples muggles corrían riesgo.

Un grupo catalogado "Carroñeros" se daban el lujo de "cazar" a esos infractores y... Matarlos.

Pero ya estaba aquí, y cuando menos caí en cuenta, las tumbas de mis antiguos mejores amigos yacían frente a mi.

Leí sus lápidas, a medida que junto a mi esposo depositamos algunas flores.

- James Potter
27 de marzo de 1960 - 31 de octubre de 1981

- Lily Potter
30 de enero de 1960 - 31 de octubre de 1981

Dejé de recorrer con la yema de mis dedos el frío cemento, para leer la dedicatoria.

- El último enemigo que será derrotado es la muerte.

Muerte...

Creo que la muerte se había convertido en mi nuevo amigo...

—Hola chicos —Dije en un susurro—. Aquí Siberia con el resumen de las noticias.

Dejé que una leve sonrisa apareciera en mis labios, imaginando la cara de horror que pondría James al escucharme.

—Todo parece ir bien... Cumplimos nuestra promesa... Cuidamos a Harry lo más que pudimos.

Suspiré.

—Ahora es todo un adulto —Continuó Canuto—. Ay Cornamenta... Si tan sólo pudieras verlo... Estarías muy orgulloso por lo que se ha convertido tu hijo.

—Es todo un guerrero, al igual que tú... Al igual que todos.

—Pero no sabemos dónde se encuentra ahora —Sirius suspiró abrumado—. Si tan solo estuviera cerca... Lo ayudaríamos sin dudarlo...

—Pero al parecer, quiere hacer las cosas solo.

—Y tengo... Tenemos mucho miedo chicos.

—Está ocurriendo lo mismo que en 1980... Aliados y bandos se separan... Y eso hace que ellos salgan beneficiados.

—Solo queremos pedirle una cosa... Y es que cuiden a Harry.

—Dónde sea que esté, si no estamos cerca... Guienlo.
Se que lo hacen, pero quiero sentirme en paz... Sabiendo que somos escuchados.

—Snape es ahora el nuevo director del colegio... Y eso no es muy bueno.

—No sabemos a dónde parará esto... Pero cumpliremos nuestra promesa, cuidaremos de Harry.

—Hasta el final —Afirmamos al mismo tiempo—.

Sequé aquellas lágrimas que no sentí caer, pero que recorrían mi mejilla.

Decoramos nuevamente las lápidas y nos dirigimos a las de los mellizos.

—Mis niños... Mis pequeños... Espero estén bien...

—Mami y Papi ahora cuidan de su primo...

—Pero prometemos algo... Y es que cuando nos volvamos a encontrar los llenaré de besos... Porque sé que los volveré a ver... Algún día...

—Pero por ahora, sólo sigan molestando a Cornamenta.

Golpeé a Sirius, y éste sólo rió.

—Los amamos, jamás lo olviden.

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N/A: Puede que algunos capítulos les parezca un poco cortos, más de lo habitual, pero a partir del próximo serán un poco más largos.

Considerando que la mayoría tienen 2500 palabras (a excepción de éste, que tiene 1500) los próximos serán de 3000 o más.

No sé asusten, ni sé agobien, recuerden que pueden leerlos de a poco.

Sin más que decir, besos y abrazos ✨❤️

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