21- Fleur, Lisseth y Tonks [1996]
Harry Potter:
Después de esa noche, dudaba sobre si quedarme sólo con mi padrino.
De no ser por Lisseth, Sirius me habría embriagado con la excusa de "vivir mi adolescencia".
Y lo haría, de no ser porque cada año tuve que pelear con el mismo Voldemort.
Una de las cosas que no entendía durante mi estadía en la Madriguera era el "odio" de las chicas contra Fleur.
A excepción de Lisseth y Tonks, que parecían ser las únicas a quien les caía bien.
Aunque no todo era risas y bromas.
Noté que Tonks no estaba muy animada, inclusive, su cabello había cambiado. Ya no llevaba ese característico rosa chicle, sino un castaño muy común.
Por otro lado estaba Remus, quién lucía más decaído que de costumbre.
Para colmo, algo raro estaba pasando dentro de la comunidad mágica.
Hace unos días fuimos al "Callejón diagon" para comprar unos útiles y para visitar a los gemelos en su tienda, pero en el camino noté que algo pasaba con Draco.
—No puedes andar por allí y pensar... —Continuó Hermione—. ¡Por Merlín Harry! Eso es una acusación muy seria.
—Con más razón, su padre es un mortífago...
—Amigo —Habló Ron—, no es por nada —Se rasca la nuca—, pero no creo que Draco sea un mortífago...
—¿Por qué no me creen? Ustedes lo vieron...
—No vimos todo, Harry.
No quería hablar más de este asunto.
—Iré a la cocina por algo de picar...
Pero en ese instante, Ginny entró.
—Yo de ti no iría a la cocina.
—¿Por qué? —Pregunté—.
—Está inundada de Fleugggrrr.
—Entonces tendré cuidado —Dije saliendo—.
Y en efecto, al llegar a la cocina, Fleur se encontraba hablando sobre los preparativos de su boda con Bill.
Lisseth estaba muy emocionada por cada detalle, mientras la señora Weasley vigilaba a unas coles de Bruselas que se pelaban solas.
—Bill y yo hemos decidido tener solo 2 damas de honor. Ginny y Grabielle quedarán divinas juntas...
—¿Y cómo serán los vestidos? —Preguntó mi madrina con bastante interés—.
—Color oro —La francesa suspiró—, el rosa le quedaría fatal a Ginny, y lo digo por su hermoso cabello rojo que...
—¡Harry! —Soltó la señora Weasley, llamando la atención de las presentes—, que bueno que llegas, debo contarte las medidas de seguridad para tu traslado a Hogwarts...
—¿Cómo?
—Iremos en unos autos del ministerio...
—¿Irá Tonks?
—Oh, no. Me temo que no. Arthur me dijo que debía estar en otro lugar.
—Tonks se ha descuidado tanto... —Comentó Lisseth con pesar—.
—Un grave error si quieres mi opinión...
La señora Weasley me llevó al otro lado de la casa, aunque sabía la verdadera razón.
No le agradaba Fleur.
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Efectivamente, nos llevaron al andén en autos.
Me quedé con los chicos durante el camino, pero el profesor Slughorn había "reunido" a un grupo en otro compartimiento.
—¿Ginny? ¿También te invitó?
—Es extraño... Pensé que me iba a castigar, y fue todo lo contrario.
Ella soltó una risa bastante peculiar.
A diferencia de otras veces, ésta era más llamativa, y un extraño movimiento se hizo presente en mi estómago.
—¿Y qué hiciste?
—Ah, nada importante —Caminó delante de mí mientras abría el compartimiento—, conjuré un Mocomurciélago —Se quejó de hombros—, me estaban molestando.
Ambos entramos al lugar, y por un momento olvidé de la razón por la que había aceptado venir.
Habían momentos en los que me daba cuenta de que no dejaba de mirar a Ginny, quién hablaba con el resto de manera espontánea.
Pero fue un alivio cuando ví salir a Zabini una vez que todo había terminado.
Esperé a que los demás salieran para ponerme mi capa invisible y seguirlo.
Casi me descubren cuando Goyle intentó cerrar el compartimiento dónde se encontraban, pero por mi pie no lo hizo... Al menos, al primer intento.
Lo mejor que pude hacer fue subir a dónde estaban algunas maletas y escuchar.
—Tal vez este sea mi último año en Hogwarts.
—¿Qué es lo que dices? —Preguntó la pelinegra, Pansy Parkinson—.
—Lo que escuchaste.
—Es por lo de tu padre, ¿Cierto? —Preguntó Blaise—.
—No, Zabini.
Quiero... Alcanzar mi nivel más alto...
Y para ello, este ciclo debe terminar.
En todo el viaje nunca mencionó algo de ser mortífago, pero yo sabía que lo era.
Lo intuía.
—Esperen un momento —Dijo Draco cuando el tren había llegado al fin—, ya los alcanzo.
Todos los presentes se miraron, pero tuvieron que irse.
Draco cerró las cortinas y puertas, y luego Susurró:
—Acaso tu mami no te enseñó que es malo espiar... Potter.
Intenté no moverme.
Era imposible... ¿Cómo sabía que estaba aquí?
Sin embargo, él me ganó. Apuntó su varita hacia mí y dijo claramente:
—Petrificus totalus.
Sentí mi cuerpo volverse piedra, a la vez que caí casi a los pies de Draco, sintiendo como levantaba mi capa invisible.
—Me lo imaginaba... Debiste ser tú quien atascó la puerta... —Suspiró—. No has escuchado nada que me importe —Dijo con indiferencia—. Pero tomando en cuenta que estás aquí...
Aprovechó la ocasión y me pateó el rostro, más precisamente, en mi nariz.
Acto seguido, tomó la capa y cubrió mi cuerpo inmóvil.
—Te veo luego, Potter... O quizás no. Pero el regalito es de parte mía y de mi padre.
Salió con una sonrisa de triunfo, no sin antes pisarme la mano.
...
No sé cuánto tiempo había pasado, hasta que oí unos pasos.
—Y dicen que soy yo la que tiene mal aspecto.
Tonks levantó la capa de invisibilidad y susurró el hechizo contrario.
—Gracias...
—Oh, no hay de qué —Me tendió la mano para ayudarme a levantar—. Todos nos preocupamos por ti, nadie te veía en el gran comedor.
—Si, tuve... Un inconveniente.
Toqué mi nariz ensangrentada, de verdad que esto dolía.
—Yo te ayudo.
Tonks lanzó un hechizo que casi me hace llorar, pero que dejó mi nariz como nueva.
—No está tan mal...
¿A qué se refería con eso?
Yo quiero mi nariz normal...
Ay no...
—Ven, debemos apresurarnos, la selección de los nuevos ya dió inicio.
Ambos nos adentramos al bosque, a la vez que el tren volvía a Londres.
De la varita de Tonks salió un espectro azulado, el cual reconocí al instante.
—Eso era ... ¿Un patronus?
—Si, acabo de avisar que te he encontrado.
Seguimos caminando hasta las afueras de Hogwarts, dónde unas rejas separaban la entrada.
—Tonks... Y Harry Potter...
—Profesor Snape —Dijo mi acompañante con una sonrisa falsa—.
—Ya empezaba a preocuparme por el muchacho.
Ajá.
El profesor pronunció varios hechizos, permitiendo que entrara a través de las rejas.
—Por cierto Tonks, me sorprendió el cambio de tu patronus... De una liebre a un lobo... Eso es algo... Llamativo.
A pesar de la oscuridad de la noche, el rostro de la bruja tomó un color carmesí, pero del cual parece que solo yo fui participe.
—Lo siento —Tonks evitó el tema—, debo irme... Ya sabes...
La bruja arrugó su nariz y se dió media vuelta, dejándome con el profesor.
Qué día tan estresante.
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Al día siguiente le conté todo a los chicos, pues el camino hacia el gran comedor se me hizo bastante largo.
—Entonces... Dijo que su patronus había cambiado.
—Exacto —Tomé mi mochila para llegar al aula de pociones—.
—¿Sabes lo que eso significa?
—Hombres... —Se quejó Hermione—. Escuchen, para que una persona sufra un cambio en la forma de su patronus, tuvo que haber pasado por una crisis...
—¿De que tipo?
—No lo sé... Tal vez por un problema o...
—Por amor —Solté de la nada—.
Ambos me miraron extrañados.
Ni siquiera yo sabía por qué lo había hecho.
—Quiero decir... —A un costado de Ron pude ver a Ginny, quién pasaba por el otro lado del pasillo—. Algo me contó Liss el otro día... —Bajé un poco la voz—. Algo pasó entre Remus y Tonks...
—¡Claro! —Chilló Hermione—. Lisseth tenía razón en algo...
Sin embargo, la conversación dió por finalizada al entrar al aula.
Habían muchos calderos, y un sin número de objetos en las mesas.
Cada uno tomó asiento junto al otro, esperando nuevas indicaciones.
El profesor empezó a presentarse y dió instrucciones sobre su clase.
—Esa es poción multijugos —Contestó Hermione—.
—¡Excelente! Y ahora... Está de aquí —Señaló otro caldero—.
Y cómo siempre, Hermione era la única que levantaba la mano.
—Eso es amortentia.
—En efecto —El profesor sonrió como si hubiera recordado algo—. Me imagino entonces, que sabes qué es lo que produce.
—Es la poción de amor más fuerte que existe.
—¡Excelente! Me imagino que la has reconocido por su brillo nacarado.
—Si, y porque el vapor asciende formando espirales —Agregó con entusiasmo—, y se supone que tiene un olor diferente para cada persona, según quien la atraiga.
Yo huelo a césped recién cortado, a pergamino nuevo y...
Voltee mi rostro hacia su dirección y noté que se había sonrojado.
—¿Puedes decirme tu nombre, querida? —Pidió Slughorn—.
—Mi nombre es Hermione Granger.
—¿Granger? ¿Granger? —Repitió en voz alta—. ¿Acaso eres familia de Héctor Dagworth-Granger? El fundador de la Rimbombante Sociedad de Amigos de las Pociones.
—Me parece que no, señor... Soy hija de muggles.
A mi costado noté que Draco le susurró algo a Nott, y ambos rieron por lo bajo.
Sin embargo, el profesor volvió a sonreír.
—¡Claro! —Dijo con entusiasmo— <<Una de mis mejores amigas es hija de muggles y es la mejor amiga de mi curso>> —Imitó mis palabras—. Deduzco que ella es tu amiga, de la que me contaste, ¿Verdad, Harry?
—Si, profesor —Respondí—.
—Genial, 20 merecidos puntos para Gryffindor.
—¿De verdad le dijiste que soy la mejor del curso? —Preguntó Hermione con asombro y orgullo—.
Yo asentí.
—¡Oh, Harry!
—Si me lo hubieran preguntado, hubiera respondido lo mismo.
Al decir Ron esas palabras, Hermione nos hizo callar, a medida que sus mejillas tomaban un tono rosa.
—Bien, vallan a sus libros —Ordenó el profesor—. Página...
—Profesor —Levanté mi mano junto a Ron—.
—Si...
—Es que ... No tengo mi libro... No pensé que debía tomar la materia y...
—No se preocupen, allí en ese estante hay algunos libros, tomen uno hasta que compren el suyo.
Ron salió casi disparado y tomó el mejor libro.
En cambio a mí, me tocó uno rayado.
—Bien muchachos, hoy tengo preparado una dinámica inusual, quién prepare el Félix Felicis mejor desarrollado, se ganará un auténtico y listo bote de esta preciosa poción.
La poción de la suerte.
Así lo nombró Fred durante el recorrido por "Sortilegios Weasley".
Realmente necesitaba ese frasco.
De algún modo debía sacarle información al profesor Slughorn. Dumbledore me encomendó una misión, y tal vez pueda cumplirla pronto.
Aunque no era el único que parecía tener bastante interés.
Pues Draco Malfoy había puesto demasiado empeño y atención en esta clase.
—Propiedad del Principe Mestizo... —Leí en un susurro— ¿Quién es el Príncipe Mestizo?... Tal vez me ayudes...
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Este año estaba siendo un caos total, pero lo único que me confortaba era estar en la madriguera con todos los de la orden.
Sirius hablaba conmigo cada vez que podía, Ron se la pasaba más tiempo con sus hermanos, sobre todo con Bill y Charlie.
Pero a diferencia de otros años, él no hablaba con Hermione.
Era un lío completo. Desde que Ron fue seleccionado como guardián del equipo de Quidditch, empezó a salir con una chica... Lavender, y eso a Hermione no le agradó mucho.
Desde ese entonces no se hablan.
Lisseth conversaba animadamente con Hermione, mientras recostaba su cabeza sobre los hombros de Remus.
Parecía que el antiguo profesor era una especie de moderador en la charla de ambas chicas.
—Gracias, señora Weasley.
—Si deseas algo más, sólo dime.
Agradecí por el platillo de pastel de calabaza, y luego caminé para acercarme a ellos.
No veía a Ron por ningún lado, así que caminé para sentarme junto al fuego, pero pareció que ambas chicas cambiaron la conversación.
—Y eso fue lo que pasó con Katie Bell —Continuó Hermione cuando llegué a su lado—.
—Pobre chica —Negó mi madrina— ¿Tu qué opinas, Lunático?
Pero Remus parecía absorto en sus propios pensamientos.
—Pues... Que Hermione debería decir lo que sien...
Sin embargo Lisseth le golpeó "disimuladamente" el estómago con el codo, haciendo que me viera.
—Digo... Esto es muy raro —Acarició el cabello de la rubia—. Supongo que el collar estaba maldito... Pero habría muerto...
—Un momento... —Lisseth se separó de él— ¡Eso es!
—¿Qué cosa? —Pregunté—.
—Lunático, eres un genio.
—Lo sé.
—Miren chicos, deben tener mucho cuidado con lo que hacen —Tomó mis manos—. Yo...
—Lisseth —Interrumpió Remus—, no lo hagas si no te sientes preparada...
¿A qué se refieren?
—Necesito soltarlo —Suspiró para mirar a Hermione y a mí—.
—¿Sabes algo? Una pista o... —Preguntó Hermione—.
—Debo contarles algo... Algo muy parecido... —Acomodó su cabello—. Hace muchos años... Yo sufrí algo parecido.
Empecé a prestar bastante atención.
—Dices que...
—Si, Hermione. Hubo un día que por accidente tomé algo que... Bueno, digamos que fue lo mejor —Fijó su vista en mí, para luego continuar—. Yo no toqué directamente ese collar... —Miró a Remus—, por eso no morí... Pero sufrí una consecuencia... No podría tener hijos... Nunca.
Hermione se llevó las manos a la boca.
—Creemos que alguien debió planificar esto —Continuó Remus—, se trata de magia muy oscura chicos... Tengan mucho cuidado.
—Háganlo por esta dulce mujer —Sonrió mi madrina—, dejen que las cosas lo arreglen los mayores... Esta historia ya fue escrita hace muchos años... Y sé cómo va a terminar...
—Mucho cuidado —Remarcó el antiguo profesor—, porque algunas veces somos nosotros los inocentes los que pagamos por los errores de otros.
Lisseth miró Remus.
Había una clara referencia.
Y es que hace dos noches, Remus nos contó sobre su niñez, y cómo Greyback lo había mordido.
Quizás lo mejor fuera dejar todo y seguir con mi juventud.
Pero le había prometido a Dumbledore que lo ayudaría a sacar información con el profesor Slughorn, o más bien un recuerdo, y no podía dejarlo impune.
Quizás sea hora de usar mi frasco de Félix Felicis...
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N/A: Ey, ¿Qué tal?
Pasaba un momento para agradecerles por todo su apoyo y el amor que le dan a la historia ❤️
Me siento muy feliz al saber que tengo su apoyo con ella.
Quién iba a pensar que llegaría a escribir dos partes para esta hermosa historia...
Lxs amo un mundo ❤️✨
No olviden votar y comentar si les ha gustado ❤️
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