10- El regreso de Canuto y Siberia [1994]
Lisseth Scamander:
—No, no, debe haber un error.
Caminaba haciendo círculos por toda la casa.
Habíamos invadido un hogar, o al menos lo usaríamos por unos días, hasta que los dueño aparecieran.
—Liss, debes calmarte...
—¡Cómo quieres que esté calmada, Canuto! —Miro a mi esposo, quién también estaba preocupado—. Muchos murieron en esas pruebas... Tengo miedo... Harry es solo un niño.
—Harry estará bien...
—Harry no es James, Canuto... —Lo encaro—. Cornamenta era astuto, no digo que Harry no lo sea, pero... Vimos lo ocurrido el año pasado, y tengo miedo.
No sabemos a dónde demonios se fue Colagusano... ¿Y si intenta atacarlo?
—No lo hará —Toma mi rostro cómo cada vez que sentía miedo, y eso me transmitía mucha paz—. Harry es valiente... Tienes grandes amigos que de seguro le ayudarán.
—Eso espero, Canuto.
El reloj de la casa apunta a media noche.
Justamente, le escribimos a Harry para que nos esperara en la sala común de Gryffindor.
Ambos tomamos polvos flu, ubicamos nuestras cabezas en la chimenea y damos la dirección.
—Sala común de Gryffindor, Hogwarts.
Siento que mi cabeza pronto estallará, pero es un riesgo que voy a hacer por mi ahijado.
—Tsss —Lo llama Canuto—.
Harry era igual a James.
Andaba con una pijama roja que resaltaba sus ojos.
Y ese desordenado cabello.
—Siberia, Canuto —Nos sonrío al vernos en el fuego—.
—Seremos breves, esto es peligroso —Le digo—.
—¿Pusiste o no tu nombre en el cáliz? —Preguntó mi esposo.
—No, ni siquiera sé cómo es posible que haya salido, no quería participar.
Suspiro aliviada al saber que el niño no tuvo la culpa.
—Debes tener cuidado, quédate cerca de los chicos —Digo con firmeza—. Ahora no sabemos en quién confiar y en quién no.
—Lo sé, madrina.
Madrina...
Se escucha muy lindo.
—De lo único que estamos seguros es que... Quién sea el que te incriminó, te quiere muerto —Continúo Sirius—. Tal vez Igor...
—¿Karkarov? —Preguntó Harry—.
—Es un antiguo mortífago, no me sorprendería.
El chico se tensiona.
Pobre niño, yo también sé lo que se siente tener años de estudios con problemas, y cada año era uno diferente.
Lo único que quería era paz, y podía sentirlo.
—¿Cómo hacen esto?
—¿Hacer qué?
—Aparecer sus cabezas en la chimenea, precisamente en el fuego.
—Son los privilegios que obtienes al ser la hija de un auror —Dije con orgullo—. Mamá solía contarnos algunos secretos...
Mamá...
Tina...
Dejé mis palabras en el aire.
Realmente extrañaba verla, pero... ¿Ella también querría verme?
Jamás mostró interés en mí por estos 13 años.
¿Está decepcionada de mí?
—¿Sabes cuál es tu primera prueba? —Sirius cambió de tema—.
—Dragones.
—¡Dragones! —Se emocionó, pero yo lo miré enojada—.
—Hace rato fui con Hagrid... Es una larga historia, pero ahí los vi.
Tal vez si pueda ayudarlo.
Papá me enseñó a cuidar muchos animales en mi niñez... Y los dragones estaban entre esas criaturas fantásticas de su maleta.
—¿De qué clase?
—Había una "bola de fuego chino".
Ese no es muy letal que digamos.
—Y luego estaba... Un " colacuerno húngaro".
Maldita sea, esas son unas bestias.
—Ok, escucha, debes...
Sin embargo, interrumpí a mi esposo al sentir que diría alguna estupidez.
—No, Harry, escúchame a mí —Lo desafío—. Soy una Scamander, los animales son nuestros fuertes.
El niño asiente.
—Puedes usar un...
De pronto Harry voltea el rostro.
—Deben irse, alguien está cerca.
No pude despedirme, era muy arriesgado, así que ambos volvimos al lugar.
—Harry...
—El niño va a estar bien, nadie nos vió.
Asiento mirando la chimenea.
Quería... Necesito verlo... Asegurarme que estará bien... Cumplir mi promesa... Cuidarlo.
—¿Crees que podamos ir a dormir? —Le dije a mi esposo con temor—.
—Claro que sí, cariño.
Camino a la habitación, cambio mi vestuario y me acuesto, reflexionando cada uno de los momentos de mi vida.
Las risas, las lágrimas, los bailes... Las sombras del pasado.
Sirius se acuesta a mi lado, y deja que ubique mi cabeza sobre su pecho.
Él empieza a acariciar mi cabello... Y luego mi rostro.
—No llores, corazón —Susurró en mi oído—.
—Tengo miedo por Harry...
—¿Segura que sólo es eso?
No podía mentirle, no podía.
Me conocía mucho, de toda la vida.
—La extraño, ¿Sabes?
—Sé lo que piensas, ya hablamos de eso.
—Pero...
—Liss —Limpia mis mejillas—. Hagamos una promesa.
Muevo mi rostro para mirar el suyo.
Sus hermoso ojos grises eran un calmante para mí.
—Cuando todo esto acabe... Y seamos libres, te llevaré a casa.
—¿A casa?
—Irás a visitar a tus padres, a tu hermano, y luego... Sólo si quieres... Volveremos a nuestro hogar.
—¿A la casa de campo?
—No mi pequeña loba, a Londres.
Nuestro primer y único lugar está allí.
Ahí viven nuestros mejores recuerdos.
Y siguió toda la noche hablando del lugar, los recuerdos con los chicos, del futuro que podríamos planear luego, hasta que me quedé dormida en sus brazos.
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La segunda prueba del torneo estaba muy cerca, a sólo dos semanas para ser exactos.
La primera prueba... Harry logró superarla.
Sentí un gran alivio al saberlo, pero aún quedaban dos.
Les escribimos, diciéndole que estaríamos en el pueblo.
Al inició puso escusas sobre que no era nada, que los dolores de su cicatriz eran " solo dolores", pero estoy segura de que no lo es.
El chico se preocupa por nosotros.
Pero yo lo estoy más.
El frío del invierno había desaparecido.
Enero era un mes caluroso, incluso estando transformada.
—Ay, qué lindo lobo.
Eran los comentarios que recibía de los visitantes de Hogdsmade.
Pero yo sólo esperaba a mi ahijado, o más bien, nosotros.
—Hocicos —Sonrío Harry al vernos—.
Canuto también estaba transformado.
Ambos guiamos a los tres amigos cerca de un puente, precisamente detrás de una roca.
Todos estaban cansados de subir mucho, pero era el mejor escondite que Dumbledore pudo darnos.
Ron baja su mochila y empieza a sacar la comida.
Rápidamente, mi esposo y yo nos transformamos.
—Gracias chicos —Dije comiendo una pierna de pollo—.
La comida de Hogwarts siempre había sido mi favorita.
Sin duda alguna, los elfos se lucían con todo.
Harry estaba con Buckbeak, mientras que Hermione evitaba a Ron.
—Esto está delicioso —Dijo Sirius con la boca llena—.
—Cierra la boca —Le respondí generando la risa de los chicos—.
—Sirius... Lisseth... Esto es muy peligroso, alguien podría verlos.
—Estábamos muy preocupados por ti —Respondí comiendo otra presa—. Nadie nos daba muchas noticias.
—Lo que importa es que están bien.
Tenía la intención de guardar un poco de comida, pero estaba sumamente deliciosa, tanto así que nos comimos todo.
—¿Quieren? —Les ofrecí—.
—No, ya comimos.
—¡Genial, más para mí! —Gritó Sirius—.
...
Después de comer, empezamos a preguntarles muchas cosas sobre la prueba.
—Entonces... ¿Qué hiciste con el colacuerno?
—Usé mi habilidad contra él.
—Usó su escoba —Continúo Ron—, fue genial... Osea no... Casi muere pero... Debieron verlo.
—Que inteligente —Dijo Sirius—.
—Yo hubiera usado un hechizo de conjuntivitis, es más, eso te iba a decir aquella noche.
—Eso fue lo que Víctor Krum hizo —Sonrío Hermione—.
En ese mismo momento, Ron se tensionó un poco.
—¿Krum, el jugador de Quidditch? —Preguntó Sirius mientras ellos asentían —. Pensé que era mucho mayor.
—Lo mismo pensé yo —Dijo Ron casi en un susurro—.
Todos me contaron sobre sus grandes logros y avances con la magia.
Pero lo que más me llamó la atención fue que no tocaron el tema del baile de Navidad.
Yo amaba los bailes, y lo sigo haciendo, sólo me falta ser libre para volver a retomar las "viejas costumbres".
Así que aparté a Hermione del grupo y charlé con ella.
—Y por eso fue un caos.
Me contó sobre su baile con Víctor Krum.
Había sido la chica más envidiada del colegio por bailar con el búlgaro, sin embargo, todo se fue a la mierda con la actitud de Ron.
—Te entiendo.
Ella me miró confundida, yo solo solté una risa al recordar mi cuarto año.
—Cuando estaba en cuarto también tuve una fiesta escolar —Empecé mi relato—. Y al igual que a ti, me arruinaron la noche.
—¿Cómo?
—Sirius.
Ella me mira sorprendida y confundida a la vez.
—Canuto hizo que esa noche fuera la peor para mi edad, no hizo nada malo, no te preocupes —Le digo al ver que se llevaba las manos a la boca imaginándose alguna cosa—, me dijo palabras hirientes que... Me arruinaron mucho.
—¿Y qué pasó?
—No le hablé por varios años, no dejaría mi orgullo de lado.
Ella solo río ante el comentario.
—Sin embargo, te casaste con él.
—Por desgracia...
—¡Te escuché! —Gritó Sirius al otro lado mientras Harry y Ron se miraron confundidos, obviamente ellos no habían escuchado—.
Hermi soltó una gran carcajada que me contagió.
—Él también tardó en invitarme al baile.
Pero lo que más me dolió es que me dejó cómo su última opción...
—No fue así —Dijo Sirius llegando a mi lado—.
—¿Entonces?
—Tenía miedo.
—¿Miedo? —Preguntamos las dos al mismo tiempo—.
—Liss siempre fue hermosa... Codiciada por muchos... Y tenía miedo sobre si aceptaría o no.
—Sabías que lo haría.
—No en ese momento —Suspiró—, era un muchacho inmaduro.
—¿Era? ¿Aún no?
—Ahora soy un adulto responsable.
Hermi se ríe haciendo que Canuto la mire con dramatismo.
—No te rías, es cierto.
—Si, claro...
—¡Liss! No me ayudas.
—Continúa —Dije entre risas—.
—Bueno... Remus me había aconsejado acercarme a ti, Incluso llegue a pensarlo cuando James se lo propuso a Lily.
—¿Los padres de Harry?
—Así es Hermi... Es una historia bastante larga.
—Y complicada —Se burló Sirius—. El punto es que, esa misma noche cometí un gran error, del cual me arrepiento todos los días.
—¿Por qué?
—Es algo bastante personal, pequeña —Le sacudió el cabello—, tal vez algún día te cuente.
—¿Contarle qué? —Preguntaron los dos amigos al llegar a nuestro lado—.
—Nada —Le dí un codazo a Sirius al notar que les contaría—.
—Será un secreto entre la pequeña Hermione, mi esposa y yo.
Ambos se miraron incrédulos, mientras Sirius y yo le giñamos el ojo a la chica.
Ella sabía claramente a lo que nos referíamos, porque sus mejillas se tornaron carmesí.
—Deben irse —Les dije a todos—. Pronto nos veremos.
—¿Por qué lo dices? —Preguntó la chica—.
—No pueden verlos —Dijo Harry con miedo—.
—No se preocupen por nosotros, siempre estaremos a su lado.
Ambos nos despedimos de los chicos y los llevamos sanos y salvos al pueblo.
Pero antes, le dejaría una nota a Hermione:
"Yo me casé con Sirius... Quién sabe lo que pueda ocurrir entre tú y Ron luego"
Sabía que se moriría de vergüenza al leerlo, pero se sentía bien darle consejos a una chica.
Tal vez si mi hija Lyra hubiera vivido, Sirius y yo habríamos tenido esa conversación con ella.
Esto fue lo más cercano que tuve a una conversación madre - hija.
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Varias meses pasaron desde aquella visita de los chicos.
La tercera prueba para Harry estaba a sólo 1 día.
Pero algo había ocurrido.
El señor Crounch apareció muerto en los terrenos del castillo.
La noticia estaba en todos los diarios.
Sirius había tenido una discusión con Harry sobre ello.
¿Cómo era posible que él y Krum anduvieran por el castillo a largas horas de la noche?
Y lo peor aún era ¿Por qué Krum había sido atacado?
Nada tenía sentido, al menos para mí.
Según los relatos del jugador del equipo búlgaro, Harry y él caminaban, estaban hablando de lo ocurrido con Hermione, pues ella recibía muchos ataques por la "noticia" que público Rita en la revista "Corazón de bruja".
Primero, dijo en el diario El Profeta que salía con Víctor, y luego con Harry.
Eso desencadenó la furia de las fanáticas, y eso lo aprovechó para hablar de ella en esa revista.
Pobre Hermi.
Ella no tenía la culpa de nada.
El punto es que... Harry encontró al señor Crounch herido.
Deambulaba por el castillo a paso perdido, y hablaba cosas entrañas, entre ellas, le habla a un árbol dándole órdenes...
Pensaba que era Percy Weasley.
Harry le insistió en volver al castillo, pero él se negaba.
Así que dejó a ambos mientras buscó al director.
Para cuando volvió, Krum estaba desmayado en el suelo, y el señor Bartemius... Estaba muerto en otro lado del bosque.
Los problemas no pararon. Igor estaba furioso por su alumno estrella.
Sin embargo, la tercera prueba iba a ocurrir.
Lo que no sabía Harry, es que mi esposo y yo estaríamos allí.
Lo íbamos a apoyar entre las barras (obviamente en nuestra forma animaga)
Dumbledore invitó a los familiares de cada participante, y ésta no sería la excepción.
La familia Weasley también estaba para apoyarlo.
Molly, Charlie y Bill serían los representantes de su familia, pues a nosotros no podían vernos.
Confío en él, y sé que va a lograrlo.
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