𝑳𝒂 𝒔𝒂𝒏𝒈𝒓𝒆 (XL)
Advertencias: Violencia típica del anime/manga (Leve mención a la bipolaridad de Yumeno). Sentí feo escribiendo el pasado de Q (nunca se menciona, así que deje volar mi imaginación).
A mí me pone bien hot las escenas Soukoku, es como "VIVAN LOS NOVIOS". Dirty secret, Jane es Soukoku shiper en otro universo.
Aunque la mente humana podría estar equivocada, la sangre no.
~•~
—Bienvenido, jefe— la voz del castaño llegó a oídos de sus antiguos subordinados, y de Mori.
—Han pasado cuatro años...¿Aún usas el abrigo que te regale?— sonrió amistosamente esperando una respuesta pacífica.
—Obviamente que lo quemé— saltó de su asiento con algo de dificultad por el yeso en su brazo.
—Mori Ōgai, jefe de la Port Mafia— El de vestimentas verdes se presentó ante todos—. Al fin ha llegado este momento.
—Al gobierno le daría un infarto si se enterará que se los líderes de las organizaciones más poderosas en Yokohama se han reunido— avanzó hasta el contrario, quedando a un escaso metro de distancia.
—Iré directo al grano, un miembro de la agencia propuso una alianza con la Port Mafia. Yo me negué, la idea de cooperar con criminales va contra los principios de la agencia— explicó el hombre—. Pero la propuesta es de alguien que fué secuestrado, y lastimado por la propia mafia. Sus palabras tiene más peso, lo deber es escucharlo.
—Ambos estamos en una posición complicada.
—Sugiero un alto al fuego temporal— Yukichi mantenía esa expresión estoica.
—¿Has leído a Schelling?, ¿Y a Nash, o Kissinger?— el de ojos violetas claramente quería llegar a un punto.
—Todos son investigadores de gestión estratégica, discípulos de cierta persona— agregó el suicida.
—Si, he leído a Sun Tzu.
—Las estrategias de organizaciones ilegales tienen como puntos en común con un estado de guerra, no hay nadie que nos castigue en caso de incumplimiento, ¿Qué sucedería si la Port mafia ignora el alto al fuego? y ¿Si ustedes nos traicionan?. La parte que confía en el acuerdo es la única que sufre, si las circunstancias favorecen al primero que lo traiciona es imposible establecer un alto al fuego, la única opción es cooperar completamente.
—Eso también es imposible— sentenció Dazai.
—Efectivamente, la Port Mafia se basa en su imagen y honor, la dignidad de muchos de mis subordinados ha sido atacada.
—Los míos han estado a punto de morir varias veces
—Pero no están muertos, y eso es una desgracia para la Port Mafia— contraatacó el ojivioleta
—En ese caso, ¿Qué te parece esto?, saldremos nuestras cuentas pasadas aquí y ahora.
De un veloz movimiento desenfundó su espada, cortando las armas de Gin y Tachihara, quienes saltaron sin dudar, Hirotsu al igual que Dazai se mantuvo al margen, observando como los líderes peleaban.
—¿No habías abandonado tu espada?— el ojivioleta sostenía un bisturí justo en la yugular de su oponente.
—Veo que aún tienes la costumbre de matar con bisturí, doctor Mori— respondió el de vestimentas verdes—. ¿Aún te gustan las niñas pequeñas?.
—¿Aún hablas con gatos?— estaba a punto de cortar su cuello cuando la ilusión desapareció—, Una habilidad holográfica, que útil. Fué una reunión muy divertida, la continuaremos en el campo de batalla.
—La agencia recuperará a Q esta noche.
—¿Y qué?— su tono era desinteresado.
—No se interpongan.
—¿Por qué deberíamos hacerte caso?.
—Porque nuestro único punto en común, es el amor por esta ciudad— sentenció el lobo plateado—. No podemos dejar que algunos extranjeros traten de acabar con ella.
—Guild es poderosa, la agencia no podría ganarle, por lo tanto, mi oferta sigue en pie, Dazai-kun— se giró para sonreírle al muchacho.
—Jamás, para empezar, fuiste tú el que me boto— suspiró cansado, estaba de mal humor.
—¿No te fuiste por qué querías?.
—Tenías miedo ¿Verdad?, de que en algún momento quisiera el puesto de jefe y te degollara, tal como hiciste con tu predecesor— no había palabras para describir lo vacía que era su mirada, esa sonrisa torcida tan desagradable se pintó en su cara.
—No te cuesta nada pensarlo, lo más lógico es estar en el bando ganador— sonrió ante su descaro.
—Los malvados ven el mal en todo el mundo— alzo los hombros restándole importancia—. Ahora que no tienes lo que me importa, no me interesa aliarme contigo.
~•~
Horas más tarde, en Yokohama se reunía el equipo más poderoso que la Port Mafia haya visto, solo esos dos hombres eran capaces de acabar con una organización entera. "El doble negro" fué un nombre dado por el bajo mundo luego de varias hazañas. Esa misión parecía nada comparada con otras.
—Es el peor día tengo en muchos años— bufó el suicida.
—Idiota, ¿te suena Pétrus?— preguntó el más bajo.
—Es un vino que vale un ojo de la cara.
—Pues la noche que desapareciste de la organización, abrí una botella del ochenta y nueve para celebrar, así de harto me tenías.
—Recuerdo que puse una bomba en tu auto aquel día— se encogió de hombros.
—¡¿Fuiste tú?!— gruñó enojado—. No te soporto.
—Yo detesto todo de ti, ella tiene tan mal gusto, lo único que me agrada son tus zapatos.
El del sombrero detuvo sus pasos, se inclinó sobre si mismo para ver su calzado—. ¿De verdad?.
—Obvio que no— al saber que sería golpeado bajo la cabeza, y salto un par de escalones—. Es inútil, conozco tus ataques, ritmo...
—Me estaba conteniendo, si quisiera ya habría hecho papilla tu cerebro— apretó los dientes.
—¿En serio?, Que miedo— comentó con burla—. Creo que te da miedo ser odiado por...
—No te atrevas a decir su nombre, si lo haces, se te acabará la suerte.— volvió a su actitud indiferente.
—Bueno, para ser justos, yo la conozco desde antes— sonrió de lado—. Ahí está. La bella durmiente a la espera de su salvador.
—Bella durmiente, ¿eh?— el más bajo se quedó unos pasos por detrás.
—Dame tu cuchillo— al recibir un quejido volvió a hablar—. Espera, te lo robé antes por si acaso.
—Desgraciado— no movió ni un músculo al ver cómo la cuchilla quedaba a escasos centímetros de Q.
—¿No me detienes?.
—Se supone que debo llevarlo con vida, incluso si es tan importante...al verle la cara me vienen a la cabeza los rostros de quienes mató con su maldición— clavó su vista en el menor—. Mátalo.
—Ya veo, pues bueno, ahí voy— alzó el cuchillo esperando ser detenido, por lo que lo clavó en las raíces.
—Eres un ingenuo, ¿Te crees el buen samaritano?.
—Mientras Q viva, necesitarán mi poder como medida de seguridad, la Port Mafia no podrá matarme— comenzó a liberar al más bajo—. Es una decisión lógica.
—Se ve más pesado— el pelinaranja lo subió a su espalda—. ¿Cómo termine de niñera?.
—Vamos, tengo compasión por Q, ahora mismo está siendo llevado por una babosa— sujeto al muñeco mientras ambos subían las escaleras.
—Hijo de perra— Murmuró sujetando las piernas del menor—. No entiendo cómo pudieron cuidarlo.
—Ese es el problema, no eres capaz de comprender a personas así de crueles, ¿No has pensado que Jane es extraña?— detuvo su paso mientras Chuuya avanzaba.
—Te estás pasado— mordió su labio inferior.
—No, no es extraña, más bien, es demasiado difícil, pero tú debes saberlo, ¿Verdad?— volvió a caminar—. Vaya, que buenos tiempos pase con ella.
Fué más molesto de lo normal, pero era la venganza por trabajar nuevamente juntos. Él de cabellera naranja volteó logrando asentarle una patada en el pecho—. Ya fué suficiente, dame el maldito muñeco.
—Ni hablar— se recompuso para salir hasta el primer piso—. Lo guardo como seguro.
—Algún día te mataré...— fué envuelto por algo parecido a un tentáculo.
Q fue botado al suelo, mientras que Chuuya fué arrojado por los aires cayendo sobre la estructura de aquella casa.
—¿Qué es ese poder?— el del sombrero sentía un mal presentimiento.
—¡Digno de un miembro de Guild!, ¡Que resistencia!— el castaño piso su cabeza, obligandolo a quedar boja abajo.
—¡No me pises!— se puso de pie, y avanzó hasta quedar junto a Osamu—. Ahí viene, ¿Qué hacemos?.
—¿Qué quieres decir?, Mi poder anula cualquier otro solo con el toque de mis ded...— fué golpeado por el tentáculo que Chuuya esquivó.
—¡Dazai!— en el segundo ataque el muchacho utilizo el poder de la gravedad para destruir parte de su enemigo.
Corrió hasta donde estaba el más alto, realmente estaba preocupado, si estaba indispuesto probablemente perderían, aún si decía que lo odiaba, sentía un poco de respeto por su antiguo compañero.
—¿Estás bien?— al ver cómo escurría sangre de su cabeza aterrizó en que Dazai jamás sería tan resistente como él—. Esas heridas son graves.
—Que tentáculos tan extraños, no puedo anularlos— le costaba estar de pie.
—¿Eso es posible?— el de guantes giró hacía su oponente.
—Mi poder no tiene excepción alguna. Eso no es humano— sonrió de lado limpiando la sangre de su barbilla.
—Que cosa más desagradable— gruñó el mafioso—. Jamás ví nada igual.
—Haremos las cosas a la vieja escuela, aunque seamos solo dos— sacó el brazo del cabestrillo—. "Operación vergüenza y sapos".
—¿No es mejor "lluvia al otro lado de la ventana", o "la mentira de las flores artificiales"?— puso ambas manos en su cintura.
—Chuuya, ¿Cuando han fallado mis estrategias?— sonrió de lado, mostrando esa dentadura blanca.
—Mierda— giró el rostro haciendo una mueca.
Para cuando el hombre ya estaba cerca, Chuuya estaba detrás del castaño, al ser notablemente más pequeño desde enfrente no se veía. Al momento de atacar, este chico saltó y golpeó el tentáculo, desintegró gran parte de este, pero de un rápido movimiento atravesó el corazón del hombre extraño.
—Manipulación de la gravedad— sonrió de lado para impulsarse hacia arriba, obligando al cuerpo contrario clavarse en la tierra—. Duérmete, pulpo.
—Buen trabajo.
—¡No me trates como un perro!— contraatacó Chuuya.
—Un perro sería más útil, pero debo conformarme contigo— antes de decir algo, el brazo de Dazai fué arrancado, y el arrojado a metros de distancia.
La figura humana paso a ser una especie de pulpo gigantesco, era una calamidad, totalmente fuera de lo común.
—Esta es una maldita broma— gruñó antes de ver a Dazai—. ¡Tu brazo!.
—Chuuya, quiero decirte mis últimas palabras— puso un tono bastante serio.
—¿Qué mierda te pasa?, No vas a morir aquí.
—¡Magia!— mostró su brazo en perfectas condiciones—. Si voy a pelear herido, al menos tenía que hacerlo.
El más bajo lo tomó por el cuello con intenciones de cometer un crimen de odio—. Deja de jugar y piensa en como destruir esa pesadilla.
—Es imposible, rindámonos— al sentir que sería golpeado volvió a formular una respuesta—. Solo nos queda una opción.
—¿Quieres usar la corrupción?— una gota de sudor resbaló por la frente de Chuuya.
—Si no te apoyo a tiempo, morirás— sonrió metiendo ambas manos en los bolsillos—. Te dejo decidir.
—Siempre que dices esa mierda, es porque no hay opción— quitó aquellos guantes negro dejando ver sus finos dedos, la piel pálida fué iluminada directamente por la luna—. Concesionarios de desgracia oscura, no me despierten nuevamente.
Dejó caer ambas prendas, y los sellos rojos aparecieron en su cuerpo, solo eran visibles las de los brazos, cara y cuello, su densidad aumento considerablemente y su sombrero salió volando. Su expresión cambio rápidamente.
—¿Qué demonios es eso?— el rubio que antes estaba desmayado observaba todo con horror.
—Esa es la verdadera forma del poder de Chuuya— un cuchillo se acercó peligrosamente a su garganta.
El pelinaranja levitó, en el proceso destruyó parte del pulpo, formó bombas de gravitones que viajaron al cuerpo viscoso, estás estallaron al instante, se desplazó hasta el suelo, dónde fué atacado por un montón de tentáculos, el pequeño cuerpo de contextura musculosa lanzó una nueva bomba, pero el enemigo se regeneraba.
Quedó atrapado bajo las extremidades de Lovecraft, pero haciendo uso de la gravedad se libero fácilmente, la sangre comenzó a brotar de sus ojos, boca y nariz, preparó otro ataque, la sonrisa maquiavélica se formó en su cara, estaba llevando su cuerpo al límite, y ni siquiera era conciente.
—Esto se ve mal, el cuerpo de Chuuya no aguantará— el castaño apretó los dientes.
—Es una lástima, no hay forma de destruir a Lovecraft desde afuera cuando se pone así— el tono burlón del rubio no causó nada en Dazai.
—Entonces los ataques por dentro si funcionan— mostró una sonrisa, sacó el control y presionó el botón rojo—. Acaba con el Chuuya.
El de ojos zafiro ni enterado estaba que un explosivo detonó dentro de su oponente, por mero instinto le arrojó nuevamente un agujero negro, que milagrosamente explotó cegando a todo el que estuviera cerca.
Soltó una risa, la sangre que escurría por su piel combinaba con las marcas rojas, pocas veces se le vió así, pues el suicida lo detenía al instante, alzó más bombas hacía el suelo mientras caminaba, buscando destrucción.
—Eliminaste al enemigo, ya es suficiente, Chuuya— el de vendas sujeto su mano, logrando así desactivar su habilidad. El de traje cayó al suelo, su cuerpo estaba tan débil.
—Debías detenerme enseguida— gruñó con las pocas fuerzas que le quedaban.
—Pero si es muy divertido verte así— sonrió de oreja a oreja.
—Use la corrupción porque confíe en ti, más te vale llevarme al punto de encuentro— habría dado miedo si no se ahogaba cada sílaba.
—Claro, compañero— recibió un golpecito antes de ver a Chuuya desmayarse.
—¿Quienes son ustedes?— cuestionó el rubio mal herido.
—Enemigos de los malos— no tenía ánimos de nada, pero se acercó a el y lo noqueó de un golpe—. Muy bien, ahora vamos por la princesa en apuros.
El castaño terminó de doblar las prendas del pelinaranja, que aún roncaba fuertemente. Con una mueca de asco arrojó el sombrero sobre sus pertenencias, por último le dió un vistazo rápido, sonrió por lo humillado que estaría al despertar. Caminó hasta el menor que seguía noqueado en el suelo, pensó en arrastrarlo, pero al igual que Chuuya, tenía sus límites. Además, que hasta para él le parecía absurdo todo el sufrimiento físico al que fué sometido para hacer caer a la ciudad.
Se quitó el abrigo de tonalidades cafés para cubrir el cuerpo del bicolor cómo mejor pudo, cuando lo consiguió dió un saltito para acomodarlo sobre su espalda, aún sujetando el muñeco en su palma derecha. La pose le resultaba incómoda, incluso prefería cargar a Nakahara. Caminó por el bosque, su mayor preocupación era pisar una serpiente, pero nada con lo que no pudiera lidiar. Por el movimiento termino despertando al pequeño.
Su primer idea fué tratar de asfixiarlo, pero al mover sus manos directo a su cuello, el castaño giró levemente la cabeza, encontrándose con esas cuentas vacías. Sus palmas terminaron en sus hombros nuevamente.
—Has creciendo bastante— suspiró porque también pesaba mucho más.
Sus uñas se clavaron en la camisa del suicida, quién reprimió un quejido.
—¿Mori-san te dijo algo?, Claro, de otra forma no habrías seguido sus órdenes— sonrió de lado—. Dime exactamente lo que te dijo.
El menor se paralizó del miedo. Dazai casi nunca lo golpeó, ese terror era producto de las cosas que hacía delante de él. Cuando castigaba a los guardias que custodiaban su puerta. "Si no quieres que alguien más salga lastimado, compórtate, si haces algo mal, no solo nosotros pagaremos las consecuencias". Osamu no mentía.
—Ella murió— rompió en llanto, uno que otro alarido salía de su garganta—. También me abandono.
—Supuse que pensarías un poco más— comenzó a irritar a Dazai—. Si Jane hubiera muerto, habría dejado instrucciones claras de que hacer contigo, y buscar la manera de liberarte. No está muerta.
—¡¿Entonces dónde demonios está?!. Yo la necesitaba— sorbió su nariz y aún si físicamente le resultaba imposible seguir llorando después de la tortura por parte de Guild, lo hizo. Lloró como un bebé.
—Si le darás problemas, es mejor que yo mismo te arranque el corazón— su voz fué tan gélida—. El único buen motivo para no hacerlo, es ella.
No odiaba al niño, en retrospectiva siempre le pareció un mocoso con mala suerte. Su poder era peligroso. Sus padres lo golpeaban y solo fué cuestión de tiempo para que la maldición se activará, Austen dió con él después del incidente dónde su madre apuñaló a su padre, y seguido de eso se suicidio (por la propia maldición de Yumeno). El mismo Ōgai trataba de consentirlo, pero después de ver sus cambios bruscos de humor lo dejó completamente a cargo de Jane.
Austen no confiaba en nadie, más que en si misma y el castaño para cuidarlo, se le daba bien, no era grosero, y a Yumeno le gustaba llamarlo "señor", pero su propia naturaleza lo llevó a ser encerrado. Manipulaba gente, lastimaba por mero placer. La azabache abogó en muchas ocasiones, pero siempre era el mismo resultado. Yumeno jamás podría vivir una vida tranquila gracias a su habilidad.
La de ojos verdes se ponía incómoda por su presencia. Q se aprovechaba para poder salir, y lastimar a terceros, él sabía que Jane no podría ponerle un alto. Osamu terminó interviniendo, se vió obligado a tomar su responsabilidad de su compañera.
—¿Por qué la dejaste sola?, Nos abandonaste a todos— terminó alzando la cara directo al cielo, buscando retener sus lágrimas que parecían no tener fin—. No me gustaba la mirada que ponía, solo quería...que ella...
—Duérmete de una vez— comentó desganado—. Te llevaré al punto de extracción, lo que hagan después no me importa.
El bicolor asintió sorbiendo su nariz.
—Si quisieras escapar, no me opondría...De todas formas, yo tengo la muñeca— por un momento quiso decir algo que seguramente la muchacha diría. Él no dejaría a esa catástrofe suelta.
—Si volverá, debo esperarla— contestó con una carcajada—. Quiero romperla por dejarme atrás.
—Ni hablar, tiene muchos admiradores— exclamó divertido—. Mi linda Jane vuelve locas a las personas.
Así terminó por entregarlo a los guardias que lo llevarían de vuelta a la sede. Miró la luna recordando lo que Jane dijo cuando los presentó "Osamu es mi hermano", sonrió por aquello para después apretar cierto recuerdo de su único amigo.
—Dejarnos atrás...nah, eres muy pegajosa.
Fragmento perdido.
En Japón eran las diez de la noche, pero en Francia aún era por la tarde, más específicamente las tres. Cierta azabache adquirió una computadora, se aseguró que fuera de segunda mano, y utilizaba una red de wifi publica, de la misma cafetería dónde bebía su malteada.
—¿Está ocupada está silla?— un joven probablemente menor de edad se acercó—. Es que te ví sola, y pensé en...
—No gracias, estoy haciendo tarea— trató de sonar amistosa, pero sus palabras no lo eran.
~¿Por qué tengo que hacer todo esto?, Ah cierto, soy estúpida~ pensó mientras trataba de robar información de tránsito, sobre todo de cierta calle, era difícil porque sus conocimientos no eran los de un experto, de hecho, Dazai servía más para hackear instituciones.
—Aquí está su pastel— el mesero le dió una tarta de limón.
—Gracias. Al menos los chicos molestos ya se fueron.
Se quitó los lentes de sol, y comenzó a comer, sonrió al percibir un sabor amargo, pero combinado con la nata dulce era totalmente diferente.
~Es como Nakahara~ emocionada agitó sus manos para después cerrar la laptop.
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