𝑶𝒕𝒓𝒂 𝒑𝒊𝒆𝒛𝒂 (𝑳)

Advertencias: Spoilers del manga, violencia típica del manga/anime.

En ese tiempo realmente estabas
en la luz de este mundo,
de pie y mirando a ella..
-Nakahara Chuuya.

~•~

Jane estaba nerviosa. No porque el mundo se cayera a pedazos.

Quisiera hablar de algo, es importante. Es algo…bueno, es demasiado íntimo— pidió el pelinaranja con un evidente sonrojo.

En realidad era una propuesta bastante interesante.

"Quizá quiera tiempo" fue lo único que se le ocurrió a la mujer—. Claro, puedes contarme lo que sea.

—Es que...Solo seremos tu y yo ¿Cierto?.

Siempre— respondió la del zafiro—. Solo tú y yo.

Austen terminó en la oficina del jefe con una mochila negra. Era una broma que ella fuera la misma ejecutiva que intimidaba a los altos mandos.

Jane susurró “Vayan a tomarse un descanso, yo cuidaré del jefe un rato”. No dudo en hacer lo que pedía, de todas formas sabían que era la ejecutiva más cercana Ōgai.

—Buenas tardes, jefe— Elise arrojaba crayones a sus pies tratando de llamar su atención.

—Me quedé un paquete tuyo, quiero devolvértelo.

—¿Qué paquete?.

Sacó de detrás de su escritorio una canasta con malvas y una pequeña carta—. No leí el contenido. ¿Eres cercana a ese hombre?.

—Nos ayudamos— Recibió la carta ignorando las hojas marchitas de las flores púrpuras.

Pienso en tí cada cinco segundos. Te resulta admirable ser fría conmigo, es halagador ser usado por tí, eres mi karma. Eres totalmente mía, el utilizarte para mis afectos es consolador. Puedes robarte mi amor,  hazlo. Pequeño canario, últimamente resulta imposible sacarte de mi vida."

—Fukuchi Genichiro es el líder de la decadencia. ¿Por qué la ocultaste?.

—Porque no quería dar problemas a tu relación con Chuuya-kun.

—No te creo— arrojó la mochila a su escritorio frente a él—. ¿Lo quieres confrontar ahora?.

—Solo quiero saber que cosas haces, es triste que me seas indiferente— asintió feliz—. Hazlo venir.

Sacó su radio para contactarlo con la excusa de una misión. Miró a la rubia que dibujaba un Tachihara cortado en la parte de los ojos.

—Corriste a mis guardias, necesito que te quedes.

—Como órdenes, jefe— en la última palabra sonó como una mala imitación de él.

—¿Me llamaron?— el de ojos ámbar atravesó la puerta clavando la vista en ambas femeninas.

—Se te perdió esto, Tachihara-kun— jugó con la gorra que Jane le dió—. Debe ser emocionante ser parte del ejército.

Voy a morir, todo se acabó para mí” pensó el joven.

—No tengas miedo de Jane— comentó burlón el de ojos violetas—. Ella sospechaba de tí, por supuesto que lo comprobé cuando Yosano-kun reveló que tú eras un perro cazador. 

—Matalo, Jane— exigía la de ojos azules.

—Tachihara-kun, te lo ordeno como miembro de la mafia. Conviértete en doble agente y derrota al enemigo del mundo. Acaba con la mente maestra.

—¡No tenemos idea de quién podría ser!

—Tu antiguo jefe. Fukuchi Genichiro— intervinó la ejecutiva aún con las piernas estiradas—. Es líder de la decadencia, de hecho un miembro de la misma me lo reveló.

—Es imposible…

—Estoy seguro que un hombre con su poder ya alcanzó el cielo— agregó el de gabardina negra—. Esa fue la principal razón que me incitó a que Jane investigara sobre los perros de caza.

La azabache se puso de pie, y avanzó en su dirección—. No hay nada más bello que la ignorancia. Mueres por ellos, o por tu familia.

—Lo haré— se arrodilló frente a Mori—. Es la regla de oro, no cuestionar sus órdenes.

—Jane, sigues a cargo de Tachihara-kun— aplaudió satisfecho—. Él es pieza clave en la jugada.

—De acuerdo. Nos retiramos, jefe— la de ojos verdes abrió la puerta con ambas manos—. Vamos, aún tenemos trabajo.

El más joven corrió detrás de ella—. ¿Desde cuándo lo sabías?.

—Casi desde que ví ese miedo por mi regreso. Me tomó más tiempo de lo esperado revelar tu identidad— exclamó sin prestarle mucha atención al otro.

—¿Me odias?.

—No, ni se trata de algo personal, simplemente eras una amenaza— lo miró de reojo—. Dame todos los detalles del caso de los detectives, te daré la información que conseguí.

—¿Le crees? Ni siquiera los conoces— miró el pasillo en total soledad—. No hay gente.

—Son detectives, han defendido la ciudad hasta el punto de arriesgar sus vidas y un demente esta con ellos. Lo segundo, evacuamos a los guardias por si debía encargarme de tí.

—Jōnō dijo que casi te mataba, si esas son tus habilidades, te resultaría complicado vencerme— titubeó débilmente—. No quise ofenderte.

—No quería ganar, ni lastimarlo, simplemente debía volver a casa— aclaró moviendo sutilmente su cabello—. No soy la persona más fuerte, pero si me lo propongo, no perderé. Soy fiel a la vida de otras personas.

Los muchachos entraron a una sala donde  se realizaban juntas entre los altos mandos. Pidió que se apagaran las cámaras con la excusa de querer privacidad.

—Esta memoria contiene un mensaje dejado por la agencia— narró el pelirrojo—. La rompí, pero lo arreglé con mi habilidad.

—Claro, todos son unos soldados del infierno. Necesito una copia de esa memoria, en realidad serán más de dos, las enviaré a las televisoras de ser necesario.

—¿Y si él no es el responsable?.

—Mi amigo el payaso lo confirmó en esta carta— enseñó la hoja—. Puedes leerla, me gustaría que alguien sepa a quien culpar si me llega a secuestrar.

El joven leyó con un sonrojo evidente, estaba entrando demasiado en la privacidad de la ejecutiva—. Qué tipo más perseverante, hasta le puso un mensaje oculto…

—¿Qué?.

—A contraluz se ven letras— sonrió por la expresión de Jane— ”¿Crees en dios? seguro si ¿O crees que nacimos por la espontaneidad? es difícil de mostrar pero quiero creer que los dos habitamos la misma línea temporal por algún ser omnipotente, en ese caso yo si creo en dios”.

—Déjame ver— se estiró lo suficiente para poder apreciar las letras.

—¿No te molesta que te diga eso cuando ya tienes un novio? ¿Y si Chuuya-san se entera?.

Nakahara podría ser más cercano a un esposo que a un novio, y no puede prohibirme nada— ignoró su pregunta—. Colmillos…dejó un mensaje así de vago, desgraciado.

—¿Es una especie de código sexual?— formó una mueca de asco mientras se alejaba de la mujer.

Jane hizo una mueca de disgusto—Bueno, ya es tarde, vé con los otros, te alcanzo en cinco minutos.

—¿Les dijiste algo?— el pelirrojo mordió la parte interior de su mejilla—. Es que yo…no puedo verlos a la cara.

—Debe salir de tu boca, porque ninguno me creería y eso que conozco a Hirotsu desde hace años— declaró con obviedad—. Ambos se encariñaron contigo, ninguno te matará. 

Se puso de pie guardando las manos en los bolsillos—. Gracias, jefa.

El de ojos ámbar abandonó la sala, iría a reunirse con sus compañeros. El celular de Jane timbró, era su contacto en Europa.

—Tengo tu lindo collar de habilidades.

—Que gran trabajo— sonrió de lado y en su mano aún sostenía la carta de Gogol. La vió una última vez queriendo recordar qué expresión tendría.

—Decidí aumentar el precio del rescate…serán millones extras.

—Si logras secuestrar al demonio, y traer a mi hermano, ten por seguro que seré generosa.

—Incluso con la distracción del dron…no creo poder hacerlo— el ruido de un motor la hizo repetir sus ideas—. Esa prisión es impenetrable, por algo tienen a la usuaria más peligrosa del mundo.

—Si, es difícil pero no imposible. Sospecho que tendrás compañía por lo que lleva armas, escuché que tu hermana las maneja muy bien…recuerda, el demonio Fyodor es clave para ganar esto, debes atraparlo con ayuda de Dazai.

—Iré a revisar que todo esté listo— dijo eso y colgó.

Jane recogió los papeles donde hicieron un resumen de lo hechos junto a Tachihara para dárselo al jefe. Prefirió enviarlos con la secretaría y bajar con su equipo para darles indicaciones, de este modo tendría más tiempo libre para ir temprano a casa con Chuuya.

Antes de llegar a la bodega todo era un caos, una mano la sostuvo de la nuca para arrastrarla a un callejón.

—No hagas ruido— Tachihara prácticamente la cubría con su cuerpo— ¿Qué hacemos?.

—¿Qué demonios pasó?— murmuró guardando su espacio con él.

—No lo sé, son demasiado agresivos, parecen zombies— apretó con fuerza los hombros de la más baja—. No podemos escapar.

—Se un buen chico y vete de aquí, no puedes morir ahora— la de ojos verdes caminó hasta la entrada del callejón—. Dale una paliza a tu ex jefe, y acaba con sus planes. De ser necesario, muere con dignidad.

—Pero…

—Vamos, por algo soy una ejecutiva— salió buscando su pistola— ¡Oigan! Demos un paseo.

La de ojos verdes usó su habilidad logrando evadir a los infectados, que lejos de morderla parecían querer tomarla. 

Si usó mucho la técnica del vacío, terminaré exhausta…lo mejor es usar el infinito y disparar a sus cabezas” pensó mientras evitaba ser atrapada.

Cuando dejó de ver Tachihara, expandió su infinito aún más para no tener que preocuparse y llamar a Mori—. Busca a Yumeno y usen un pasaje lejos de aquí. No mueras, me debes explicaciones.

—Haré que lo lleven ahí, pero esperaremos a que vayas con nosotros.

—No tengo tiempo para discutir eso ahora— colgó notando que los infectados seguirán sin intenciones de retroceder.

Avanzaban más lento antes de tocarla, pero en algún momento lo harían.

Nakahara no atendía sus llamadas, por lo que al final contactó a sus subordinados—. Busquen al ejecutivo Nakahara, los demás protejan la sede con sus vidas.

El equipo táctico de Kōyō no tardó en llegar. Perdió la noción del tiempo por los disparos. Jane podría jurar que mató a más subordinados que sus propios enemigos.

Su mente divagaba en la nota de Gogol. Las flores lucían marchitas, y Mori-san no la llamó de inmediato. Él la ocultó.

La radio de Jane sonó—. ¿Dónde está?

—¡Señorita, evacue la sede! ¡Esto es el infierno! ¡El ejecutivo Chuuya atacó a nuestro grupo! ¡El ejecutivo mordió a otros! 

La de cabellos negros corría lo más rápido que sus piernas se lo permitían. No le importó abandonar a sus subordinados, con su habilidad había logrado emparejar los números.

Sus pasos fueron interrumpidos por un temblor. Todo el edificio se tambaleó mientras la jovencita apenas podía estar de pie. Un golpe sordo, y el rascacielos continuo cayó. Solo una habilidad era capaz de eso.

La de ojos verdes estaba inerte observando la nada. Desactivo su habilidad y no puso resistencia cuando el brazo de un infectado la sostuvo listo para arrastrarla con él. Su cuerpo golpeó el piso una vez la derribó y no hizo el intento de defender su integridad.

La de cabellos rosas cortó al hombre por la mitad con su habilidad, la siguió para no perderla también— ¡Levántate!

—Él no…Nakahara— sus palabras la estaba ahogando. Estaba muriendo en vida.

—Necesitas calmarte— contestó la más alta—. Debemos volver con el jefe, él sabrá qué hacer.

La ayudó a ponerse de pie. Ambas bajaron a la bóveda. Solo estaba Mori y dos niños esperando a los guardaespaldas.

—La cámara grabó a Chuuya-kun. Fue mordido— explicó el líder de la mafia—. Debemos irnos al refugio. 

—¿Por qué no me diste la carta?— la azabache estaba sentada en un pequeño banco frente a él, pues la misma mujer del kimono la dejó descansar—. Tú la tenías desde hace días.

La mente de Jane divagó en cientos de ideas, una peor que la anterior. “Es obra del demonio” “Estoy en una pesadilla” “Esa novela no vale lo mismo que su vida” “Debería destruirla” “De ser necesario se las daré a cambio de Chuuya” “Usaré la jodida novela para traerlo devuelta” “Todo es culpa de Mori”.

Lo que parecían segundos, en realidad fueron minutos.

—No tengas esas ideas raras— comentó pues la conocía a la perfección—. No cambiará la situación.

El de guantes se hincó frente a ella tal como cuando la conoció—. Mori-san, ¿Qué demonios hiciste?.

—Soy una persona lógica— la mano de Jane apretó su mandíbula de forma violenta.

—Jane-kun, suéltalo— la pelirrosa se detuvo cuando el mayor se lo indicó.

—La escondiste por otro motivo— habló entre jadeos—. Dame el control de la organización. Me lo debes, por todos los años de tortura. 

—Confieso que no soy un buen samaritano— le regaló una mirada indescifrable—. Lo siento, no lo haré.

—Si no lo haces, te mataré para tomar el puesto del jefe— declaró con ese gélido tono.

—Me niego. No estás pensado con claridad— entonó el mayor—. Cría cuervos y te sacarán los ojos…

—Ojo por ojo, Rintarō sus dientes rechinaron.

—Los deberes de un hombre son difíciles, ser el líder te asegura desgracia. 

—Guárdame un lugar en el infierno— susurró la mujer que ya estaba lista para evadir el ataque de la rubia y de Kōyo.

Pero los caprichos de una hija son aún más importantes— sonrío al sentir flojo su agarre—. Lamento no ser el padre que merecías, hice lo que creí mejor para todos, hija.

Jane cerró los ojos por un momento y respiró todo el aire que pudo, odiaba las miradas sobre su cuerpo.

—¿Uno cosecha lo que siembra?— preguntó desanimado.

—Si, pero no has sido el peor padre que pude tener, alguien ya me había tirado a la basura— se puso de pie alejándose del mayor.

—¿Tratas de justificarme? Eras una niña y puse un arma en tus manos…

—No, jamás lo haré porque somos inmorales...eres parte de mí, quien debe estar asqueado eres tú.

El mayor soltó una risita—. Pensé que llorarías como un bebé.

—No puedo hacerlo, porque voy a recuperarlo. Prefiero la muerte antes de quedarme a llorar por él sin hacer algo para traerlo de vuelta. Ya he llorado mucho por mis pérdidas.

Las pupilas del hombre se expandieron. Era ella a quién le dió una corona. El mismo Mori fue quien la cubrió de joyas para curar su pobre alma sin una pizca de brillo. Él la hizo así.

Era Jane, la niña de hace doce años con amargas ganas de tomar venganza y no dudaría en hacer cosas terribles.

—¿Qué harás?— no estaba asustado, solo un poco divertido por la madurez de la mujer.

—De momento movilizaré los vestigios de esta organización, si no funciona haré otro plan.

—En todo caso, acabarás con la ciudad. Que niña tan mala y tonta.

Jane miró a la de sombras rosas—. Si muero, no dejes que usen a Yumeno, matalo de ser necesario.

El niño de cabellos bicolor la miraba con dificultad por sus lágrimas—. Nos dejas…no quiero irme sin tí.

—Te daré un motivo para llorar si no sigues a Mori-san— respondió del mismo modo que antes—. Eres un niño grande, compórtate como uno.

—Pero yo…te necesito.

La de ojos verdes ignoró su presencia y llamó a Lemon Hanamichi—. Junta todas las granadas que tengas, te veré en la azotea y pide que traigan un helicóptero— colgó 

—¡Es traición!— gritó la de kimono—. Sé bien que quieres rescatarlo, pero éste no es el medio, cuidar al jefe es la prioridad. No puedes tomar el puesto del jefe.

Haz lo que te plazca, Kōyō-san. Pero trata de detenerme y acabarás muerta— sus pisadas sonaron más altas que nunca—. En realidad me hubieran ahorrado tomarles cariño. Mueran y dejen de molestar. 

Subió al primer piso. Dudaba si arribar al aeropuerto donde los perros de caza recibirían el apoyo mundial que hasta hace poco supo que era “one orden”.

Llamó a su compatriota inglesa—. Estoy preparada para la fuga ¿Lo hago ya?.

—Si llegaras a ver a un chico de cabellos naranjas, usa el collar en él y mata a cualquiera que se interponga. Si el rescate de Dazai Osamu no es viable por lo anterior, no lo hagas— sus órdenes eran exactas.

—Llegaré en una hora por él, su rescate debe ser en menos de cinco minutos y después los llevaré a tu país. Un viaje sin escalas de casi tres horas— la mujer estaba emocionada—. Tienes tiempo de sobra para darles una buena bienvenida.

La de ojos verdes colgó y dió un largo quejido—. ¿Estoy muerta?.

Jane Austen sería la responsable del día blanco en Yokohama.

Fragmento perdido:

—¡Haremos un gran escape!— gritó Gogol.

—Aún no entiendo tu propósito…

—Es muy simple ¡Lo mataré al mismo tiempo que lo salve!— alzó la cara mirando el cielo azul—. Después estará tan agradecido conmigo que me dará un juguete nuevo.

—El plan de Fyodor especificaba usar a esa mujer…

—¡¿No es el corazón que decide a quien pertenecer?!— clamó agitando las manos—. Si ella ya decidió, no importa lo mucho que hayamos planeado. Admito que casi logra hacerme ceder.

—¿Qué te prometió?— cuestionó el bicolor.

—Una vida cerca de ella. El amor es liberar al alma, ya lo he hecho antes por muchas personas, ella no es la excepción— terminó de acomodar algunas cosas necesarias para la fuga—. Solo espero que haya leído mi carta, se la dejé hace días, pensé que respondería.

.
.
.

Ahora queda claro que tampoco comprendes a dios, ni a las mujeres— Dazai soltó una carcajada—. Siento pena por tí.

Tú no entiendes a los humanos— replicó el otro.

El castaño rodó por la celda—. La entiendo a ella. Jane puede que piensa en base a la lógica, pero a fin de cuentas es una mujer con sentimientos. El bien común no existe para ella. Matará a mil personas para salvar a un conocido.

Es estúpida y manipulable— el de ojos violetas asintió—. Por eso mismo estoy confiado en mi plan ¿Es que tienes sentimientos por ella? 

Tenemos una historia complicada que no quiero discutir contigo, demonio— estiró las manos buscando con que distraer su mente.

Solo será un nexo, sin Sigma, entonces hice bien en fijar mi atención en esa mujer. Es tan idiota que hará tratos con un demonio.

—Te daré un consejo, no te involucres con ella, no es otra pieza con la que podemos jugar. No somos relevantes en su vida, por eso mismo nos ve como basura insignificante.

De hecho, ella debe estar preocupada por tí…me pregunto, ¿Qué hará cuando ambos mueran?.

Notas:

El código que Gogol dejó es cada cinco palabras. Forma la palabra Fukuchi, el otro no era tan obvio pues se veía solo a contraluz y desde cierto ángulo. El payaso le aviso porque nadie le puede quitar su derecho a matarla.

De aquí yo ya ignoro el canon, voy a seguir la línea pero ya será muy distinto.

¿Vieron que andan funando a Dazai?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top